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Libro Siempre en pie, o cómo el estoicismo te hará feliz, de Pepe García @ElEstoicoEsp

Ser felices incluye saber afrontar nuestros proyectos, gestionar la incertidumbre, aceptar los fracasos… y, en definitiva, «vivir una vida que merezca la pena ser vivida». Este libro (Plataforma Editorial, 2022) es una gran ayuda para este propósito. Su lectura, agradable y fluida, nos convence y nos anima a ser mejores personas y aumentar la felicidad. Pepe García dice ser un «entrenador de estoicismo». ¿Quieres entrenarte? Como dijo Crisipo (otro estoico): la filosofía es una cura para el alma.

Por supuesto, hay otras filosofías útiles. Entre las antiguas, podemos encontrar el epicureísmo que busca el placer y elude el dolor, pero no a cualquier precio. De hecho, dado que no siempre esa es una buena estrategia, se recomienda «entrenarse en cómo superar el dolor». Más modernamente, hay terapias psicológicas basadas en el estoicismo, como la cognitivo-conductual o la racional emotivo-conductual.

Resumiendo, el estoicismo nos ayuda a ser mejores personas, a vivir mejor y a encajar los golpes de la vida, los cuales son inevitables. Los contratiempos, que no están bajo nuestro control, es mejor afrontarlos con serenidad, en vez de con enfado. Epicteto decía: «no son las cosas lo que nos perturba, sino los juicios que hacemos sobre esas cosas». Por supuesto, hay ocasiones en las que podemos decidir cómo actuar. En este caso, el estoicismo nos pide que nuestra intención sea virtuosa. Así, aunque el resultado no sea bueno, podemos estar tranquilos y satisfechos. Por eso, este filósofo mantenía que solo las cosas que dependen de nosotros pueden ser buenas o malas. El resto lo califica como indiferente (incluyendo la salud, la reputación, la fama, el dinero…). Puedes preferir una cosa a otra (la riqueza a la pobreza), pero no ligar tu felicidad a conseguirlo. El sabio estoico —sea rico o pobre— sabe vivir con austeridad y tiene presente que lo importante es no apegarse a lo material.

Como también proclamaba la filosofía india del karma yoga, debemos obrar para hacer del mundo un lugar mejor, pero sin esperar algo a cambio por comportarnos bien. Actuar con virtud es un fin en sí mismo. Marco Aurelio escribió: «Cuando hayas hecho un favor y otro lo haya recibido, ¿qué tercera cosa andas todavía buscando, como los necios?».

El autor explica muy bien la diferencia entre ataraxia y apatheia. Lo primero es algo parecido al nirvana o samâdhî del budismo y del hinduismo, un estado de serenidad, calma e imperturbabilidad, pase lo que pase a nuestro alrededor. Por su parte, apatheia significa estar libres de emociones negativas.

Al final de este artículo enumeramos 20 ideas clave
del estoicismo que aquí se explican.

El libro nos resume las vidas de tres estoicos famosos: Séneca, el cordobés millonario que predicó el desapego por encima del tener o no riquezas;  Epicteto, el esclavo liberado en su vejez que montó una academia de filosofía; y Marco Aurelio, «uno de los mejores líderes de toda la historia», famoso por sus Meditaciones. Puedes leer reflexiones de estos y de otros sabios en Mis citas preferidas.

Las cuatro virtudes estoicas

Pepe García nos explica de forma sencilla las virtudes estoicas que aquí resumimos:

  1. Sabiduría práctica. Consiste en distinguir lo que debemos hacer de lo que no y, sobre todo, en realizar lo primero. Esta es la virtud más importante y propone analizar nuestras situaciones personales, escribiendo lo que serían buenas y malas decisiones en cada una de ellas y cómo mejorar. Con ese ejercicio tomaremos conciencia de si avanzamos o no.
  2. Justicia. Se trata de pensar cómo cada acción afecta a los demás. Hoy, podríamos extenderlo a todo lo demás, incluyendo los animales y el medioambiente.
  3. Templanza. Es moderación en nuestros impulsos y placeres, así como disciplina para hacer lo que sabemos que debemos hacer. El mecanismo es «prestar atención» a lo que estamos viviendo en cada momento, ser conscientes de nuestros sentimientos e impulsos y, controlarlos. Epicteto nos propone el ejercicio de pensar cómo nos sentiremos después de tomar una buena decisión: pensar en el orgullo con uno mismo cuando hemos sido capaces de vencer una tentación, de haber sido capaz de rechazar algo negativo. ¿Cuándo nos hemos arrepentido de comer sano o de hacer algo que debíamos hacer?
  4. Coraje, valor, resistencia a lo incómodo. Esto nos permite superar las adversidades (resiliencia) y hacer lo correcto aunque los demás hagan otra cosa. Un ejercicio es empezar por cosas pequeñas. Ser valiente no consiste en no tener miedo, sino en controlarlo y vencerlo con acciones.

Una técnica estoica consiste en elaborar un manual (enquiridión) de máximas, frases breves, que nos permitan afrontar las adversidades recordando cómo actuar. Repitiendo y memorizando frases podemos cambiar nuestra forma de pensar y proceder. Esto ayuda a superar las creencias o enseñanzas erróneas. Te sugerimos que eches un vistazo a nuestra colección de citas donde, sin duda, encontrarás algo interesante.

