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AnteayerSalida Principal

¡Las naciones de Occidente deben cooperar con el Nuevo Orden Económico Mundial!

18 Octubre 2025 at 09:00
Por: Nuria

nuevo orden mundialnuevo orden mundial

Artículo del Instituto Schiller

La siguiente declaración la emitió el Instituto Schiller para su difusión inmediata a nivel internacional. Fue redactada como un llamado a la acción durante este período de cambios y agitación, e invitamos a todos a que la suscriban y la circulen.

6 de septiembre de 2025 — En la cumbre de la Organización de Cooperación de Shanghái (OCS) en Tianjin, con la representación de alrededor del 42% de la población del mundo, surgió un nuevo orden mundial, independiente de Occidente, fundamentado en los principios de soberanía, no interferencia, una cooperación económica mutuamente beneficiosa y de colaboración pacífica. En un acontecimiento de trascendencia histórica mundial, China e India, los dos países más poblados, que ya representan el 35% de la población mundial, han comenzado a cooperar estrechamente entre sí y con Rusia. Los países que se congregaron en la cumbre de la OCS, junto con las varias organizaciones interconectadas como el BRICS, la Iniciativa de la Franja y la Ruta (IFR), la Unión Económica Eurasiática (UEEA), la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (ASEAN), la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC), y la Unión Africana (UA), representan colectivamente el 85% de la humanidad.

El surgimiento de este nuevo orden es una respuesta a los intentos del Occidente colectivo, al terminar la Guerra Fría, de establecer un orden mundial unipolar bajo el dominio angloestadounidense, caracterizado por interminables guerras intervencionistas, sanciones e intentos de cambio de régimen, lo cual en última instancia le ha salido el tiro por la culata. Las naciones de la Mayoría Global están superando ahora una era de 500 años de colonialismo y están haciendo valer su derecho al desarrollo económico independiente. Esto es posible sobre todo gracias al ascenso sin precedentes de China, que ofrece a los países del Sur Global un modelo y la cooperación que Occidente les negó durante siglos.

Por consiguiente, el mundo ha llegado a un absoluto punto de inflexión. Podemos continuar con la confrontación geopolítica contra Rusia y China, corriendo el riesgo de una tercera guerra mundial, y esta vez definitiva; o bien, podemos optar por cooperar con este nuevo sistema económico emergente. El Presidente Xi Jinping ha propuesto la visión de una “Comunidad con un futuro compartido para la Humanidad”, lo cual puso de relieve en su discurso del 3 de septiembre en la conmemoración del 80º aniversario de la derrota de Japón: “¡La humanidad se hundirá junta, o se elevará junta!”¡

Es del interés fundamental de las naciones del Occidente colectivo, que ya no están verdaderamente unidas, que cooperen con los Estados de la Mayoría Global y que aborden de manera conjunta los grandes retos a los que se enfrenta la humanidad: superar la pobreza y el subdesarrollo; garantizar una paz mundial duradera; y garantizar el derecho de todas las personas de este planeta a desarrollar plenamente su potencial.

¡Por la realización de una comunidad compartida para el futuro de la humanidad!

Añade tu firma y comparte esta declaración mediante el enlace: https://tinyurl.com/Decla-06092025

Para más información, escríbenos a preguntas@schillerinstitute.org

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Summer Tapes Vol.1 – África punk?

22 Junio 2020 at 17:37

Estrenamos formato con nuestra primera cinta de verano dedicada al punk en África. Si recordamos los veranos de nuestra adolescencia con nostalgia en parte es por aquellas cintas de varios creadas con mucho amor que compartíamos con aquellas personas a las que queríamos. Ahora, aprovechando el verano retomamos aquel hábito, lo digitalizamos y lo lanzaremos cada […]

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ESPABILA!: 1×02

16 Diciembre 2018 at 02:11

Segundo programa de Espabila! donde hablamos de las diferentes músicas de diferentes países. También hablamos de «Israel Vibration» y su historia de superación ante la polio. Un programa lleno de emociones y de música para todo el mundo.

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El lamentable y vergonzoso final de la Marcha por la Libertad de los presos políticos saharauis

11 Junio 2025 at 06:00
Por: Caty R

La Marcha por la Libertad liderada por la francesa Claude Mangin -esposa del preso político saharaui Naama Asfari- ha recorrido muchos lugares desde Ivry-sur-Seine, en Francia hasta Tarifa durante dos meses, informando, haciendo talleres, contando lo que la mayor parte de la prensa silencia sobre la ocupación marroquí, ilegal y cruel.

La Marcha por la Libertad nos retrotrae a la Decisión de la Convención contra la Tortura y otros Tratos o Castigos crueles, inhumanos o degradantes -órgano de las Naciones Unidas- emitida el 15 de noviembre de 2016. Esta Decisión -hay muchas más del mismo tenor referentes a otros presos políticos saharauis- establece que Naama Asfari fue torturado. Se refiere también la Decisión a las deplorables condiciones sanitarias que padeció, y pide compensación, reparación por los efectos físicos y psicológicos de los daños infligidos, y garantía de no repetición. Pide rehabilitación para el detenido, y una investigación sobre lo sucedido con vistas a llevar a los responsables ante la justicia. Pide abstenerse de cualquier forma de presión, intimidación o represalia, como dañar la integridad física y moral del preso y su familia, y permitirle recibir en la cárcel visitas de su familia. También pide información en el plazo de 180 días de las medidas que se han tomado como consecuencia de las consideraciones expresadas.

de estas exigencias de las Naciones Unidas. Hasta el punto de que a la esposa de Naama, la francesa Claude Mangin que reside en Francia, y que se desplazaba cuando podía para ver a su marido, a partir de esa sentencia pidiendo expresamente que se permitiese al preso recibir en la cárcel visitas de su familia, se le impidió la entrada a Marruecos. Tuvo Claude que hacer una huelga de hambre de 30 días en el Ayuntamiento de su ciudad -Ivry-sur-Seine- para denunciar la violación de su derecho. Esa huelga tuvo como consecuencia una última visita a la cárcel de Kenitra, donde se encuentra su marido. Después, nunca más. Tras 5 nuevos intentos fallidos, Claude consideró otra manera de difundir la arbitrariedad de Marruecos: la Marcha por la Libertad, con la doble finalidad de intentar ver a su marido y de difundir la causa de los presos políticos saharauis encarcelados en Marruecos.

Terminó la Marcha en Algeciras con una concentración numerosa a la que acudieron gentes de todas partes, incluso del extranjero. Y luego, ya en Tarifa, catorce personas, entre ellas representantes políticos de España y Francia, acompañaron a Claude en el ferry hacia Tánger, en su intento de visitar a su marido preso.

Hay que destacar la vergonzosa actuación de la policía marroquí en un barco español y la vergonzosa ausencia de la policía española

Tampoco en esta ocasión cumplió Marruecos con las recomendaciones de la ONU, y Claude ni siquiera pudo desembarcar en Marruecos. La diferencia está en que en esta ocasión había 14 testigos con ella. No son invenciones de Claude.

La solidaridad, el esfuerzo, la ilusión marcaban el rumbo de la Marcha. Se hizo una difusión magnífica, y muchas personas se empiezan a incorporar a la lucha por la causa saharaui y por la defensa de sus presos a raíz de esa dinámica. La Marcha fue un éxito.

Y podría haber terminado con broche de oro si las autoridades marroquíes, por una vez, hubieran accedido a cumplir con la legalidad, permitiendo a Claude visitar a su marido. Pero no. Una vez más imperó la chulería y la impunidad.

Hay que destacar la vergonzosa actuación de la policía marroquí en un barco español y la vergonzosa ausencia de la policía española.

En el ferry había una garita para control de pasaportes a cargo de policías marroquíes identificados. Y luego había una caterva de policías marroquíes de paisano -que al principio se hicieron pasar por pasajeros con su maletita y todo- que actuaban como si estuviesen en su pueblo, intimidando a los pasajeros, filmándoles uno por uno, incluso en tierra española, en la cafetería del puerto y cuando subían la pasarela, diciéndoles dónde podían filmar y dónde no y dónde podían estar y dónde no, recibiendo órdenes de sus superiores, estos sí, identificados. Cogieron los pasaportes de los viajeros y los fotografiaron. A una pasajera le arrebataron el móvil por detrás y le hicieron daño en la mano. Ella tuvo que acudir al jefe de los policías marroquíes para pedir que se lo devolvieran, y este le obligó a borrar un vídeo si quería recuperarlo. La indefensión creaba angustia entre los pasajeros. Estaban atrapados. ¿Y dónde estaba la policía española para defenderles? No estaba. Todo esto en un barco de Balearia que en su página web tiene sus barcos registrados como de España o de la UE. Y en aguas españolas.

Estos policías les dijeron a los pasajeros que acompañaban a Claude -fichados por los servicios marroquíes desde hace tiempo- que no iban a bajar del barco. Les arrinconaron, y les dejaron ahí, de vuelta para Tarifa sin dar ninguna explicación ni entregar ningún tipo de atestado explicando el porqué de la no admisión en su territorio. La propia ley marroquí exige esa notificación justificativa.

Estuvieron inhibidas las señales de los móviles, de manera que los pasajeros no se pudieron comunicar. No podían avisar de lo que estaba pasando. Estaban coaccionados, sometidos contra su voluntad

Estuvieron inhibidas las señales de los móviles, de manera que los pasajeros no se pudieron comunicar. No podían avisar de lo que estaba pasando. Estaban coaccionados, sometidos contra su voluntad, sin libertad de acción ni de movimiento y con violencia e intimidación.

Habrá que saber qué responsabilidad tiene España en todo esto. Por muchos acuerdos que hubiera entre ambos países a efectos de cooperación en inmigración, los hechos ocurridos no tienen justificación. España tiene que dar explicaciones.

Cristina Martínez Benítez de Lugo es participante en el Movimiento por los Presos Políticos Saharauis.

Fuente: https://www.elindependiente.com/opinion/2025/06/09/el-lamentable-y-vergonzoso-final-de-la-marcha-por-la-libertad-de-los-presos-politicos-saharauis/

La posición de África en el nuevo orden mundial

9 Junio 2025 at 06:20
Por: Caty R

África se halla hoy en una encrucijada, atrapada entre crisis internas, la dinámica cambiante del poder mundial y el lento despliegue del orden político poscolonial. De un lado a otro del continente, los partidos gobernantes que en su día se vieron legitimados como libertadores nacionales están perdiendo terreno, pero la oposición sigue estando dividida y tiene poco que ofrecer en materia de gobernanza alternativa.

Las elecciones de 2024 en Mozambique fueron uno de los ejemplos más claros de este declive, cuando el partido gobernante, el Frelimo, se proclamó vencedor en un proceso condenado por mucha gente por fraudulento. El líder de la oposición, Venâncio Mondlane, candidato del partido Podemos, de reciente creación, acusó al gobierno de orquestar una manipulación electoral  masiva, pues recuentos paralelos de votos indicaban que en realidad él había ganado las elecciones. El partido gobernante respondió a las protestas multitudinarias desatando una represión violenta. Con ello daba continuidad a una tendencia a la supresión de la disensión política y al mantenimiento del control con medios cada vez más autoritarios.

La pérdida de legitimidad de estos gobiernos de la época de la liberación no se limita a Mozambique. En Sudáfrica, el Congreso Nacional Africano (ANC) ha perdido su clara mayoría por primera vez desde 1994, obteniendo tan solo alrededor del 40 % de los votos en las elecciones de 2024. Después de décadas de predominio político, el partido forma parte ahora de una coalición incómoda y sumamente frágil con la Alianza Democrática (DA), un partido con el que venía rivalizando desde hace mucho tiempo. Esto ha obligado al ANC a gobernar desde una posición más centrista, limitando su capacidad para desarrollar políticas que su base tradicional podría esperar.

Mientras que ciertos sectores del ANC consideran que esta coalición es una concesión necesaria para mantener la estabilidad, otros la tachan de traición a la misión histórica del partido, especialmente a causa de la orientación política neoliberal de la DA. Las consecuencias de estos hechos están por ver: dependerán de si perdura el gobierno de coalición, si seguirá fracturando al ANC o si dará pie al surgimiento de movimientos de oposición más fuertes al margen del proceso electoral oficial.

El declive del ANC se inscribe en una tendencia más amplia en el sur de África, donde el Zanu-PF de Zimbabue se atrinchera en el poder con medios represivos más que con apoyo popular, utilizando al poder judicial y a la comisión electoral para bloquear todo desafío de la oposición. Mientras, el Swapo de Namibia y el BDP de Botsuana se han visto confrontados con reveses electorales sin precedentes (el BDP ha perdido una elección por primera vez desde la independencia), lo que indica que incluso partidos gobernantes que en tiempos se habían mostrado estables ya no tienen garantizada ninguna victoria electoral fácil. La aparición de estos cambios señala que sus credenciales antaño potentes como partidos libertadores ya no bastan para asegurar un mandato gubernamental suficiente.

Conflicto

El debilitamiento de estos gobiernos se produce sobre el telón de fondo  de una agravación de los conflictos y de la inestabilidad en otras partes del continente.

Sudán sigue inmerso en una guerra devastadora entre las Fuerzas Armadas Sudanesas y los paramilitares de las Fuerzas de Apoyo Rápido. Este conflicto ha desplazado a millones de personas y se ha internacionalizado progresivamente, ya que Egipto y los Emiratos Árabes Unidos apoyan a bandos opuestos. La guerra no solo ha profundizado el colapso económico de Sudán, sino que también supone una amenaza para la estabilidad regional, con efectos de contagio en Chad, Sudán del Sur y Etiopía.

La República Democrática del Congo (RDC) sigue combatiendo con insurgencias armadas, particularmente el reaparecido M23, que cuenta con el apoyo de Ruanda, lo que exacerba las tensiones regionales. Las acusaciones de interferencias transfronterizas contribuyen al deterioro de las relaciones diplomáticas.

