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Libro El puente donde habitan las mariposas, de Nazareth Castellanos (resumen)

Por: Pepe Galindo

La vida es un viaje en el que siempre hay que atravesar caminos difíciles.

La neurocientífica Nazareth Castellanos nos enseña en este libro (Siruela, 2025) que podemos «encontrar una mejor versión de nosotros mismos» con solo una condición: proponérselo, querer mejorar.

Según ella, más del 90 % de las personas viven sin intención de mejorarse. Eso, unido a que el 70 % de la población ha padecido tormentas potencialmente traumáticas, hace que la probabilidad de ser alguien, o encontrarse con alguien, que sufre o que hiere sea muy alta. Para que quede claro: «Todos vamos a sufrir por hábitos que se podrían haber evitado, si nos lo hubiéramos propuesto. Todos vamos a sufrir por los bandazos que otros podrían haber evitado si se lo hubieran propuesto (…). Reconocer (…) nuestro impacto sobre los demás y el de los demás en nosotros nos invita a seleccionar a quién nos acercamos y de quién nos alejamos».

La doctora Castellanos utiliza el término biosofía para referirse a la sabiduría que se extrae del estudio de la vida o del estudio del organismo. Para ello —y para la necesaria divulgación científica— considera esencial el uso de la filosofía y reclama recuperar la relación entre ciencias y humanidades que, en algún momento, se perdió. Con esa base, el libro pretende traducir en términos biológicos el ensayo Construir Habitar Pensar de Heidegger (1951).

Construir

Cuando se reconstruye una ciudad destruida siempre se pretende conservar lo bueno y conseguir algo mejor. De similar manera, los humanos nos vamos construyendo a nosotros mismos día a día. A veces, construimos muros para defendernos, y otras, puentes para cuidarnos. Podemos cultivar fortalezas, miedos, agresividad… Los momentos duros de la vida suelen ser buenos para madurar. Aunque los podemos utilizar para atrincherarnos en lo conocido, para sentirnos víctimas, también se puede mirar con humildad y honestidad hacia dentro y evaluar si hay algo que cambiar.

Lee también un resumen de este apasionante libro: Viaje al centro de la mente, de D.J. Siegel.

Lee también un resumen de este apasionante libro.

Ante una ciudad —o persona— destruida, podemos evaluar cómo se ha llegado a esa situación siendo conscientes de la influencia del contexto y de los ancestros. Si encuentras hábitos o creencias que te causan dolor, será más sensato destruirlas que reconstruirlas. Se trata de madurar y moldear nuestra vida. La autora lo resume en una frase: «Somos lo que hacemos con nosotros».

Se sabe que el cerebro es un órgano que se ha adaptado a las condiciones actuales (luz, gravedad terrestre, etc.) y que, además, se adapta ante cambios en esas u otras condiciones. La salud psicológica está influenciada por multitud de aspectos, como la presencia o no de zonas verdes en nuestro lugar de residencia. Un simple paseo entre árboles aporta múltiples beneficios mentales, lo que permite a Castellanos concluir que podemos construir nuestra salud y que «tenemos a la naturaleza como aliada».

Aunque estamos ligados a nuestro ADN (genética), nuestro estilo de vida y el entorno pueden activar o desactivar ciertos genes (es lo que se conoce como epigenética). Más aún, recientes estudios apuntan a que las condiciones de vida, igual que un hecho traumático o un cuidado amoroso de los padres, no solo influyen en la persona afectada, sino también en su descendencia.

Una de las propiedades intrínsecas del cerebro es que se trata de un «sistema que ha evolucionado para cambiar». No es algo estático. Es un órgano que evoluciona. Si a una persona le tapas los ojos durante unos pocos días, el cerebro experimenta cambios en las áreas visuales, fortaleciendo funciones para compensar esa pérdida. La llamada aMCC (siglas en inglés de la corteza cingulada media anterior) es una región cerebral que evalúa el esfuerzo necesario para conseguir ciertas metas (controla la fuerza de voluntad). «Prácticas como la meditación, el ejercicio físico, alimentar la curiosidad intelectual o las técnicas de respiración ayudan a reforzar esta estructura cerebral». «La acción de la aMCC es muy evidente cuando realizamos un esfuerzo cuyos beneficios se observan a corto plazo. El problema reside en aquellas empresas cuyos frutos maduran a medio o largo plazo».

Estudios recientes señalan que los humanos tendemos a subestimar el esfuerzo de las tareas y cuánto más lejana esté la meta, mayor es el error cometido. El cerebro aprende cuántos beneficios obtiene por cada acción en comparación a lo esperado. Para ello, mide el placer, la dopamina. Si algo es placentero, apostamos por reiterarlo; y si en algo no vemos resultados, lo evitamos. De ahí que, las acciones con beneficios a largo plazo (como estudiar una carrera) sean rechazadas por muchas personas. Conociendo esto, lo inteligente es plantearnos «metas a corto plazo y expectativas realistas». En vez de pensar en acabar un grado universitario, es mejor centrarse en aprender una lección concreta de una asignatura. Controlar el pensamiento, nos facilita alcanzar metas a corto y largo plazo. Además, se ha descubierto algo magnífico: «la tenacidad engendra más tenacidad».

