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AnteayerSalida Principal

Problemas (y solución) para instalar GNU/Linux en una ACER Aspire 3

25 Septiembre 2025 at 17:09

Los compas de Radio Tierra Campesina organizaron, hace unas semanas, una feria de instalación de software libre junto a la “Comunidad del Anillo” un grupo de reflexión en torno a las tecnologías libres de Mendoza, Argentina. En todas las computadoras pudimos instalar diferentes distribuciones GNU/Linux: Debian 13, EterTICs y Ubuntu Mate. Excepto en una, que nos lo puso bien-bien difícil.

Origen

Todo lo que la IA puede hacer por vos y tu radio

5 Junio 2025 at 20:51

Cómo un insignificante cambio que llega para “solucionarnos la vida” puede implicar que nadie visite tu página web o lea artículos como este. (Sumamos el audio de la entrevista que nos hicieron en “Una Radio Muchas Voces” sobre esta nota).

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Procesar y resumir enormes cantidades de datos y ponerlos a disposición de empresas, universidades o Estados. Analizar millones de informes médicos para realizar diagnósticos más precisos. O usos más cotidianos como traducir textos a otros idiomas, programar scripts informáticos o producir podcasts. Estas son algunas de las muchas funciones para las que actualmente se emplea Inteligencia Artifical (IA). Sin duda alguna, es uno de los avances tecnocientíficos más importantes de esta época.

Sin embargo, es conveniente recordar que la IA no es más que una programación informática que, al seguirse alimentando de cada vez más datos, aumenta su capacidad de ejecutar acciones. Eso no significa que aprenda en un sentido humano, a pesar de que este mito esté muy extendido.

De hecho, todos los desarrollos tecnocientificos relacionados con las TIC llegaron siempre acompañados de un optimismo exagerado y un misticismo mágico. Cuando apareció Internet nos prometieron que el desarrollo alcanzaría a todas las áreas desfavorecidas de la tierra o que sería un ágora democrática. Luego, que las Redes Sociales servirían para democratizar la libertad de expresión y pensamos que las podríamos resignificar para hacer la revolución. Veinte años después de su aparición estamos clamando por legislaciones que eviten que la juventud se exponga a estos espacios convertidos en burbujas de odio que promueven el consumismo y el individualismo exacerbado.

Y no, no ha sido porque las usemos mal. Como hemos repetido en otras ocasiones, las tecnologías no son neutras. Si desarrollamos ciencia y tecnología en un contexto monopólico de empresas que solo buscan ganancias desorbitantes, inevitablemente, estos son los resultados. Ese puñado de compañías se convirtieron en las más ricas del planeta, mientras continuan ignorando las investigaciones de sus propios empleados que alertan de los riesgos psicológicos y de adicción que pueden sufrir quienes usan sus plataformas.

Tampoco la IA es neutra. De hecho, se alimenta de los sesgos que tiene los datos con que se entrena y, esos sesgos, se transmiten a la decisiones que toma. (Por cierto, también se alimenta de ingentes cantidades de agua como ya hablamos en este otro texto).

Por ejemplo, si empleamos un modelo genérico de IA para procesar y resumir entrevistas de audio o un grupo de documentos académicos, ¿en base a qué hará ese recorte? Al no tener acceso para matizar ese algoritmo, por mucho que definamos la instrucción (lo que se conoce como promt) siempre existirá un recorte subjetivo. Ciertamente, también sería subjetivo el resumen que haríamos cada uno de nosotros y nosotras, pero tendríamos el poder de ponderar ciertos aspectos que a la IA se les escapan: como que estén más presentes las voces de mujeres o minorías porque siempre son relegadas; entender que la voz de los pueblos originarios no suele estar en los textos de historia porque tienen una tradición oral y siempre fueron los occidentales quienes escribieron sobre ellos; o que la academia suele priorizar teorías del norte global que son las más repetidas, en contraposición con los postulados de quienes investigan desde el sur global.

Pero hay otros peligrosos recortes que ya podemos cuantificar, que están simplificando –aún más– la forma en que aprendemos o procesamos el conocimiento, debido principalmente al modelo oligopólico privado de desarrollo tecnocientífico que venimos denunciando.

El buscador de Google se emplea en 9 de cada 10 búsquedas que se hacen en Internet. La posición dominante de esta herramienta de la compañía Alphabet –que se suma a la que tiene en otros segmentos con servicios como Youtube, GMaps, GDrive o GMail, entre un larguísimo ectcetera– le permite tomar decisiones que afectan radicalmente la lógica en que consumimos los contenidos en Internet.

Google nunca abrió su algoritmo por lo que solo podemos intuir por qué prioriza unas páginas web por encima de otras: una buena gestión de etiquetas en el sitio web con palabras claves, algo en lo que se afanan quienes hacen SEO (optimización de motores de búsqueda); que una página web sea enlazada por otras; y otras estrategias que quienes trabajan como community manager intentan adivinar.

