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AnteayerSalida Principal

El movimiento ecologista se manifiesta para pedir el ‘no’ a la prórroga nuclear de Almaraz

20 Noviembre 2025 at 17:33
Por: Energía
  • El Movimiento Ibérico Antinuclear (MIA), del que forma parte Ecologistas en Acción, se ha concentrado a las puertas del Ministerio para la Transición y el Reto Demográfico para reclamar a la ministra Sara Aagesen que no ceda a la presión del lobby eléctrico. 
  • El MIA considera que esta presión es un primer paso para forzar la prórroga de todo el parque nuclear.
  • El aplazamiento del cierre de la central nuclear de Almaraz supondría un golpe al desarrollo de las energías renovables. 

Una pancarta frente al Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico (MITECO) muestra la oposición del movimiento ecologista a la prórroga de la central nuclear de Almaraz. Los dos reactores de la central tienen vigente un permiso de funcionamiento hasta el 1 de noviembre de 2027 y el 31 de octubre de 2028, respectivamente, Su ampliación hasta 2030, cuando cierran Ascó 1 y Cofrentes, busca romper el plan de cierre escalonado de plantas nucleares, forzando una situación que puede ser problemática para el suministro eléctrico y para los planes de desmantelamiento de esos cuatro reactores. Esa situación les permitiría conseguir el alargamiento de todo el parque nuclear y obtener finalmente las subvenciones fiscales que vienen exigiendo.

Carlos Moreno, portavoz del MIA, argumenta: “Las eléctricas no han exigido una rebaja de impuestos para Almaraz porque es una de las líneas rojas del gobierno, pero esta prórroga implicará nuevas prórrogas para los demás reactores, y ahí sí que exigirán las ventajas fiscales que ahora no piden”.

Las y los manifestantes han resaltado la necesidad de que el gobierno mantenga su política energética a favor de las energías renovables, algo que no será compatible con el alargamiento del funcionamiento de las nucleares. Según Cristina Rois, portavoz del MIA, “el MITECO tiene capacidad legal para impedirlo, porque es una decisión acorde con el Plan Integral de Energía y Clima, donde se ha establecido la política energética de este gobierno. No tiene sentido que requiera un informe del Consejo de Seguridad Nuclear (CSN) cuando este debe estar ya realizando los estudios requeridos por la normativa para el cierre de Almaraz 1, un proceso para el que necesitan dos años. La ministra puede denegar la solicitud ahora”.

Hay un claro precedente con el cierre de Garoña en 2017. El ministro de Industria Alvaro Nadal denegó la solicitud de la autorización de explotación (Orden ETU/754/2017).

Sus argumentos fueron los siguientes:

  1. “El Gobierno tiene previsto aprobar un Plan Integral de Energía y Clima […]. Esta situación hace patente la conveniencia de que las decisiones relativas a la continuidad de las centrales nucleares […] se adopten teniendo en cuenta el contenido de dicha planificación, que se encuentra pendiente de elaboración”.
  2. “La falta de producción de energía eléctrica de esta central no ha tenido repercusión significativa en el suministro eléctrico”.
  3. “La continuidad de la central nuclear de Santa María de Garoña no resulta necesaria para la provisión de energía eléctrica en las condiciones de seguridad de suministro, medioambientales y de precio que el gobierno, en el ejercicio de su actividad de planificación y definición del mix energético, considera apropiadas”.

El gobierno sigue teniendo esas competencias. Por eso el Movimiento Ibérico Antinuclear exige a la ministra Sara Aagesen que defienda su política energética y deniegue cuanto antes la renovación de las autorizaciones para los reactores de Almaraz.