Habitar

Las personas suelen mostrarse reticentes a efectuar una introspección, el acto de observarnos a nosotros mismos para mejorar. A veces, hay mucho dolor que se prefiere ocultar y se usan excusas, se culpa a otros o nos mantenemos ocupados (hiperactividad). Todo para evitar sentarnos en silencio y con calma ante nosotros mismos. «Nuestras partes oscuras tienen mucho que contarnos».

La introspección requiere tranquilidad y reflexión. Además, «la calma mental es la antesala indispensable de una buena acción». Practicando la calma (con técnicas de respiración, por ejemplo) se propicia la aparición en el cerebro de ondas alpha (lentas), las cuales ayudan a tomar buenas decisiones y contrarrestan la tendencia a la divagación mental. El obstáculo más grande es, por curioso que parezca, nuestra propia indiferencia.

Cuando el cerebro está en modo consciente, concentrado en una tarea, consume más energía que cuando está en el llamado «modo por defecto cerebral». Este último sirve para cosas como la consolidación de la memoria o la regulación emocional. Existe también un modo híbrido: «somos capaces de realizar una tarea de forma automática, sin ser conscientes de ella». «Mantenernos en piloto automático nos ahorra mucha energía, pero el precio es alto. Cuanto más tiempo transitemos en ese estado, mayor será la sensación de insatisfacción vital».

Castellanos nos dice que su área preferida del cerebro es la corteza cingulada anterior (ACC), porque se asocia al bienestar y la calma y, además, se puede activar de una forma extraordinariamente simple: observar nuestra respiración. Es ahí donde esta científica sitúa la paz y el recogimiento adecuados para lo que entiende por «habitar».

«Dedicamos pocos esfuerzos a estar bien, porque nuestra visión sanitaria sigue apoyándose más en un enfoque curativo que preventivo», lamenta la doctora Castellanos mientras nos alerta de la influencia de la alimentación y del vivir con prisas.

Los problemas mentales son frecuentes, se hable o no de ellos y se traten o no de forma directa. Y atención: afectan a todos los rangos de edades. Para ello, sugiere mejorar la educación con el objetivo de enseñar a cuidar de nuestra mente y de estudiarnos a nosotros mismos. Ahorraríamos mucho en sufrimiento y en dinero.

Esta neurocientífica afirma que «la falta de calma o nerviosismo conlleva confusión». Y lo explica así (resumidamente): en una situación difícil, el cerebro libera glucocorticoides (familia de hormonas a la que pertenece el famoso cortisol) que preparan nuestro cuerpo para la lucha, y da igual que las batallas sean sin violencia física. El cortisol aumenta el azúcar en sangre y con ello el ímpetu físico, lo cual es positivo en caso de lucha. En cambio, el cortisol tiene multitud de efectos secundarios negativos, tales como actuar como un inmunosupresor (atenúa el sistema inmune), ralentizar la digestión o reducir la capacidad de memoria, la de aprendizaje y la coordinación entre neuronas. Entre otras consecuencias, también está la de potenciar recuerdos negativos. Todo ello, junto, conlleva una percepción sesgada de la situación, que no solo impide encontrar soluciones reales, sino que, encima, favorecen el combate. Conclusión: en situaciones de estrés, ansiedad, miedo, ira, etc., la percepción es errónea y las decisiones difícilmente serán las mejores. En estos estados se produce una respiración acelerada (hiperventilación) que reduce el nivel de dióxido de carbono en sangre, lo cual baja la producción de vitamina D, cuyo impacto en la salud mental está bien documentado. Las personas con peores índices de bienestar, muestran una mayor duración de la apnea (fase entre la exhalación y la siguiente inhalación).

Esta respuesta del cerebro es automática, pero no inevitable. Se puede detener de forma voluntaria. Se sabe que una respiración rítmica tranquiliza al cerebro. En cambio, una respiración irregular genera estrés. Escuchar a nuestro cuerpo, es otra recomendación del libro.

En la salud cerebral también influye la salud de la microbiota intestinal (bacterias, virus, hongos…) y, en esto, un ingrediente clave es lo que comemos.

Un ejercicio simple que propone es permanecer sentados, en cualquier lugar y postura, siempre que se mantenga la espalda recta y, entonces, concentrarse en la respiración sin alterarla. En menos de media hora se consigue un crecimiento de las conexiones neuronales, aumenta el bienestar y se alejan los problemas mentales. «La actividad del cerebro es mayor cuando la mirada se dirige hacia dentro que cuando observamos lo ajeno». La respiración es un lugar seguro que siempre tenemos con nosotros, y que nos protege de una vida estresante. Practicar este ejercicio de forma regular ayuda a responder mejor ante situaciones indeseadas.

