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La denuncia de asociaciones memorialistas desde Cuelgamuros: “Llevamos 50 años sin Franco y 50 años de impunidad”

22 Noviembre 2025 at 19:14

CUELGAMUROS (Madrid) | “Es imposible la resignificación mientras este lugar siga sacralizado, con los monjes benedictinos en su interior y con la mayor cruz cristiana de Europa”. Así se ha pronunciado Miguel Ángel Muga, presidente del Foro por la Memoria de la Comunidad de Madrid, en la protesta que ha tenido lugar esta mañana a las puertas del Valle de Cuelgamuros. Como vienen repitiendo desde hace 20 años, cuando el Foro Social de la Sierra de Guadarrama inauguró esta movilización, los colectivos han reclamado una verdadera política de memoria al Gobierno presidido por Pedro Sánchez, y han criticado el proyecto que en teoría resignificará uno de los espacios convertidos en epicentro de la apología franquista.

Los convocantes -los foros mencionados y la Comuna de Expresos y Represaliados del Franquismo, con el apoyo de la Coordinadora Antifascista de Madrid- han cifrado el seguimiento de la concentración en 120 personas, que han llegado de diversos puntos de la región. La movilización, que ha comenzado a las 12.00 horas, ha estado salpicada por gritos de “arriba España” y “viva Cristo Rey” que procedían de varios coches que pasaban por la zona; también por vivas a la república y gritos de “abajo el fascismo” proferidos por conductores de otros vehículos.

“Han aprobado dos leyes de Memoria pero la ligazón entre política e Iglesia sigue vigente con las negociaciones que ha mantenido el Gobierno con la Iglesia Católica para mantener la cruz y a los benedictinos”, ha expresado Muga a La Marea mientras los presentes, ubicados en una cuneta a unos 50 metros de la entrada al Valle, agradecían los rayos de sol que competían con el viento frío de la sierra. La concentración, liderada por una pancarta con el lema “Verdad, justicia y reparación para las víctimas del franquismo”, ha estado en todo momento flanqueada por varios coches de la Guardia Civil, y se ha situado a la entrada de una finca privada que advierte del “ganado bravo” que hay en su interior.

El presidente del Foro por la Memoria ha criticado que el proyecto La Base y la Cruz, firmado por Pereda Pérez Arquitectos y Lignum, y al que el Ejecutivo de coalición dedicará 31 millones de euros, “no es un proyecto de resignificación, sino meramente arquitectónico y de una parte del valle”. Ha basado su postura en factores como que el concurso de ideas haya sido liderado por el Ministerio de Vivienda, y no por el de Memoria Democrática.

Mientras se escuchaban cánticos como “sin memoria no hay democracia” y “los benedictinos protegen a asesinos”, Muga ha resaltado que “desde el punto de vista democrático, no existe resignificación posible si las víctimas no obtenemos justicia, verdad y reparación”. En este sentido, también ha denunciado que desde el Gobierno no se han escuchado las reivindicaciones de ninguna asociación memorialista a la hora de plantear la pretendida resignificación.

Desde el Foro por la Memoria consideran insuficientes gestos como la salida de los cuerpos de Franco y Primo de Rivera de la basílica, así como el cambio de nomenclatura, de Valle de los Caídos a Valle de Cuelgamuros, aunque muchas de las señales de tráfico en las inmediaciones que conducen al enclave todavía no han sido renovadas. “Un espacio de memoria es lo que hay en la Escuela de Mecánica de la Armada en Buenos Aires, un lugar horroroso donde se torturaba y asesinaba a opositores al régimen, no lo que quieren hacer aquí”, ha comparado el mismo Muga.

Alianza que perdura

Entre las principales críticas de las tres asociaciones convocantes está el mantenimiento de la gran cruz de más de 152 metros que el dictador mandó construir para coronar el enclave. “Tenemos el mayor símbolo cristiano por encima de miles de republicanos asesinados por la dictadura en crímenes de lesa humanidad, y ahora dejan que la misma orden que Franco puso en el lugar, y a la que encomendó su salvaguarda, siga en él”, ha desarrollado el activista por la memoria.