Hasta hace unos meses, el buscador de la compañía funcionaba de forma sencilla. Alguien introducía una pregunta, por ejemplo, “cómo instalar una radio en línea” y en la página aparecían los resultados que Google filtraba en función del idioma de la búsqueda, del país o región donde te encuentres o, incluso, relacionándolo con tus búsqueda anteriores. Un necesario intermediario entre quienes creamos contenidos y nuestras audiencias, en un mar infinito de páginas web y plataformas de contenido.

Como gran parte de los ingresos de Google son por publicidad, entre los primeros resultados muestra algunos patrocinados, pero el buscador lo indica claramente. De este modo, sabes que aparecen destacados porque pagan y no porque tenga un buen posicionamiento dentro del buscador. Luego, promociona varios videos de su servicio Youtube. Y después, las páginas con los resultados que podías visitar para encontrar la respuesta a la búsqueda realizada. (Clic aquí o en la imagen para ver en grande).

Ahora bien, desde que Google incorporó por defecto a su buscador la “Visión general IA” (AI Overviews), al realizar esa misma pregunta, lo que aparece destacado en primer lugar es un resumen realizado por esa Inteligencia Artificial [1].

Aunque Google añade el enlace a los contenidos originales con los que confecciona dicho resumen, la mayoría de las personas se quedan con la respuesta que les ofrece el extracto y no visitan esos sitios. Incluso, a pesar de que el mismo buscador alerta expresamente de queLa visión general creada por IA puede cometer errores y, de hecho, los tendrá. De ser un mediador necesario, Google paso a acaparar todo el tráfico que ya no se traduce en visitas a las páginas que proveen el contenido.

“Google se transforma en el ensamblador de contenido ajeno y de paso es el único que obtiene el tráfico que produce con las respuestas que ofrece. Gracias a eso, se queda con la audiencia”.

Juan Carlos Camús, Huellas Digitales.

Esta nueva dinámica en las búsquedas se ha traducido en un descenso drástico de las visitas a las páginas web generadoras del contenido. Varios blogs venían alertando de esta situación pero, la pasada semana, la revista JotDown, lo cuantificó con los siguientes datos:

“Durante los primeros cinco meses de 2025, la versión digital de Jot Down ha perdido un 35,8 % de sus lectores. Las sesiones han bajado un 40,5 %, las páginas vistas un 15,9 %. Google nos ha traído un 31,8 % menos de visitas que el año pasado”.

Ángel Fernández Recuero, Jot Down

Este descenso se suma al que ya venían experimentando por las visitas que llegaban desde las redes sociales “Twitter, un 56 % menos. Facebook, un 35 %”.

En un crudo editorial titulado “Qué hacer cuando nadie nos busca”, Jot Down pronostica que “la web, tal como la conocíamos, está dejando de existir” y llaman a conformar una “comunidad contralgorítmica”. Comunidad que, por cierto, lleva tiempo existiendo y sosteniendo alternativas como medios comunitarios, infraestructura autónoma o el fediverso.

Otros grandes medios internacionales, como New York Times o Wall Street Journal’s, han reportado caídas similares de su tráfico orgánico.

“En el caso de Business Insider, el descenso fue del 55% entre abril de 2022 y abril de 2025. Esta situación obligó al medio a despedir al 21% de su personal”.

Carolina Martínez Elebi, Observacom.

Ciertamente, la IA seguirá avanzando. Las empresas siguen apostando a su desarrollo porque obtienen ganancias descomunales. Pero esos avances, que a veces parecen insignificantes y como usuarias valoramos porque nos “hacen la vida más sencilla”, van moldeando nuestros hábitos, nuestras formas de aprender y elaborar el conocimiento, de disfrutar del arte y la cultura, o de relacionarnos entre nosotres.

Usar una u otra tecnología es una decisión personal pero politizar su desarrollo es una cuestión que deberíamos asumir como sociedad. Al menos quienes tenemos la convicción de que la comunicación es un derecho humano y apostamos por las tecnologías libres y los medios comunitarios. ¿De qué sirve usar IA para llenar una radio o una página web de contenidos si nadie los lee, y si con ello no provocamos diálogos participativos o transformamos las condiciones de vida de nuestras comunidades?


Cuando este año estrenamos el nuevo logo, varias personas nos preguntaron si el símbolo que sustituye a la “O” era un ovni o un ojo divino que todo lo ve. Ninguna de las dos. Es un banquito de tres patas. Porque aunque nuestro proyecto se construye desde y para Internet, seguimos reivindicando esas antiguas tecnologías de comunicación que nos permiten sentarnos junto a otres, con un mate o un café, a dialogar.


