🔒
Hay nuevos artículos disponibles. Pincha para refrescar la página.
AnteayerSalida Principal

Hafdallah Mohammed Al Sheikh: “Observé cómo los drones marroquíes bombardeaban a civiles”

19 Noviembre 2025 at 00:01
Por: La Marea

Hafdallah Mohammed Al Sheikh no puede olvidar la muerte de un niño de 13 años (Alben Sidi Alben Ahmin) que cuidaba de los camellos junto a su abuelo y su tío en las zonas liberadas del Sáhara Occidental. «Fueron blanco de un misil teledirigido marroquí», relata. Desde que se reanudó la guerra entre Marruecos y el Polisario, en 2020, Al Sheik ha acompañado en numerosas ocasiones a miembros del Ejército Popular Saharaui al frente para «documentar acciones de combate y buscar la verdad de esta guerra», explica.

«Soy un joven nacido en asilo. Mi deseo más simple era ver mi tierra y la tierra de mis antepasados, y disfrutar de mis derechos básicos en un país donde reinen la paz y la estabilidad», expone Al Sheik, una de las voces consultadas por La Marea para realizar su dossier especial dedicado al Sáhara Occidental en el 50º aniversario de la traición cometida por España al pueblo saharaui y la subsiguiente ocupación ilegal de Marruecos. «Desde aquella Marcha Negra marroquí, mi pueblo sufre como refugiado y está privado de sus derechos más elementales, de una vida digna», dice.

La demanda de Al Sheik es igual a la pronunciada durante cinco décadas por sus compatriotas: ¿por qué no se cumple la ley cuando se trata de su pueblo? «España no ha cumplido con sus deberes respecto al territorio que ocupó y Naciones Unidas tampoco ha sido capaz de aplicar las leyes internacionales respecto a los países colonizados, ni tampoco de celebrar un referéndum que garantice la libertad de elección», denuncia.

Al Sheik vive en los territorios liberados, al este del muro de 2.720 kilómetros que divide de norte a sur el Sáhara Occidental. Un muro que Marruecos empezó a sembrar con millones de minas antipersona en los años ochenta y que sigue aumentando en número y amenazando a los saharauis a día de hoy.

El 13 de noviembre de 2020, el Ejército marroquí cruzaba el paso fronterizo del Guerguerat y rompía los términos del Acuerdo Militar número 1 y, con ello, el alto el fuego suscrito en 1991 con el Frente Polisario al amparo de la ONU. Al Sheik decidió entonces que debía acompañar a los defensores de su tierra como parte de su «trabajo periodístico».

«A lo largo de estos viajes, he documentado en audio y vídeo acciones de combate y de reconocimiento. Puede verlas con mis propios ojos», narra. «Pude ver las bases y atrincheramientos de los soldados marroquíes a lo largo del muro, fui testigo de cómo los combatientes saharauis se infiltraban en esas bases e intercambiaban disparos, tanto con artillería pesada como con impactos directos, y fui testigo de los bombardeos de los drones marroquíes sobre esas bases». Públicamente, Marruecos niega que exista una guerra. Los medios de comunicación tampoco se ocupan de ella.

«Observé cómo los drones marroquíes bombardeaban a civiles… y a todo lo que se movía. Era como ver una película de suspense», relata Al Sheik, quien defiende que la resistencia armada está amparada por la legalidad internacional. «El nacimiento del Frente Popular es un derecho garantizado por las convenciones internacionales como movimiento de resistencia y liberación. Igual que el nacimiento de la República Árabe Saharaui Democrática fue el resultado inevitable de un derecho histórico y legal».

Tras ser testigo de la contienda en primera persona, Al Sheik lamenta la poca atención que han recibido las «masacres cometidas por el ejército marroquí contra civiles saharauis» tras la reanudación de la guerra. «Me parece injusto que todas estas violaciones marroquíes no sean vigiladas y documentadas por la comunidad internacional».

«Durante 50 años, el colonialismo marroquí ha violado injustamente los derechos y el honor de mi pueblo. Durante 50 años, el colonialismo marroquí ha saqueado las riquezas y los recursos de mi país, violando los convenios internacionales», dice Al Sheik. Hoy, después de tanto tiempo, después de tantas promesas e ilusiones frustradas, explica, «es difícil hablar del viaje y las aspiraciones de un pueblo y una causa para conseguir los derechos más básicos: la libertad y la independencia».