Estas crisis no están aisladas, sino que reflejan un fracaso más profundo de la gobernanza en toda África, donde en muchos casos el Estado es incapaz de resolver los agravios sociales y económicos sin recurrir a la violencia.

El efecto Trump

En medio de todas estas crisis, África también tiene que lidiar con el cambio del orden internacional. El retorno de Donald Trump a la Casa Blanca ya ha empezado a reconfigurar las relaciones de África con EE UU. Se ha producido un giro a favor de una relación mas transaccional y un renovado énfasis en la seguridad por encima del desarrollo. Una de las primeras medidas importantes de Trump en el ámbito de la política exterior fue la eliminación de la ayuda al desarrollo con el desmantelamiento de USAID y la retirada de la financiación de programas de salud cruciales, incluido el Plan de Emergencia del Presidente de EE UU para el Alivio del Sida (PEPFAR). Esto deja a millones de personas sin poder acceder a un tratamiento contra el VIH y otros servicios críticos.

Esto se ha sentido de forma más aguda en países en que los sistemas de salud ya se encuentran extremamente tensionados, exacerbando las crisis de salud pública que podrían tener efectos desestabilizadores a largo plazo. El gobierno estadounidense justifica estos recortes con argumentos propios de su ideología de América Primero, que considera que la ayuda exterior es un gasto innecesario y no una inversión estratégica en estabilidad.

Y esto ha coincidido con un endurecimiento de la política de EE UU en materia migratoria. El gobierno se plantea prohibir la concesión de visados de entrada que podría afectar a docenas de países africanos al restringir el acceso de estudiantes, trabajadores y turistas. Este enfoque recuerda  el cierre de fronteras de la primera presidencia de Trump. Anuncia una profundización del aislamiento de EE UU con respecto a África, tratando al continente más como un riesgo de seguridad y fuente de inmigrantes que como socio diplomático o económico.

Trump y Sudáfrica

La hostilidad mostrada por la administración estadounidense hacia Sudáfrica ha sido particularmente chocante. Trump expulsó al embajador sudafricano e impuso sanciones en respuesta a la política de expropiación de tierras de Pretoria y sus posiciones en materia de política exterior, sobre todo su iniciativa de responsabilizar a Israel del genocidio que está cometiendo en Gaza. El gobierno estadounidense sostiene que esto implica simpatía por Hamás e Irán.

Estas medidas punitivas reflejan la incomodidad en general que manifiesta el trumpismo con gobiernos que cuestionan la hegemonía estadounidense, especialmente con los que forman parte del grupo BRICS. Al calificar las posiciones políticas de Sudáfrica de “antiamericanas”, Trump ha cercenado efectivamente una de las relaciones diplomáticas más significativas entre EE UU y una potencia africana. Esto encaja asimismo en la voluntad general de su presidencia de privilegiar a Estados autoritarios de derechas y aislar a gobiernos que considera de izquierdas o independientes.

EEUU, China y los recursos africanos

Al mismo tiempo, el gobierno de Trump busca un tipo distinto de relación con otros países africanos, en particular en lo tocante a los recursos. Actualmente está negociando un tratado de minerales por seguridad con la RDC. Ofrecen asistencia militar a cambio del acceso exclusivo a minerales críticos, imprescindibles para las industrias avanzadas de EE UU, sobre todo del sector tecnológico y la industria militar. El acuerdo aseguraría a las empresas estadounidenses un control amplio de la extracción de cobalto y otros minerales esenciales. Refleja un cambio de estrategia de EE UU, que ha sustituido la ayuda al desarrollo por la extracción económica directa.

El gobierno estadounidense alega que esta colaboración ayudará a estabilizar la RDC al prestarle asistencia en materia de seguridad. Las opiniones críticas señalan que amenaza con intensificar la dinámica neocolonial al dar prioridad a la extracción de recursos sobre el desarrollo económico genuino.

La política de China con respecto a África también está cambiando. Durante dos decenios, Pekín era el principal socio económico del continente y financiaba infraestructuras y comerciaba a una escala muy superior a la de cualquier otra potencia extranjera. Sin embargo, ahora que la economía china cojea en el interior, su disposición a conceder cuantiosos préstamos a los gobiernos africanos se ha visto mermada. Países como Zambia y Kenia, endeudados con China hasta las cejas, ya sienten las presiones de la nueva estrategia crediticia del país asiático. Parece que los días en que China ofrecía facilidades de crédito para grandes proyectos de infraestructura están pasando a la historia.

Esto está dejando a los países africanos en una posición precaria. Muchos gobiernos que han estructurado sus economías alrededor de las continuas inversiones chinas se encuentran ahora ante la dificultad de ajustarse a la nueva realidad. El cambio deja a África con menos opciones de financiación externa, dado que las instituciones financieras occidentales también imponen unas condiciones más estrictas para la concesión de préstamos, en particular con los países muy endeudados.

¿Es posible una nueva política?

Para los gobiernos africanos, estos cambios plantean cuestiones difíciles en materia de estrategia política y económica. El declive de los movimientos de liberación nacional no ha dado lugar todavía a la aparición de alternativas progresistas viables. Los partidos de oposición de toda la región preconizan en gran parte modelos de gobernanza neoliberales en vez de articular nuevos enfoques para la transformación económica. En lugar de un cambio decidido a favor de una renovación democrática, buena parte del continente parece desorientada entre el aumento de la represión estatal y la fragmentación de la oposición. Muchos partidos de oposición, por mucho que critiquen a los gobiernos, no han sido capaces de ofrecer programas económicos que rompan con el paradigma neoliberal dominante. Esto significa que incluso en los países en que los partidos gobernantes experimentan un declive electoral, apenas hay nada que indique de que su sustitución cambiaría realmente el panorama político o económico.

Mientras que los movimientos implicados en luchas obreras o vecinales siguen reclamando un cambio, su capacidad para desafiar las estructuras de poder arraigadas no está clara. La debilidad actual de las alternativas de izquierda en África refleja una tendencia global generalizada, en que las fuerzas socialistas y socialdemócratas tienen dificultades para reafirmarse en un mundo dominado por el capital financiero y el poder empresarial.

Sin embargo, hay indicios de que esto podría cambiar. De una punta a otra del continente se oyen cada vez más llamamientos a favor de la soberanía económica, se reivindican programas de refuerzo de la protección social y se manifiesta una creciente resistencia a los dictados financieros del exterior. Si estas luchas dan pie a formaciones políticas coherentes, podrían sentar las bases de un nuevo tipo de política, una política que rompa tanto con los fracasos de los partidos surgidos de la liberación como con las limitaciones de las fuerzas de oposición liberales.

El orden político poscolonial en África se hunde, pero no está claro, ni mucho menos, qué vendrá después. La erosión de la legitimidad de los partidos gobernantes todavía no se ha traducido en una transformación significativa del sistema. En muchos casos no ha hecho más que abrir la puerta a nuevas formas de maniobra de las élites. En este momento de transición, la batalla real no se limita únicamente al terreno electoral, sino que tiene que ver con la naturaleza misma del Estado, de la gobernanza económica y del lugar de África en un orden mundial que cambia rápidamente. Hasta que surjan alternativas que se enfrenten a la dependencias del continente de las finanzas globales, de la extracción de recursos y del crecimiento basado en el endeudamiento, África seguirá sometida a ciclos de inestabilidad, con o sin los viejos movimientos de liberación al mando.

Texto original: Amandla!

Traducción: viento sur

Fuente: https://vientosur.info/la-posicion-de-africa-en-el-nuevo-orden-mundial/

El Frente Polisario y el cinismo de los cretinos

9 Junio 2025 at 06:00
Por: Caty R

Decir que el Frente Polisario (FP) es “una entidad privada no reconocida” es una absoluta memez, impropia de quienes se consideran vanguardia del ‘progresismo’ nacional e internacional. Quienes leemos estas estupideces, no damos crédito a lo que leemos y al nivel de degradación a que ha llegado el partido PSOE: no me atrevo a decir Partido ‘socialista’. Ya no saben qué hacer o decir para negar lo evidente y ahondar aún más su caída en el lado equivocado y oscuro de la Historia, junto a las fuerzas más reaccionarias de la sociedad.

Y no es ya solo que el PSOE “juegue a desinformar”, como señalan los más benignos con esta gentuza. “Es mucho más grave que eso” –señalan otros–, “porque son fuerzas organizadas que excluyen todo atisbo de progreso verdaderamente democrático; y desde luego, si se trata del moro y del musulmán”. “Estos tipejos no tienen límites, sumisión a tope al Sultán”. “Es repugnante”. “Van a por todas, guerra total a todos los niveles” … Son comentarios que me van llegando al tiempo que yo mismo voy escupiendo estas líneas como puedo.

Decir que el Frente Polisario es “una entidad privada”, como si fuera una farmacia, un concesionario de automóviles o un equipo de fútbol, no deja en muy buen lugar ni a los ‘intelectuales’ (¿?) orgánicos ni a los comisarios políticos del partido antaño socialista y hoy covacha de truhanes, espabilados y desaprensivos.

No deja en muy buen lugar ni a los ‘intelectuales’ orgánicos ni a los comisarios políticos del partido antaño socialista y hoy covacha de truhanes, espabilados y desaprensivos

Después de 50 años de heroica lucha y resistencia del pueblo saharaui, ahora estos listillos de tercera nos salen con esas.

El Frente Polisario fue creado en 1973. Y ni siquiera en ese lejano momento fue “una entidad privada no reconocida”. ¡Vaya si se le conoció y vaya si se le reconoció! ¡Si hasta incluso el Gobierno de la UCD, el de Adolfo Suárez, acudió a negociar con el FP las condiciones de entrega de los militares españoles! Por cierto, el Ejército español ¿era también “una entidad privada”? Porque este es el tipo de necedades a que lleva la ‘lógica’ del PSOE.

Sí, España era entonces la potencia colonial, la ‘madre patria’, la metrópoli, una “entidad pública reconocida” que había firmado su sentencia de muerte como ‘madre patria’ con los vergonzosos sucesos sangrientos de Zemla, la matanza de saharauis, la ‘desaparición’ y asesinato del dirigente saharaui Bassiri…, del que todavía hoy la ‘entidad pública reconocida” (gloriosos valores patrios) llamada España no ha dado razón alguna ni ha desclasificado los documentos secretos (¡Estado transparente y de Derecho!), a pesar de ser miembro de la ONU, la OTAN, la UE, el FMI y demás parafernalia de siglas de “entidades reconocidas” que parecieran dotar a este país de pasaporte, prestigio y ‘garantías de seriedad’.

El FP, señores del PSOE, fue RECONOCIDO por Naciones Unidas como representante legítimo del Pueblo Saharaui y desde entonces mantiene en Nueva York a su Representante ante la ONU: nuestro querido y llorado Ahmed Bujari hasta su fallecimiento hace unos años, y su sucesor Sidi Omar desde abril de 2018. La Representación legal y reconocida del pueblo saharaui no es, señores del PSOE, “una entidad privada no reconocida”, como pudiera serlo una frutería o un club de fútbol, señores del PSOE.

El Frente Polisario, como vanguardia del pueblo saharaui, ha librado muchas y muy dolorosas batallas, en los terrenos político, diplomático y militar, como para que vengan ahora unos memos ignorantes a tildarlo de “entidad privada”, de la misma manera que las contrapartes alauitas del PSOE y su maquinaria de desinformación, intoxicación y propaganda tratan de denigrarlo, chequera en ristre, intentando hacerlo pasar por “organización terrorista” (¿reconocida?, ¿privada?).

Muy al contrario, el FP es la vanguardia organizada del heroico pueblo saharaui, expulsado de su tierra, como los palestinos, abandonado por el Gobierno español (el franquista y el socialista), entregado a sus enemigos, y bombardeado por estos –los del abrazo fraternal y la propuesta de autonomía—con napalm y fósforo blanco, prohibidos –al igual que la invasión y ocupación—por la legislación internacional, esa que tanto respetan los Trump, Netanyahu y demás secuaces.

El pueblo saharaui (¿”entidad privada no reconocida”?), con el FP a la cabeza, proclamó su independencia, su Constitución y su propio Estado, la República Árabe Saharaui Democrática, RASD, que ha sido RECONOCIDA como Estado por al menos otros 84 Estados, aunque después, la chequera, los chanchullos, las presiones y los chantajes de Marruecos hayan hecho el trabajo, no ya sucio, sino repugnante de tratar de eliminar del mapa mundial a la RASD, al pueblo saharaui y a los principios del orden jurídico internacional basado en reglas.

El Polisario ha ganado en los Tribunales a Marruecos, a España, a la Comisión y al Consejo de la UE. A todos

La ONU reconoció al Frente Polisario. La Unión Africana (¿55Estados!) reconoció a la RASD. El FP mantiene embajadas en muchos países, a pesar de no contar con la chequera de que dispone Marruecos, engrosada con las dádivas financieras de España, la UE y las petromonarquías golfas, las que financian Muros de la Vergüenza, impunemente asesinan y desaparecen Kashogis y cobijan a eméritos huidos.

A lo largo de varios años, y mediante una serie de sentencias sucesivas, el Tribunal de Justicia de la Unión Europea (TJUE) ha dado la razón al Frente Polisario como representante legítimo del pueblo saharaui –como ya hicieran la ONU y el TIJ en 1975—y le ha reconocido su capacidad jurídica activa. Y el FP ha ganado en los Tribunales a Marruecos, a España, a la Comisión y al Consejo de la UE. A todos.

Y ahora vienen los iluminados del PSOE y dicen que el Frente Polisario es “una entidad privada”. Solo les faltó añadir eso de “sin fines de lucro”. Vamos, como un club de fútbol de tercera categoría. De lo que se deduce que en ese partido sobran los estudios universitarios y que han perdido el Norte. O algo mucho peor, si es que alguna vez lo tuvieron: la conciencia y la ética.

Luis Portillo Pasqual del Riquelme es Doctor en Ciencias Económicas; miembro del Centro de Estudios sobre el Sáhara Occidental (CESO) de la Universidad de Santiago de Compostela, y autor de En defensa de la Causa Saharaui. Testimonios de Denuncia, Solidaridad y Resistencia (Círculo Rojo, 2024).

