- Decenas de personas se han dado cita en Vigo, convocadas por Ecologistas en Acción y la colaboración de diferentes plataformas locales, para poner en valor, de manera reivindicativa y festiva, las luchas ecosociales más activas a lo largo de 2025.
- La manifestación ha discurrido por zonas que muestran las diferentes luchas que este año ha protagonizado el pueblo gallego.
- Esta movilización ha puesto punto final a la XXVII Asamblea Confederal de Ecologistas en Acción.
El punto de encuentro ha sido en la Plaza de Vialia, en la estación de tren Urzaiz. Con pancartas contra la turistificación y sus efectos sobre el clima, Juan Medela, de la Plataforma fronte á Masificación Turística de Vigo e O Morrazo y del Sindicato de Inquilinas, ha explicado las consecuencias sociales y medioambientales que sufre Vigo por la masificación turística en las fiestas navideñas.
Primera parada: la farola de Urzaiz, un punto emblemático de las concentraciones en solidaridad con el pueblo palestino en Vigo. Activistas de la campaña Boicot, Desinversiones y Sanciones (BDS) en la ciudad han detallado las acciones realizadas desde que empezó, hace más de dos años, esta fase del genocidio en Gaza para promover el boicot al sionismo criminal.
La segunda parada ha tenido lugar en la Delegación de la Xunta de Galicia en Vigo. Ana Freiría, activista de Ecoloxistas en Acción Galiza e integrante de la coordinadora Altri Non, ha dado cuenta de la gran movilización del pueblo gallego contra el proyecto de macrocelulosa en Palas de Rei.
Después se ha desplegado una pancarta de la campaña Escuelas Saludables. Julio Carmona, activista del Área de Digitalización de Ecologistas en Acción, ha explicado las razones para trabajar por una educación libre de pantallas en la que se respete el desarrollo cognitivo de los adolescentes.
La tercera y última parada ha sido en la estatua O Nadador, al lado de la Estación Marítima de Ría. Allí, Cecilia del Castillo, coordinadora del Área de Medio Marino de Ecologistas en Acción, ha alertado de los riesgos que sufren los mares por la pesca masiva y de la contaminación de los cruceros en el punto de llegada de estos a Vigo.
A continuación ha tenido lugar una performance que ha simulado la llegada de bidones radioactivos para denunciar la presencia de miles de estos en la Fosa Atlántica y la lectura de un manifiesto que ha concluido con este llamamiento: «Los océanos regulan el clima, generan oxígeno, nos alimentan e inspiran. La ceguera capitalista que convierte cordones dunares en chiringuitos, playas en piscinas, peces en harinas y aceites de pescado para alimentar otros peces, ecosistemas marinos en vertederos municipales, algunos hasta radioactivos, tiene que acabar».
La actividad pesquera industrial constituye una de las mayores amenazas para la biodiversidad marina, por lo que Ecologistas en Acción ha detallado las exigencias de Ecologistas en Acción para enfrentar una crisis multidimensional sin precedentes. Con ello, se ha puesto punto final a la movilización y a la XXVII Asamblea Confederal de Ecologistas en Acción.
Manifiesto: Los océanos ante una crisis multidimensional sin precedentes
La actividad pesquera industrial constituye una de las mayores amenazas para la biodiversidad marina. Mientras los políticos apelan discursivamente al pescador artesanal que se levanta a las cuatro de la madrugada y nos culpan a las ecologistas de su declive, siguen subvencionando grandes flotas industriales que faenan en aguas lejanas, que a pesar de representar solo el 2,5 % de los barcos, concentran más de la mitad de las capturas, y con ello los impactos de las redes de arrastre sobre el fondo marino y sobre grupos de especies singulares como tiburones, cetáceos, aves, tortugas y muchas otras de invertebrados.
El caso del atún rojo ejemplifica bien estas contradicciones de la política pesquera. A pesar de su recuperación en los últimos años, el aumento de cuota, en lugar de destinarse a favorecer a pescadoras y pescadores artesanales y aliviar la presión sobre otras pesquerías para permitir su recuperación, sigue controlado por unas pocas familias. Es el caso más evidente de oligopolio pesquero en el Estado español.