Testimonios: Laura Casielles | Edición: Manuel Ligero

Esta entrevista con Hafdallah Mohammed Al Sheikh forma parte del trabajo realizado para elaborar el dossier que ‘La Marea’ le dedicó al Sáhara Occidental en su número 108. Puedes comprar la revista aquí o suscribirte para seguir apoyando el periodismo independiente.

La entrada Hafdallah Mohammed Al Sheikh: “Observé cómo los drones marroquíes bombardeaban a civiles” se publicó primero en lamarea.com.

Farah Dih: “Muchas mujeres saharauis vivimos entre dos mundos”

5 Noviembre 2025 at 13:31
Por: La Marea

Cuando Farah Dih habló en la Asamblea General de las Naciones Unidas en Nueva York, en 2019, recordó que hay 17 territorios no autónomos en el mundo a los que «se les ha negado la oportunidad de decidir su propio destino». Uno de ellos, el suyo: el Sáhara Occidental. Ya entonces se mostró preocupada por que este organismo hubiera «olvidado los principios originales sobre los que se fundó». Uno de esos principios era el de la desconolonización. El tiempo le ha dado la razón a Dih: hace sólo unos días el Consejo de Seguridad de la ONU votó a favor de una resolución en la que afirmaba que la autonomía bajo soberanía de Marruecos «podría constituir la solución más viable» para superar el conflicto. E instaba a las partes (Marruecos y el Frente Polisario) a negociar sobre esa base. La invasión, los bombardeos con napalm sobre la población civil, la ocupación ilegal de un territorio, la imposición de un régimen represivo que viola sistemáticamente los derechos humanos ha pasado a ser, en el lenguaje diplomático y 50 años después, un conflicto entre dos partes. «Si la erradicación del colonialismo sigue siendo una prioridad en la agenda de la ONU, como proclama el señor Guterres, ¿cuándo van a estar dispuestos a cumplir sus palabras», objetaba Dih en su intervención.

Farah Dih nació en 1991 –el año del alto el fuego y de la creación de la Minurso– en los campamentos de población saharaui refugiada en Tinduf (Argelia). Después de formarse en filología en las universidades de Valladolid, Nebraska-Lincoln y Nueva York, actualmente es profesora de esta última institución en su campus de Madrid. Combina su labor docente con la escritura de ficción y es una de las voces saharauis con las que hemos contado en La Marea para hacer nuestro dossier especial en el último número.

Para Dih, 50 años después de la traición española y la invasión marroquí, es «fundamental hablar de la amnesia histórica y el olvido selectivo del Estado español respecto a su pasado colonial en África, concretamente en el Sáhara Occidental y en Guinea Ecuatorial».

«Necesitamos que se hagan reparaciones de manera oficial, empezando por revertir el reciente reconocimiento del Gobierno español de la soberanía marroquí sobre el Sáhara, pero también dando una mayor visibilidad a la cuestión colonial desde las instituciones», añade. «Necesitamos que se estudie, que se enseñe y que se reconozca el problema para poder sanar unas heridas que no solo siguen abiertas, sino que se han infectado».

Como todas las personas saharauis consultadas para componer nuestro dossier, Dih resalta el papel de las mujeres en la resistencia de su pueblo, pero señala una particularidad que le atañe personalmente: «A día de hoy, muchas mujeres saharauis vivimos entre dos mundos. Y no me refiero a la dualidad cultural de sentirnos saharauis y españolas (que también), sino a la paradoja de estar luchando juntas por la libertad colectiva de nuestro pueblo mientras este, irónicamente, tiende a rechazar nuestro propio derecho a la libertad individual».

Dih, como muchas otras saharauis de su edad, se desmarca cultural y generacionalmente de ciertos modos y costumbres. «Hablo de las que hemos decidido no encajar (o quizá nunca lo hemos hecho) en los moldes tradicionales: las que no llevamos velo, las que vestimos como queremos, las que hemos tomado de la cultura saharaui (y de la española) lo que nos ha convenido para crear una identidad propia, mestiza y diversa», explica.