Más recursos para debatir sobre una IA ética:

Notas:

[1] Google indica que si quieres ver los resultados sin el resumen, puedes hacer clic en los filtros superiores, concretamente en “Web” (está junto al de Imágenes, Videos o Herramientas. Pero eso solo puedes hacerlo una vez que ya te mostró los resultados, con el resumen Overview incluido. Nuestro querido Dani Cotillas (de Nodo Común, Comunicación Abierta o Club Manhattan) nos compartió un sencillo truco para que muestra los resultados sin IA y es sumar alguna mala palabra en la búsqueda como “joder”, lo probamos y anda :D.

¿Deben las radios en línea pagar derechos de autor por la música que pasan?

30 Abril 2025 at 17:57

Una opción es que digas que nunca leíste este artículo y esperar a que te llegue una petición de pago. En México sabemos de radios en línea que pasan publicidad que han recibido estas solicitudes.

Hemos preparado un resumen de las tarifas que deben pagar las radios en cada país de América Latina que puedes consultar en este enlace.

Las radio online han proliferado en estos últimos años. Es muy barato y sencillo instalar una. Tienes cobertura mundial y, lo mejor, no hay que solicitar ningún permiso o concesión tal como estamos viendo en este curso.

Pero la mayoría de estas radios no transmiten música libre, sino canciones con copyright protegidas por el derecho de autor.

Dentro del derecho autoral existen dos partes. Una son los derechos morales, aquellos que obligan a reconocer que una escritora es autora de ese libro y darle siempre el correspondiente crédito. Luego están los derechos patrimoniales que son aquellos que tienen que ver con el dinero y las regalías que reciben los autores por sus creaciones.

Para facilitar el cobro de estas tasas, las autoras y los autores delegan estos trámites a entidades gestoras de derechos de autor de las que se hacen socios. En algunos países hay más de una, por lo general se dividen por artes, unas recaudan por temas musicales, otras por conciertos, obras de teatro o audiovisuales,… Incluso están las que agrupan a autores y compositoras, divididas entre las que representan a los autores nacionales que tienen contratos con multinacionales extranjeras, otras a los nacionales, a extranjeros,…

Algunas de ellas no han gestionado los recursos de forma muy transparente y se han visto envueltas en casos de corrupción como en Colombia (SAYCO) y España (SGAE), pero eso es materia para otro artículo. Puedes aprender más de cómo funciona la gestión de derechos colectivos de autor y las alternativas existentes en el documental “Copiad Malditos”.

Cualquier institución, ya sea una radio, una peluquería o un restaurante que haga difusión pública de canciones protegidas por el derechos de autor está obligada a pagar a estas gestoras que, a su vez, lo distribuyen entre los artistas que agrupan.

Las sociedades de gestión de cada país tienen una tabla de tarifas donde se estipula la tasa que debe pagar cada negocio. ¡No se libran ni los moteles! Hasta tienen sus propias categorías.

Información del tarifario de SAYCE Ecuador.

Al menos en la mitad de tablas tarifarias de las sociedades gestoras de autor de América Latina ya aparecen las radios en línea. Algunas emisoras se amparan en que ya pagan derechos por la transmisión en FM pero, al ser la radio en línea otro medio de difusión diferente, también deben pasar por caja. En algunas de estas tablas sólo hacen referencia a “radioemisoras” sin especificar si son de FM, AM o en línea.

¿Hay mucho control?

Ciertamente, no. Al no existir un registro por país de radios en línea es complicado que estas entidades de gestión toquen a tu puerta. Además, muchas radios virtuales tiene sus servidores online en otro país por lo que no queda muy claro a quién tendrían que pagar.

Pero los cobradores sí se están acercando a radios en línea de Universidades o de otro tipo de instituciones. También a proyectos online que tienen bastante éxito y mucha publicidad en sus programaciones.

¿Entonces pago o no pago?

En Radios Libres no compartimos el concepto de Propiedad Intelectual y, sobre todo, el modelo actual de gestión de derechos donde el mayor lucro queda en las discográficas y en el resto de intermediarios dejando las migajas para artistas y creadoras.

Por supuesto que estamos a favor de que quienes se dedican a crear cultura estén remunerados para poder seguir creando, pero pensamos que hay que plantear modelos de financiamiento donde la mayoría de los recursos lleguen directamente a los artistas.

Pero hasta que existan estos nuevos modelos, técnica y legalmente, tendrías que pagar. Como decíamos en el punto anterior:

Si tu radio en línea es pequeña, no está respaldad por una gran institución, ni ingresa mucho dinero por publicidad es extraño que lleguen con una factura a tu casa. Pero sí ese no es el caso, quizás debas revisar las tablas tarifarias de tu país y evitar futuros problemas. La mayoría de legislaciones contemplan multas retroactivas, es decir, te podrían cobrar todo lo que no pagaste en los meses que has transmitido.

Pero mi radio es educativa y no pasa publicidad

No importa. Si tu radio pasa música con derechos de autor la ley dice que debes abonar la tarifa. La mayoría de tarifarios que hablan de radios en línea cobran un porcentaje por los ingresos de publicidad (una media de un 3% mensual sobre lo recaudado) pero en caso de no existir dichos ingresos contemplan el cobro de un mínimo mensual.