Para los estoicos, «todo lo que ocurre es neutral» (ni bueno ni malo) y es nuestra interpretación —lo que nos decimos a nosotros mismos— lo que marca la diferencia. Para aprender a tomarnos bien la vida, Pepe García recomienda planificar momentos deliberados de quietud, para escuchar nuestra mente. En silencio y soledad, escucharemos todo el ruido que generamos nosotros mismos. Aunque es algo parecido, no se trata de una meditación al estilo oriental. Posteriormente, en cada situación que valoremos negativa debemos recordar las máximas, cambiar nuestra forma de pensar y afrontar los hechos como una oportunidad para entrenar nuestra paciencia y para aprender a ser mejores.

Autoevaluación y dicotomía del control

Los estoicos dedican tiempo cada día «a reflexionar sobre sus acciones». El famoso médico Galeno recomendaba, con Marco Aurelio, prepararnos mentalmente cada mañana sobre cómo serán nuestras acciones. Imaginar cómo queremos que sea nuestro día y anticiparnos a las adversidades que podamos prever es muy inteligente. Séneca recomendaba también reflexionar al final del día para evaluar nuestros aciertos y errores. Por otra parte, podemos copiar al emperador, el cual tenía un diario personal en el que apuntaba para sí mismo sus reflexiones.

García aclara: «El propósito de este ejercicio no es machacarnos ante cada error ni tampoco presumir demasiado por lo que hemos hecho bien. La finalidad, en cambio, es mejorar, estar cada día un paso más cerca del tipo de persona que queremos ser». Un ejercicio matutino que puede usarse para planificar el día es elaborar una lista con las cosas que queremos conseguir ese día, siendo realistas y sin excedernos, al menos al principio.

«Nuestra energía es limitada, y la mejor forma de administrarla no es poniendo atención en las cosas que no dependen de nosotros». Por eso, Epicteto recomendaba examinar las preocupaciones y centrarnos en lo que depende de nosotros. Pepe García nos advierte: si ponemos nuestra energía y nuestro foco en las cosas que no dependen de nosotros, estaremos garantizando nuestra falta de tranquilidad. Se llama dicotomía del control a centrarnos en diferenciar esto.

Memento mori (recuerda que morirás)

Séneca animaba a no tener miedo de la muerte. El estoicismo cree que tener presente la muerte puede ser la mejor forma de vivir una vida feliz (eudaimónica). El libro plantea varios ejercicios interesantes, como imaginar que hacemos algo por última vez.

No se trata de pensar en la muerte para angustiarnos, sino para valorar el estar vivos, para animarnos a cumplir nuestros sueños y para pensar en cómo queremos vivir y ser recordados. Otro interesante ejercicio es usar la muerte como consejera.

Atención, imaginación negativa y premeditatio malorum

«La vida ocurre en la mente. De hecho, cualquier pensamiento, idea, emoción y acción, ocurre en la mente». Por eso, si controlamos nuestra atención —nuestra mente— aumentaremos la calidad de vida. Esto es algo que sabían los estoicos (lo llamaban prosochê), pero también los místicos orientales (meditación) y los psicólogos actuales (que recomiendan hacer mindfulness). Cuesta entrenar la atención, porque los resultados no se ven de forma inmediata. Pepe García responde que meditar «sirve para entrenarnos en darnos cuenta de nuestros pensamientos y emociones». Además de meditar, cuando tengamos que hacer alguna tarea concreta, recomienda eliminar distracciones (p. ej. el teléfono) o contar las veces que nos distraemos. Epicteto tenía claro que prestando atención nada puede salir peor que estando distraídos.

No saber apreciar lo que tenemos es un problema generalizado. Además, también solemos caer en tener demasiados deseos que, cuando se satisfacen, dejamos de valorar y pasamos a desear otras cosas, una y otra vez (proceso llamado adaptación hedónica o avaricia, según en lo que nos centremos). Por último, también es frecuente tener miedo ante la incertidumbre del futuro.

El objetivo del budismo es detener los deseos. En cambio, el estoicismo pretende evitar que los deseos condicionen nuestra felicidad o integridad. Conseguir algo no depende exclusivamente de nosotros, pero actuar con virtud sí. Por eso, el estoicismo propone obrar bien, sin pretender algo a cambio (como el Karma yoga). «Si damos más importancia a lo que tenemos que a lo que deseamos, seremos más felices».

Una técnica es la imaginación negativa, que consiste en imaginar que perdemos algo que sintamos que es valioso. Esto nos hará sentir pensamientos incómodos de forma controlada, que nos harán valorar más lo que tenemos o nuestra situación actual. Por ejemplo, intenta vivir un tiempo como si fueras ciego, y verás el agradecimiento sincero al abrir los ojos.

El premeditatio malorum es un ejercicio similar. Recomendado por Séneca, consiste en imaginar que nos ocurre algo malo. El objetivo no es ser pesimistas y quejarnos, sino prepararnos mentalmente para futuras adversidades y superar nuestros miedos. Lo que nos parece un gravísimo problema, rara vez lo es realmente. Bien hecho, este ejercicio suele mostrarnos que tenemos bajo nuestro control mucho más de lo que pensamos y que, además, existen alternativas razonables ante ciertos problemas. Podemos pensar, sin duda, que ese mismo problema lo han tenido otras personas en el pasado y lo han superado sin dramatizar. Aparcar nuestro ego por un tiempo es sanador. Puede ayudar recordar algún problema del pasado y tomar conciencia de que lo superamos (una ruptura, un despido, una lesión o enfermedad, una pérdida importante, etc.).