Para ellas, el camino de la emancipación ha sido muy diferente al de las mujeres occidentales: «Es curioso ver que mientras las feministas blancas españolas luchan por cambiar los cánones de belleza —el de las cirugías estéticas, la delgadez extrema, los filtros de Instagram, etc.—, nosotras libramos otra lucha casi inversa. La de poder arreglarnos y vestir con libertad, de elegir con quién relacionarnos afectivamente y de desafiar unas normas sociales ancladas en el pasado, que se siguen reproduciendo de generación en generación».


Testimonios: Laura Casielles | Edición: Manuel Ligero

Esta entrevista con la profesora Farah Dih forma parte del trabajo realizado para elaborar el dossier que ‘La Marea’ le ha dedicado al Sáhara Occidental en su último número. Puedes comprar la revista aquí o suscribirte para seguir apoyando el periodismo independiente.

La entrada Farah Dih: “Muchas mujeres saharauis vivimos entre dos mundos” se publicó primero en lamarea.com.

Bahia Mahmud Awah, poeta saharahui: “No se puede hacer una revolución con una vieja camisa de fuerza”

16 Octubre 2025 at 07:00
Por: La Marea

La Generación de la Amistad es un movimiento literario saharaui fundado en Madrid en 2005. Uno de sus iniciadores fue el poeta Bahia Mahmud Awah. A los 15 años vio cómo España incumplía sus deberes internacionales, desentendiéndose del proceso de descolonización del Sáhara Occidental y entregando de facto el territorio a una potencia extranjera invasora: Marruecos. Después vinieron el destierro, el exilio, la diáspora.

Hoy, a sus 65 años, pide un relevo generacional que ayude a reactivar la principal reivindicación del pueblo saharaui: ejercer su derecho, reconocido por la ONU, a la autodeterminación y la independencia. Para ello, explica, hay que cambiar a la vieja guardia. «Es fundamental hablar hoy sobre la imperante necesidad de un liderazgo capaz de hacer resurgir de sus cenizas el movimiento de liberación, el Frente Polisario», sostiene.

«Necesitamos hablar de un radical cambio en la anciana dirección política saharaui. Una revolución no se puede trabajar con una vieja camisa de fuerza tejida en el siglo pasado», expresa Awah, una de las voces que hemos recogido para elaborar el dossier principal de nuestra última revista, dedicado al Sáhara Occidental.

En la metáfora de la «vieja camisa de fuerza» se nota la inclinación poética de Awah, quien ha explicado que su primera toma de contacto con la literatura la tuvo en su infancia y le llegó por parte de su madre. Como todos sus compatriotas, también él destaca la importancia del papel de las mujeres como elemento de cohesión en la comunidad saharaui del exilio. Han sido ellas las que han dado a varias generaciones una educación política y sentimental. No en vano, uno de los libros de Awah se titula Mi madre, mi maestra. Y otro de ellos, La maestra que me enseñó en una tabla de madera.

Entre los objetivos de la Generación de la Amistad (a la que pertenecen autores como Ali Salem Iselmu, Liman Boisha o Zahra el Hasnaui Ahmed) estaba, obviamente, dar a conocer la injusta situación del Sáhara Occidental, pero también la de colocar la cultura en un sitio de privilegio en la lucha por la independencia.

Bahia Mahmud Awah, que además de poeta es traductor, antropólogo social y profesor universitario (en la Autónoma de Madrid ha participado en un proyecto de investigación sobre los poetas saharauis en hassanía y la memoria saharaui en la poesía), cree firmemente en la cultura como arma política. La preservación de la esencia y de las particularidades del Sáhara dependen de ello: «Es necesario diseñar una política estatal y social tendiente a recoger, registrar, conservar y defender la peculiaridad de la identidad cultural saharaui, diferente al contexto cultural magrebí», afirma.

En este combate por la identidad todas las herramientas son pocas. Awah ha publicado libros de investigación, ha impulsado diferentes proyectos culturales (como Poemario por un Sáhara Libre), ha impartido conferencias por Estados Unidos y Europa e incluso ha codirigido la película Legna. Habla el verso Saharaui, ganadora en 2014 del primer premio en el festival FiSahara. Y no se detiene ahí. Tiene más recetas para preservar el legado cultural saharaui: «Hay que reflotar el Festival de la Cultura y Artes Populares, activar el Consejo Nacional de la Memoria y hacerlo trabajar en colaboración con la vecina Mauritania: dos culturas unidas con la misma historia y el mismo pueblo».