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Las principales organizaciones ecologistas rechazan la continuidad de Almaraz

6 Noviembre 2025 at 12:00
Por: Energía
  • Amigas de la Tierra, Ecologistas en Acción, Greenpeace, SEO/BirdLife y WWF advierten de que la prolongación de Almaraz hasta 2030 conllevaría el alargamiento de vida de todo el parque nuclear.
  • Las organizaciones solicitan  al Gobierno que no ceda a las presiones de empresas y partidos como el PP, que introdujo una enmienda en la Ley de Movilidad Sostenible para mantener operativa la central.
  • La energía nuclear es lenta, cara, peligrosa y dependiente de combustibles de terceros países, por lo que va en dirección contraria de la soberanía energética y de un modelo de transición justa que sitúe a la ciudadanía en el centro.
  • La península ibérica tiene energías renovables abundantes, estables y muy repartidas en el territorio, por lo que es un entorno idóneo para desarrollar un sistema energético plenamente basado en renovables, eliminando cualquier dependencia de la energía nuclear.

Las cinco principales organizaciones ecologistas españolas –Amigas de la Tierra, Ecologistas en Acción, Greenpeace, SEO/BirdLife y WWF– expresan su rechazo frontal a cualquier prórroga del plan de cierre de las centrales nucleares españolas y advierten de que la prolongación de Almaraz hasta 2030 sería el prólogo del alargamiento de vida de todo el parque nuclear.

Solicitan al Gobierno de España que no inicie un nuevo procedimiento de autorización para los reactores de Almaraz, especialmente ante los recientes intentos de algunos partidos por frenar el calendario de cierre, como la enmienda presentada por el PP en el Senado la semana pasada, dentro de la Ley de Movilidad Sostenible, para mantener operativos los reactores de Almaraz, Ascó I y Cofrentes.

Las organizaciones señalan que, desde que se alcanzó el acuerdo voluntario de cierre ordenado en 2019, los datos muestran con claridad que la energía nuclear es incapaz de competir con los bajos costes de operación de la eólica y la solar. Cuando el precio mayorista se desploma en las horas centrales del día debido a la producción renovable, la energía nuclear no puede cubrir ni siquiera los costes de su combustible. Por eso, en 2024, Almaraz I paró 16 días y Cofrentes 26 días por razones puramente económicas, una situación que se agudizó en 2025.

El sector nuclear necesita condiciones ventajosas al operar de forma constante y con pocos cambios de potencia, lo que provoca que expulse de la red parte de la producción renovable, al no poder reducir con rapidez y seguridad su potencia. Además, la continuidad de los reactores establece un marco de planificación energética inconsistente que dibuja un horizonte de inseguridad jurídica y un bloqueo renovable que pone en riesgo grave las nuevas inversiones tanto de almacenamiento como de renovables y redes imprescindibles para descarbonizar el sistema. Durante el reciente apagón, las centrales nucleares no aportaron ni resiliencia ni capacidad para una recuperación temprana, sino todo lo contrario.

La energía nuclear implica costes crecientes y fuertes inversiones para garantizar su continuidad. El alargamiento del funcionamiento más allá de los 40 años supone aceptar un riesgo creciente que exige inversiones millonarias. La prolongación por 10 años de dos reactores belgas de potencia equiparable a Almaraz costará hasta 2.500 millones de euros. La renovación de Garoña, menos de la mitad de potente que Almaraz, implicaba más de 200 millones de euros.

Las organizaciones denuncian que el oligopolio nuclear lleva meses presionando para evitar pagar por las consecuencias de su negocio, buscando rebajas o la desaparición de tasas destinadas a alimentar un fondo que ya es insuficiente para la gestión durante siglos de los residuos nucleares. Las organizaciones también alertan del legado radiactivo: cada año adicional de operación añade más contenedores con combustible gastado y aumenta el coste de gestionarlos.

Por tanto, denuncian que el incumplimiento del calendario de cierre convertiría en papel mojado el 7º Plan Nacional de Residuos Radiactivos, porque en 2030 habría cuatro reactores de 1.000 MW para desmantelar, lo que supondría un gran esfuerzo industrial y económico, además de ser lo contrario a un cambio ordenado de tecnología de generación.