El objetivo de estos últimos ejercicios no es ridiculizar nuestros problemas, sino evitar que nos paralicen y pasar de preocuparnos por ellos a ocuparnos de ellos. Además, tengamos en cuenta que las desgracias que más tememos rara vez ocurren. El filósofo y matemático René Descartes, ya mayor, escribió una carta en la que decía: «Mi vida estuvo llena de desgracias, muchas de las cuales jamás sucedieron».

Incomodidades voluntarias y ver los problemas como oportunidades

Este ejercicio es fundamental en el estoicismo. Se trata de privarnos voluntariamente de comodidades o lujos de los que disfrutamos o podríamos disfrutar. Ejemplos: quitarnos una comida, transportarnos andando o en bici, ducharnos con agua fría, no usar los ascensores, no usar el teléfono en varios días, dejar de comprar algo, etc. Esto «nos ayuda a comprender mejor que podemos prescindir de muchos privilegios a los que estamos acostumbrados». Otras ideas que propone el libro son: no gastar nada en varios días, hacer más ejercicio, caminar descalzo por la calle o vestir ropas ridículas, como hacía el político romano Catón el Joven para entrenarse en que le dieran igual las opiniones ajenas. Catón propiciaba burlas contra él para curtirse en ignorarlas. También fue muy desconcertante en su época, la defensa de Catón del bienestar de los pueblos conquistados. Una vez, se estaba celebrando la masacre que César había perpetrado contra una tribu gala, incluyendo mujeres y niños. Catón se levantó en el Senado para exigir que el general fuese juzgado como criminal de guerra. El estoicismo fue posiblemente la primera escuela en enseñar el respeto a todos los pueblos, una idea que después fue transmitida al cristianismo y su esencia.

En muchas ocasiones, en estos ejercicios lo que más cuesta es empezar. Superado ese trámite, hacer algo bien puede ser más fácil de lo que pensamos.

En la misma línea, los estoicos afrontaban sus problemas como una oportunidad para mejorarse: para cultivar su paciencia, para trabajar su resistencia… en definitiva, para ver las cosas de otra manera. Así, la gravedad de los problemas se diluye y nos preparamos para aguantar desgracias mayores.

Serenidad estoica

Repitamos: Epicteto decía que «no son las cosas lo que nos perturba, sino los juicios que hacemos sobre esas cosas». Por tanto, el estoico debe aprender a controlar los juicios que hacemos, a distinguir los hechos de las opiniones, a describir la realidad sin emitir juicios de valor. Las cosas no son buenas o malas, sino que depende de un montón de factores, muchos de ellos incontrolables por nosotros. Emitir valoraciones basándose en prejuicios, hacer suposiciones de cosas que no estamos seguros, solo contribuye a errores y a malgastar nuestra energía en cosas banales. Esto se parece al primero de los acuerdos que Miguel Ángel Ruiz Macías explicaba en su libro Los cuatro acuerdos (véase foto adjunta).

Ante sentimientos negativos, lo primero es detectarlos junto con los pensamientos inútiles que los acompañan y que no nos llevan a nada bueno. Notar los síntomas y ser conscientes es el primer paso para controlarlos. En segundo lugar, analizaremos por qué pensamos eso y si realmente exageramos o dramatizamos la gravedad de la situación. Retrasar la respuesta instintiva nos hace razonar y reaccionar mejor. Por último, debemos cambiar esos pensamientos por otros más objetivos y reales. En todo caso, es un proceso en el que podemos entrenarnos para mejorar día a día. Y si nos cuesta trabajo, el libro incluye ejercicios interesantes que podemos practicar.

Portada de La vida te enseña
Un libro con 101 relatos de la vida real aplicando la humildad y el estoicismo

En momentos de estrés o sentimientos negativos, Séneca nos recomienda respirar profundamente y pensar qué le diríamos a un amigo que estuviera en nuestra situación. También funciona hacer todo lentamente (movimientos lentos), hasta que la mente se calme.

Como dice Pepe García, «nuestro cerebro es presa de multitud de sesgos cognitivos y creencias». Por ejemplo, es muy típico suponer que alguien rico o elocuente es mejor persona. En cambio, es una suposición falsa. De ahí la importancia de «distanciar nuestras opiniones de los acontecimientos a los que se refieren», una técnica que la psicología moderna denomina «distanciamiento cognitivo».

En definitiva, el estoicismo invita a actuar correctamente, aunque nuestros intereses personales se vean perjudicados. No se trata de hacer lo correcto para quedar bien, sino porque es lo correcto. Para conseguirlo —sin caer en el perfeccionismo— Pepe nos propone el ejercicio de imaginar que un sabio nos está mirando cuando lo necesitemos. Este sabio puede ser alguien real o imaginado, y se puede usar para buscar consejo: «¿Qué haría él o ella si estuviera en esta situación?». También se puede pensar en genérico para ayudarnos a reflexionar: «¿Qué haría una persona calmada en esta situación?».

Por último, el libro nos da un consejo de parte de Marco Aurelio: cuando nos sintamos culpables por no haber hecho lo mejor, seamos benevolentes con nuestros errores puntuales y valoremos nuestra trayectoria general y nuestro compromiso por mejorar.