Testimonios: Laura Casielles | Edición: Manuel Ligero


El testimonio de Bahia Mahmud Awah forma parte del trabajo realizado para elaborar el dossier que ‘La Marea’ le ha dedicado al Sáhara Occidental en su último número. Puedes comprar la revista aquí o suscribirte para seguir apoyando el periodismo independiente.

La entrada Bahia Mahmud Awah, poeta saharahui: “No se puede hacer una revolución con una vieja camisa de fuerza” se publicó primero en lamarea.com.

Nayua Jatri Aduh, estudiante y activista saharaui: “Hemos heredado la resistencia de nuestras madres”

10 Octubre 2025 at 07:00
Por: La Marea

Nayua Jatri Aduh nació en Euskadi debido al exilio que sufre su pueblo desde hace 50 años. Es saharaui y estudia Ciencias Políticas y Gestión Pública en la Universidad del País Vasco. Vive en Bilbao y no se resigna a que España, por desidia política o por interés económico, participe en la normalización de la ocupación ilegal de su tierra. La suya es una de las voces que han participado en el dossier que La Marea ha dedicado al Sáhara Occidental en su último número.

«A mi parecer, lo más esencial ahora mismo es poner el foco sobre las diferentes áreas en las que Marruecos ejerce su imperialismo: el expolio, la cultura, el reconocimiento internacional…», señala Aduh. Como muchos otros saharauis, considera que la ocupación marroquí se ha consolidado con la pasividad de la comunidad internacional y, en particular, de España, que mantienen una postura de aparente indiferencia mientras se firman acuerdos vinculados a la explotación de los recursos naturales del territorio. La situación continúa siendo objeto de escasa atención política y mediática, en un contexto en el que los intereses económicos tienden a imponerse sobre las reclamaciones de soberanía y autodeterminación. «Todo esto acaba por crear una cadena en la que se consolida la ocupación», añade.

El activismo saharahui, feminista y soberanista de Nayua la ha llevado a ser candidata de EH Bildu en las últimas elecciones europeas. También a tomar la palabra en una junta de accionistas de Siemens Gamesa (empresa que cotiza en el Ibex35) para denunciar la normalización del expolio de su patria a manos extranjeras. «El Sáhara Occidental no es ‘una región’: es un territorio no autónomo y, según la ONU, España sigue siendo la potencia administradora, aunque el gobierno español se niegue a cumplir sus obligaciones. Todavía en 2020, Siemens Gamesa se refirió a la ubicación de sus proyectos como ‘Marruecos’», dijo entonces, en 2022, ante los inversores de la empresa energética reunidos en Bilbao.

Al ser preguntada por la diferencia en el enfoque de la lucha para las nuevas generaciones, Aduh señaló a La Marea que existe una gran diferencia en cómo las jóvenes saharauis abordan hoy sus reivindicaciones. «Ahora, dentro de la lucha, uno de los ejes principales es el feminismo, la liberación de las mujeres; y se está empezando a ver cómo existe una perspectiva interseccional cuando hablamos del conflicto», explica.

Al llegar a este punto, Aduh reproduce un sentimiento repetido por muchos saharauis consultados para nuestro especial sobre el Sáhara Occidental: el orgullo por sus predecesores, especialmente por el papel de las mujeres, verdaderos pilares de la comunidad saharaui en el exilio. «Nosotras hemos heredado la resistencia de nuestras madres, que constantemente han sido nuestro vínculo con nuestro país de origen», relata la activista, que ve cómo el devenir de la historia y la vida expatriada han ido enredando, matizando, cincelando de una manera muy particular las identidades saharauis. «También somos sujetos políticos del país que nos acoge. Llega un momento en que la línea entre las luchas es tan difusa que prácticamente se unifican, y creo que eso es positivo», considera.


Testimonios: Laura Casielles | Edición: Manuel Ligero

Esta entrevista con la activista Nayua Jatri Aduh forma parte del trabajo realizado para elaborar el dossier que ‘La Marea’ le ha dedicado al Sáhara Occidental en su último número. Puedes comprar la revista aquí o suscribirte para seguir apoyando el periodismo independiente.