Una opción es que digas que nunca leíste este artículo y esperar a que te llegue una petición de pago. En México sabemos de radios en línea que pasan publicidad que han recibido estas solicitudes.

El amigo y radialista colombiano Tito Ballesteros de Blog Radios de América grabó este artículo en audio. Te recomendamos que visites su blog para participar en el debate que lanzó sobre si las radios en línea deben o no pagar por los derechos de autor.

Fecha del post original: 27 julio 2016 / Imagen: Cdd20 en Unsplash

¿Cuáles son las partes de una computadora?

18 Marzo 2025 at 22:40

Hemos actualizado la nota más visitada del Manual para Radialistas Analfatécnicos. Un repaso básico para conocer los componentes de las computadoras que usan las radios.

Trabajamos con ellas todos los días. Hasta hace muy poco eran tan grandes como una habitación, parecidas a la de la fotografía que ilustra esta nota (una CSIRAC australiana). Hoy existen modelos que caben en una mano. A veces, las amamos y otras, cuando se “cuelgan”, las odiamos. Son las computadoras, en otros lugares también conocidas como máquina, computador u ordenador.

La computadora es la parte “dura” de un sistema informático, lo que se conoce como hardware. Son componentes electrónicos que necesitan de la parte “blanda” o software para poder funcionar. Vamos a conocer, a grandes rasgos, las principales partes de una computadora para entender qué rol cumple cada una en su funcionamiento.

Aquí tienes un video que muestra el interior de una computadora y sus componentes. Y a continuación, los detalles de cada uno de esos elementos.

DIFERENTES TIPOS

Resumimos agrupándolas en dos estándares:

1. PC (Personal Computer)

Trabajan con sistemas operativos (SO) de software libre GNU/Linux (diferentes distribuciones como EterTICs, Debian o Ubuntu) o de Microsoft Windows. Dentro de estas PC encontramos computadoras de marca o las llamadas clones, armadas con componentes de diferentes marcas. Fueron popularizadas por IBM en la década de 1980.

2. MAC (Apple)

Computadoras fabricadas por la marca de la manzanita. Actualmente, la mayoría de componentes son similares a la PC, pero nacieron con una construcción o arquitectura informática distinta. Funcionan con sistemas operativos de la misma marca.

Ordenadores monoplaca u ordenadores de placa simple

Estas minicomputadora de bajo costo que popularizó la fundación Raspberry Pi tienen una arquitectura distinta llamada ARM por lo que usan sus propios sistemas operativos o versiones ARM de algunos libres como Debian. Son muy baratos, hay modelos por 50$ y las puedes usar para instalar tu propia servidora web o, con un poco de hacking, fabricar un minitrasmisor para tu escuela.

PARTES DEL SISTEMA

Computadora

Para genealizar, le decismos así a todos los elementos que se encuentran dentro del case, caja o gabinete, conocido coloquialmente como CPU aunque, como veremos, ese es solamente uno de los componentes.

Periféricos o dispositivos de entrada

Son los encargados de suministrar los datos a la computadora: entre ellos se encuentran, principalmente, el teclado y el ratón. Otros son el escáner, micrófonos, webcams, memorias o discos duros externos, etc.

Periféricos o dispositivos de salida

Sirven para mostrar los datos que procesa la computadora. El monitor y la impresora son los más comunes.

¿QUÉ HAY EN EL INTERIOR DE LA COMPUTADORA?

Partes de una computadora
http://en.wikipedia.org/wiki/User:Gustavb

1. Monitor o pantalla

Es el dispositivo principal de salida de datos de la computadora. Nos muestra la interfaz gŕafica del sistema operativo y de los distintos software que utilicemos. Existen de distintos tipos: rayos catódicos (los viejos que ocupaban medio escritorio), LDC (Liquid Crystal System), o la familia LED. También hay monitores táctiles (touch) que pueden ser identificados, por lo tanto, como periféricos entrada y salida de datos.

2. Placa base o tarjeta madre (mother board)

Es la placa más grande del sistema. Un conjunto de circuitos integrados y chips electrónicos donde se conectan el resto de componentes en unas ranuras llamadas slots. Muchas placas traen integradas tarjetas de video, de sonido, red, modem… De no ser así, se pueden comprar aparte e instalar fácilmente.

La placa base también tiene puertos, por ejemplo, el LPT (puerto paralelo), usado para las antiguas impresoras ya que las modernas se conectan por USB. Éste es otro tipo de puerto, el preferido actual para casi todos los periféricos, también para el ratón y teclado que antes se conectaban por puertos PS2. En la placa también se inserta el procesador, las memorias y los discos duros.