“La continuidad de Almaraz es el prólogo del alargamiento de vida de todo el parque nuclear. Ante esta perspectiva, está aún más claro que no se puede permitir que baje la tasa que en estos momentos pagan las centrales nucleares por la futura gestión de sus residuos, por el contrario debería incrementarse”, afirman.

Con respecto a la enmienda nuclear en la Ley de Movilidad Sostenible, las organizaciones denuncian que este tipo de estrategias legislativas son inaceptables, invaden competencias tanto del operador del sistema como del Consejo de Seguridad Nuclear y de los convenios internacionales y, sobre todo, no ayudan a mantener la credibilidad de los órganos legislativos a la hora de regular una planificación energética de Estado y a largo plazo.

Por último, Amigas de la Tierra, Ecologistas en Acción, Greenpeace, SEO/BirdLife y WWF señalan que la energía nuclear representa una tecnología centralizada, costosa y dependiente de la importación de combustibles de países terceros, lo que compromete la soberanía energética y se aleja de un modelo de transición justa que sitúe a la ciudadanía en el centro.

En este sentido, la península ibérica cuenta con un recurso renovable excepcional, tanto por su abundancia y estabilidad, como por su amplia distribución geográfica. Esto convierte al Estado español en un entorno idóneo para desarrollar un sistema energético plenamente basado en fuentes renovables, eliminando cualquier dependencia de la energía nuclear.

Por todas estas razones, las cinco organizaciones ambientales vuelven a exigir al Gobierno central que mantenga el actual plan de cierre de las centrales nucleares. Y concluyen que la energía nuclear supone un obstáculo para la transición energética y la estabilidad de la red eléctrica.

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Ecologistas en Acción de Extremadura considera que es inadmisible y fraudulenta la ampliación de Almaraz

29 Octubre 2025 at 10:39
  • Ecologistas en Acción de Extremadura expresa su más enérgica repulsa ante la prórroga de la central nuclear de Almaraz y exige al gobierno central que no ceda ante el chantaje de las eléctricas para que sea la ciudadanía quien acabe pagando sus costes de producción y la gestión de sus residuos radiactivos.
  • La organización recuerda que la potencia instalada de renovables en Extremadura actualmente es entre 5 y 6 veces la de la Central Nuclear de Almaraz, la región ha cumplido con creces la instalación de energías renovables y sigue produciendo 5 veces la energía que consume para exportarla a otras regiones que siguen sin asumir sus compromisos.
  • La Junta de Extremadura está incentivando la ampliación con una rebaja de 45 millones euros al año a las empresas nucleares en la tasa por el impacto de su actividad.

Ecologistas en Acción de Extremadura expresa su rechazo ante el acuerdo que han alcanzado las empresas responsables de la explotación de la Central Nuclear de Almaraz (CNA) para que operen tres (en el caso de Almaraz I) y dos años (en el caso de Almaraz II) más de lo que estas empresas habían acordado con el gobierno, eso supondría retrasar el cierre de la central hasta 2030.La organización exige al gobierno central que mantenga el calendario de cierre que había consensuado en 2019 y que supondría el cierre de los dos reactores en 2027 y 2028.

La organización rechaza cualquier tipo de rebaja en los gastos de operación de la CNA o en la gestión de los residuos nucleares, cuyo fondo ya es insuficiente, deficitario y fraudulento, ya que pospone la construcción de una solución estable y duradera, el Almacén Geológico en Profundidad (AGP) hasta 2073, tres años después del cese de responsabilidades de las eléctricas para que sean las sociedades futuras quienes asuman el coste de la gestión, en lo que califican como una de las mayores estafas perpetradas en nuestro país con el beneplácito de la Junta de Extremadura y el apoyo de la Comunidad de Madrid, principal receptora de la superproducción energética de Extremadura.