Ponernos como espectadores de nosotros mismos, abandonar nuestro teatro, resulta de gran ayuda. Al hacerlo, notaremos que el cerebro se va involuntariamente a otras tareas. Estos despistes hay que tratarlos como algo natural. Al detectarlos, simplemente, hay que felicitarse por haber tomado conciencia de la distracción, y volver a la respiración.

Otras investigaciones han revelado que respirar lento no solo nos lleva a la calma, sino que reduce los dolores. Se pueden contar los segundos al inspirar y espirar en el doble de tiempo. Poco a poco, podemos aumentar esos segundos conforme mejoremos nuestra práctica. La ciencia está demostrando los enormes beneficios de la meditación que proponen las filosofías y religiones orientales (budismo, hinduismo…). Aquí te dejamos un ejemplo de meditación por los bosques.

Pensar

Diversos estudios han concluido que «no nos gusta estar a solas con nuestra propia mente». Es decir, preferimos hacer cualquier cosa antes que simplemente pensar. Y esto es así en todas las edades, niveles educativos o ingresos económicos. Controlar la mente es algo incómodo. Y ahora, las redes sociales dan entretenimiento a raudales, excusas para no pensar, pero, entre los adolescentes hay una fuerte correlación entre usar redes sociales y padecer ansiedad. Más aún, el estrés que transmiten los medios se contagia a nuestro comportamiento, que será más alocado y menos reflexivo, incluso aunque culpemos a otras causas.

Leer noticias negativas aumenta la producción de cortisol y esto dificulta un buen comportamiento. Por otra parte, las mujeres parecen ser más sensibles a este impacto. Para contrarrestar el efecto tóxico de las noticias negativas, en Blogsostenible ponemos mucho empeño en recopilar y divulgar buenas noticias ecoanimalistas. Te recomendamos que las leas y las disfrutes.

Con respecto al pensamiento, nos indica que puede estar en múltiples niveles que oscilan entre el dirigido o plenamente consciente; y los pensamientos automáticos, no elegidos a voluntad. El nivel más bajo es el sueño. Entre estos extremos, está el antes aludido «piloto automático», el diálogo interior que repite nuestra narración del mundo, preocupaciones involuntarias (como la tristeza) o cuestiones sensoriales (dolor o necesidades fisiológicas). «Una mente divagante es una mente infeliz». Por eso, se aconseja tener nuestra mente lo más consciente posible. Que la mente divague puede dar frutos creativos, pero también debilita la fuerza para estar de forma consciente.

El monólogo interior, con uno mismo, es espontáneo, molesto a veces, con una lógica de realismo mágico, desobediente… pero ejerce un gran poder en nuestras vidas. Hay que tener presente que este diálogo interior refleja lo que hemos visto en el hogar y en el colegio y no es algo estático, sino que hay técnicas para —con voluntad— mejorarlo.

Por ejemplo: intentar no pensar en algo es la mejor forma de pensar sobre ello. Por el contrario, para evitar un pensamiento obsesivo resulta más útil reconocer con humildad nuestra incapacidad de eliminarlo y aceptar ese pensamiento o, incluso, dedicarle tiempo en exclusiva. Por otra parte, un pensamiento repetitivo puede tender a modificar la realidad y a construir recuerdos falsos.

Lo que nosotros nos decimos «se traduce en la química del cuerpo». Cuando nuestro monólogo es de ánimo a nosotros mismos, se consiguen mejores resultados que cuando adopta un tono pesimista y duro. Otra técnica es darnos sugerencias como si fuésemos otra persona, porque aconsejar a otro siempre es más fácil.

Cuando cometemos un error debemos reflexionar para mejorar y corregir nuestros actos, pero no ayuda abusar de una «autocrítica dañina», excesivamente dura y que podría generar trastornos, tales como por ejemplo: valorar como erróneas conductas que no lo han sido, exceso de culpabilidad, tendencia a la inseguridad e inhibir la conducta (censura). Por el contrario, se puede cultivar la compasión, lo cual mejora la empatía y evita conflictos. Las personas que no son amables consigo mismas sospechan de la amabilidad de los demás; y los ven como amenazas.

Ante la realidad de cambiar nuestra mirada, nuestras palabras y nuestras sensaciones, Nazareth Castellanos nos alienta: «Qué coraje hay que llevar dentro para dejar de ser quien se fue. Todos deberíamos experimentar ese renacer en el que comenzamos a caminar con amor en la mirada; un amor y un cuidado dirigidos hacia dentro». Se puede haber tenido un pasado duro, doloroso o turbio; pero lo que cuenta es el futuro y saber que «no hay mayor aliado que la intención».