En la motherboard hay una pequeña memoria llamada BIOS (Basic Input / Output System). Sin ella, el sistema no podría funcionar ya que guarda la configuración interna de la propia motherboard, reconoce los discos duros, sabe qué hay instalado en cada slot, guarda la hora y la fecha para que la computadora no se desactualice… Para eso, en la placa madre existe una pequeña pila o batería (CMOS) que mantiene a la BIOS con corriente suficiente para guardar esta información. Si el reloj de tu computadora se atrasa, es probable que necesites cambiar la batería. A la BIOS se ingresa pulsando F12, F2, Delete o Suprimir, dependiendo del tipo de placa.

http://en.wikipedia.org/wiki/User:Moxfyre

 

3. Procesador o CPU

Es el cerebro de la computadora, también llamado Unidad Central de Procesamiento (CPU). Encargado de ejecutar las operaciones matemáticas. Recuerda que las computadoras trabajan con dígitos binarios, por eso, procesar información digital no es más que realizar diferentes operaciones con ellos.

File:Intel core i7 940 top R7309478 wp.jpg
https://commons.wikimedia.org/wiki/User:Smial

El procesador siempre se encuentra escondido debajo de un gran ventilador. Ese ritmo frenético al que trabaja lo calienta excesivamente y necesita estar bien refrigerado. Hay dos marcas que dominan el mercado: INTEL y AMD (Advanced Micro Devices). En la marca INTEL los conocidos procesadores Pentium dieron lugar a la nueva gama Core. AMD comercializa actualmente los procesadores Ryzen que actualizaron los antiguos Athlon y Turion.

El hardware de código abierto diseñado en Barcelona ya cuenta con la segunda generación de procesadores RISC-V Lagarto

El Instituto Politécnico Nacional de México junto al Barcelona Supercomputing Center, y otras instituciones, han desarrollado el Proyecto Lagarto para crear procesadores de código abierto.

4. Memoria RAM

Randes Acces Memory o Memoria de Acceso Aleatorio. Mientras el procesador realiza sus operaciones, guarda en la memoria RAM los resultados. Supongamos que estamos escribiendo una carta en la computadora. Abrimos el programa. Los datos comienzan a almacenarse en la memoria que los envía al procesador para que ejecute las instrucciones y realice las operaciones. El procesador devuelve los resultados a la memoria y recibe nuevos datos para seguir procesando, y así sucesivamente. Por eso, a mayor RAM, mayor desahogo y mejor desempeño de la computadora. La RAM se mide en bytes. Las actuales memorias vienen de 512 megas o 1024 (1 giga). Sumando módulos, podemos tener computadoras de 8, 16, 32 gigas o mucho más.

File:Swissbit 2GB PC2-5300U-555.jpg
https://commons.wikimedia.org/wiki/User:An-d

5. Tarjetas varias

Tarjeta de video

Como vimos, algunas tarjetas madre vienen con el video incluido pero, por lo general, siempre se le instala aparte una tarjeta gráfica o de video para que las imágenes se muestren con mayor nitidez y calidad en la pantalla. Sobre todo si la computadora se dedicará a tareas que requieren más potencia de procesamiento de la imagen, como puede ser la edición de videos o jugar videojuegos. Se compran aparte y se conectan a la placa madre a través de las rendijas o slots.

Tarjeta de interfaz de red o adaptador LAN o WiFi

Sirven para conectarse a Internet o para poner en comunicación dos computadoras para compartir datos entre ellas. Probablemente la identifiques porque tiene un conector Ethernet. Desde hace unos años la mayoría también incorporan conectividad sin cables, Wi-Fi (Wireless Fidelity, fidelidad inalámbrica).

Tarjeta de interfaz de audio

También la tienes integrada en la motherboard, aunque para una radio o estudio de producción es necesario contar con una tarjeta independiente. Las integradas suelen recoger el sonido eléctrico de la placa y del resto de componentes, como los ventiladores. Esto añade un leve zumbido a las grabaciones que, aunque pequeño, es suficiente para dañar la calidad de una producción. Hay cientos de opciones en el mercado pero te ayudaremos a escoger la más adecuada para tu emisora o estudio en la siguiente pregunta.

6. Fuente de alimentación

Las computadoras necesitan corriente eléctrica para funcionar. Dependiendo del país es de 110 ó 220 voltios. Esa corriente alterna (AC) necesita convertirse en niveles más bajos de energía eléctrica continua (DC), ya que todos los componentes de la computadora funcionan con continua. Para transformar la energía alterna en continua usamos la fuente de alimentación desde donde salen los cables necesarios para alimentar de tensión eléctrica a todos los componentes.

7. Unidades de lectura

Son equipos que leen la información guardada en CD, DVD o en los antiguos floppys, discos de 3¼ de pulgada que la mayor parte de computadoras ya no tienen. Otro de los dispositivos de almacenamiento que quedaron en desuso son los ZIP. Una especie de cartuchos que tenían una lectora especial más grande que un disco floppy, pero más pequeño que un lector de CD.