Fuente: https://www.elindependiente.com/opinion/2025/06/07/el-frente-polisario-y-el-cinismo-de-los-cretinos/

Las armas vuelven a rugir en Libia

7 Junio 2025 at 06:20
Por: Caty R

El 12 de mayo de 2025, Abdul Ghani al-Kikli, conocido por todos en Libia como Ghnewa al-Kikli, fue asesinado durante una reunión en el interior de una instalación de la milicia dirigida por la 444ª Brigada de Combate en Trípoli. Ghnewa, como se le llamaba, dirigía la Autoridad de Apoyo a la Estabilidad (AAE), que ha gobernado con mano de hierro varias zonas de Trípoli y parte del norte de Libia. El líder de la Brigada 444, el general de división Mahmud Hamza, celebró que sus tropas hubieran “derrocado al imperio Ghnewa”. Hamza, aunque arraigado en su milicia, es el director de inteligencia militar de uno de los diversos gobiernos que pretenden ser el gobierno oficial de Libia. La muerte de Ghnewa abrió un nuevo ciclo de violencia en Trípoli, ya que los combatientes del AAE salieron a la calle desolados por la muerte de su líder. Mientras la AAE se desintegraba en medio de la desesperación, la 444ª Brigada se dirigió a los puestos y propiedades desocupados de esta milicia  para reclamarlos. En ese momento, como si Libia necesitara más problemas, las Fuerzas Especiales de Disuasión RADA, dirigidas por el líder islamista Abdul Raouf Kara, atacaron a la 444ª Brigada. Las fuerzas al-Radaa o RADA de Kara están inspiradas en la corriente salafista del Madjalismo, favorecida por sectores de la Hermandad Musulmana libia, y aunque el nombre parezca indicar que se trata de una fuerza gubernamental, no es sino otra milicia enaltecida que dedica su tiempo a perseguir a las fuerzas políticas no islamistas de Libia.

El enfrentamiento entre la Brigada 444 y la AAE, y luego con las Fuerzas Especiales de Disuasión RADA, provocó otra oleada de reproches sobre el tribalismo y el islam en Libia. Así fue como la prensa occidental y los gabinetes de estudio informaron de lo sucedido en Trípoli. Pero esto es totalmente engañoso. El general de división Hamza respondió en su página de Facebook a las críticas de que su Brigada 444 actuaba como una milicia con fines sectarios: “Durante años hemos velado por la seguridad y la protección de los ciudadanos, evitando el derramamiento de sangre y frenando el conflicto armado. No somos partidarios de la guerra, y sí de la inviolabilidad de la sangre de inocentes y de la protección de vidas, bienes y honores. Nuestra intervención en los últimos años para detener los conflictos armados es prueba de la sinceridad de nuestras intenciones”. Se apresuró a reunirse con el Primer Ministro del Gobierno de Unidad Nacional de Libia, Abdul Rahman al-Dbeibeh, y le comunicó que la Brigada 444 había asegurado los principales cruces de Trípoli, como los de Salahaldeen y Ain Zara. Todo parecía haber vuelto a la normalidad.

El escenario creado por la OTAN

Cuando la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) fue más allá del mandato de la resolución 1973 del Consejo de Seguridad de la ONU en 2011 no estableció una zona de exclusión aérea y evitó un baño de sangre en Libia, sino que destruyó las instituciones del Estado libio y proporcionó cobertura aérea a toda una gama de milicias armadas. Estos grupos, financiados por una multitud de actores (Egipto, Emiratos Árabes Unidos, Arabia Saudí, Qatar, Turquía y Estados Unidos), cooperaron para acabar con los restos del Estado libio, pero no había nada que los uniera. En el momento en que asesinaron brutalmente a Muamar el Gadafi y reclamaron el control de Trípoli, se volvieron unos contra otros. La apresurada convocatoria de elecciones parlamentarias en 2012 colocó a algunas de estas facciones en abierto conflicto: la Hermandad Musulmana se fusionó en su mayoría en torno al partido Justicia y Construcción (liderado por un antiguo director de hotel, Mohamed Sowan) y al Frente Nacional para la Salvación de Libia (liderado por el largo tiempo exiliado Mohamed el-Magariaf), el salafista Partido Patriótico (dirigido por el clérigo Alí al-Sallabi y el combatiente de al-Qaeda Abdelhakim Belhadj), y los liberales de la Alianza de Fuerzas Nacionales (dirigida por Mahmud Jibril, apoyado por EE.UU.). Las fuerzas pro Gadafi habían sido prohibidas. Ningún líder político se alzó con mayoría parlamentaria y los islamistas y otras milicias comenzaron a destruir el país al desvanecerse el monopolio estatal sobre las fuerzas armadas. Se sucedieron un primer ministro tras otro, pero ninguno ostentaba el poder real. Toda la situación creada por la OTAN en 2011 explotó en lo que ahora se conoce como la Segunda Guerra Civil, que transcurrió entre 2014 y 2020.

Surgieron entonces tres centros de poder. El Gobierno de Unidad Nacional y el Gobierno de Salvación Nacional operan en Trípoli, mientras el Gobierno de Estabilidad Nacional tiene su base en Tobruk y Bayda. Las armas rugieron y el general Jalifa Haftar, ex agente de la CIA, intentó en varias ocasiones apoderarse de Trípoli desde el este y aportar una solución militar al desorden político. Pero nadie fue capaz de imponerse. Libia se convirtió en un caos, los pozos de petróleo se atascaron, proliferaron los robos y las instituciones gubernamentales se deterioraron. Ninguna de las principales fuerzas políticas podía reivindicar su condición de libia, por lo que nadie pudo superar sus orígenes regionales (líderes de tal o cual milicia de tal o cual ciudad) o su limitada base de poder (jefe de tal o cual grupo con hombres armados capaces de defender tal o cual barrio o ciudad). A falta de una fuerza nacional (con un proyecto militar o político), Libia ha pasado la última década sumida en la violencia y la desesperación.

Ghnewa era un ejemplo perfecto del tipo de hombre que dominaba Libia. Nació en Bengasi, pero su familia procede de Kikla, una ciudad de las montañas Neflusa, a unos 150 kilómetros al suroeste de Trípoli (a donde regresó su cadáver  para ser enterrado el 14 de mayo). En 2011, cuando Gadafi fue derrocado, Ghnewa poseía y trabajaba en una panadería en el distrito obrero Abu Salim, en Trípoli. Ya entonces formaba parte del “ejército local” en aquel duro barrio, y plasmó esa experiencia en la creación de una milicia que se fue apoderando cada vez más de sectores de la economía y la vida de Trípoli. Era la AAE la que dirigía muchas de las prisiones en las que se ha detenido, torturado y luego vendido como esclavos a inmigrantes (recientemente, el Tribunal Penal Internacional emitió una orden de detención contra Osama Elmasry Njeem, el jefe de una de estas prisiones; en lugar de entregarlo, el gobierno italiano, que tenía a Njeem bajo custodia, lo envió de vuelta a Libia). Aunque resulta tentador imaginar que su muerte forma parte de un intento de limpiar los grupos de milicianos, en realidad es parte de la lucha interna más general que enfrentó a las milicias, característica de la Segunda Guerra Civil libia. Las redes sociales muestran el movimiento de grupos de milicianos desde Warsehfana y Zawiya, en el oeste de Libia, hacia Trípoli, quizá en apoyo del grupo RADA de Kara. No hay optimismo inmediato sobre la situación tras la muerte de Ghnewa. El panadero vivió por las armas y murió por las armas. Su vida desde la guerra de la OTAN se ha caracterizado por la violencia y la corrupción, ingredientes peligrosos que definen a la Libia actual.

Sacudidas  peligrosas

Pocos días después de la muerte de Ghnewa, el muftí* de Libia, el jeque Sadiq al-Ghariani, acudió al canal de televisión Tanasuh con la intención de hacer un llamamiento “para que el pueblo tome las calles por decenas de miles y reclame elecciones y el final de las fases de transición”. Al-Ghariani, un clérigo salafista, surgió en medio del caos de la guerra de la OTAN para reivindicar esta importante posición y desde allí empezó a ofrecer fatuas contra Gadafi y, más tarde, contra cualquiera que se opusiera a su visión del mundo. Hoy en día sigue siendo muy poderoso y tiene estrechos vínculos con algunas de las fuerzas islamistas del país. Mientras tanto, el general Jalifa Haftar aprovechó el aniversario de lo que se denomina el levantamiento de al-Karama (Dignidad) de 2014 para ofrecer su opinión de que el ejército es la institución más importante de Libia y debe ser aclamado por su valentía y compromiso con la nación. Entre al-Ghariani y Haftar se encuentran las dos fuentes de poder dentro del país, aquellos que esgrimen el Corán y las armas con fines políticos. Sin embargo, incluso ellos están fragmentados.

Pero la verdadera fuente de poder está en otra parte. Desde 2011 las Naciones Unidas han aprobado 44 resoluciones requiriendo estabilidad en Libia y contra la interferencia extranjera. El alto del fuego de 2020, basado en el proceso de Berlín II, creó diversas plataformas para buscar la estabilidad y la soberanía, incluyendo el Grupo de Trabajo por la Seguridad, el Grupo de Trabajo por la Economía y la Comisión Militar Conjunta 5+5. Estos grupos se han convertido en vehículos para la intervención de potencias extranjeras, desde Estados Unidos hasta Turquía, interesadas en la futura producción petrolera de Libia. Simplemente no permitirán que Libia respire porque eso significaría que podría tomar decisiones sobre el petróleo que no satisfagan a las fuerzas externas. En cada uno de estos grupos y los muchos otros establecidos desde 2012, la representación libia ha sido la mínima, principalmente porque la propia Libia está fragmentada y desorientada.

Las armas vuelven a rugir en Libia. El dinero entra a raudales desde el exterior con la esperanza de que algún día el petróleo libio permita que el dinero fluya en dirección contraria. En las arenas movedizas del interior de Libia, la esperanza es mínima. El deseo es que no haya más conflictos, pero eso es poco probable. El país está repleto de hombres armados. Y tienen muchas balas.

N. del T.: Jurisconsulto musulmán con autoridad pública cuyas decisiones son consideradas como leyes.

Fuente: https://www.counterpunch.org/2025/06/05/the-guns-are-again-ablaze-in-libya/

Movimiento de justicia climática hace frente a contaminadores petroleros en Nigeria

5 Junio 2025 at 06:00
Por: Caty R

ABUJA – A principios de mayo se congregaron en Abuja  más de 40 grupos de la sociedad civil de Nigeria para lanzar el Movimiento por la Justicia Climática, el primero  nacional de este tipo. El objetivo es aunar esfuerzos contra los efectos del cambio climático en este país y otros del continente, comenzando por los que provocan los contaminadores petroleros.

El Movimiento por la Justicia Climática en Nigeria forma parte de una iniciativa más amplia de Greenpeace África para crear nuevas alianzas y reforzar la acción colectiva en todo el continente.

Iniciativas similares se han puesto en marcha en la República Democrática del Congo, Camerún y Ghana y el movimiento promueve la colaboración entre grupos de base que abotan por soluciones sostenibles y la justicia medioambiental en África.

Al final del encuentro de dos días, los grupos firmaron el Pacto de los Contaminadores, en el que se pide a las empresas petroleras y gasísticas que asuman la responsabilidad por el daño medioambiental que han causado y causan con su explotación de hidrocarburos.

La explotación y exportación de petróleo es la principal fuente de ingresos y de divisas en Nigeria, el país más poblado de África, pero esa riqueza que ha determinado su economía desde los años 60, no se ha trasladado a sus más de 223 millones de habitantes y al menos 63 % vive en pobreza.

Al final del encuentro, también se emitió una declaración conjunta en la que se reafirmaba el compromiso de exigir responsabilidades a los contaminadores y garantizar que la voz de África se escuche en las negociaciones mundiales sobre el clima.

«La contribución de África a la crisis climática, en términos de contaminación, es tan mínima que es casi insignificante. Sin embargo, nuestras comunidades se encuentran entre las más afectadas», dijo Murtala Touray, director de programas de Greenpeace África.

Añadió que «mientras los países desarrollados se industrializaban, contaminaban el medioambiente y nos dejaban atrás. Ahora, incluso se resisten a apoyar a otras comunidades que trabajan para adaptarse y reducir el impacto del cambio climático en aras de nuestro bienestar y nuestros medios de vida».

Hablando sobre la importancia del movimiento en Nigeria, dijo que «la destrucción que estamos presenciando hoy exige actuar. Debemos levantarnos para proteger nuestro planeta, salvaguardar los medios de vida y la dignidad de nuestras comunidades y dejar un mundo mejor para las generaciones futuras».

Touray aseguró que «el lanzamiento del Movimiento por la Justicia Climática en Nigeria no es solo un evento puntual, sino que marca el comienzo de un largo viaje».

La maldición del petróleo en Nigeria

Friday Nbani, residente en el delta del Níger, una zona rica en petróleo, ha sido testigo de numerosos vertidos de petróleo. Para él, el petróleo, que en su día se consideraba una bendición, se ha convertido en una fuente de dolor y destrucción.

El delta del Níger está considerado una de las regiones más contaminadas del mundo. Décadas de extracción petrolera sin control han provocado vertidos de petróleo, quema de gas y la liberación de sustancias químicas tóxicas.

Todo ello ha envenenado la tierra y el agua, destruyendo los medios de vida y el medio ambiente. A pesar de la enorme riqueza generada por el petróleo, la región sigue siendo pobre, con ríos contaminados y la pérdida de importantes bosques de manglares.

Recientemente, el 5 de mayo de esre año, se produjo un nuevo derrame de petróleo en la comunidad de Ikata, en el estado de Rivers, en el delta del Níger.

Ocurrió a lo largo de un oleoducto de 14 pulgadas operado por Renaissance Africa Energy Company Ltd. (Raec). Esta empresa había comprado recientemente los activos de Shell en Nigeria en una operación de 2400 millones de dólares.