Concluyendo

Todos tenemos la capacidad de transformarnos, de moldear y de adaptar nuestro cerebro. Santiago Ramón y Cajal decía: «Lo peor no es cometer un error, sino tratar de justificarlo en vez de aprovecharlo». Muchos inician su transformación en profundidad cuando sufren un episodio dramático o cuando ven cerca el final de su vida. Pero es mejor hacerlo en el día a día, tanto ante buenos como ante malos momentos. Al permitir —con conciencia— que existan los malos pensamientos es más fácil que se disuelvan: «respirando la emoción», explica Castellanos.

La autora nos recuerda la importancia también de cuidar el cuerpo: dieta, ejercicio, respiración… Al igual que es bueno hacer ejercicio físico, también lo es el ejercicio mental. Y curiosamente, la práctica del yoga une ambos aspectos.

♣ Te gustará también leer:

🌳 Hacer menos.
🌳 Tu salud depende de los árboles: plantemos contra el calor (y de paso…).
🌳 Meditar, una de las cosas más sostenibles. Meditación por los bosques del planeta.
🌳 Miremos al ser humano desde fuera del ser humano: ¿Merecemos ser perdonados?
🌳 ¿Por qué NO reducir los atascos ni la contaminación en las ciudades?
🌳 Jane Jacobs: la inspiración de las ciudades vivas.
🌳 Libro «Viaje al centro de la mente» de D.J. Siegel (resumen): cómo la empatía y conexión con los demás seres influyen en tu salud y felicidad.
🌳Upanishad, Bhagavad Gîtâ, yoga, tantra, meditación, iluminación y mucho más.

blogsostenible

Lee también un resumen de este apasionante libro: Viaje al centro de la mente, de D.J. Siegel.

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Libro El puente donde habitan las mariposas, de Nazareth Castellanos (resumen)

Por: Pepe Galindo

La vida es un viaje en el que siempre hay que atravesar caminos difíciles.

La neurocientífica Nazareth Castellanos nos enseña en este libro (Siruela, 2025) que podemos «encontrar una mejor versión de nosotros mismos» con solo una condición: proponérselo, querer mejorar.

Según ella, más del 90 % de las personas viven sin intención de mejorarse. Eso, unido a que el 70 % de la población ha padecido tormentas potencialmente traumáticas, hace que la probabilidad de ser alguien, o encontrarse con alguien, que sufre o que hiere sea muy alta. Para que quede claro: «Todos vamos a sufrir por hábitos que se podrían haber evitado, si nos lo hubiéramos propuesto. Todos vamos a sufrir por los bandazos que otros podrían haber evitado si se lo hubieran propuesto (…). Reconocer (…) nuestro impacto sobre los demás y el de los demás en nosotros nos invita a seleccionar a quién nos acercamos y de quién nos alejamos».

La doctora Castellanos utiliza el término biosofía para referirse a la sabiduría que se extrae del estudio de la vida o del estudio del organismo. Para ello —y para la necesaria divulgación científica— considera esencial el uso de la filosofía y reclama recuperar la relación entre ciencias y humanidades que, en algún momento, se perdió. Con esa base, el libro pretende traducir en términos biológicos el ensayo Construir Habitar Pensar de Heidegger (1951).

Construir

Cuando se reconstruye una ciudad destruida siempre se pretende conservar lo bueno y conseguir algo mejor. De similar manera, los humanos nos vamos construyendo a nosotros mismos día a día. A veces, construimos muros para defendernos, y otras, puentes para cuidarnos. Podemos cultivar fortalezas, miedos, agresividad… Los momentos duros de la vida suelen ser buenos para madurar. Aunque los podemos utilizar para atrincherarnos en lo conocido, para sentirnos víctimas, también se puede mirar con humildad y honestidad hacia dentro y evaluar si hay algo que cambiar.

Lee también un resumen de este apasionante libro: Viaje al centro de la mente, de D.J. Siegel.
Lee también un resumen de este apasionante libro.

Ante una ciudad —o persona— destruida, podemos evaluar cómo se ha llegado a esa situación siendo conscientes de la influencia del contexto y de los ancestros. Si encuentras hábitos o creencias que te causan dolor, será más sensato destruirlas que reconstruirlas. Se trata de madurar y moldear nuestra vida. La autora lo resume en una frase: «Somos lo que hacemos con nosotros».

Se sabe que el cerebro es un órgano que se ha adaptado a las condiciones actuales (luz, gravedad terrestre, etc.) y que, además, se adapta ante cambios en esas u otras condiciones. La salud psicológica está influenciada por multitud de aspectos, como la presencia o no de zonas verdes en nuestro lugar de residencia. Un simple paseo entre árboles aporta múltiples beneficios mentales, lo que permite a Castellanos concluir que podemos construir nuestra salud y que «tenemos a la naturaleza como aliada».

Aunque estamos ligados a nuestro ADN (genética), nuestro estilo de vida y el entorno pueden activar o desactivar ciertos genes (es lo que se conoce como epigenética). Más aún, recientes estudios apuntan a que las condiciones de vida, igual que un hecho traumático o un cuidado amoroso de los padres, no solo influyen en la persona afectada, sino también en su descendencia.