También encontramos los lectores de USB (Universal Serial Bus) que nos permiten leer memorias flash llamadas, por extensión, USB, pincho o llave. Existen distintas generaciones de USB con distinta forma y velocidad de transferencia. También podemos encontrar, sobre todo en las laptops, lectores de tarjetas SD (Secure Digital), en sus versiones grande, mini o micro (que la reconocerás fácil porque son las que usan los teléfonos celulares. Tal vez reconozcas alguno en tu computadora.

https://upload.wikimedia.org/wikipedia/commons/4/43/USB_2.0_and_3.0_connectors.png
Fuente: Wikimedia – User: Milos634

 8. Discos de almacenamiento

Disco duro rígido

En ellos se guarda toda la información y programas: el Sistema Operativo (GNU/Linux, Windows o MAC OS), las aplicaciones de software para escribir, dibujar, editar audio… También en los discos duros se guardan los textos, archivos musicales, fotos o videos. A mayor capacidad, mayor número de datos guardados. Ya se venden discos con más de 1 terabyte de capacidad. En ellos caben miles, casi millones, de canciones en mp3.

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Fuente: Wikipedia – Autor: William Warby

Los discos duros rígidos son dispositivos magnéticos. Su funcionamiento es similar a una cinta de casete pero guardan la información de manera digital y están hechos de aluminio. Un disco duro se puede borrar y escribir cientos de veces. Los HD o Hard Disk  tienen detrás dos tipos de conexiones. La primera es el cable de corriente que viene directamente de la fuente de alimentación. La segunda es para el cable que lo conecta a la placa madre. Éste puede ser de dos tipos, cable IDE plano con 25 pines, o los actuales modelos SATA que son conectores mucho más pequeños.

Javier Atencia, explica en estos videos como funciona un disco duro, por dentro. Platos, cabezas lectoras, placa ….. Las imagenes contienen un alto nivel de detalles. Idóneo para los curiosos. http://www.mundodigital.net 

Unidades de estado sólido

En vez de discos rígidos las computadoras actuales tienen unidades de estado sólido (SSD, del inglés Solid State Drive). Son como las memorias flash portátiles (pinchos). Son menos sensibles a los golpes y movimientos bruscos y más rápidas que los discos duros rígidos convencionales.

https://upload.wikimedia.org/wikipedia/commons/d/d7/Crucial_SSD_MX300_525GB-8479.jpg
Fuente: Wikimedia – Autor: Raimond Spekking

Más información 

Y ahora, ¿quién podrá defendernos? ¡La Inteligencia Artificial!

22 Enero 2025 at 18:24

Un reflexión acerca del desarrollo tecnológico y lo que podemos esperar de la Inteligencia Artificial. Este artículo se publico originalmente en el número 12 de la revista Internet Ciudadana, donde puedes leer más artículos sobre este tema.

Internet Ciudadana es una iniciativa en construcción que apuesta a generar un espacio latinoamericano y caribeño, donde las organizaciones que trabajan por la justicia social, la democracia, la democratización de la comunicación, el software libre y abierto, la neutralidad de la red o la amplia gama de los derechos humanos, así como para el empoderamiento de la ciudadanía, puedan confluir para construir agendas comunes hacia la Internet de los pueblos.


A lo largo de la historia, un buen número de inventores avezados y empresas pioneras desplegaron diferentes tecnologías y, en la mayoría de ocasiones, acompañaron su distribución con desproporcionadas promesas de progreso y modernidad.

En lo que se refiere a las Tecnologías de Información y Comunicación (TIC), tanto el telégrafo como las radiocomunicaciones en el siglo XIX y, en época más reciente, Internet, se erigieron por sus promotores como soluciones, cuasi mágicas, para el desarrollo y la democratización de la sociedad. Para dotar de convicción este discurso, revistieron a las tecnologías con una infalible cualidad: su “neutralidad”. Un paradigma reforzado por los medios de comunicación que se ocuparon de destacar sus incalculables beneficios. Cualquier cuestionamiento acerca del modelo de desarrollo tecnológico hegemónico sería tildado de apocalíptico o ludita. TIC a TIC, los profetas tecnologicistas comerciales nos persuadieron de que ése, y no cualquier otro, era un camino i-ne-vi-ta-ble del cual era irracional dudar ya que, la presupuesta neutralidad, terminaría imponiendo socialmente los “usos buenos” de esas tecnologías.