Ecologistas recalcan que la CNA no ha comunicado el cumplimiento de las medidas obligatorias para la ampliación y exige al gobierno central y a las autoridades competentes en seguridad nuclear que no permitan que se produzca ninguna ampliación ni que se ponga en riesgo a la población cercana a la central nuclear.
Además, añaden que la energía nuclear es poco flexible y más costosa que las renovables que acabarán tarde o temprano por sustituirla completamente y que la rentabilidad de la CNA depende de la socialización de sus pérdidas con dinero público.

Los activistas recuerdan que ante la ausencia de planes inmediatos para construir un AGP costeado por las empresas que se han lucrado generando estos peligrosos residuos, los bidones que los contienen van a permanecer en superficie y al aire libre durante décadas exponiendo a la población a un innecesario e injusto riesgo, ya que otras regiones se benefician de esta sucia energía, las empresas continúan con sus beneficios de forma fraudulenta y para Extremadura quedan el riesgo y los residuos.

La organización concluye exigiendo al gobierno central que no permita la ampliación de la vida útil de la CNA, que no dedique ni un euro de dinero público a subvencionar esta sucia e innecesaria industria y que planifique la construcción inmediata de un Almacén Geológico en Profundidad sufragado por las empresas que se han estado haciendo ricas a costa de sumirnos en innecesarios riesgos y de producir unos peligrosos residuos que van a tener que ser custodiados durante miles de años y exigen también al gobierno regional presidido por María Guardiola que retire inmediatamente su apoyo a la continuidad de la CNA y que se dedique a trabajar para crear, aunque sea tarde, planes de generación de empleo sostenible para la comarca de Campo Arañuelo y para esta región, que lleva muchas décadas convertida en una colonia energética al servicio de intereses privados.

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Palestina y geopolítica en Oriente Medio

18 Mayo 2018 at 15:22

En el programa de hoy, 16 de mayo, 70 años y un día después de la Nakba, con docenas de asesinados y miles de heridos por la ocupación sionista en los últimos dos días, hablamos con Alberto Cruz sobre la última masacre en Palestina, la salida de EEUU del acuerdo nuclear con Irán, la postura […]

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La Enredadera 11/03/12

12 Marzo 2012 at 16:26

Hoy compartimos una enredadera muy interesante. Tras la frase, la sintonía y la presentación, en la que dedicamos el programa a la chen del país en Castanesa y felicitamos a AraInfo por sus dos años de contrainformación, dinamizamos el noticiario nº16 d’AraInfo. A continuación, el especial antinuclear contó con las certeras aportaciones de Javier, Luis […]

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Siempre habrá apagones (y siempre se podrá hacer mejor)

Gestionar un sistema eléctrico no es tarea sencilla. Si además hablamos de un sistema como el de la España peninsular, la cuestión es bastante más compleja de lo que la mayoría de la gente supone.

Pensemos que la energía hay que verterla en la red eléctrica justo en el mismo instante en el que se consume. Es decir, cuando enciendes una bombilla, alguna central sube su producción ligeramente para satisfacer tu demanda (salvo que alguien apague algo…). Cada segundo de cada día, hay que mirar (varias veces) si la producción y la demanda son exactamente iguales.

No vamos a dar excesivos detalles técnicos, pero para hacernos una idea de cómo se controla esto, diremos que la electricidad en toda Europa está fijada a 50 Hz (hercios). Esto significa que la corriente alterna cambia de dirección 50 veces por segundo o, dicho de otra forma, las turbinas que generan electricidad deben girar exactamente a 50 vueltas por segundo. Y la precisión es tal que se controla hasta el tercer decimal. Es decir, si se detecta que la electricidad está alternando a 50,001 Hz, significa que se está produciendo más de lo que se consume y, por tanto, será necesario reducir la generación. Por otro lado, un valor de 49,999 Hz (o menos), es señal de que se está consumiendo más de lo que se está generando. El nivel de alerta se decreta si la variación afecta al segundo decimal.