Una de las propiedades intrínsecas del cerebro es que se trata de un «sistema que ha evolucionado para cambiar». No es algo estático. Es un órgano que evoluciona. Si a una persona le tapas los ojos durante unos pocos días, el cerebro experimenta cambios en las áreas visuales, fortaleciendo funciones para compensar esa pérdida. La llamada aMCC (siglas en inglés de la corteza cingulada media anterior) es una región cerebral que evalúa el esfuerzo necesario para conseguir ciertas metas (controla la fuerza de voluntad). «Prácticas como la meditación, el ejercicio físico, alimentar la curiosidad intelectual o las técnicas de respiración ayudan a reforzar esta estructura cerebral». «La acción de la aMCC es muy evidente cuando realizamos un esfuerzo cuyos beneficios se observan a corto plazo. El problema reside en aquellas empresas cuyos frutos maduran a medio o largo plazo».

Estudios recientes señalan que los humanos tendemos a subestimar el esfuerzo de las tareas y cuánto más lejana esté la meta, mayor es el error cometido. El cerebro aprende cuántos beneficios obtiene por cada acción en comparación a lo esperado. Para ello, mide el placer, la dopamina. Si algo es placentero, apostamos por reiterarlo; y si en algo no vemos resultados, lo evitamos. De ahí que, las acciones con beneficios a largo plazo (como estudiar una carrera) sean rechazadas por muchas personas. Conociendo esto, lo inteligente es plantearnos «metas a corto plazo y expectativas realistas». En vez de pensar en acabar un grado universitario, es mejor centrarse en aprender una lección concreta de una asignatura. Controlar el pensamiento, nos facilita alcanzar metas a corto y largo plazo. Además, se ha descubierto algo magnífico: «la tenacidad engendra más tenacidad».

Habitar

Las personas suelen mostrarse reticentes a efectuar una introspección, el acto de observarnos a nosotros mismos para mejorar. A veces, hay mucho dolor que se prefiere ocultar y se usan excusas, se culpa a otros o nos mantenemos ocupados (hiperactividad). Todo para evitar sentarnos en silencio y con calma ante nosotros mismos. «Nuestras partes oscuras tienen mucho que contarnos».

La introspección requiere tranquilidad y reflexión. Además, «la calma mental es la antesala indispensable de una buena acción». Practicando la calma (con técnicas de respiración, por ejemplo) se propicia la aparición en el cerebro de ondas alpha (lentas), las cuales ayudan a tomar buenas decisiones y contrarrestan la tendencia a la divagación mental. El obstáculo más grande es, por curioso que parezca, nuestra propia indiferencia.

Cuando el cerebro está en modo consciente, concentrado en una tarea, consume más energía que cuando está en el llamado «modo por defecto cerebral». Este último sirve para cosas como la consolidación de la memoria o la regulación emocional. Existe también un modo híbrido: «somos capaces de realizar una tarea de forma automática, sin ser conscientes de ella». «Mantenernos en piloto automático nos ahorra mucha energía, pero el precio es alto. Cuanto más tiempo transitemos en ese estado, mayor será la sensación de insatisfacción vital».

Castellanos nos dice que su área preferida del cerebro es la corteza cingulada anterior (ACC), porque se asocia al bienestar y la calma y, además, se puede activar de una forma extraordinariamente simple: observar nuestra respiración. Es ahí donde esta científica sitúa la paz y el recogimiento adecuados para lo que entiende por «habitar».

«Dedicamos pocos esfuerzos a estar bien, porque nuestra visión sanitaria sigue apoyándose más en un enfoque curativo que preventivo», lamenta la doctora Castellanos mientras nos alerta de la influencia de la alimentación y del vivir con prisas.

Los problemas mentales son frecuentes, se hable o no de ellos y se traten o no de forma directa. Y atención: afectan a todos los rangos de edades. Para ello, sugiere mejorar la educación con el objetivo de enseñar a cuidar de nuestra mente y de estudiarnos a nosotros mismos. Ahorraríamos mucho en sufrimiento y en dinero.

Esta neurocientífica afirma que «la falta de calma o nerviosismo conlleva confusión». Y lo explica así (resumidamente): en una situación difícil, el cerebro libera glucocorticoides (familia de hormonas a la que pertenece el famoso cortisol) que preparan nuestro cuerpo para la lucha, y da igual que las batallas sean sin violencia física. El cortisol aumenta el azúcar en sangre y con ello el ímpetu físico, lo cual es positivo en caso de lucha. En cambio, el cortisol tiene multitud de efectos secundarios negativos, tales como actuar como un inmunosupresor (atenúa el sistema inmune), ralentizar la digestión o reducir la capacidad de memoria, la de aprendizaje y la coordinación entre neuronas. Entre otras consecuencias, también está la de potenciar recuerdos negativos. Todo ello, junto, conlleva una percepción sesgada de la situación, que no solo impide encontrar soluciones reales, sino que, encima, favorecen el combate. Conclusión: en situaciones de estrés, ansiedad, miedo, ira, etc., la percepción es errónea y las decisiones difícilmente serán las mejores. En estos estados se produce una respiración acelerada (hiperventilación) que reduce el nivel de dióxido de carbono en sangre, lo cual baja la producción de vitamina D, cuyo impacto en la salud mental está bien documentado. Las personas con peores índices de bienestar, muestran una mayor duración de la apnea (fase entre la exhalación y la siguiente inhalación).