♥ Otras lecturas de interés:

  • A veces son las consecuencias las que generan las causas.
  • Marco Aurelio: pensamientos estoicos para el mundo de hoy.
  • Usar a los demás para mejorar[te/nos/los/lo].
  • Empatía hacia lo(s) demás.
  • Libros resumidos:
    1. Historia de la filosofía y de la ciencia, de Ludovico Geymonat.
    2. La vida te enseña, relatos para aprender de la vida.
    3. Filosofía ante la crisis ecológica, de Marta Tafalla.
    4. Filosofar entre rejas, de José Barrientos (ed.).
    5. Otros libros resumidos sobre ecologismo, animalismo, globalización, economía, psicología…
  • Enumeremos 20 ideas básicas del estoicismo:
    1. Epicteto decía: «no son las cosas lo que nos perturba, sino los juicios que hacemos sobre esas cosas».
    2. No hay nada bueno ni malo. Es nuestra interpretación lo que hace esa clasificación.
    3. No condicionar la felicidad a conseguir metas que no dependen de nosotros.
    4. El sabio estoico sabe vivir con austeridad y sin apegarse a lo material.
    5. Las cuatro virtudes estoicas: sabiduría práctica (distinguir lo que debemos hacer de lo que no), justicia (cada acción afecta a lo demás), templanza (moderación en nuestros impulsos y placeres) y coraje (resistencia a lo incómodo, superar las adversidades).
    6. Coleccionar frases útiles (enquiridión), como nuestras citas preferidas.
    7. Planificar momentos deliberados de quietud, en silencio y soledad. También es útil meditar.
    8. Afrontar los hechos negativos como una oportunidad para entrenar nuestra paciencia y para aprender a ser mejores.
    9. Reflexionar al principio y final de cada día. Por la mañana, prepararnos mentalmente e imaginar cómo queremos que sea nuestro día. Anticiparnos a las adversidades posibles, pensando cómo actuaremos si ocurren. Reflexionar al final del día para evaluar aciertos y errores.
    10. Dicotomía del control: pensar qué cosas dependen de nosotros y centrarnos en ellas.
    11. Memento mori.
    12. Controlar nuestra atención, nuestra mente (prosochê, meditación, mindfulness).
    13. Evitar la adaptación hedónica o avaricia.
    14. Que tus deseos no condicionen tu felicidad. Actuar para hacer del mundo un lugar mejor, sin esperar nada a cambio.
    15. Imaginación negativa, (suponer que perdemos algo valioso) y premeditatio malorum (imaginar que nos ocurre algo malo).
    16. No preocuparnos por los problemas, sino ocuparnos de ellos.
    17. Realizar incomodidades voluntarias.
    18. Ante sentimientos negativos: diferenciar hechos de opiniones, respirar y moverse despacio, pensar en qué le aconsejaríamos a un amigo.
    19. Ante una duda: imaginar lo que diría un sabio.
    20. Ante un error: seamos benevolentes con nuestros errores puntuales y valoremos nuestra trayectoria.

Por una ley para los grandes simios: justicia para nuestros hermanos evolutivos

Firma aquí la petición ciudadana en defensa de los grandes simios

Firma aquí la petición ciudadana en defensa de los grandes simios

El Gobierno español no puede seguir incumpliendo su palabra y la ley. La humanidad tiene una deuda pendiente con sus parientes más cercanos: los grandes simios.

Chimpancés, gorilas, orangutanes y bonobos no son simples animales: son homínidos, miembros de nuestra misma familia evolutiva, con quienes compartimos más del 98% de nuestro ADN. Ellos sienten, ríen, lloran, transmiten cultura, se comunican y establecen lazos familiares tan profundos e irrompibles como los nuestros. Y, sin embargo, el Gobierno de España está incumpliendo la ley y abandonando a estos seres.

En marzo de 2023, la Ley 7/2023 de Protección de los Derechos y el Bienestar de los Animales obligaba al Ejecutivo a presentar en un plazo máximo de tres meses un proyecto de Ley de Grandes Simios. Han pasado más de dos años y ni siquiera existe un borrador.

El Ministerio de Derechos Sociales, Consumo y Agenda 2030, no solo ignora una obligación legal, sino que perpetúa una injusticia histórica contra seres que, científicamente, pertenecen a nuestra misma familia. España podría ser pionera en el mundo con la primera ley integral de grandes simios, pero el retraso amenaza con convertir una oportunidad histórica en una vergüenza internacional.

Grandes simios: seres con mente, cultura y emociones

La ciencia ha demostrado, una y otra vez, que los grandes simios poseen capacidades cognitivas y emocionales complejas:

  • Autoconciencia: se reconocen en un espejo, como los humanos.
  • Lenguaje y comunicación: orangutanes, chimpancés y gorilas han aprendido a comunicarse con lenguajes de signos.
  • Cultura y transmisión social: enseñan a sus crías a usar herramientas, transmiten costumbres de generación en generación.
  • Empatía y compasión: consuelan a sus compañeros cuando sufren, ayudan a miembros enfermos o heridos de su grupo.
  • Memoria y planificación: recuerdan eventos pasados y anticipan acciones futuras.
  • Sentimientos humanos: la tristeza, la depresión, la alegría, la solidaridad y el duelo forman parte de su vida diaria.

Privarlos de libertad y mantenerlos en jaulas no es ni cultura ni educación, es un crimen ético contra nuestra propia familia evolutiva. Y, sin embargo, siguen sin la protección legal que se les prometió.

El fracaso de la reproducción en cautividad

Uno de los puntos más importantes de esta campaña es exigir que la futura Ley de Grandes Simios prohíba la reproducción en cautividad. Los zoos justifican la cría como parte de “programas de conservación”, pero:

  • No existe aval científico independiente que confirme que estos programas salvan a las especies. Más aún, se fomenta la caza de animales salvajes para encerrarlos en zoos.
  • La mayoría de los individuos criados en zoos nunca serán reintroducidos en libertad.
  • Muchas veces se producen cruces entre subespecies, generando híbridos que no sirven para conservar la especie.
  • Los animales son explotados sexualmente para fines reproductivos, y trasladados de un zoo a otro sin importar el trauma que ello implica.
  • Se rompen lazos familiares profundos, equivalentes a los vínculos humanos entre padres, madres e hijos.