La alianza entre Iglesia y Estado, tan explotada por el franquismo y, más tarde, mantenida por diversos gobiernos de la democracia española, es otra de las cuestiones más criticadas por estas asociaciones. En palabras del mismo Muga, “un lugar sacralizado no puede ser un espacio de memoria si atendemos a la función que tuvo la Iglesia, que apoyó el golpe de Estado de 1936 y la dictadura durante casi 40 años”.

Primero verdad, luego justicia

Juan Carlos Pérez, portavoz de La Comuna de presos y presas y represaliados y represaliadas por la dictadura franquista, ha añadido que se movilizan para reivindicar “que haya justicia, aunque para eso tiene que haber una recuperación de la verdad, y la verdad es lo más oculto que hay en Cuelgamuros”. Este memorialista ha recordado que la basílica y la gran cruz fueron construidas con trabajo esclavo de presos republicanos y que muchos de ellos fallecieron durante el proceso.

El propio Pérez, más conocido como Hereje, ha tildado de “timorata” la operación que ha realizado el Gobierno central: “Parece que tienen miedo a Franco. Eso prueba que el dictador murió, pero el franquismo sigue vivo”. La Comuna lleva una década asistiendo los sábados más cercanos a cada 20-N a este lugar para expresar sus reclamaciones, aunque la movilización existe desde hace 20 años, cuando comenzaron a repetirla desde el Foro Social de la Sierra de Guadarrama.

Resignificación equivale a conservación

La idea de resignificar este tipo de espacios no es nueva. Daniel Palacios González, autor de ¿Quién tiene derecho al monumento? (Katakrak, 2025) junto a José María Durán Pedraño, comenta que “todo lo que se ha venido llamando resignificación no es otra cosa más que una excusa para la conservación”. Este historiador del arte sostiene que la resignificación es “una manera muy oportunista de un grupo de personas en la élite que quieren convencernos de que esa es la solución para un monumento que representa tal agravio como el Valle”.

El también investigador de la UNED defiende que “la idea de la resignificación para los colectivos de víctimas es una farsa”. Asimismo, incide en el agravio comparativo que supone el destino de más de 30 millones de euros públicos a este proyecto “mientras en el cementerio de Paterna, con uno de los conjuntos de fosas más grandes del Estado, no se puede completar su memorial porque está desfinanciado”.

Palacios afirma tajante que “si continúa existiendo la cruz y la basílica no es solo porque sobrevivan los monumentos al fascismo español, sino porque también lo hacen aquellos conglomerados económicos, jurídicos y políticos heredados de la dictadura”.

Un franquismo vivo con Franco muerto

En torno a las 13.00 horas, los presentes a las puertas del Valle de Cuelgamuros han escuchado con atención las palabras que cada asociación memorialista ha preparado para la ocasión y en las que se destilaban sus principales exigencias al Ejecutivo. Miguel Montanya, integrante del Foro Social de la Sierra de Guadarrama, ha reivindicado que “no se necesita construir sobre lo ya construido, sino una destrucción de forma selectiva”. Tras las intervenciones, los concentrados han levantado el puño para entonar La Internacional.

La gente empezaba a irse del lugar cuando Muga, el presidente del Foro por la Memoria de la Comunidad de Madrid, ha declarado: “Llevamos 50 años sin Franco y 50 años de impunidad en los que algunos siguen ejerciendo ese trabajo para ir en contra de la democracia y de la gente de izquierdas, y en los que ni uno de los perpetradores franquistas ha terminado condenado por la justicia”. Un año más, en el mismo lugar de siempre, tan solo quedaba un único eco: “Somos la memoria de vuestros crímenes”.

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