Esta respuesta del cerebro es automática, pero no inevitable. Se puede detener de forma voluntaria. Se sabe que una respiración rítmica tranquiliza al cerebro. En cambio, una respiración irregular genera estrés. Escuchar a nuestro cuerpo, es otra recomendación del libro.

En la salud cerebral también influye la salud de la microbiota intestinal (bacterias, virus, hongos…) y, en esto, un ingrediente clave es lo que comemos.

Un ejercicio simple que propone es permanecer sentados, en cualquier lugar y postura, siempre que se mantenga la espalda recta y, entonces, concentrarse en la respiración sin alterarla. En menos de media hora se consigue un crecimiento de las conexiones neuronales, aumenta el bienestar y se alejan los problemas mentales. «La actividad del cerebro es mayor cuando la mirada se dirige hacia dentro que cuando observamos lo ajeno». La respiración es un lugar seguro que siempre tenemos con nosotros, y que nos protege de una vida estresante. Practicar este ejercicio de forma regular ayuda a responder mejor ante situaciones indeseadas.

Ponernos como espectadores de nosotros mismos, abandonar nuestro teatro, resulta de gran ayuda. Al hacerlo, notaremos que el cerebro se va involuntariamente a otras tareas. Estos despistes hay que tratarlos como algo natural. Al detectarlos, simplemente, hay que felicitarse por haber tomado conciencia de la distracción, y volver a la respiración.

Otras investigaciones han revelado que respirar lento no solo nos lleva a la calma, sino que reduce los dolores. Se pueden contar los segundos al inspirar y espirar en el doble de tiempo. Poco a poco, podemos aumentar esos segundos conforme mejoremos nuestra práctica. La ciencia está demostrando los enormes beneficios de la meditación que proponen las filosofías y religiones orientales (budismo, hinduismo…). Aquí te dejamos un ejemplo de meditación por los bosques.

Pensar

Diversos estudios han concluido que «no nos gusta estar a solas con nuestra propia mente». Es decir, preferimos hacer cualquier cosa antes que simplemente pensar. Y esto es así en todas las edades, niveles educativos o ingresos económicos. Controlar la mente es algo incómodo. Y ahora, las redes sociales dan entretenimiento a raudales, excusas para no pensar, pero, entre los adolescentes hay una fuerte correlación entre usar redes sociales y padecer ansiedad. Más aún, el estrés que transmiten los medios se contagia a nuestro comportamiento, que será más alocado y menos reflexivo, incluso aunque culpemos a otras causas.

Leer noticias negativas aumenta la producción de cortisol y esto dificulta un buen comportamiento. Por otra parte, las mujeres parecen ser más sensibles a este impacto. Para contrarrestar el efecto tóxico de las noticias negativas, en Blogsostenible ponemos mucho empeño en recopilar y divulgar buenas noticias ecoanimalistas. Te recomendamos que las leas y las disfrutes.

Con respecto al pensamiento, nos indica que puede estar en múltiples niveles que oscilan entre el dirigido o plenamente consciente; y los pensamientos automáticos, no elegidos a voluntad. El nivel más bajo es el sueño. Entre estos extremos, está el antes aludido «piloto automático», el diálogo interior que repite nuestra narración del mundo, preocupaciones involuntarias (como la tristeza) o cuestiones sensoriales (dolor o necesidades fisiológicas). «Una mente divagante es una mente infeliz». Por eso, se aconseja tener nuestra mente lo más consciente posible. Que la mente divague puede dar frutos creativos, pero también debilita la fuerza para estar de forma consciente.

El monólogo interior, con uno mismo, es espontáneo, molesto a veces, con una lógica de realismo mágico, desobediente… pero ejerce un gran poder en nuestras vidas. Hay que tener presente que este diálogo interior refleja lo que hemos visto en el hogar y en el colegio y no es algo estático, sino que hay técnicas para —con voluntad— mejorarlo.

Por ejemplo: intentar no pensar en algo es la mejor forma de pensar sobre ello. Por el contrario, para evitar un pensamiento obsesivo resulta más útil reconocer con humildad nuestra incapacidad de eliminarlo y aceptar ese pensamiento o, incluso, dedicarle tiempo en exclusiva. Por otra parte, un pensamiento repetitivo puede tender a modificar la realidad y a construir recuerdos falsos.