En realidad, la reproducción en cautividad solo alimenta el negocio de los zoos, que los muestran como meras estampas vivientes para el entretenimiento humano.

La verdadera conservación debe ser in situ

El único camino real para garantizar la supervivencia de los grandes simios está en sus hábitats naturales, no en jaulas. Es allí, en las selvas y bosques tropicales, donde debemos:

  • Luchar contra la deforestación.
  • Frenar el tráfico ilegal de especies.
  • Proteger a los pueblos indígenas que conviven con ellos y son sus guardianes naturales.
  • Apoyar proyectos de conservación in situ, donde los animales mantengan su libertad, su cultura y sus lazos familiares intactos.

Todo lo demás es un engaño. Ningún zoo ha salvado a los grandes simios de la extinción, ni tampoco lo hará, porque los zoos fabrican seres sin cultura propia, incapaces de subsistir en el medio natural.

Una deuda histórica y moral

En 2008, la Comisión de Medio Ambiente del Congreso de España aprobó por unanimidad de todos los partidos una Proposición No de Ley para proteger a los grandes simios. El Gobierno de entonces ignoró aquella decisión.

Hoy, la historia se repite: el Ejecutivo vuelve a dar la espalda a nuestros hermanos evolutivos. Y no podemos permitirlo. Por ello, decimos ¡basta ya de tanto dar largas y tanto engaño! El Gobierno debe cumplir la propia ley que ha aprobado. El Ministerio de Derechos Sociales es el responsable y exigimos una reunión con el Ministro para exponer nuestras inquietudes, nuestro malestar y presentar un borrador que ha sido elaborado por expertos. Lee la carta pública al ministro.

Este incumplimiento no solo es ilegal. Es también una traición a la palabra dada y un atropello a la justicia más elemental.

Llamamiento a la sociedad civil

Hoy, el Proyecto Gran Simio y la Fundación Animal Guardians, hacemos un llamamiento contundente a toda la sociedad civil:

  • A asociaciones animalistas, ecologistas, culturales, de abogados, médicos, veterinarios, educadores, de vecinos, etc. Si perteneces a una organización, únete a la campaña con tu logo.
  • A cada persona con conciencia, con sensibilidad, con dignidad. Firma la campaña.

Los grandes simios no pueden esperar más. Necesitan que alcemos la voz por ellos, que nos unamos en una sola fuerza. Puedes ver aquí el VÍDEO DE LA CAMPAÑA.

No más excusas, no más retrasos

Los grandes simios no son objetos, no son recursos económicos, no son entretenimiento.
Son parte de nosotros, de nuestra familia. Hermanos evolutivos que sienten y sueñan, que aman y sufren, que esperan justicia desde hace demasiado tiempo.

El Gobierno está incumpliendo la ley, está traicionando a la ciencia, a la ética y a la humanidad misma.

No podemos permitir que sigan enjaulados, explotados y tratados como mercancía. No podemos tolerar que se rompan sus familias y se les arrebate su cultura. No podemos seguir mirando hacia otro lado mientras se les condena al sufrimiento en cautividad. España debe ser pionera en el mundo. Hagamos historia. Hagamos justicia. Los grandes simios no pueden esperar más.

Pedro Pozas Terrados
Coordinador del Proyecto Gran Simio

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invitadoespecial

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Chimpancés, gorilas, orangutanes y bonobos no son simples animales: son homínidos, miembros de nuestra misma familia evolutiva, con quienes compartimos más del 98% de nuestro ADN. Ellos sienten, ríen, lloran, transmiten cultura, se comunican y establecen lazos familiares tan profundos e irrompibles como los nuestros. Y, sin embargo, el Gobierno de España está incumpliendo la ley y abandonando a estos seres.

En marzo de 2023, la Ley 7/2023 de Protección de los Derechos y el Bienestar de los Animales obligaba al Ejecutivo a presentar en un plazo máximo de tres meses un proyecto de Ley de Grandes Simios. Han pasado más de dos años y ni siquiera existe un borrador.

El Ministerio de Derechos Sociales, Consumo y Agenda 2030, no solo ignora una obligación legal, sino que perpetúa una injusticia histórica contra seres que, científicamente, pertenecen a nuestra misma familia. España podría ser pionera en el mundo con la primera ley integral de grandes simios, pero el retraso amenaza con convertir una oportunidad histórica en una vergüenza internacional.

Grandes simios: seres con mente, cultura y emociones

La ciencia ha demostrado, una y otra vez, que los grandes simios poseen capacidades cognitivas y emocionales complejas:

  • Autoconciencia: se reconocen en un espejo, como los humanos.
  • Lenguaje y comunicación: orangutanes, chimpancés y gorilas han aprendido a comunicarse con lenguajes de signos.
  • Cultura y transmisión social: enseñan a sus crías a usar herramientas, transmiten costumbres de generación en generación.
  • Empatía y compasión: consuelan a sus compañeros cuando sufren, ayudan a miembros enfermos o heridos de su grupo.
  • Memoria y planificación: recuerdan eventos pasados y anticipan acciones futuras.
  • Sentimientos humanos: la tristeza, la depresión, la alegría, la solidaridad y el duelo forman parte de su vida diaria.