El complejo sistema de la España peninsular

En el caso de España, todo esto hay que gestionarlo para multitud de nodos que generan y consumen energía, y sabiendo que cada consumidor enciende o apaga sus aparatos cuando quiere. Por fortuna, a nivel nacional, los consumos suelen ser (más o menos) predecibles, dado que (en masa) tenemos costumbres de consumo bastante repetitivas. Si no fuera así, los apagones serían más habituales. Saber esto nos da una idea de que averiguar exactamente las causas de un apagón nacional (como el que España sufrió el 28 de abril de 2025), puede requerir meses para analizar cientos de millones de datos correspondientes solo a unos cuantos segundos antes del apagón.

Veamos algunas de las características más relevantes del sistema eléctrico peninsular español:

  1. España tiene multitud de tipos de generación, tanto renovables (hidroeléctrica, distintos tipos de energía solar, eólica…), como no renovables (nuclear, gas metano…). Además, hay más de 60.000 centrales y más de 6.000 puntos de control solo en la red principal de transporte.
  2. España tiene gran penetración de sistemas no gestionables (que no se pueden encender y apagar a voluntad), como son la solar fotovoltaica, la eólica o la nuclear. Este tipo de energía complica la gestión y puede hacer que el sistema sea más vulnerable a apagones siempre que —y esto es importante— no se invierta adecuadamente para evitarlo.
  3. España y Portugal forman casi una isla energética, porque no tienen muchas conexiones con los países de su entorno, particularmente con el resto de Europa a través de Francia. Esto aumenta la vulnerabilidad. Dinamarca tiene más energía renovable que España, pero también más líneas con el exterior. Por otra parte, no olvidemos que estas interconexiones son a través de líneas eléctricas que pueden tener un enorme impacto ambiental, además de un coste no pequeño.
  4. La gestión está preparada para afrontar todos los fallos simples (regla N-1). Si se produce un fallo (la caída de una central, por ejemplo), el sistema responderá bien y, como mucho, habrá un apagón local, pero no nacional. Pensemos que este tipo de fallos simples los hay a diario y con frecuencia. Por tanto, un apagón nacional siempre se debe a un fallo múltiple, i.e., varios fallos simples que sucedan a la vez. Sin duda, la probabilidad de que esto ocurra es muy baja y, pudiera ser que no fuera rentable invertir en bajarla aún más.
  5. Reponer un sistema tras un apagón global no puede ser instantáneo, porque depende de los tiempos de arranque de cada tecnología. Las centrales hidroeléctricas arrancan en cuestión de minutos. En cambio, las centrales de gas necesitan en torno a 5 horas y las nucleares tardan más de 24 horas. Para levantar el sistema hay que gestionar la producción de cada central —según su tecnología— y la conexión a las redes que las conectan con los puntos de consumo. Este es un problema nada sencillo que España supo resolver en un tiempo bastante razonable (en menos de 18 horas se había recuperado la demanda casi al 100%).
  6. Si quieres conocer mejor el sistema eléctrico español, te recomendamos esta mini serie documental con diez vídeos muy didácticos.

¿Las nucleares y las renovables ayudan o no?

Los defensores de la energía nuclear —a veces con más interés político que conocimientos técnicos— han aprovechado el apagón para demandar más nucleares o alargar la vida de las viejas centrales actuales. Es innegable que la energía nuclear tiene algunas ventajas que, sin embargo, no consiguen que nos olvidemos ni de los costos ni de los riesgos.

Algunos pronucleares afirman, con razón, que cuanto mayor sea la potencia firme instalada (su inercia), más difícil es que haya caídas del sistema. Eso es cierto, pero es solo la mitad de la verdad. La realidad es que las centrales solares y eólicas instaladas en España tienen desde 2016 un protocolo llamado «simulación de inercia», con el cual se consigue algo similar. Es decir, si se cumple el protocolo, esa hipotética ventaja de las nucleares respecto a las renovables no es real. Por ejemplo, para conseguir esa inercia, existen los llamados volantes de inercia, que en la actualidad se emplean en algunos parques eólicos.