Lo que nosotros nos decimos «se traduce en la química del cuerpo». Cuando nuestro monólogo es de ánimo a nosotros mismos, se consiguen mejores resultados que cuando adopta un tono pesimista y duro. Otra técnica es darnos sugerencias como si fuésemos otra persona, porque aconsejar a otro siempre es más fácil.

Cuando cometemos un error debemos reflexionar para mejorar y corregir nuestros actos, pero no ayuda abusar de una «autocrítica dañina», excesivamente dura y que podría generar trastornos, tales como por ejemplo: valorar como erróneas conductas que no lo han sido, exceso de culpabilidad, tendencia a la inseguridad e inhibir la conducta (censura). Por el contrario, se puede cultivar la compasión, lo cual mejora la empatía y evita conflictos. Las personas que no son amables consigo mismas sospechan de la amabilidad de los demás; y los ven como amenazas.

Ante la realidad de cambiar nuestra mirada, nuestras palabras y nuestras sensaciones, Nazareth Castellanos nos alienta: «Qué coraje hay que llevar dentro para dejar de ser quien se fue. Todos deberíamos experimentar ese renacer en el que comenzamos a caminar con amor en la mirada; un amor y un cuidado dirigidos hacia dentro». Se puede haber tenido un pasado duro, doloroso o turbio; pero lo que cuenta es el futuro y saber que «no hay mayor aliado que la intención».

Concluyendo

Todos tenemos la capacidad de transformarnos, de moldear y de adaptar nuestro cerebro. Santiago Ramón y Cajal decía: «Lo peor no es cometer un error, sino tratar de justificarlo en vez de aprovecharlo». Muchos inician su transformación en profundidad cuando sufren un episodio dramático o cuando ven cerca el final de su vida. Pero es mejor hacerlo en el día a día, tanto ante buenos como ante malos momentos. Al permitir —con conciencia— que existan los malos pensamientos es más fácil que se disuelvan: «respirando la emoción», explica Castellanos.

La autora nos recuerda la importancia también de cuidar el cuerpo: dieta, ejercicio, respiración… Al igual que es bueno hacer ejercicio físico, también lo es el ejercicio mental. Y curiosamente, la práctica del yoga une ambos aspectos.

♣ Te gustará también leer:

🌳 Hacer menos.
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🌳 Meditar, una de las cosas más sostenibles. Meditación por los bosques del planeta.
🌳 Miremos al ser humano desde fuera del ser humano: ¿Merecemos ser perdonados?
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🌳 Jane Jacobs: la inspiración de las ciudades vivas.
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🌳Upanishad, Bhagavad Gîtâ, yoga, tantra, meditación, iluminación y mucho más.

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Simplificando la Vida, para ser como niños: Tantra, Yoga, y Ecologismo

Por: Pepe Galindo

¿Tienes la sensación de que tu vida es muy complicada? No te preocupes. Es lo normal. Tal vez tu único problema es que eres mayor. Por eso, algunos no quieren ser mayores:

Pero se puede ser mayor sin idolatrar el dinero, ignorando los vanos reclamos de los anuncios de publicidad y viviendo simplemente, para que otros puedan simplemente vivir. Y todo sin perder la inocencia, como se quejaba Bunbury en su tema “De mayor” … diciendo… ♪♫ “de mayor ♪ quiero aprender ♫ a ser pequeño” ♪♫…

Puedes trabajar duro, si te apetece, pero también puedes entender la vida como el oso Baloo de la película “El libro de la selva” (basada en la obra de Rudyard Kipling), que nos enseña que “lo más vital” nos lo regala “Mamá Naturaleza“, y que “nunca del trabajo hay que abusar“: Reducir la jornada laboral es además una insustituible solución a las crisis económica y ambiental. Aunque en el libro original el oso es algo diferente, la canción de la película es estupenda:

No hay mayor pensamiento antisistema que pretender consumir cada vez menos, para que el decrecimiento económico permita decrecer también las agresiones a la justicia y a la Naturaleza (y en eso, todos podemos colaborar).

Algunas filosofías orientales, de India en particular, tienden a promover o tender hacia la renuncia y desapego de las cosas materiales (como también lo proclama el cristianismo). Entendiendo que ésto es muy difícil, plantean varias fases, y varios caminos.

El camino del Tantra es un culto centrado en el dios Shiva, y todo placer es aceptado y disfrutado, pero sin perder de vista el objetivo del desapego, de la austeridad, de la consciencia y control del camino del Yoga.

El tántrico busca (y halla) el placer en lo cotidiano, disfrutando el presente sin dejarse atrapar por el placer pasado, sin pretender repetirlo. Lo cotidiano lo hace sagrado. Si busca placer, lo busca sin obsesión, y lo busca con amor, también en el sexo (maithuna). El trantra es un camino también arriesgado, pues en vez de trascender lo material, puedes quedar atrapado. El tántrico ni reprime ni alimenta obsesiones o placeres. Simplemente deja que ocurran, disfruta al máximo… y aprende la volatilidad. El auténtico tántrico es capaz de disfrutar de todo, hasta de la desgracia (poderosa maestra) o de la pérdida, pues sabe que al final todo lo material lo vamos a perder. El tantra invita a entender que en el desapego está la mayor felicidad, y a ese objetivo se dedica en cada acto, sin prisas. El tántrico puede tener cualquier profesión y cualquier salario, pero entiende que su final puede estar en ser un sadhu… tal vez como Baloo.