Privarlos de libertad y mantenerlos en jaulas no es ni cultura ni educación, es un crimen ético contra nuestra propia familia evolutiva. Y, sin embargo, siguen sin la protección legal que se les prometió.

El fracaso de la reproducción en cautividad

Uno de los puntos más importantes de esta campaña es exigir que la futura Ley de Grandes Simios prohíba la reproducción en cautividad. Los zoos justifican la cría como parte de “programas de conservación”, pero:

  • No existe aval científico independiente que confirme que estos programas salvan a las especies. Más aún, se fomenta la caza de animales salvajes para encerrarlos en zoos.
  • La mayoría de los individuos criados en zoos nunca serán reintroducidos en libertad.
  • Muchas veces se producen cruces entre subespecies, generando híbridos que no sirven para conservar la especie.
  • Los animales son explotados sexualmente para fines reproductivos, y trasladados de un zoo a otro sin importar el trauma que ello implica.
  • Se rompen lazos familiares profundos, equivalentes a los vínculos humanos entre padres, madres e hijos.

En realidad, la reproducción en cautividad solo alimenta el negocio de los zoos, que los muestran como meras estampas vivientes para el entretenimiento humano.

La verdadera conservación debe ser in situ

El único camino real para garantizar la supervivencia de los grandes simios está en sus hábitats naturales, no en jaulas. Es allí, en las selvas y bosques tropicales, donde debemos:

  • Luchar contra la deforestación.
  • Frenar el tráfico ilegal de especies.
  • Proteger a los pueblos indígenas que conviven con ellos y son sus guardianes naturales.
  • Apoyar proyectos de conservación in situ, donde los animales mantengan su libertad, su cultura y sus lazos familiares intactos.

Todo lo demás es un engaño. Ningún zoo ha salvado a los grandes simios de la extinción, ni tampoco lo hará, porque los zoos fabrican seres sin cultura propia, incapaces de subsistir en el medio natural.

Una deuda histórica y moral

En 2008, la Comisión de Medio Ambiente del Congreso de España aprobó por unanimidad de todos los partidos una Proposición No de Ley para proteger a los grandes simios. El Gobierno de entonces ignoró aquella decisión.

Hoy, la historia se repite: el Ejecutivo vuelve a dar la espalda a nuestros hermanos evolutivos. Y no podemos permitirlo. Por ello, decimos ¡basta ya de tanto dar largas y tanto engaño! El Gobierno debe cumplir la propia ley que ha aprobado. El Ministerio de Derechos Sociales es el responsable y exigimos una reunión con el Ministro para exponer nuestras inquietudes, nuestro malestar y presentar un borrador que ha sido elaborado por expertos. Lee la carta pública al ministro.

Este incumplimiento no solo es ilegal. Es también una traición a la palabra dada y un atropello a la justicia más elemental.

Llamamiento a la sociedad civil

Hoy, el Proyecto Gran Simio y la Fundación Animal Guardians, hacemos un llamamiento contundente a toda la sociedad civil:

  • A asociaciones animalistas, ecologistas, culturales, de abogados, médicos, veterinarios, educadores, de vecinos, etc. Si perteneces a una organización, únete a la campaña con tu logo.
  • A cada persona con conciencia, con sensibilidad, con dignidad. Firma la campaña.

Los grandes simios no pueden esperar más. Necesitan que alcemos la voz por ellos, que nos unamos en una sola fuerza. Puedes ver aquí el VÍDEO DE LA CAMPAÑA.

No más excusas, no más retrasos

Los grandes simios no son objetos, no son recursos económicos, no son entretenimiento.
Son parte de nosotros, de nuestra familia. Hermanos evolutivos que sienten y sueñan, que aman y sufren, que esperan justicia desde hace demasiado tiempo.

El Gobierno está incumpliendo la ley, está traicionando a la ciencia, a la ética y a la humanidad misma.

No podemos permitir que sigan enjaulados, explotados y tratados como mercancía. No podemos tolerar que se rompan sus familias y se les arrebate su cultura. No podemos seguir mirando hacia otro lado mientras se les condena al sufrimiento en cautividad. España debe ser pionera en el mundo. Hagamos historia. Hagamos justicia. Los grandes simios no pueden esperar más.

Pedro Pozas Terrados
Coordinador del Proyecto Gran Simio

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La caza y la ética. Argumentos de los cazadores y problemas que provocan

Se caza por placer y no para comer la carne, por lo que el despilfarro no importa
Pincha en la foto para leer más sobre la CAZA

¿Puede ser contrario a la ética algo que se ha hecho por tradición desde tiempo inmemorial? Por supuesto que . Primero porque el ser humano tiene algunas tradiciones muy salvajes (la ablación o la tauromaquia son buenos ejemplos) y segundo porque el contexto cambia constantemente. La caza pudo ser una actividad ética para los primeros humanos que sobrevivían en pequeños grupos de cazadores-recolectores, pues lo hacían para sobrevivir. Para ellos la carne no fue más que un alimento secundario, como constata Harari en su libro Sapiens. Sin embargo, poco después la caza ya provocó la extinción de muchas especies, porque el ser humano antiguo no sabía cazar éticamente.

Domingo 3 de Febrero: MANIFESTACIONES CONTRA LA CAZA POR TODA ESPAÑA.
Domingo 3 de Febrero: MANIFESTACIONES CONTRA LA CAZA POR TODA ESPAÑA.