La entrada Nayua Jatri Aduh, estudiante y activista saharaui: “Hemos heredado la resistencia de nuestras madres” se publicó primero en lamarea.com.

Ahmed Ettanji, periodista saharahui: “Cada grabación puede costarnos la cárcel o el exilio”

8 Octubre 2025 at 07:00
Por: La Marea

En 1975, coincidiendo con la muerte del dictador Francisco Franco, España dio carta de naturaleza a una ilegalidad según el derecho internacional: cedió de facto el Sáhara Occidental al permitir la llamada «Marcha Verde». Así fue conocida en nuestro país, pero los principales afectados no se refieren a ella con ese nombre. Los saharauis hablan de la «Marcha Negra». Ese es el término que también utiliza Ahmed Ettanji, periodista de Équipe Média que vive en los territorios ocupados ilegalmente por Marruecos: «Cincuenta años después de la Marcha Negra, del abandono español y de la ocupación marroquí, lo fundamental es hablar de justicia y de la autodeterminación del pueblo saharaui».

Ettanji, director del premiado documental Tres cámaras robadas (2020), habló para La Marea con motivo del dossier especial dedicado al Sáhara Occidental en nuestra última revista. «Seguimos siendo la última colonia de África: víctimas de la represión, del expolio y del exilio. Pero también somos un pueblo que resiste y defiende su identidad», explica.

En torno al Sáhara Occidental sigue sobrevolando una anomalía que nadie parece querer resolver: España es, todavía a día de hoy y con el derecho en la mano, la potencia administradora del territorio, que está en fase de descolonización. Así lo ha prescrito la ONU. «Hoy lo urgente es que la comunidad internacional asuma su responsabilidad, que se protejan los derechos humanos en los territorios ocupados y que, de una vez, se permita a los saharauis decidir libremente su futuro», exige Ahmed Ettanji. «No pedimos compasión, pedimos justicia y un futuro digno en nuestra tierra».

Su mirada tiene especial relevancia por cuanto se enfrenta, en su día a día laboral, con la cara más siniestra del régimen alauita. Reportar desde el Sáhara es prácticamente imposible. El bloqueo informativo es total. Ettanji y sus compañeros hacen frente, de forma cotidiana, a la incautación de sus herramientas de trabajo, además de a amenazas, agresiones y detenciones arbitrarias.

«Informar desde los territorios ocupados del Sáhara Occidental es, en sí mismo, un acto de resistencia», relata. «Nuestro trabajo se desarrolla bajo una vigilancia constante: la policía y los servicios secretos marroquíes nos siguen, nos detienen, nos golpean y confiscan nuestro material. Marruecos no reconoce a los periodistas saharauis, los criminaliza, así que cada grabación, cada foto o cada testimonio que recogemos puede costarnos la cárcel o el exilio».

La consecuencia inmediata, explica, «es el miedo». Y no sólo por la propia integridad física: «Nuestras familias son presionadas, nuestros compañeros encarcelados, y vivimos sabiendo que en cualquier momento pueden entrar en nuestras casas para llevarnos».

Lo lógico, en esas circunstancias, sería tirar la toalla, pero la rendición no entra en los planes de este grupo de periodistas. «Esa represión nos confirma la importancia de lo que hacemos: romper el bloqueo informativo, contar lo que pasa en nuestra tierra y dar voz a quienes Marruecos intenta silenciar», mantiene Ettanji.

«A pesar de todo, seguimos trabajando porque sabemos que nuestro testimonio es la única ventana que tiene el mundo para ver la realidad en el Sáhara ocupado. El precio es alto, pero el silencio sería aún más costoso para nuestro pueblo», concluye.


Testimonios: Laura Casielles | Edición: Manuel Ligero

Esta entrevista con el periodista Ahmed Ettanji forma parte del trabajo realizado para elaborar el dossier que ‘La Marea’ le ha dedicado al Sáhara Occidental en su último número. Puedes comprar la revista aquí o suscribirte para seguir apoyando el periodismo independiente.

La entrada Ahmed Ettanji, periodista saharahui: “Cada grabación puede costarnos la cárcel o el exilio” se publicó primero en lamarea.com.