Este planteamiento parte de un supuesto errado al ignorar que cualquier desarrollo tecnocientífico contiene sesgos heredados de las personas, de la sociedad, del momento histórico y del sistema político-económico donde se inventó o promovió. Por lo tanto, no pueden ser “neutras” ya que están fuertemente condicionadas por todos esos factores. Por ejemplo, la carrera por llenar el espacio de satélites artificiales tuvo su etapa álgida en plena Guerra Fría entre la Unión Soviética y los Estados Unidos, años de aguda tensión bélica que dividieron el mundo en dos bloques. En paralelo, el uso civil de los satélites se extendió y actualmente dependemos de ellos para comunicarnos o geolocalizar algún lugar. Pero como las potencias globales los siguen valorando más por sus usos militares que por cualquier otro, restringen el uso de determinados componente que, aunque no sean estrictamente considerados como armamento, podrían ser utilizados por terceros países con ese fin. Es decir, que los elementos técnicos más avanzados que existen se reservan exclusivamente para la defensa y la seguridad nacional. Lentes de ultraprecisión, sistema de radiocomunicación punteros o componentes que aguantan radiación, no son accesibles para las empresas civiles-comerciales o para otros países. [1] Los mejores satélites, por tanto, siempre serán los que sirven para hacer la guerra, no los empleados para “hacer el bien”, previniendo la deforestación, observando la meteorología o actuando ante catástrofes climáticas.

Viejos argumentos para nuevas tecnologías

Desde hace una década, las principales empresas tecnológicas se han lanzado en una carrera desenfrenada por dominar el sector de la última tecnología digital en alza: la Inteligencia Artificial. Inversiones multimillonarias han inflado esta nueva burbuja especulativa mientras los medios de comunicación nos convencen de sus ilimitadas bondades. La posibilidad de aplicación en múltiples áreas como la medicina, la comunicación, la programación informática o en el análisis de datos, incrementa hasta el infinito las promesas de evolución y prosperidad: desde detectar y erradicar enfermedades hasta optimizar el trabajo en cualquier sector como asistente personal, a crear música, videos o imágenes, traducir textos o redactar tareas escolares. Y aunque existen voces de alarma sobre la necesidad de algún tipo de regulación, los lobbies ya están diseñando políticas a la medida de las Big Tech que no afecten sus intereses. De hecho, estas compañías tecnológicas han aumentando considerablemente su inversión anual en cabildeo. Entre Alphabet, Meta, Microsoft y Amazon ya gastan 64.2 millones de dólares.[2] Del otro lado, como sociedad, no salimos del asombro. Es imposible no deslumbrarse con lo que estos algoritmos y programas informáticos pueden lograr.

Sin embargo, para quienes asistimos al despliegue de Internet en los años 90, ésta es una historia repetida. El argumentario con el que se promociona la IA se asemeja enormemente al que escuchamos entonces. Es como revivir el discurso de Al Gore, vicepresidente de los Estados Unidos, prometiendo en 1994 que con las “autopistas de la información” llegaría una “nueva era ateniense de democracia”.[3] Internet también se vendió como la panacea para erradicar enfermedades incurables o para la modernización y desarrollo de los países más pobres. Y del mismo modo que con la IA, también nos deslumbraron sus posibilidades. ¡Cómo olvidar la primera vez que hicimos una videollamada!

Más de tres décadas después de que se popularizara Internet, la evidencia desmiente aquellos augurios tan optimistas. La brecha entre pobres y ricos se amplió aún más, también la digital. El mundo es más desigual que entonces y quienes ocupan ahora la punta de la pirámide son, paradójicamente, las empresas del sector de las TIC. ¿Es culpa de la sociedad que no supo usar correctamente esta nueva tecnología? ¿O más bien es fruto de una tecnología que se engendró en el seno de una sociedad capitalista que antepone el lucro y la extracción de ganancias a cualquier otro beneficio o valor?

Ciertamente, Internet nos ha permitido conectarnos, articularnos o enterarnos de cómo muchos ambientalistas e indígenas del Cauca murieron defendiendo sus territorios. Pero ninguno de ellos se han convertido en “influencer” global. Las plataformas más usadas de Internet encumbraron a personas individualistas y consumistas que reflejan el modelo de sociedad capitalista en el que convivimos con dichas tecnologías. Espacios que, en vez de ágoras democráticas terminaron convirtiéndose en el vehículo idóneo para amplificar bulos y discursos de odio y segmentaron la discusión pública hasta reducirla a pequeñas burbujas donde entramos para ratificar nuestras propias convicciones.[4]

A pesar de que Internet es casi inabarcable en cuanto a tipos de aplicaciones y servicios, el 68% del tráfico en América Latina lo acaparan 8 plataformas: Alphabet (Google), Meta (Instagram/Whatsapp/Facebook), TikTok, Netflix, Microsoft, Apple, Amazon y Disney. Y lo más llamativo es que entre un 15% y un 30% del tráfico que se genera dentro de esos espacios es spam o publicidad no solicitada por sus usuarios.[5] Otra promesa incumplida, la de democratizar las voces y las industrias culturales que hoy están más concentradas que nunca: “existe mayor capacidad de los individuos para expresarse por sí mismos y alcanzar una audiencia distante, creando una sensación de mayor pluralismo, a la vez que se verifican mayores niveles de concentración tanto en los medios tradicionales como en los online”.[6]

¿Qué podemos esperar, entonces, de la IA?