Ahora, Raec se enfrenta a una demanda. La comunidad de Bodo, en el área de gobierno local de Gokana, ha llevado a la empresa a los tribunales. Recuerdan que la limpieza de dos importantes derrames de petróleo ocurridos en 2008, causados por oleoductos operados por Shell, aún no se ha realizado adecuadamente.

Según diferentes informes, esos derrames vertieron más de 600 000 barriles de petróleo en sus aguas y dañaron grandes extensiones de bosques de manglares.

Los expertos afirman que fue uno de los peores derrames de petróleo del mundo, con unos 40 millones de litros de petróleo vertidos cada año en todo el delta del Níger.

Shell, una empresa petrolera antes neerlandesa y ahora británica que comenzó su extracción petrolera en el delta del Níger en 1956, está considerada una de las empresas más contaminantes de Nigeria.

Se le acusa de haber dañado el delta del Níger durante muchos años. Ahora, sus detractores afirman que está tratando de eludir su responsabilidad vendiendo sus activos.

Sherelee Odayar, activista de Greenpeace África contra el petróleo y el gas, se ha pronunciado en contra de esta medida.

«Durante décadas, gigantes petroleros como Shell han obtenido miles de millones en beneficios del suelo nigeriano, dejando atrás ecosistemas devastados y comunidades destrozadas», dijo.

Añadió que «las recientes investigaciones de los medios de comunicación que han sacado a la luz la negligencia de Shell en el delta del Níger son un ejemplo de la toxicidad y el egoísmo de las comunidades que han soportado durante generaciones».

Con la declaración del Movimiento de Justicia Climática, «enviamos un mensaje claro: la era de la contaminación descontrolada y la impunidad de las empresas ha terminado. Es hora de que los contaminadores paguen».

Shell atribuyó la mayor parte de los derrames a la interferencia ilegal de terceros, como el sabotaje y el robo de oleoductos. Dos comunidades han llevado a la empresa a los tribunales por los daños medioambientales.

Un portavoz de Shell afirmó que el litigio «no contribuye en nada a resolver el verdadero problema del delta del Níger: los derrames de petróleo debidos al robo, el refinado ilegal y el sabotaje, que son los que causan los mayores daños medioambientales».

Nbani, que dirige la Lekeh Development Foundation, una organización de base que defiende los derechos de la población, y apoya el Pacto Polluters Pay, cree que el Movimiento por la Justicia Climática puede ayudar a las comunidades a obtener justicia.

«Los derrames han afectado a nuestra salud, a la agricultura y a la pesca. Ni siquiera nuestras casas son seguras», dijo a IPS.

Añadió que «la gente está alzando la voz porque está sufriendo. Solo los que vivimos aquí lo entendemos de verdad. Pero el gobierno sigue hablando de producir más petróleo. Nos sentimos olvidados. ¿Cuánto tiempo más podemos vivir así?».

Un movimiento impulsado por la población

«Creo que la solución es el poder del pueblo. La gente tiene que darse cuenta del poder que tiene. Movimientos como el Movimiento por la Justicia Climática son importantes porque ayudan a la gente a entender su derecho a controlar sus recursos. Si algo es tuyo, debes tener control sobre ello», consideró Nbani.

Le entusiasma que el movimiento esté liderado por comunidades de base, activistas y grupos de la sociedad civil directamente afectados por la crisis climática. Añadió que esto permite a los más afectados organizarse, impulsar la justicia medioambiental y exigir responsabilidades a los contaminadores.

Cynthia Moyo, responsable de la campaña sobre clima y energía de Greenpeace África, afirmó que es esencial poner en marcha un movimiento popular por la justicia climática en Nigeria, dado el importante papel que desempeña el país en la crisis climática.

«El futuro climático y energético de Nigeria depende en gran medida de la voluntad política, la cooperación regional y una inversión significativa en energías limpias!, dijo a IPS.

A su juicio, «las decisiones que tomemos en esta década determinarán si nos convertimos en un continente resistente al clima con una economía estable o si seguimos atrapados en los riesgos y la inestabilidad de la dependencia de los combustibles fósiles».

«Es esencial que iniciemos una transición justa de los combustibles fósiles a las energías renovables», subrayó.

Si bien el Movimiento por la Justicia Climática está impulsado por la población, Tolulope Gbenro, consultora de impacto social, destacó la importancia de la participación de los jóvenes.

«El cambio climático nos afecta a todos, y el movimiento por la justicia lucha tanto por el presente como por el futuro. Los jóvenes no son solo los líderes del mañana, sino también del hoy. Si no participan en las decisiones que afectan al clima, su futuro y el del planeta estarán en peligro», afirmó.

Esperanza en la oscuridad

Harry Dandyson, defensor de los derechos humanos y residente en el delta del Níger, quiere que el gobierno imponga impuestos a los contaminadores petroleros para que rindan cuentas por los daños que han causado.

Aboga por dejar el petróleo en el suelo y centrarse en soluciones sostenibles, como las energías renovables.

Para este activista, el Movimiento por la Justicia Climática representa una esperanza en la oscuridad, ya que tiene como objetivo empoderar a las comunidades para detener la producción de petróleo y promover alternativas energéticas respetuosas con el medio ambiente.

«Presionar a los contaminadores del petróleo para que asuman la responsabilidad financiera por el daño medioambiental será eficaz».

Subrayó que «una de las principales preocupaciones que tenemos aquí en Nigeria es la actitud indiferente del gobierno hacia la aplicación de las políticas y los tratados que firma. Cuando los gobiernos no toman medidas, seguimos enfrentándonos a estos problemas».

Sin embargo, consideró, «con el Movimiento por la Justicia Climática, a medida que empezamos a presionar y avergonzar a los contaminadores, especialmente a las empresas petroleras internacionales, los ministerios gubernamentales y las entidades paraestatales cómplices de estas prácticas, creo que las cosas cambiarán».

«Nombrar y avergonzar a estas entidades ayudará a llamar la atención necesaria sobre estos delitos medioambientales», señaló Dandyson.

Al final del encuentro en Abuja, los participantes presentaron su próxima línea de acción, que emprenderán de inmediato en sus comunidades.

Entre ellas figuran una intensa campaña para la limpieza del delta del Níger, la celebración de reuniones municipales para ayudar a los miembros de la comunidad a comprender sus derechos y una campaña de rendición de cuentas sobre la utilización de los fondos destinados a combatir la desertificación, la erosión de los barrancos y las mareas oceánicas.

T: MF / ED: EG

Fuente: https://ipsnoticias.net/2025/06/movimiento-de-justicia-climatica-hace-frente-a-contaminadores-petroleros-en-nigeria/

Ruth First, militante infatigable de la lucha contra el «apartheid»

2 Junio 2025 at 06:25
«Me considero africana y no hay ninguna causa que me llegue más al corazón»: nacida en 1925, la periodista, escritora, profesora universitaria y militante revolucionaria sudafricana Ruth First fue asesinada por el régimen de apartheid el 17 de agosto de 1982 en Maputo. El centenario de su nacimiento ofrece la oportunidad de redescubrir la trayectoria de esta luchadora incansable.

Somalia: el retorno de los brujos

29 Mayo 2025 at 06:00
Por: Caty R

Las ofensivas antiterroristas del Gobierno del presidente Hassan Sheikh Mohamud entre 2022 y 2023 parecieron, por fin, de una vez y para siempre, empujar al abismo a al-Shabaab, la letal franquicia de al-Qaeda en el Cuerno de África, donde opera desde 2006.

Este grupo, tras ser expulsado de Mogadiscio en 2011, se diseminó en varias regiones del país, donde abrió múltiples frentes creando santuarios desde donde generaba ataques a bases, emboscadas a convoyes tanto del Ejército Nacional de Somalia (ENS) como de las diversas Misiones Internacionales (Naciones Unidas, Unión Africana) que con poca suerte han intentado erradicar el terrorismo wahabita. El cual, con mayor o menor frecuencia, continuó con sus ataques y atentados en el corazón de Mogadiscio y otras ciudades, tomando pueblos, obligando a miles de jóvenes a incorporarse a sus filas.

Por lo que a lo largo de todos estos años se estima que ya ha provocado cerca de veinte mil muertos y millones de desplazados. Como si todo esto fuera poco, para que el drama sea total, a las críticas condiciones climáticas naturales se les ha sumado el cambio climático, con lo que se ha profundizado el régimen de sequías y lluvias, haciendo fracasar hasta cinco cosechas anuales de manera consecutiva, lo que obviamente genera una espiral de necesidades para las que el Gobierno no cuenta con recursos para solucionar y el apoyo de entidades internacionales es cada vez más escaso, recortes del presidente Trump de por medio.

En este mapa reaparece, una vez más, el fantasma del terrorismo, nunca resuelto del todo, instalándose en el centro de la escena. Por eso otra vez nos encontramos con ataques que dejan docenas de muertos y la posibilidad de la profundización del terror.

Sin necesidad de remontarnos mucho tiempo atrás, surgen informaciones como las del miércoles 21, en que se conoce que cuarenta y cinco muyahidines murieron en una operación antiterrorista en las regiones de Hiran y Bajo Shabelle, centro-sur de Somalia. Según informó la Agencia Nacional de Inteligencia y Seguridad (NISA), los ataques con drones, coordinados por el AFRICOM (Mando Militar de Estados Unidos en África), se iniciaron el día martes por la tarde y se extendieron hasta la madrugada del día siguiente.

El contingente de khawarij (denominación del Gobierno somalí para referirse a los milicianos de al-Shabaab) había sido detectado en la zona de el-Hareeri (Hiran), a unos doscientos kilómetros al norte de Mogadiscio, la capital del país. Entre los muertos se encontraría el responsable de los comandos que realizaron la serie de ataques con morteros contra diversos objetivos en Mogadiscio durante 2023.

El domingo anterior al ataque contra los terroristas, en el-Hareeri, un comando de al Shabbab atacó un cuartel en Mogadiscio que dejó una docena de muertos y cerca de quince heridos.

El martes en la madrugada otra operación reivindicada por al-Shabaab golpeó el barrio de Halane, próximo al Aeropuerto Internacional Aden Adde de Mogadiscio. Según testigos, habrían sido por lo menos cinco los morteros que alcanzaron a golpear, al tiempo que se producían corridas y disparos.

En el comunicado de la organización terrorista que reconoce como propia la operación, llama al distrito de Halane “centro de comando de sus enemigos”.

Dicho barrio cuenta con importantes condiciones de seguridad, ya que se asientan oficinas y viviendas del personal de diversas misiones internacionales como la de las Naciones Unidas, la Unión Africana, varias ONG y embajadas.

Este ataque se produjo apenas días después de que un shahid (suicida) se martirizara en cercanías a la base militar de Damaanyo en la capital, donde consiguió asesinar a trece aspirantes a ingresar al Ejército Nacional de Somalia (ENS).

Con atentados, ataques abiertos y la utilización de shahid, desde hace varios meses al-Shabaab, desarrolla una amplia ofensiva en torno a la capital, habiendo duplicado sus acciones en comparación al mismo periodo del año pasado. Llegando a mediados de marzo a estar a punto de atentar contra la columna en la que el presidente Hassan Sheikh Mohamud se dirigía hacia el aeropuerto, habiendo salvado su vida gracias a que su escolta pudo sortear una emboscada.

Mogadiscio, como nunca en los últimos diez años, sufre el asedio de las khatibas, que se han apoderado de áreas cercanas a la capital y controlan la ciudad de Afgooye, a unos treinta kilómetros al sur de la capital, y la de Balcad, una treintena de kilómetros al norte de Mogadishu.

El retroceso en la seguridad, ha obligado al Gobierno a recurrir a policías y guarda cárceles para la vigilancia y control de Mogadiscio, debido a la falta de efectivos militares, abocadas a operaciones de contención en el interior de Somalia, donde los terroristas tienen una importante presencia en regiones como Jubaland, Galmudug, Hirshabelle y también en Punt y Khatumo.

Incluso en algunos estados del centro del país los terroristas han recuperado ciudades que habían perdido en la ofensiva gubernamental del 2022-2023, como la de Adan Yabal en Shabelle Medio. La que comandos integristas atacan de manera constante.

En Wargaadhi (Shabelle Medio) donde según fuentes oficiales, habrían muerto veinticinco insurgentes al tiempo que los terroristas afirman haberla ocupado junto a una base militar en la que revistan tropas de elite conocidas como Danab (rayo), fuerzas especiales y los grupos de autodefensa, Ma’awisley (por su vestimenta tradicional, similar a los sarongs del sudeste asiático), conformados por miembros del clan local Hawadle.

De concretar al-Shabaab esa ocupación, pondría en riesgo el transito de la ruta de abastecimiento fundamental, entre Mogadiscio, a doscientos kilómetros al suroeste, y el estado central de Galmudug, con lo que los muyahidines pretenden consolidar posiciones para impedir el tránsito rápido de tropas y mercancías.

Otra vez en la línea cero

A pesar de que el terror otra vez abandona su condición espectral para corporizarse con su agobiante presencia, todavía parece distante la posibilidad de que al-Shabaab, intente tomar el control de Mogadiscio, el que ya tuvo entre 2007 y 2011.

Con una fuerza estimada entre los ocho y los doce mil hombres, los integristas no estarían en condiciones de apoderarse de la capital, con una población cerca de los tres millones de almas, y sostenerla por mucho tiempo, ya que significaría un costo en hombres y recursos muy elevado.

Por ahora la idea parece ser mantenerse expectantes en torno a la ciudad, mientras trabajan políticamente con diversos clanes, para lograr un punto de acuerdo que les permita asaltar el poder en la capital federal. En otras oportunidades al-Shabaab ya había conseguido este tipo de alianzas, mientras que los gobiernos prooccidentales, que intentaron controlar el país a partir del 2011, han intentado licuar el poder de estos clanes.

De todos modos, sin importar ya cuál sea el contexto, a los grandes poderes occidentales les sirve la instabilidad en África, donde China cuenta con multimillonarias inversiones y Rusia tiene un gran predicamento político y militar en por lo menos una media docena de países.