Jadiya Ali, traductora saharahui: “Es crucial hablar de la hipocresía de los Estados occidentales”

3 Octubre 2025 at 12:55
Por: La Marea

En el último número de La Marea nos propusimos dedicar nuestro dossier principal al 50º aniversario de la ocupación del Sáhara Occidental por parte de Marruecos y al papel que España tuvo en aquella traición. Medio siglo después, ya son varias las generaciones de saharauis que han nacido en el exilio. Es el caso de Jadiya Ali, traductora y trabajadora de una ONG y que nació y aún vive en los campamentos de refugiados de Tinduf, en Argelia. Su voz forma parte de una serie de testimonios saharauis recogidos para nuestro dossier.

«A cincuenta años del inicio de la ocupación marroquí del Sáhara Occidental, es crucial hablar de la hipocresía incesante con la que los Estados occidentales y muchos otros en nuestro propio continente gestionan este conflicto», señala Jadiya, exponiendo un discurso que no difiere demasiado del que esgrimen los habitantes de otros países golpeados por guerras, genocidios, hambrunas o catástrofes. Allí, muy pocos esperan nada ya de Europa después de tantas promesas inclumplidas. «Enarbolan discursos de defensa de los derechos humanos y del derecho internacional mientras, en la práctica, sostienen al ocupante priorizando intereses económicos y estratégicos, entre otros, por encima de la legalidad y la justicia», continúa Jadiya.

El Sáhara Occidental, como Palestina, también es testigo de cómo las resoluciones de Naciones Unidas se quedan en papel mojado. Incluso de cómo las sentencias del Tribunal de Justicia de la Unión Europea se renegocian entre los países implicados para vaciarlas de contenido. El comercio está por delante de los derechos, y «esta silenciosa complicidad –señala Jadiya– legitima la represión sistemática que lleva a cabo el régimen marroquí sobre la población saharaui en los territorios ocupados, donde se niega la libertad de expresión en todas sus formas, se criminaliza la identidad saharaui y se vulneran los derechos humanos de forma continua».

Pero lamentarse por unos Estados cooptados por los poderes económicos no es suficiente. Jadiya va más allá: «Es igualmente urgente recordar que la responsabilidad no recae solo en los gobiernos, sino también en los ciudadanos de esos países, quienes tienen el poder y el deber de exigir un posicionamiento claro y coherente con la legalidad internacional: el reconocimiento del derecho del pueblo saharaui a la autodeterminación y a la independencia».

Su reivindicación interpela directamente al pueblo español, al que un día pertenecieron sus antepasados. Su implicación es necesaria para «poner fin a medio siglo de ocupación ilegal, que divide a un pueblo entero entre campamentos de refugiados y territorios ocupados separados por el segundo muro más largo del mundo, que está sembrado con casi 10.000 minas antipersona y antivehículo. No es solo una cuestión de justicia histórica hacia mi pueblo, sino de dignidad humana y de respeto a la legalidad y al derecho internacional»

Ali, que vive en los campamentos, considera urgente cuestionar el modelo de cooperación y ayuda humanitaria, que a menudo «se diseña sin escuchar a quienes la reciben y sin tener en cuenta la naturaleza política del conflicto, reproduciendo dinámicas de dependencia y silenciando la voz del propio pueblo saharaui». Esos recursos, además, «no siempre responden a las necesidades reales de la comunidad».

«Descolonizar el modelo actual de prestación de ayuda humanitaria –explica Ali– supone poner en el centro la participación de la comunidad afectada, en este caso la saharaui». A su juicio, es necesario «entender que la asistencia no puede ir por separado de la causa fundamental: la necesidad de una solución justa y definitiva que resida en el respeto al derecho inalienable del pueblo saharaui a la autodeterminación y la independencia. Solo de esta forma la cooperación internacional y la ayuda humanitaria dejarán de ser un parche momentáneo para convertirse en verdaderas herramientas para poner fin a esta injusticia».



Testimonios: Laura Casielles | Edición: Manuel Ligero

Esta entrevista con la traductora Jadiya Ali forma parte del trabajo realizado para elaborar el dossier que ‘La Marea’ le ha dedicado al Sáhara Occidental en su último número. Puedes comprar la revista aquí o suscribirte para seguir apoyando el periodismo independiente.

La entrada Jadiya Ali, traductora saharahui: “Es crucial hablar de la hipocresía de los Estados occidentales” se publicó primero en lamarea.com.

  • No hay más artículos
❌