Desechando el precepto de la neutralidad, es evidente que cuánto más poderoso y consolidado sea el sistema político-económico que nos gobierna y dentro del que se desarrollan sus avances tecnocientíficos, más limitados serán los márgenes de reapropiación de esas tecnologías. Teniendo en cuenta que, actualmente, la riqueza económica se extrae del sector especulativo tecnológico, hay pocas esperanzas de que la IA se desvincule de esos intereses o se regule para propiciar un despliegue más democrático.

Sin duda alguna, muchos de sus usos estarán enfocados en mejorar los tratamientos médicos o evitar tareas rutinarias que se podrán realizar de forma más eficiente. Pero primarán los usos militares o comerciales y las empresas con poder de decisión descartarán las iniciativas que, a pesar de sus posibles beneficios, no generen rentabilidad. Al igual que el ejemplo expuesto anteriormente con la tecnología satelital, Estados Unidos ya impuso sanciones en 2022 para restringir el acceso de tarjetas de video –esenciales para el entrenamiento de la inteligencia artificial– a Rusia y China.[7] Con el regreso de Donald Trump a la Casa Blanca, personajes como Elon Musk que lo apoyaron abiertamente durante su campaña, tendrán un mayor protagonismo en esta batalla por la supremacía estadounidense en el avance de la IA.

Se evadirán también los cuestionamientos incómodos que evalúan sus impactos, por ejemplo, los medioambiantales. Un reciente estudio publicado en la revista científica Nature Computational Science, estimó que solo la inteligencia artificial generativa (IAG), triplicará los desechos electrónicos de 1,2 a 5,0 millones de toneladas en la década de 2020 a 2030.[8]

¿Nos rendimos entonces? Todo lo contrario. Sugerimos abandonar los debates desde el abordaje instrumental de la neutralidad que nos conduce a dicotomías inútiles como tecnologías buenas o malas o ciberutópicos versus apocalípticos, para llevarla al terreno de la economía política: ¿quiénes son los dueños de las tecnologías y qué intereses tienen? ¿qué tan concentrada está su propiedad? ¿quiénes intervienen en su desarrollo? ¿por qué se priorizan unas y no otras? ¿hay posibilidades de otro desarrollo al margen del hegemónico capitalista especulativo? Y, por qué no, también del campo de la sociología: ¿nos ubicamos como simples consumidoras o usuarios o nos preguntamos si es ésta la tecnología que necesitamos para el mundo que queremos construir?[9]

Notas

[1] Estados Unidos, por ejemplo, cuenta con el Reglamento sobre el Tráfico Internacional de Armas (ITAR), un conjunto de leyes que controlan la exportación de tecnologías militares y de defensa con el fin de salvaguardar la seguridad nacional.  Más información en: https://www.thenewatlantis.com/publications/the-future-of-satellites

[2] En Estados Unidos, donde las empresas y organizaciones deben registrar y publicar las actividades de cabildeo que realizan sus grupos de presión con los diferentes actores políticos, se comprueba cómo ha crecido el interés en el tema. Solo en 2023 se triplicaron el número de grupos de lobby que incorporaron Inteligencia Artificial en sus temas de incidencia política, pasando de 158 en 2022 a 458.

[3] Al Gore realizó este anunció en la primera Conferencia Mundial de Desarrollo de las Telecomunicaciones celebrada en Buenos Aires en 1994 y las recogió Armand Mattelart en su libro Geopolítica de la cultura (2002).

[4] Este mercado de “creadores de contenido” seguirá creciendo y amenaza los medios tradicionales de creación y difusión de noticias. La cifra que recaudan por publicidad y patrocinio “podría duplicarse en tamaño durante los próximos cinco años hasta llegar a los 480.000 millones de dólares en 2027, frente a los 250.000 millones de dólares actuales”, calcula la consultora Goldman Sachs.

[5] The Global Internet Phenomena Report, en el Informe sobre el uso de Redes Móviles en América Latina de GSMA (2024).

[6] Frase de Eli Noam, recogida por Martín Becerra y Gillermo Mastrini en su libro La concentración infocomunicacional en América Latina (2000-2015): Nuevos medios y tecnologías, menos actores. Universidad Nacional de Quilmes (2017).

[7] https://www.escudodigital.com/

[8] E-waste challenges of generative artificial intelligence (2024). Peng Wang, Ling-Yu Zhang y Wei-Qiang Chen Wang. Nature Computational Science.

[9] Para profundizar sobre un abordaje desde la economía política recomendamos autores como los mencionados Becerra y Mastrini, o Fernando Quirós, Francisco Sierra, César Bolaño o Bernadette Califano. Y de la sociología crítica de la tecnología la obra de Langdon Winner y Andrew Feenberg.

Para garantizar la libertad, hay que democratizar la tecnología

27 Mayo 2024 at 17:53

Compartimos el artículo de la Red publicado en la revista digital Internet Ciudadana N° 11 (mayo 2024) Enlace original liberaturadio-internet-ciudadanaDescarga…

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