Por lo que la crisis que vive Somalia conecta con el agravamiento, con la creciente inseguridad en varios y muy específicos puntos de África.

El resurgimiento con inusitada fuerza de Boko Haram y el Estado Islámico Provincia del África Occidental (ISWAP), en Nigeria, el corrosivo avance de las franquicias del al Qaeda y Dáesh en el Sahel y algunos países del Golfo de Guinea; dando de lleno a Burkina Faso, Mali y Níger, aliados de Moscú y Teherán; los resientes ataques, después de meses de silencio del Ahlu Sunnah wa Jama’ah o ASWJ (La gente de la Sunnah y la comunidad) en la reserva natural de Niassa, entre las provincias de Cabo Delgado y Niassa, en el norte de Mozambique, que dejaron al menos diez muertos. Los recientes choques armados entre las bandas militarizadas progubernamentales de Trípoli (Libia) que se disputan los negocios (tráfico de personas, armas y droga) que les toleran tanto Naciones Unidas como la Unión Europea; la guerra civil de Sudán; el renovado conflicto político-militar en Sudán del Sur; la crítica situación en el este de la República Democrática del Congo. A lo que hay que sumar la posibilidad de una nueva guerra civil en Etiopía, donde al menos dos regiones, Oromia y Amhara, parecen estar discutiendo la influencia de Adís Abeba y del primer ministro Abiy Ahmed. La creciente tensión entre N’Djamena y Jartum, debido a los centenares de miles de refugiados que se han instalado en el este del Chad, escapando de la guerra sudanesa, parecen ser, más que fantasmas, viejos brujos que están retornando.

Guadi Calvo es escritor y periodista argentino. Analista Internacional especializado en África, Medio Oriente y Asía Central. En Facebook: https://www.facebook.com/lineainternacionalGC

Un movimiento de masas por la tierra y la vivienda en Sudáfrica

27 Mayo 2025 at 06:16

Abahlali baseMjondolo (AbM), un movimiento de masas de personas socialistas que viven en chabolas y cuya sede está en Durban (Sudáfrica), celebró el 9 de agosto el Día Nacional de la Mujer, un día festivo en memoria de las más de 20.000 mujeres negras, indias, de color y blancas que en 1956 se manifestaron en Pretoria para exigir la derogación de las leyes de los pases que impedían a las personas negras entrar en las zonas de en las que vivían personas blancas. Para AbM también es una fecha para llorar y recordar las vidas de sus 24 miembros asesinados desde 2009 en la lucha por la tierra y la vivienda. El año pasado cuatro de ellos fueron matados a tiros en los asentamientos del movimiento. El movimiento cree que los políticos del ANC (siglas en inglés de Congreso Nacional Africano) están detrás de la mayoría de estos asesinatos.

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Retratos de miembros asesinados de AbM expuestos durante el acto conmemorativo del movimiento el 20 de agosto de 2023 cekebrado en el asentamiento eKhenana, Durban.

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Un grupo de AbM actúa durante la reunión de la Asamblea General el 6 de agosto de 2023, cantando al estilo isicathamiya, un estilo de canto a capela originario del pueblo zulú sudafricano que se define por sus armonías y los movimientos de baile coreografiados de los cantantes.
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Una mujer con una camiseta de «Socialismo o muerte. La lucha continúa…».
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Miembros de la comunidad escuchan los discursos de los dirigentes de AbM en la Asamblea General del 6 de agosto.

AbM cuenta con unos 115.000 miembros repartidos en 81 filiales en el sudeste de Sudáfrica. Desde su fundación en 2005 el movimiento ha luchado por acceder a la tierra y a la vivienda, además de a otros servicios básicos, como servicios sanitarios y electricidad. Las luchas del movimiento, entre las que se incluye la defensa de las personas trabajadoras pobres frente a los desahucios en las grandes ciudades, sacan a la luz la desigualdad social y la discriminación racial, que siguen siendo  unas condiciones que perviven de la era del apartheid.

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Thapelo Mohapi habla en la Asamblea General del 6 de agosto

“El principio del movimiento es ante todo que no luchamos por ti sino que luchamos contigo”, explicó Thapelo Mohapi, el secretario general de AbM. Al contrario de los movimientos sociales convencionales, AbM no cuenta con representantes electos para transmitir sus reivindicaciones, sino que el movimiento sostiene que las personas trabajadoras sin tierra y sin hogar deben hablar y actuar por sí mismas. Lo hacen organizando protestas, presentando reivindicaciones a las autoridades del Estado, gestionando democráticamente los asentamientos donde cultivan productos de subsistencia, y abriendo y gestionando escuelas de política. AbM une con estos actos la acción directa y la autodeterminación de las bases.

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Un residente en eKhenana se dirige al huerto comunitario.

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Dos mujeres trabajan en el huerto de eKhenana.

Mohapi insiste en la importancia estratégica de la estructura interna de abajo arriba que tiene AbM y afirma: “Sólo cuando las personas están organizadas democráticamente desde abajo pueden cambiar el sistema que las oprime”. La estructura de AbM permite la participación democrática en la base y en el nivel más alto. Los consejos locales de cada filial llevan las reivindicaciones a un foro de presidentes elegidos y luego al Consejo Nacional. La Asamblea General del movimiento, que está abierta a todos sus miembros, se reúne una vez al mes para establecer las prioridades del Consejo Nacional y tiene potestad para disolver cualquier estructura del movimiento si los miembros consideran que se ignoran sus reivindicaciones.

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El público baila baila durante la actuación del grupo isicathamiya
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Las y los asistentes escuchan los discursos durante la Asamblea General del 6 de agosto.

Las mujeres desempeñan un papel fundamental en los consejos y en la vida cotidiana de los asentamientos, pero a fecha tan reciente como 2016 pocas habían ocupado puestos de liderazgo, a pesar de que el 60% de los miembros son mujeres. Zandile Nsibande, una facilitadora comunitaria, explicó que “las mujeres tenían miedo de participar y competir en las elecciones por puestos de liderazgo. Tenían una autoestima baja”.

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Conmemoración por los líderes caídos celebrada el 20 de agosto de 2023, un año después de su muerte.

De modo que en 2016 la Liga de Mujeres de AbM emprendió una campaña para luchar colectivamente por la igualdad de género en la dirección del movimiento. “Gracias a esta campaña ahora hay un 50% de mujeres y hombres” en la dirección, afirma Nsibande. Además de aumentar la participación de las mujeres en la toma de decisiones y de hacer campañas contra la violencia de género y el feminicidio, la liga ha defendido en particular la independencia económica de las mujeres. Ha organizado talleres sobre el acceso de las mujeres a la tierra y para concienciar sobre prácticas tradicionales perjudiciales, como el requisito de que una mujer se tiene que casar con un hombre para poder ser propietaria de tierras. La liga también anima a las mujeres a aprender nuevos oficios, como joyería tradicional y costura, e insiste en la importancia de compartir los conocimientos técnicos. “Si una mujer sabe coser, debe enseñar a otras a hacerlo. En Sudáfrica hay pocas oportunidades laborales, de modo que debemos capacitarnos desde el punto de vista financiero”, afirmó Nsibande. La Liga de Mujeres busca donativos para abrir un centro de formación donde las mujeres de AbM puedan aprender a coser.

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La madre de Lindokuhle Mnguni mira a su nieto jugar. El movimiento les está construyendo un nuevo hogar en KwaSwayimane, a las afueras de Pietermaritzburg.

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La Escuela de Política Frantz Fanon en el asentamiento de eKhenana, que también sirve de salón comunitario. El edificio está adornado con el nombre del movimiento y los nombres de los miembros caídos.

El hecho de crear un movimiento autónomo de personas que viven en chabolas que integre las luchas sociales, políticas, raciales y de género ha provocado lo que Mohapi llama una “política de sangre”. Además de asesinatos y desahucios, el movimiento ha sufrido redadas policiales ilegales, detenciones y amenazas de muerte. En una carta de 2022 dirigida al presidente sudafricano Cyril Ramaphosa y firmada por más de 130 organizaciones de la sociedad civil, la organización de derechos humanos Socio-Economic Rights Institute of South Africa denunció que “se ha amenazado y asesinado al menos a 24 personas que son líderes del movimiento, cientos de personas han resultado heridas y miles desplazadas de sus hogares”.

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Varios miembros de AbM con camisetas con los rostros de (arriba) Lindokuhle Mnguni, Nokuthula Mabaso y (abajo) Ayanda Ngila, todos ellos líderes caídos, durante el acto conmemorativo del 20 de agosto en el asentamiento de eKhenana.

A pesar de estos ataques, AbM sigue resistiendo y preservando el legado de sus miembros que han caído. AbM ha celebrado varias ceremonias en su memoria en la Escuela de Política Frantz Fanon situada en la comunidad eKhenana, epicentro de los últimos ataques. AbM enseña los valores comunistas y la visión humanista del mundo que caracterizan al movimiento y permanece unido en sus objetivos de tierra, vivienda y autodeterminación popular.

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Sinothando Mkhize frente a la Escuela de Política Frantz Fanon, que fue fundada en 2019 tras el asesinato de Lindokuhle Mnguni y ofrece formación política.

Siyabonga Mbhele nació en Pietermaritzburg y actualmente vive en Johannesburgo. Trabaja como editor de vídeo y fotógrafo documental. Las fotos son del autor.

Texto en inglés: https://hammerandhope.org/article/socialist-movement-south-africa

Esta traducción se puede reproducir libremente a condición de respetar su integridad y mencionar al autor, a la traductora y Rebelión como fuente de la traducción.

Sáhara Occidental: colonialismo, empleo y complicidad imperialista

26 Mayo 2025 at 06:15

La característica esencial del colonialismo es la negación del derecho de los pueblos a la autodeterminación y el uso de la fuerza para mantener una relación asimétrica que beneficia a la potencia ocupante. En el caso del Sáhara Occidental, cumple plenamente esta definición. Marruecos actúa como una extensión de los intereses imperialistas, particularmente los de Francia, España y Estados Unidos, a cambio de reconocimiento, armas, apoyo diplomático y protección económica. Su presencia en el territorio es una extensión de la lógica capitalista, que requiere territorios y recursos subyugados para alimentar la acumulación en las metrópolis.

La complicidad de estos poderes es total. Francia sigue siendo el principal aliado diplomático de Marruecos, que utiliza el hecho de pertenecer al Consejo de Seguridad de la ONU para bloquear cualquier progreso significativo hacia la autodeterminación saharaui. Estados Unidos, además de suministrar armas (incluidos misiles Stinger y tecnologías de vigilancia) reconoció unilateralmente que la ocupación era legítima, en flagrante desacato de las resoluciones de la ONU. España, la antigua potencia administradora, mantiene una postura de claudicación activa al ceder a los intereses comerciales y energéticos con Marruecos y abandonar sus responsabilidades legales y morales hacia el pueblo saharaui.

La ocupación del Sáhara Occidental no es solo militar y política, es profundamente económica. Marruecos utiliza los territorios ocupados como medio para gestionar su excedente de mano de obra doméstica reubicando a trabajadores marroquíes en sectores como la administración, la minería y la pesca, mientras que la población saharauis es excluida sistemáticamente del empleo público, está sometida al desempleo estructura, y perseguida cuando intentan organizarse. El objetivo es claro: desplazar, borrar y sustituir. No se trata de la explotación clásica de la mano de obra nativa, sino de su eliminación como sujeto económico y político.

Desde que Marruecos violó el cese al fuego en 2020, el territorio ha vuelto a entrar en guerra. El ejército marroquí ha utilizado drones armados para atacar a población civil saharaui, incluidos menores, en las zonas liberadas y cerca de los campamentos de personas refugiadas. Estos crímenes de guerra son ignorados, o incluso encubiertos, por los aliados occidentales de Rabat que siguen proporcionando apoyo político y militar al régimen.

Casos como el de Sidi Abdallah Abbahah, encarcelado desde 2010 y en aislamiento desde 2018, u otros del grupo Gdeim Izik, como Abdeljalil Laaroussi y Mohamed Bourial, demuestran una política de represión sistemática, tortura prolongada y negación de atención médica, prácticas condenadas por los órganos de la ONU como el Comité contra la Tortura. Sin embargo, estas decisiones son sistemáticamente ignoradas por Marruecos, con el silencio cómplice de sus socios internacionales.

La lucha del pueblo saharaui encarna directamente lo que Lenin llamó el derecho de las naciones oprimidas a la liberación nacional. Según su opinión, una verdadera revolución proletaria no puede existir sin una posición firme en apoyo de las luchas anticoloniales. La revolución mundial exige solidaridad activa con todos los pueblos que luchan contra el colonialismo y el imperialismo. El Sáhara Occidental es hoy uno de estos centros de resistencia que se enfrenta a un sistema global de dominación sostenido por el capital y las alianzas entre las élites locales y las potencias extranjeras.

Denunciar lo que está sucediendo en el Sáhara Occidental no es solo un acto de solidaridad, es una obligación revolucionaria. Ignorar esta realidad es alinearse, por omisión, con el imperialismo y la violencia colonial que perpetúa. La liberación del pueblo saharaui no vendrá de concesiones diplomáticas entre las capitales, vendrá de la perseverancia en su lucha, del apoyo internacional consciente y del inevitable colapso de un sistema que niega la soberanía a los pueblos mientras sirve a los intereses del lucro. Es hora de romper el silencio, es hora de decirlo claramente: el Sáhara Occidental es una colonia y debe ser liberado.

Como escribió Karl Marx, “una nación que oprime a otra nunca puede ser libre”. La opresión colonial no es simplemente una cuestión de poder político, es una estructura económica que niega la autodeterminación, y utiliza el territorio y a las personas como herramientas de acumulación para la metrópoli. En el Sáhara Occidental esta acumulación es compartida entre Marruecos y los centros imperialistas que la apoyan.