Gestionar un sistema solo con renovables no es fácil, igual que no lo es gestionar un sistema solo con nucleares. Ahora bien, no es imposible y, además, un sistema 100% renovable es mucho más barato y seguro que otro con energías sucias (sobre todo, si se monetizan todos los riesgos, costos, enfermedades, etc.). Por supuesto, son importantes los mecanismos de almacenamiento de energía, tales como las centrales solares térmicas (con sales fundidas), las hidroeléctricas reversibles o las baterías. Este última tecnología ha demostrado ser algo necesario para sacar el máximo partido a las renovables y que, además, consigue abaratar los costes. Véase el caso de Corea del Sur.

Por supuesto, los defensores de cualquier energía sucia (no renovable) alegan que ellos también defienden las renovables. Y es que, hoy es imposible negar las enormes ventajas de estas energías.

No olvidemos que la energía nuclear necesita uranio, que España no tiene, y lugares donde almacenar la basura radiactiva, cementerios nucleares, también llamados ATC. Construir un ATC nuevo es más arriesgado y complejo que utilizar como almacenes las centrales existentes que ya cuentan (en teoría) con la seguridad necesaria para manejar material radiactivo de alta peligrosidad. Por cierto, ATC significa Almacén Temporal Centralizado, ya que el plan es almacenarlos temporalmente (60 años) aunque la realidad es que los residuos nucleares son peligrosos durante millones de años. Esto da una idea de la visión tan cortoplacista de los que defienden la opción nuclear.

Algunas cosas están claras…

Solo los necios aprovechan el apagón en España para culpar a las renovables o pedir más nucleares. Ninguna empresa mundial quiere invertir en nucleares sin ayuda económica de dinero público. Las renovables son baratas y las empresas eléctricas están ganando mucho invirtiendo lo mínimo. Y lo más importante: no existe ningún plan nacional para reducir el consumo energético (ni eléctrico ni no eléctrico). Y hacer esto es lo más urgente e inteligente.

Es innegable que las renovables no se están expandiendo de forma justa, razonable ni cumpliendo las siete normas mínimas de sensatez ecosocial. Así, por ejemplo, voces como las de Juan Bordera o Antonio Turiel han denunciado que en España grandes corporaciones energéticas están implantando renovables “sin planificación” y “en busca del máximo beneficio”. Al parecer, para ahorrar costes no se han implementado los mecanismos para asegurar la estabilidad de la red. Los apagones podrían estar propiciados por la escasa presencia de sistemas de amortiguación de las oscilaciones de potencia que puedan surgir (POD, Power Oscillation Damping).

También se propone como algo urgente “recuperar las concesiones de las licencias caducadas de las hidroeléctricas y que habría que comprar como mínimo el 51% de Red Eléctrica” (empresa esencial que privatizó el PP en un 80%). Recordemos que la electricidad de las hidroeléctricas es muy barata, pero la estamos pagando al precio más caro.

Para terminar, debemos agradecer que, en España, el sistema eléctrico exista y funcione con calidad razonable, pero también deberíamos exigir que tienda a ser 100% renovable, que esté bien controlado y que sea suficientemente fiable, aunque no lo sea de forma absoluta (lo cual sería exageradamente caro). Es decir, soportar apagones es incómodo pero, tal vez, son necesarios para evitar pagar costes muy elevados. Y con más motivos en un futuro con crisis climática y en el que la energía y los materiales podrían ser más escasos. Esto implica que deberíamos tener en casa una radio a pilas, pero también pensar dos veces cosas como almacenar mucha comida congelada o si queremos vivir en pisos demasiado altos.

  • Nota: para más información recomendamos la entrevista a Jorge Morales de Labra y Alfredo García en Poner luz al apagón, programa de Objetivo Planeta de RTVE, presentado por Lorenzo Milá y emitido el 9/5/2025.

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