La ética de la caza depende del contexto en el que se haga: cuando no se necesita cazar para obtener una alimentación completa y saludable, la caza carece de justificación ética porque genera graves problemas que vamos a estudiar a continuación. Solo tiene sentido la caza como sustento, pero hoy, en los países ricos se caza por gusto y sin pensar en la ética. Por supuesto, hay muchas formas de cazar: hay cazadores que cazan con mucha moderación y se comen todo lo cazado, y hay cazadores que solo buscan trofeos o matar todo lo posible. Pero no queremos atacar a los cazadores, pues la mayoría han sido educados en un entorno en el que cazar se ha visto como algo normal, divertido y hasta beneficioso por dos motivos.

¿Qué argumentan los cazadores para justificar su caza?

Algunos de cazadores buscan argumentos para justificarse y no aceptan razones en su contra, pues eso les obligaría a abandonar una actividad que le agrada. Los cazadores reconocen el sufrimiento animal, reconocen que cazan por gusto y reconocen que “otros cazadores” provocan daños inaceptables a la fauna, pero cuesta más trabajo reconocer el propio impacto.

Los argumentos que alegan los cazadores son básicamente los dos siguientes, pero son realmente muy discutibles:

1. ¿La caza ayuda a la conservación?

Los cazadores no son ecologistas que hacen un sacrificio para la conservación de la naturaleza. Los cazadores cazan por gusto, no porque amen la conservación. Al menos en Europa, el objetivo de la caza no es la conservación, sino el placer. Hay cientos de especies que se han extinguido por culpa de la caza: ¿Conservó la caza la numerosa población de paloma migratoria americana? ¿Conservó la caza el bucardo de los Pirineos? También se extinguieron por la caza el lobo de Tasmania, el rinoceronte negro… Por tanto, alegar la conservación para defender la caza genera más risa que respeto.

En ciertas circunstancias hay superpoblación de algunas especies, lo cual genera problemas (desnutrición, enfermedades…). En esos casos, la caza puede contribuir a mejorar la salud de esos animales y el estado del ecosistema, pero los que alegan esto olvidan conscientemente que esa inestabilidad se ha producido siempre por culpa del hombre: o bien se trata de animales introducidos (especies invasoras), o bien el hombre ha aniquilado los predadores naturales (lobos, rapaces…), o bien, en muchos casos, son los propios cazadores los que provocan la superpoblación de especies cinegéticas (alimentándolas artificialmente, construyendo bebederos…). A veces, se da la paradoja de que los mismos cazadores que defienden la caza por superpoblación, también defienden la caza del lobo, cuando precisamente el lobo ayudaría a combatir esa superpoblación.

La auténtica conservación debe tender a conservar todas las especies propias de cada ecosistema y no solo las que tengan interés económico para unos pocos. La caza ha contribuido al retroceso exagerado de muchas especies que antes eran comunes (la tórtola, la perdiz, la avefría europea…). Y el problema es tan grave que en muchos casos los cazadores se ven obligados a pagar para que se (mal)críen los animales en granjas y luego se suelten en el campo el día de caza. En otros cotos, el monte es vallado convirtiendo el monte en una granja en la que pegar tiros cuando apetezca (por no mencionar los problemas que generan esas vallas en muchos animales salvajes). Estos hechos demuestran que el objetivo es divertirse pegando tiros, sin importar ni la naturaleza, ni el bienestar animal, ni la contaminación por plomo y munición.

Téngase en cuenta que muchas especies están siendo conservadas y su caza está prohibida (el oso o el lince en España son buenos ejemplos). Los animales no son simples recursos al servicio del todopoderoso ser humano.

2. ¿La caza genera empleo y riqueza?

Este segundo argumento es cierto. Por supuesto que genera empleo, pero también lo destruye o lo desplaza, porque en las zonas donde se caza, se están desplazando a los turistas y a los senderistas hacia otras zonas más tranquilas. Muchas zonas han descubierto que el turismo ecológico es muy rentable, pues la gente adora ir a las zonas bien conservadas (para observar lobos o ciervos, por ejemplo). La observación y la  fotografía son actividades que pueden generar riqueza sin matar.

Cuando Reino Unido prohibió la caza del zorro con perros, también hubo quién predijo desastres sociales por la pérdida de empleos, pero no ocurrió nada negativo.

Hay que respetar a los cazadores, porque no saben lo que hacenEl colmo es esa minoría de gente acomodada que se permite el lujo de viajar a lugares lejanos para matar animales exóticos con su fusil con mirilla telescópica (por cazar un leopardo se tienen que pagar más de 25.000€). No viajan con el objetivo de ayudar a esos países, aunque luego presuman de “ayudar” a los pobres, mientras cuelgan en su casa el cadáver-trofeo de un animal que vivía libremente. Si realmente desearan ayudar, seguro que encontrarían formas mucho más eficaces. Por supuesto, mucho más grave es la caza furtiva. Seguramente, el 100% de los cazadores furtivos son cazadores con licencia. Por tanto, prohibir la caza y la venta de armas de caza simplificaría mucho la lucha contra los furtivos.

Para terminar con este argumento de forma radical es preciso decir que la ética de cualquier actividad no puede sustentarse en motivos económicos. Los cazadores deberían buscar otros argumentos para defender la caza y, si no los hay, deberíamos prohibir esta actividad. Hay muchas actividades que generan “riqueza” (para algunos) pero no son éticas (tráfico de armas, de especies, de seres humanos…).

¿Cuáles son los problemas que genera la caza?