Un elemento fundamental de la ocupación es la cada vez mayor colaboración entre Marruecos e Israel, una alianza que ha existido desde el comienzo de la ocupación, pero se ha hecho pública e institucionalizado en los últimos años. La entrega de drones, tecnología de vigilancia, armas y asesores militares a los makhzen es solo un aspecto. Empresas israelíes como Ratio Petroleum participan ahora en la exploración de petróleo en aguas saharauis, lo que viola el derecho internacional y profundiza el saqueo colonial con total impunidad.

Es común en los círculos progresistas celebrar la liberación de los pueblos africanos y recordar las luchas anticoloniales del siglo XX. Sin embargo, el caso del Sáhara Occidental sigue siendo una herida abierta, uno de los pocos ejemplos de colonialismo heredado todavía activo en el mundo actual. Su especificidad es brutal: no se trata simplemente de una ocupación militar, sino de una cadena de colonialismo sostenido por nuevas formas de dominación transnacional, armada, energética, diplomática y simbólica.

En los últimos años hemos sido testigos de la expulsión de Francia de varios países del Sahel, como Malí, Burkina Faso y el Níger. Sin embargo, la sustitución de esa influencia por Marruecos supone continuar con el mismo yugo bajo una bandera diferente. El proyecto de acceso atlántico supuestamente ofrecido por Marruecos a estos países implica utilizar el puerto de Dakhla, situado en territorio saharaui ocupado. Esto no es soberanía africana: es colonialismo reciclado, en el que Marruecos actúa como brazo operativo del imperialismo francés en el continente.

Esta relación entre Marruecos e Israel es más que una alianza táctica: es una sinergia estratégica de intereses coloniales. Ambos regímenes practican una forma de colonialismo de asentamiento, uno en el Sáhara Occidental y el otro en Palestina; comparten conocimientos represivos, tecnología militar y prácticas de control de la población. Lo que se exporta al Sáhara Occidental no es solo armamento, sino métodos de dominación, mecanismos de silenciamiento e ingeniería demográfica, todo con el respaldo y la financiación de las potencias occidentales.

La presencia de empresas israelíes en los sectores de energía y seguridad de los territorios ocupados refuerza aún más la integración de Marruecos en una red de dominación imperialista que instrumentaliza las tierras saharauis para fines totalmente ajenos al desarrollo local. Es la continuación de una lógica en la que se trata a los pueblos colonizados como obstáculos logísticos o daños colaterales en el proceso de expansión capitalista y control geoestratégico.

Esta realidad muestra que el caso del Sáhara Occidental no es simplemente una cuestión de autodeterminación, es un problema estructural del orden mundial. La continuación de la ocupación sirve al sistema de dominación mundial. Francia asegura cobertura diplomática, Estados Unidos suministra armas y el silencio de la ONU, Israel aplica modelos probados de represión, y Marruecos actúa como gestor local y cara pública de este esquema de colonialismo multinacional.

La izquierda internacional, particularmente la marxista-leninista, no puede seguir tratando la causa saharaui como algo periférico. Es una lucha que sintetiza las contradicciones del capitalismo global: expropiación de recursos, militarización, colonialismo, racismo y connivencia entre élites locales y poderes imperiales. Más que la victoria de un pueblo, la liberación del Sáhara Occidental representa el colapso de una cadena de explotación y la aparición de nuevas posibilidades históricas en el continente africano.

El papel de Marruecos en el norte y oeste de África encaja perfectamente con el concepto de subimperialismo, tal como lo formula el teórico marxista Ruy Mauro Marini. Según Marini, el subimperialismo ocurre cuando un país periférico o semiperiférico en el sistema capitalista global actúa como agente regional del imperialismo mientras mantiene la dependencia del capital extranjero. Estos países no solo internalizan la lógica de dominación imperialista, sino que también la reproducen en relación con los pueblos vecinos o más vulnerables, ya que funcionan como extensiones locales del orden capitalista global.

Marruecos cumple todos estos criterios. Está profundamente integrado en la estructura imperialista: es un socio privilegiado de la Unión Europea, un aliado estratégico de Estados Unidos y un estrecho colaborador militar y tecnológico de Israel. Este trío garantiza el apoyo diplomático de Rabat, acceso a armamento avanzado, cobertura del foro internacional e inversión económica; a cambio de ello, Marruecos desempeña el papel de gendarme regional al controlar los flujos migratorios, reprimir movimientos políticos internos y externos, y garantizar de una estabilidad geoestratégica a beneficio de las potencias occidentales.

La ocupación del Sáhara Occidental es la expresión más clara de esta función subimperialista. Marruecos no solo coloniza un territorio en violación del derecho internacional, sino que también transforma la ocupación en una herramienta de proyección regional. El ejemplo más reciente de esto es el llamado proyecto “Atlantic Access” (acceso atlántico) ofrecido por Marruecos a los países del Sahel, incluidos Mali, Burkina Faso y Níger, a través del puerto de Dakhla, ubicado en territorio saharaui ocupado. Esta iniciativa, que se presenta como cooperación regional africana, no es más que una nueva forma de someter a los pueblos liberados de un yugo colonial (el francés) a otro (el marroquí) y reafirmar a Marruecos como brazo operativo del imperialismo francés en África.

La alianza con Israel refuerza esta lógica. Más allá del suministro de drones y tecnología de vigilancia, la presencia de asesores militares israelíes en el makhzen y la adjudicación de contratos de exploración petrolera en aguas saharauis a Ratio Petroleum ponen de relieve la naturaleza colonial, de seguridad y extractivista de la ocupación. Es un claro caso de transferencia de métodos y estructuras coloniales entre regímenes que comparten una lógica común de represión y usurpación territorial, un verdadero “eje de ocupación”. A cambio, Marruecos ofrece apoyo político y logístico al régimen sionista.

En este sentido, el caso del Sáhara Occidental no puede considerarse un conflicto aislado o regional. Representa una estructura subimperialista articulada con el imperialismo global. El subimperialismo marroquí no solo oprime al pueblo saharaui, sino que también sirve para preservar un sistema que niega la verdadera liberación a todos los pueblos explotados de la región. Combatirlo es una parte fundamental de la lucha antiimperialista de nuestro tiempo.

La Dra. Isabel Lourenço es investigadora en el Centro de Estudios Africanos de la Universidad de Oporto, Portugal. Es especialista en estudios africanos, colonialismo, derecho internacional y derechos humanos.

Texto original: https://thepanafrikanist.com/western-sahara-colonialism-labor-and-imperialist-complicity/

Esta traducción se puede reproducir libremente a condición de respetar su integridad y mencionar a la autora, a la traductora y Rebelión como fuente de la traducción.

Allá donde las urnas no llegan: el futuro de la participación electoral en un mundo desigual

31 Enero 2025 at 10:33
Palacio presidencial de Puerto Principe

Entrados ya de lleno en el 2025, y con las ecuaciones electorales ya resueltas, los gurús de la geopolítica internacional estrujan ahora sus análisis en lo que depararán las políticas de los candidatos electos en un contexto internacional en el que sus acelerados cambios políticos empiezan a ser ya una preocupante costumbre. El año 2024 abría gran parte de los análisis geopolíticos con pronósticos sobre lo que depararía la gran cita electoral en todo el planeta en la que casi la mitad de la humanidad estaba llamada a votar en más de una tercera parte de los países que componen los 5 continentes. Y mientras, la otra mitad de la humanidad, o bien espera turno para depositar su papeleta o se resigna a que su derecho a ejercer el voto siga restringido. Se propone así bajo estas líneas un pequeño viaje hacia aquellos lugares en donde las urnas no llegan.

Asia, el continente más grande y poblado del mundo, albergó elecciones generales en 18 de sus 48 estados, al que se sumarían las elecciones en el pequeño Taiwán como uno de los 5 países continentales no reconocidos y que tantas jaquecas genera al gigante chino. Los grandes titulares del año electoral asiático serían la consolidación de las políticas ultranacionalistas en países claves como India o Turquía, los controvertidos resultados en Pakistán o el reciente caos poselectoral en Corea del Sur, pero, a pesar de ser el continente donde más población estaba llamada a votar, Asía es, también, el territorio que más déficit democrático presenta.

Según la organización no gubernamental Freedom House dedicada a medir el estado de los derechos políticos y libertades civiles en el mundo, sólo 6 países asiáticos superarían los estándares para ser catalogados como “libres” (Japón, Corea del Sur, Mongolia, Israel, Timor Oriental y Taiwán), 18 “parcialmente libres” y, el resto, bajo el dominio de regímenes que restringen derechos fundamentales. Entre este último nutrido grupo se encontrarían monarquías absolutas como Brunéi, Qatar o Arabía Saudí; regímenes bajo un sistema de partido único como China, Laos o Corea del Norte; autocracias militares o familiares como Birmania o la recién “liberada” Siria; teocracias como en Irán o Afganistán o estados inmersos en plenos conflictos armados como Yemen o Palestina (otro de los todavía no reconocidos).

Mitin electoral en Namibia

Si bien, algunos combinan incluso varias de las funestas etiquetas descritas, la lista es todavía más larga (Omán, Turkmenistán, Vietnam, Emiratos Árabes Unidos…) y, aunque algunos sí se “molesten” en celebrar elecciones, no por ello quiere decir que sean democráticas, ni mucho menos, libres o competitivas.

África, tercer continente en extensión geográfica, es el segundo más poblado, representando el 15% de la
población mundial. Según datos del Fondo de Población de las Naciones (UNFPA) es, además, el continente
más joven del mundo con el mayor porcentaje de personas menores de 18 años. Este dato, aunque desde el
punto de vista electoral mantiene a más de la mitad de su población total sin poder introducir la papeleta de
voto, revela que podrá ser el continente con inercias futuras más sorprendentes.

Una de ellas es la notable implicación de la juventud y su aprovechamiento de la tecnología para ejercer nuevas formas de participación ciudadana. Participación, por cierto, que, en el caso de las mujeres, se traduce en una progresiva presencia en la esfera pública y mayor representación en los parlamentos nacionales, erigiéndose este año Namibia como el 5º país africano en tener una presidenta de la nación después de Liberia, Malawi, Tanzania y Etiopía.

Otras sorpresas fueron el fin del oficialismo en Senegal por partida doble, con un
presidente y primer ministro por debajo de los inhabituales 50 años de edad o la pérdida de mayoría
absoluta del partido de Mandela por primera vez desde el fin del apartheid en Sudáfrica.

Del total de los 54 estados africanos, hubo elecciones en casi la mitad de ellos y, si bien hubo sorpresas, hubo también resultados “previsibles”: Argelia, Túnez y Egipto revalidaban gobiernos con “discretos” escrutinios  por encima del 90% a favor de las candidaturas presidenciales; Chad, Ruanda y Mozambique no se quedaron atrás, confirmando, a su manera, el continuismo con la saga familiar de los Deby, la 4ª reelección de Kagame o el empeño de Frelimo por “continuar su lucha”.

Cartel electoral de Swapo en Namibia

Y es que la salud democrática de África todavía sufre de serios achaques. Según los estándares de la citada Freedom House, sólo aprobarían 9 países, 4 en el cono sur (Namibia, Botsuana, Sudáfrica y la pequeña Lesoto); Ghana, allá por el occidente continental y, perdidas en los mares, las islas de Cabo Verde, Mauricio, Santo Tomé y Príncipe y las Seychelles.

El resto, extendidos por toda la masa continental, entre suspenso o necesita mejorar. Así, entre los países donde las urnas todavía no llegan están aquellos regidos por juntas militares, especialmente en el Sahel tras los golpes de estado de los últimos años en Mali, Burkina Faso, Guinea Conakry o Níger; aquellos todavía inmersos en procesos transicionales, como Libia, Somalia o Sudán del Sur o aquellos en plena guerra, como la que sufre Sudán con la peor crisis humanitaria actual en el Planeta. Y, por supuesto, no podían faltar aquellos con “querencia” al cargo, bien en formato de dictaduras monárquicas, como Marruecos o Esuatini (Suazilandia) o presidencialistas, como la de Paul Biya en Camerún (desde 1982); Museveni en Uganda (desde 1986); Isaías Afewerki en Eritrea (desde 1991) y Teodoro Obiang Nguema en Guinea Ecuatorial, éste último con el desgraciado récord de “dictador más longevo del mundo” ocupando su cargo desde que en 1979 derrocó en un golpe de estado a su tío Francisco Macías.

América, situada al otro lado del charco y con poco más de 1000 millones de habitantes, es la tercera en porcentaje de población mundial, la segunda en extensión y la única que alcanza tocar los dos polos terrestres. Quizá, de ahí los “cortos” que hacen saltar tanta chispa en sus intensos procesos electorales. El 2023 se despedía con la resaca electoral argentina o el subidón de fiesta, según le sentase a cada cual el cotillón que cerró el año con la vitoria de Milei. En el 2024, el final de fiesta tampoco defraudó con la victoria del primer presidente electo estadounidense con cargos penales y un cartel de barras y estrellas que fue analizado hasta la saciedad durante todo el año.

Y entre medias, mientras unos países alternaban también sus gobiernos (vuelta del Frente Amplio en Uruguay o la coalición de partidos en Panamá), otros, revalidaban victorias como la bolivariana en Venezuela, impugnada por medio mundo; Morena en México, situando a Claudia Sheinbaum como primera mujer presidenta en la historia de su país o la abrumadora mayoría de Bukele en El Salvador, a pesar de su contorsionismo constitucional para ratificar su candidatura. No es de extrañar, que con tanto candidato “alfa”, la reelección del gobierno en la pequeña República Dominicana pasara mediáticamente desapercibida. No en cambio, la cada vez más desastrosa situación que vive su vecino Haití, el país más pobre del continente donde, desde hace décadas, llueve sobre mojado: terremotos, ciclones, magnicidios, ocupaciones militares y su penúltimo drama, el control por bandas callejeras de casi la totalidad de su capital Puerto Príncipe, sumiendo al país en un preocupante desgobierno y un horizonte futuro poco halagüeño.