Por no hablar de las grandes corporaciones comercializadoras y conserveras de pescado con base en Galicia, como Nueva Pescanova, Iberconsa, Profand o Grupo Calvo que, con grandes flotas en países del Sur global (algunos señalados por pesca ilegal), externalizan su producción, su huella ecológica, vulneran derechos humanos y laborales, y evaden impuestos para después importar sus productos de vuelta.
Esta explotación se agrava con la crisis climática. Cada año los océanos superan nuevos récords de temperatura. Este año el nuevo récord apunta al colapso global e irreversible de los arrecifes de coral, tras haber superado el umbral de 1,2 °C. Esta situación se ve agravada por la proyección de olas de calor marinas más intensas, frecuentes y duraderas, cuyos impactos se superponen al calentamiento progresivo.
Por desgracia, esta tierra conoce muy bien las consecuencias de un sistema capitalista y depredador que usa el mar como vía principal para el comercio de productos, así como la pésima gestión de quienes debieran defenderlo. Del Prestige y sus “hilillos de plastilina”, todavía visibles 23 años después, a los millones de pellets de plástico que hoy hace dos años tiñeron de blanco joyas naturales como el Parque Nacional de las Islas Atlánticas. Y, por si esto no fuera suficiente, este año se han localizado 3.350 bidones de residuos nucleares –de los 200.000– vertidos entre 1949 y 1982 en la Fosa Atlántica, a apenas 500 kilómetros de estas costas.
El litoral también es víctima de la privatización. Particulares y empresas ocupan un Dominio Público Marítimo-Terrestre, cada vez menos público, gracias a la complicidad de las administraciones. En Galicia, casos como la isla de Toralla –que niega el acceso público– o las concesiones en Isla Pancha (Ribadeo) dentro de la Red Natura 2000, ejemplifican bien esta dinámica.
No nos cansamos de denunciar la turistificación, que nos asfixia y encuentra uno de sus máximos exponentes en Canarias, donde hoteles como el RIU Palace en las Dunas de Corralejo o proyectos como Cuna del Alma en Tenerife ocupan y degradan el dominio público en espacios naturales protegidos. Un modelo que genera récords de beneficios turísticos mientras mantiene a más del 35% de su población en riesgo de pobreza. Los cruceros no paran de crecer, Barcelona es la ciudad más contaminada por cruceros de toda Europa, pero igual que ella, otras ciudades portuarias como Vigo sufren los impactos de la masificación, la contaminación atmosférica y la generación de residuos que produce este sector.
Muchas compañías navieras continúan utilizando combustibles tóxicos. Para cumplir con los límites legales utilizan limpiadores de gases (scrubbers) para inyectar en el medio marino la contaminación que iría a la atmósfera, generando niveles de toxicidad en el agua que amenazan la fauna y flora del mar. Además, las altas velocidades de los buques en corredores migratorios como el del Mediterráneo o Canarias, amenazan cachalotes y rorcuales.
Los océanos regulan el clima, generan oxígeno, nos alimentan e inspiran. La ceguera capitalista que convierte cordones dunares en chiringuitos, playas en piscinas, peces en harinas y aceites de pescado para alimentar otros peces, ecosistemas marinos en vertederos municipales –algunos hasta radioactivos– tiene que acabar.
Por lo tanto, exigimos:
- La transición hacia la pesca de bajo impacto y la apuesta por la cogestión pesquera como forma de gobernanza.
- El establecimiento de estándares rigurosos para importaciones pesqueras.
- El reparto de los derechos de pesca justo, que permita pescar más a quienes reducen sus impactos y enriquecen las comunidades locales.
- Protección real: planes de gestión para todos los Espacios Marinos Protegidos y apuesta por zonas de protección integral.
- La regulación del transporte marítimo internacional garantizando el principio de quién contamina, paga.
- La limitación y el decrecimiento del número de cruceros que atracan en los puertos del Estado.
- La apuesta por la restauración de ecosistemas marinos y costeros degradados y vulnerables.
- La prohibición del uso de scrubbers (limpiadores de gases) en nuestros mares.
- La electrificación de los ferris que conectan la península y los territorios insulares.
- La retirada y gestión segura de los bidones de residuos nucleares de la Fosa Atlántica.
- El cierre de todas las centrales nucleares.
- La desturistificación de nuestros territorios costeros.
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