En resumen, el objetivo de la caza es matar a animales indefensos que están en su propio ecosistema, en su casa, y sin posibilidad de defenderse. La caza es solo un negocio que genera graves y numerosos problemas, por lo que es necesario exigir un control mucho más exhaustivo. De forma muy resumida, los problemas de la caza son:

  1. La caza no ayuda a la conservación y es la causa de la superpoblación de especies cinegéticas: La caza provoca una disminución de hasta el 83% en las poblaciones de mamíferos tropicales y aves, y no sirve para controlar las superpoblaciones. De hecho, a veces es la causa de ellas.
  2. La caza contamina: Europa califica de riesgo para la salud la cantidad de plomo que disparan los cazadores. También existe contaminación genética cuando se sueltan animales que se cruzan con las poblaciones locales.
  3. La caza reduce la biodiversidad: La caza solo tiene interés en ciertas especies. Por eso, para los cazadores no importa que las demás especies se vean perjudicadas. Así por ejemplo, en demasiadas ocasiones se han introducido especies exóticas y se disparan (por accidente o no) a especies que pasaban por allí.
    • Como explica M. Tafalla en su libro Filosofía ante la crisis ecológica, la caza expulsa animales de un territorio (sea o no su objetivo) y, cuando estos huyen, los conocimientos que se adquirieron en su territorio original son prácticamente inútiles. Además, cuando se mata a un animal adulto se impide que se transmitan conocimientos importantes a sus crías. Todo esto dificulta la supervivencia y la calidad de vida de una población.
  4. La caza genera riesgos para la vida y molestias: Aparte de los accidentes de caza, los vecinos y senderistas tienen que soportar el ruido, el riesgo y las molestias que generan los cazadores, pues incluso se cortan caminos públicos. Cada año hay muchos accidentes de caza que suponen también un coste para las arcas públicas. Gente paseando por el campo, en bicicleta o recogiendo piñas han recibido disparos de cazadores. Más de 600 víctimas hubo solo en 2020 (hasta septiembre).
  5. La caza frena el desarrollo rural sostenible: El turismo rural y ecológico huye de los pueblos en los que hay caza. Así, una minoría de cazadores está frenando la sostenibilidad de muchas zonas rurales.Matar a una madre embarazada o con su lactante es cruel, independientemente de la especie de la que se trate
  6. La caza produce sufrimiento animal: Nadie puede dudar que los animales cazados sufren mucho en su huida, hasta que mueren desangrados. Muchas veces mueren tan lejos del cazador que ni siquiera son encontrados. Por otra parte, está demostrado que muchos cazadores disparan también a especies no cinegéticas y a madres embarazadas… ¿para practicar su puntería o para curtirse en insensibilidad? Además, los perros de caza, especialmente los galgos, suelen sufrir graves consecuencias, tales como accidentes de caza, estar encerrados todo el año o incluso ser abandonados o sacrificados cuando no son aptos para la caza o cuando termina la temporada.
  7. La caza es una actividad violenta: No podemos enseñar valores de respeto a la naturaleza y a las demás personas, fomentando este tipo de actividades. Si se aceptara como ética la “caza por placer”, sería muy complicado poner el límite de lo que es o no aceptable. ¿Por qué la mayoría de los cazadores son hombres?
  8. La caza mata sin aprovechar todo lo que mata: Es demasiado frecuente que los cazadores no se coman todo lo que cazan, pues a veces es sencillamente imposible aprovechar tanta carne, o bien, solo buscan el trofeo y la foto (los lobos no se comen). ¿Cuántos zorzales como máximo debería matar un cazador?
  9. La caza promociona el consumo de carne: El consumo de carne está destrozando el planeta. Lo dicen los científicos y los ecologistas. Es difícil encontrar un cazador que solo coma carne de caza, y mucho más difícil es encontrar un cazador (o un taurino) vegano, aunque sí se dan casos de gente que se hace vegetariana gracias a los taurinos.
  10. La carne de caza está contaminada por plomo (cuando se usa esa munición). Por eso, está especialmente desaconsejado que la coman niños menores de 10 años.
  11. La caza recibe subvenciones desproporcionadas para una actividad extremadamente minoritaria y muy despreciada socialmente: La cantidad total se desconoce, pero tenemos muchos datos al respecto. Especialmente grave es que con dinero público de RTVE se mantiene un programa de TV y su revista sobre caza.
  12. La caza provoca incendios forestales que, con el cambio climático, son cada vez más virulentos y difíciles de controlar. Aunque el sector de la ganadería extensiva provoca muchos más incendios, también hay intereses cinegéticos.

Concluyendo

Un partido que recopila los votos de los desesperados cazadores para mantener su derecho a masacrar animales.Cada vez más gente rechaza la caza tanto como la decoración con cabezas o cráneos de animales masacrados en su hábitat natural. El mundo de la caza se siente amenazado, con razón. Ante su desesperación elaboran reglas para que sus fotos queden bien en las redes sociales (que no se vea la sangre, que no salgan menores, que no se vean los lobos muertos…) y piden que no se publiquen vídeos o fotos en los que se vea la barbarie que implica la caza. En definitiva, quieren que no se vea lo que la caza es de verdad. Están tan asustados que no temen votar a partidos extremistas que les prometen defender su actividad todo lo posible, aunque sea poco.

Matar animales para tener un trofeo es un ejemplo de la estupidez humanaLa conclusión es evidente: la caza no es necesaria, los animales no son trofeos y amar la naturaleza no es matarla. Los animales sienten y sufren. Salvo que tengas necesidad de salvar tu vida o la de tu familia, la caza no tiene justificación ética. La caza puede ser divertida pero difícilmente será ética. El problema es que los cazadores no leerán esto… y menos aún reflexionarán seriamente sobre todo lo dicho.

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