Pero tanta pasión electoral americana no es óbice para que el continente goce de mejores índices democráticos que sus homólogos asiáticos y africanos. Según Freedom House son sólo 4 países donde la libertad está seriamente restringida, además de los mencionados Haití y Venezuela, la sempiterna Cuba, con su “sistema político” de partido único y Nicaragua, cuya “linda flor” sufre los desmanes del caudillismo familiar de los Ortega y su absoluta perversión del pasado revolucionario de su formación.

Y en este viaje electoral nos adentramos como última estación en lo que el ex alto representante de la Unión para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad, Josep Borrell, llamo el “jardín europeo”, un viejo vergel que, con el permiso del hemisferio sur, podría hacerse extensivo a los territorios oceánicos. Juntando ambos continentes no superan ni en población, ni en territorio a los tres anteriores, si en cambio, en sus estándares de aprobación democrática.

Pero como en todo parterre, en lo que refiere al ejercicio de derechos y libertades, hay siempre jardineros que podan más de la cuenta en países como Hungría, Serbia o Bosnia, y desde el punto de vista electoral, la alargada sombra de fraude no incomoda ni a la senda de Putin, considerando a Rusia como animal de compañía en territorio europeo, ni a su patio trasero en Bielorrusia, gobernada desde 1994 por Lukashenko, recién reelegido para su séptimo mandato con casi el 90% de votos.  Mientras, en la vecina Ucrania, hasta que la ansiada paz ponga fin a la ley marcial, las urnas de cristal seguirán guardadas en los refugios antiaéreos.

2024 fue, efectivamente, un año electoral intensito con reválidas, alternancias y pantomimas. Lo que sí que no cambió fue la imposibilidad de votar en aquellos lugares proscritos donde las urnas tristemente hace mucho que no llegan. Lugares con libertades restringidas, persecución política, censura periodística, privación de derechos y prevaricación judicial, una sistemática amenaza cuyo contrapeso lo ejercen valientes voces que se arriesgan en su empeño y denuncia a través de las pocas herramientas de participación ciudadana a su alcance.

Aun así, nada de ello fue impedimento para que los países del nuevo jardín desplegarán sus amables diplomacias allá donde los intereses políticos, económicos y militares más convenían (acuerdos migratorios, negocios de armamento, hidrocarburos, mundiales de fútbol, etc. etc. etc.) aparcando para mejores ocasiones esos discursos de derechos y libertades que forjaron las viejas democracias de Occidente. La Historia, a pesar de la apariencia sucesiva y acelerada de acontecimientos, es como un gran buque que navega con lentitud por el desierto oceánico. Errar la hoja de ruta puede derivar en peligrosas tempestades y despertar viejos monstruos marinos. Un viejo aviso para nuevos navegantes.

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Update on the Campaign for the Sudanese Anarchists

Content warning: This text involves talking about sexual violence and death.

In August 2023, we, anarchist organisations from five continents, launched an international solidarity campaign. Its aim was and is to support Sudanese anarchists fleeing war and repression in their country and to ensure that they arrive safely in a destination country of their choice. Six months have now passed since our first call for solidarity. In this short text, we would like to report on the current situation and the continuation of our campaign.

First things first: the majority of the small group of anarchist comrades with whom we have been in contact since 2022 and whom we have been supporting in their journey into exile since last year have now managed to leave Sudan. A small number of comrades is still in the country and is part of the resistance committees in Sudan. Among other things, they are working to support displaced people. The resistance committees help women in refugee camps to form their own committees to defend themselves. They also organize independent activities for children and young people because there is currently no school due to the war. But working under the military emergency law is dangerous. Our comrades on the ground need support to leave the country, because the political situation for activists and revolutionaries is increasingly uncertain and there are many arbitrary arrests. A terrible piece of news that recently reached us showed just how dangerous the situation is: In her attempt to flee the capital Khartoum, our comrade Sarah was raped and murdered by members of the Rapid Support Forces (RSF). We share the deep pain of our comrades over this loss.

The fact that we have been able to carry out international solidarity work at all - albeit on an extremely limited scale - is thanks to the great support of many organizations and individuals from all parts of the world. With their help we have been able to significantly exceed the original donation goal of 2000 US dollars. We would like to take this opportunity to express our warmest thanks to all those people who have supported this campaign and put their solidarity into practice!

However, the costs of our project have also significantly exceeded expectations. The main reason for this is the extremely unstable and worsening situation in Sudan. The war between the Sudanese army and the RSF militia has been going on for almost a year now. The fighting intensifies with each passing month. Over 14,000 people have already been killed. More and more parts of the country are being drawn into the fighting, more and more blood is being shed, more and more people are being displaced. Mass exodus and war have led to an unbearable famine that is worsening every day. The lives of hundreds of thousands of people are acutely at stake. It is a game that is also being played by international actors. The weapons used by the RSF against the civilian population are partly funded by the European Union. The EU deployed the militia as a border force in the service of its migration defense for at least a few years, has been arming them for this purpose and is very likely still doing so (1,2). Currently, there are in increasing indications that the United Arab Emirates, for example, are supplying the RSF with sophisticated weapons systems to keep the war going (3).

In addition to the war in their own country, the repressive border regimes of the surrounding countries also make it difficult for our comrades to flee Sudan. The prices for VISAs to enter the northern neighboring country of Egypt, for example, have skyrocketed. The few remaining transportation routes have also become enormously more expensive. A large part of the money raised by the campaign has therefore already been spent. We need more money to enable our last comrades to flee Sudan and to finance the continuing journey of the other comrades. We will therefore be stepping up our efforts for the campaign once again in the coming months. In some regions, our organizations will spread the campaign, which has so far mainly had a digital presence, even more widely on the ground. We also want to draw attention to the general, catastrophic situation of the people from below in Sudan and help to break through the blanket of silence that the governments and their press have prepared over the events there.

We call on all trade unions, social and political organisations and all individuals in solidarity to stand with the Sudanese anarchists and continue to support the campaign. Spread the word in your organisations and movements. Use all public channels available to you. Donate to the campaign. Every form of help counts.

Unite against war and repression!
International solidarity with the Sudanese anarchists!

Sources:
1: https://migration-control.info/en/blog/how-the-european-union-finances-oppression/
2: https://www.sudanuprising.net/the-rapid-support-forces-and-the-european-unions-migration-control-policy-in-sudan.html
3: https://www.nytimes.com/2023/09/29/world/africa/sudan-war-united-arab-emirates-chad.html

Support the comrades!

دعم اللاسلطويين السودانيي

المنفى ليس قرارًا سهلاً أبدًا. إنه ليس خيارًا أبدًا. وبدون الموارد، يمكن أن يصبح الأمر محنة حقيقية. التضامن هو المفتاح للتغلب على هذه الأوقات الصعبة

تواصلنا مع مجموعة من الاناركيين السودانيين في فبراير 2022، في خضم الاضطرابات الثورية التي تهز البلاد منذ 2018. وعلى الرغم من حواجز اللغة، تعلمنا منهم كيفية فهم هذه الثورة ولجان المقاومة بشكل أفضل. قلب. هذه المجموعة، المكونة بشكل رئيسي من الطلاب الشباب، تمت محاكاتها من قبل مجموعة فوضوية في شمال البلاد

مثل العديد من البلدان خلال "الربيع العربي" عام 2011، انزلق السودان إلى حرب أهلية في أبريل من هذا العام. وشن الفريق أول حميدتي، قائد مليشيا "قوات الدعم السريع"، تمردا ضد الجيش الوطني السوداني. لقد رفضت القوى التقدمية والثورية في البلاد بالإجماع دعم طرف ضد الآخر، وهكذا تجد نفسها عالقة في رذيلة بين هذين الفصيلين الرجعيين العسكريين. لقد قُتل ما يقرب من 5000 شخص في هذا الصراع الذي لا طائل من ورائه. واضطر مليونان ونصف المليون شخص إلى مغادرة منازلهم، وفر 500 ألف منهم من البلاد. وتتزايد أعمال النهب والاغتصاب، وتشكل جزءاً من ترسانة أسلحة الحرب المستخدمة ضد المدنيين

لا يزال رفاقنا الاناركيين في السودان يأملون أن يتمكنوا من مواصلة أنشطتهم بي ادوات التعبير السلمية المجربة والغير مجربة هناك سراً. لقد قدمنا ​​مساعدات مالية قبل الحرب وحتى في بدايتها. لكن الوضع أصبح غير محتمل ولم يعد يسمح بأي نشاط اجتماعي أو سياسي. وقرر بعض أعضاء المجموعة مغادرة البلاد في أسرع وقت ممكن بعد أن تعرضت منازلهم للنهب والتدمير والإرهاب المستمر من قبل قوات الدعم السريع. وقد قرر آخرون البقاء في الوقت الحالي، ونحن نحاول مساعدتهم أيضًا

وبالتعاون مع رفاقنا المقيمين في هذا الجزء من العالم، نعمل على توفير أفضل الظروف الممكنة للبقاء على قيد الحياة في هذا السياق للجميع. بالنسبة لأولئك الذين ينوون البقاء، نحتاج إلى مساعدتهم على تلبية احتياجاتهم وتوفير المال جانبًا إذا كانوا بحاجة إليه من أجل المغادرة الطارئة. بالنسبة لأولئك الذين يذهبون إلى المنفى الآن، نحتاج إلى إخراجهم من البلاد، وتجنب المخاطر التي ينطوي عليها هذا النوع من الرحلات ذات الاتجاه الواحد قدر الإمكان، وتمكينهم من مواصلة نشاطهم مع الشعب السوداني في المنفى والطبقات المستغلة. في البلد المضيف لهم. ومع ذلك، فإن المنطقة غير مستقرة إلى حد كبير (الحروب الأهلية والانقلابات والأنظمة الاستبدادية الأخرى) وليس من الممكن حاليًا مغادرة البلاد

وللقيام بذلك، نحتاج إلى المال، وصناديق التضامن التي تقدمها منظماتنا وحدها لا تكفي. فيما يلي النفقات المقدرة (بالدولار الأمريكي)

- التأشيرات: 400 دولار
- السفر: 800 دولار (هذا الرقم غير مؤكد، لأن التكاليف غير مستقرة إلى حد كبير)
- الإيجار الأول في البلد المضيف: 200 دولار
- الغذاء لمدة شهر في البلد المضيف: 300 دولار
- تكاليف (الإقامة، الطعام، الإنترنت) لوقت الانتظار في السودان : 1000 دولار
الحد الأدنى: 2700 دولار

ولا تزال هذه الميزانية المؤقتة غير مستقرة في سياق اقتصادي وأمني سريع التغير. يغطي فقط النفقات لمدة شهر واحد على الأقل. لكن الوضع هو أن رفاقنا لن يتمكنوا من تلبية احتياجاتهم خلال شهر واحد فقط. من المحتمل أن نحتاج إلى المزيد من المال في النهاية. سيتم استخدام أي مبالغ يتم التبرع بها، حتى لو تجاوزت هذا المبلغ الأدنى، لتوفير الاحتياجات اليومية للرفاق حتى يتمكنوا من إعالة أنفسهم

يتم جمع التبرعات من قبل رفاقنا في سويسرا الذين لديهم بالفعل هيكل تضامن دولي

لا تنس أن تذكر "Solidarity Sudan" عند التبرع

: أرسلوا تبرعاتكم إلى

Association pour la Promotion de la Solidarité Internationale (APSI)
Place Chauderon 5
1003 Lausanne
Switzerland سويسرا

CH84 0900 0000 1469 7613 8 : (IBAN) رقم الحساب الدولي
POFICHBEXXX :(SWIFT/BIC) سويفت/بيك
PostFinance SA; Mingerstrasse 20; 3030 Bern; Switzerland :اسم البنك

Paypal


: (سويسرا) TWINT

الموقعون

☆Coordenação Anarquista Brasileira (CAB) – البرازيل
☆Organisation Socialiste Libertaire (OSL) – سويسرا
☆Federación Anarquista Uruguaya (FAU) – أوروغواي
☆Embat, Organització Llibertària de Catalunya – كاتالونيا، الدولة الإسبانية
☆Federación Anarquista Santiago (FAS) – شيلي
☆Karala – تركيا
☆Black Rose Anarchist Federation / Federación Anarquista Rosa Negra (BRRN) – الولايات المتحدة الأمريكية
☆Libertäre Aktion (LA) – سويسرا
☆Union Communiste Libertaire (UCL) – فرنسا سويسرا و بلجيكا
☆Grupo Libertario Vía Libre – كولومبيا
☆Die Plattform – ألمانيا
☆Roja y Negra Organización Politíca Anarquista – الأرجنتين
☆Anarchist Communist Group (ACG) – بريطانيا العظمى
☆Tekoşîna Anarşîst (TA) – غرب كوردستان/شمال وشرق سوريا / روج آفا
☆Anarchist Yondae – كوريا الجنوبية
☆Alternativa Libertaria/FdCA (AL/FdCA) – إيطاليا
☆Aotearoa Workers Solidarity Movement (AWSM) – زيلاندا الجديدة / أوتياروا


دعم اللاسلطويين السودانيين في المنفى

Sosteniamo le anarchiche e anarchici sudanesi in esilio

25 Agosto 2023 at 19:19
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L'esilio non è mai una decisione facile. Non è mai una scelta. Senza risorse, può diventare un vero calvario. La solidarietà è la chiave per superare questi momenti difficili.

Siamo entrati in contatto con un gruppo di anarchici sudanesi nel febbraio 2022, nel bel mezzo dei disordini rivoluzionari che scuotevano il Paese dal 2018. Nonostante le barriere linguistiche, abbiamo imparato da loro a comprendere meglio questa rivoluzione e i comitati di resistenza che la animano. Questo gruppo, composto principalmente da giovani studenti, è stato persino emulato da un gruppo anarchico nel nord del Paese.

Come diversi Paesi durante la 'Primavera araba' del 2011, il Sudan è precipitato nella guerra civile nell'aprile di quest'anno. Il Generale Hemetti, comandante della milizia "Rapid Support Forces" (RSF), ha lanciato una ribellione contro l'esercito nazionale sudanese. Le forze progressiste e rivoluzionarie del Paese si sono rifiutate all'unanimità di sostenere una parte contro l'altra, e quindi si trovano strette nella morsa tra queste due fazioni reazionarie militarizzate. Quasi 5.000 persone sono morte in questo inutile conflitto. Due milioni e mezzo di persone sono state costrette ad abbandonare le loro case, 500.000 delle quali sono fuggite dal Paese. I saccheggi e gli stupri sono in aumento e fanno parte dell'arsenale di armi da guerra utilizzate contro i civili.

Le nostre compagne e i nostri compagni anarchici sono ancora in Sudan e speravano di poter continuare le loro attività di agitazione in modo clandestino. Abbiamo fornito aiuti finanziari prima della guerra e anche all'inizio. Ma la situazione è diventata insostenibile e non consente più alcuna attività sociale o politica. Alcuni membri del gruppo hanno deciso di lasciare il Paese il più rapidamente possibile dopo che la loro casa è stata saccheggiata dall'RSF. Altri hanno deciso di rimanere per il momento, e stiamo cercando di aiutare anche loro.

In collaborazione con le compagne e i compagni che risiedono in questa parte del mondo, stiamo lavorando per offrire a tutte e tutti le migliori condizioni di sopravvivenza in questo contesto. Per coloro che intendono rimanere, dobbiamo aiutarli a soddisfare le loro esigenze e a mettere da parte il denaro necessario per una partenza di emergenza. Per coloro che vanno in esilio ora, dobbiamo consentire loro di abbandonare il Paese, evitando il più possibile i pericoli che questo tipo di viaggio di sola andata comporta, e consentire loro di continuare l’attivismo con i sudanesi in esilio e le classi sfruttate nel Paese che li ospita. Tuttavia, la regione è altamente instabile (guerre civili, colpi di Stato e altri regimi autoritari) e attualmente non è possibile lasciare il Paese.

Per fare questo, abbiamo bisogno di denaro, e i fondi di solidarietà delle nostre organizzazioni da soli non bastano. Di seguito sono riportate le spese stimate (in dollari USA):

  • Documenti (visto): $400
  • Viaggio: $800 (si tratta di stime di massima, poiché i costi sono difficilmente prevedibili)
  • Alloggio iniziale nel Paese ospitante: $200
  • Vitto per un mese nel Paese ospitante: $300
  • Costi (alloggio, cibo, Internet) per il tempo di attesa in Sudan: $1000
  • Importo minimo: $2700

Questo bilancio provvisorio rimane instabile in un contesto economico e di sicurezza in rapida evoluzione. Copre le spese solo per un minimo di un mese. Ma la situazione è tale che le nostre compagne e i nostri compagni non saranno in grado di soddisfare le loro esigenze in un solo mese. Probabilmente avremo bisogno di molto più denaro alla fine. Qualsiasi somma donata, anche eccedente questo importo minimo, sarà utilizzata per provvedere alle necessità quotidiane dei compagni, fino a quando non saranno in grado di provvedere a se stessi.

Le donazioni vengono raccolte dalle nostre compagne e compagni in Svizzera, che hanno già una struttura di solidarietà internazionale.

Non dimenticare di menzionare "Solidarietà per il Sudan" quando si effettua una donazione. Inviare la donazione a: Association pour la Promotion de la Solidarité Internationale (APSI) Place Chauderon 5 1003 Lausanne Switzerland

IBAN: CH84 0900 0000 1469 7613 8 SWIFT/BIC: POFICHBEXXX Nome della banca: PostFinance SA; Mingerstrasse 20; 3030 Berna; Svizzera

Anche con Paypal


E con TWINT (solo Svizzera):
Appello sottoscritto da:
☆Coordenação Anarquista Brasileira (CAB) – Brasile
☆Organisation Socialiste Libertaire (OSL) – Svizzera
☆Federación Anarquista Uruguaya (FAU) – Uruguay
☆Embat, Organització Llibertària de Catalunya – Catalogna
☆Federación Anarquista Santiago (FAS) – Cile
☆Karala – Turchia
☆Black Rose Anarchist Federation / Federación Anarquista Rosa Negra (BRRN) – Stati Uniti
☆Libertäre Aktion (LA) – Svizzera
☆Union Communiste Libertaire (UCL) – Francia
☆Grupo Libertario Vía Libre – Colombia
☆Die Plattform – Germania
☆Roja y Negra Organización Politíca Anarquista - Argentina
☆Anarchist Communist Group (ACG) Gran Bretagna
☆Tekoşîna Anarşîst (TA) – Rojava
☆Anarchist Yondae – Corea del Sud
☆Alternativa Libertaria/FdCA (AL/FdCA) – Italia
☆Aotearoa Workers Solidarity Movement (AWSM) – Aotearoa/Nuova Zelanda


Apoie anarquistas sudaneses no exílio

23 Agosto 2023 at 16:32


Chamado anarquista internacional de solidariedade

Apoie anarquistas sudaneses no exílio

O exílio nunca é uma decisão fácil. Nunca é uma escolha. Sem recursos, pode se tornar um verdadeiro tormento. Solidariedade é a chave para superar estes tempos difíceis.

Nós entramos em contato com um grupo de anarquistas sudaneses em fevereiro de 2022, que estavam em meio a uma agitação revolucionária que vinha chacoalhando o país desde 2018. Apesar das barreiras linguísticas, aprendemos com eles como entender melhor esta revolução e os comitês de resistência que estão no seu cerne. Esse grupo, formado em sua maioria por estudantes jovens, foi inclusive imitado por um grupo anarquista no norte do país.

Como muitos países durante a Primavera Árabe de 2011, o Sudão mergulhou em uma guerra civil em abril deste ano. General Hemetti, comandante da milícia "Forças de Suporte Rápido", formou uma rebelião contra o exercito nacional sudanês. As forças progressistas e revolucionárias do país se recusaram, de forma unânime, a apoiar um lado contra o outro e se encontraram entre essas duas faccções militarizadas reacionárias. Cerca de 5000 pessoas morretam nesse conflito desnecessário. Dois milhões e meio de pessoas foram obrigadas a deixar suas casas, das quais 500.000 fugiram do país. Saques e estupros estão aumentando e fazem parte do arsenal de armas de guerra utilizadas contra civis.

Nossas companheiras anarquistas ainda estão no Sudão e esperam conseguir dar continuidade às suas atividades de agitação clandestina. Nós garantimos apoio financeiro antes da guerra e também no início dela, mas a situação se tornou insustentável e não nos permite mais qualquer atividade política ou social. Alguns dos membros do grupo decidiram deixar o país o mais rápido possível depois de sua casa ter sido devastada pelo RSF. Outros decidiram ficar por enquanto e nós estamos tentando ajudar eles também.

Junto das companheiras que estão nessa parte no mundo, estamos trabalhando para garantir a todas as melhores condições possíveis de sobrevivência nesse contexto. Para aqueles que pretendem ficar, precisamos garantir as necessidades básicas e também a reserva financeira pro caso de uma fuga de emergência. Para aqueles em exílio agora, precisamos tirá-los do país, evitando tanto quanto for possível os perigos desse tipo de jornada só de ida e permitir que sigam militando junto das pessoas sudanesas exiladas e da classe explorada do país em que estão. Contudo, a região está extremamente instável (guerras civis, golpes de estado e outros regimes autoritários) e e no momento não é possível sair do país.

Pra fazer isso precisamos de dinheiro e o fundo de solidariedade das nossas organizações não é suficiente. Abaixo estão as dispesas estimadas (em dólares estadounidenses):

  • vistos: $400
  • viagem: $800 (instável)
  • primeiro aluguel em outro país: $200
  • comida pra um mês em outro país: $300
  • custos pro tempo de espera no sudão: $1000 mínimo: $2700

Esse custo provisório é instável em um contexto econômico e de segurança que muda muito rápido. Cobre apenas os custos mínimos para um mês, mas a situação é tal que nossos companheiros não vão dar conta das suas necessidades em apenas um mês, provavelmente vamos precisar de muito mais dinheiro. Qualquer quantia doada vai ser usada para garantir as necessidades diárias dos companheiros até que consigam se manter.

As doações estão sendo recebidas pelos nossos companheiros da Suíça, que já tem uma estrutura para solidariedade internacional.

Não esqueça de mencionar "Solidarity Sudan" ao fazer a sua doação.

Envie sua doação para:

Association pour la Promotion de la Solidarité Internationale (APSI)
Place Chauderon 5
1003 Lausanne
Suiça

IBAN: CH84 0900 0000 1469 7613 8
SWIFT/BIC: POFICHBEXXX
Nome do Banco: PostFinance SA; Mingerstrasse 20; 3030 Bern; Switzerland

Também com Paypal

Assinam esse chamado:

☆Coordenação Anarquista Brasileira (CAB) – Brasil
☆Organisation Socialiste Libertaire (OSL) – Suíça
☆Federación Anarquista Uruguaya (FAU) – Uruguai
☆Embat, Organització Llibertària de Catalunya – Catalunha, Estado espanhol
☆Federación Anarquista Santiago (FAS) – Chile
☆Karala – Turquia
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☆Libertäre Aktion (LA) – Suíça
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☆Anarchist Communist Group (ACG) Grã-Bretanha
☆Tekoşîna Anarşîst (TA) – Rojava
☆Anarchist Yondae – Coreia do Sul
☆Alternativa Libertaria (AL/FdCA) –Itália
☆Aotearoa Workers Solidarity Movement (AWSM) – Aotearoa/Nova Zelândia


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Support Sudanese anarchists in exile

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Our anarchist comrades are still in sudan and were hoping to be able to continue their agitation activities there clandestinely. We provided financial aid before the war and even at the beginning. But the situation has become untenable and no longer allows for any social or political activity. Some members of the group decided to leave the country as quickly as possible after their house was ransacked by the rsf. Others have decided to stay for the time being, and we are trying to help them too.

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International anarchist solidarity call

Support Sudanese anarchists in exile

Exile is never an easy decision. It's never a choice. Without resources, it can become a real ordeal. Solidarity is the key to overcoming these difficult times.

We entered into contact with a group of Sudanese anarchists in February 2022, in the midst of the revolutionary unrest that had been shaking the country since 2018. Despite language barriers, we learned from them how to better understand this revolution and the resistance committees at its heart. This group, made up mainly of young students, has even been emulated by an anarchist group in the north of the country.

Like several countries during the "Arab Spring" of 2011, Sudan plunged into civil war in April this year. General Hemetti, commander of the "Rapid Support Forces" militia, launched a rebellion against the Sudanese national army. The country's progressive and revolutionary forces have unanimously refused to support one side against the other, and so find themselves caught in the vice between these two militarized reactionary factions. Nearly 5,000 people have died in this pointless conflict. Two and a half million people have been forced to leave their homes, 500,000 of whom have fled the country. Looting and rape are on the increase and form part of the arsenal of weapons of war used against civilians.

Our anarchist comrades are still in Sudan and were hoping to be able to continue their agitation activities there clandestinely. We provided financial aid before the war and even at the beginning. But the situation has become untenable and no longer allows for any social or political activity. Some members of the group decided to leave the country as quickly as possible after their house was ransacked by the RSF. Others have decided to stay for the time being, and we are trying to help them too.

In conjunction with comrades based in this part of the world, we are working to provide everyone with the best possible conditions for survival in this context. For those who intend to stay, we need to help them address their needs and put money aside if they need it for an emergency departure. For those who go into exile now, we need to exfiltrate them from the country, avoiding as far as possible the dangers that this type of one-way journey entails, and enable them to continue their activism with Sudanese people in exile and the exploited classes in their host country. However, the region is highly unstable (civil wars, coups d'état and other authoritarian regimes) and it is not currently possible to leave the country.

To do this, we need money, and our organisations' solidarity funds alone are not enough. Below are the estimated expenses (in US Dollars):

  • Visas: $400
  • Travel: $800 (this figure is uncertain, as costs are highly unstable)
  • First rent in host country: $200
  • Food for one month in host country: $300
  • Costs (accommodation, food, Internet) for waiting time in Sudan: $1000
  • Minimum: $2700

This provisional budget remains unstable in a fast-changing economic and security context. It only covers expenses for a minimum of one month. But the situation is such that our comrades will not be able to meet their needs in just one month. We're likely to need a lot more money in the end. Any sums donated, even in excess of this minimum amount, will be used to provide for the comrades' day-to-day needs until they can provide for themselves.

The donations are collected by our comrades in Switzerland who already have an international solidarity structure.

Don't forget to mention "Solidarity Sudan" when doing your donation

Send your donations to:

Association pour la Promotion de la Solidarité Internationale (APSI)
Place Chauderon 5
1003 Lausanne
Switzerland

IBAN: CH84 0900 0000 1469 7613 8
SWIFT/BIC: POFICHBEXXX
Name of the Bank: PostFinance SA; Mingerstrasse 20; 3030 Bern; Switzerland

Also with Paypal


And with TWINT (only Switzerland):

Signed by:

☆Coordenação Anarquista Brasileira (CAB) – Brazil
☆Organisation Socialiste Libertaire (OSL) – Switzerland
☆Federación Anarquista Uruguaya (FAU) – Uruguay
☆Embat, Organització Llibertària de Catalunya – Catalonia, Spanish State
☆Federación Anarquista Santiago (FAS) – Chile
☆Karala – Turkey
☆Black Rose Anarchist Federation / Federación Anarquista Rosa Negra (BRRN) – United States
☆Libertäre Aktion (LA) – Switzerland
☆Union Communiste Libertaire (UCL) – France
☆Grupo Libertario Vía Libre – Colombia
☆Die Plattform – Germany
☆Roja y Negra Organización Politíca Anarquista - Argentina
☆Anarchist Communist Group (ACG) Great Britain
☆Tekoşîna Anarşîst (TA) – Rojava
☆Anarchist Yondae – South Korea
☆Alternativa Libertaria/FdCA (AL/FdCA) – Italy
☆Aotearoa Workers Solidarity Movement (AWSM) – Aotearoa/New Zealand

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