¿Acaso no hay bastantes similitudes entre el tantra y el SER ecológico?

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    • SUFISMO.
    • BUDISMO y ZEN.
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Ascetas Ancestrales entre los Famosos Filósofos Griegos y Romanos

Por: Pepe Galindo

Diógenes de Sínope, el cínico, el perroHay un cuento que cuenta que un sabio recibió a un amigo en su casa que le dijo: «Veo que no tienes apenas muebles, ni casi nada en la casa». El sabio le dijo: «Tú tampoco tienes muchas cosas aquí». Entonces, el amigo contestó lo obvio: «Bueno, yo es que aquí estoy de paso». El sabio contestó: «Yo también. Todos estamos de paso».

En todos los tiempos y lugares ha habido ascetas, gentes que eligen la austeridad como forma de vida, y como ahora, la austeridad siempre ha sido la forma de vida más antisistema. Algunos de ellos han sido sabios reconocidos, otros seguro que pasaron desapercibidos en la Historia, y otros viven muy cerca. En la India se estima que hay entre 4 y 5 millones de sadhus, yoguis que han renunciado a lo material. Aquí exponemos cronológicamente unos cuantos famosos filósofos clásicos, que eligieron esta forma de vida.

Empezamos con Heráclito (siglo V a.C.) filósofo famoso por su «panta rei» (todo fluye, todo cambia) y su «No es posible bañarse dos veces en el mismo río», que fue un asceta al final de su vida. Se retiró a vivir en soledad, comiendo hierbas y plantas.

Tal vez el más famoso asceta sea Diógenes el Cínico (s. IV a.C.) por sus fantásticas anécdotas y su sentido del humor. Como los sadhus indios, rechazó todas las convenciones sociales y religiosas para dedicarse a la búsqueda de Dios. Su supremo desapego, y su liberación de los deseos le hacía terriblemente libre de todo, aunque acabara como esclavo. Un día estaba preguntando a una estatua y cuando le preguntaron el porqué, respondió: «Me adiestro en preguntar en vano». Acabó con su vida con noventa años, conteniendo la respiración, y quiso que su cuerpo fuera arrojado como comida a los animales. Sus amigos le hicieron un monumento, coronado con un perro, su sobrenombre.

Sócrates en el LouvreUno de los mayores sabios de todos los tiempos, Sócrates (s. IV a.C.) vestía con gran sencillez, caminaba descalzo, indiferente al frío, al hambre… como un yogui indio. Fue condenado por un tribunal a beber el veneno de la cicuta, por corromper a la juventud porque le enseñaba a someter a crítica y revisión el saber tradicional. Similares acusaciones también se hicieron décadas antes contra Anaxágoras y contra Protágoras, condenados al exilio, pero el caso de Sócrates fue más grave porque era ateniense y utilizó su sacrificio para condenar a sus jueces. Según el filósofo Geymonat, ese sacrificio supuso que la enseñanza de Sócrates fuera una de las más eficaces que recuerda la historia. Aceptó su destino con tranquilidad asombrosa. Cuando alguien le dijo que se preparase para su sentencia, contestó: «¿Acaso crees que no me he preparado a lo largo de toda mi vida?». Llegado el momento, dijo: «A mí me toca morir y a vosotros vivir. ¿Qué es lo mejor? Sólo la divinidad lo sabe».

El gran Epicuro (s. III a.C.), que escandalizó al permitir mujeres en su academia llamada El Jardín, comía poco, y proclamaba lo poco que necesitamos para vivir. Para él, el placer se obtiene mediante la satisfacción del deseo, y mediante la indiferencia ante el deseo. La primera forma genera un placer que no es duradero, ni puro. El sentido del epicureísmo, como el del cinismo, ha sido degenerado con el paso del tiempo. El objetivo de Epicuro es la ataraxia, la ausencia de pasión y deseos, «la tranquilidad de un espíritu con buena salud».

Hiparquia (siglo II. a.C.) fue una de las primeras filósofas. De familia rica, renunció al lujo para vivir con Crates el Cínico (discípulo de Diógenes), el cual también provenía de clase alta. Ambos eligieron vivir como mendigos. Se cuenta que los padres de Hiparquia convencieron a Crates para que intentara disuadir a Hiparquia de llevar ese estilo de vida, pero no lo consiguió. No queda claro si ganó el amor a Crates, o el amor a la filosofía.

Lo mejor de la filosofía griega fue heredado por el estoicismo, la filosofía principal de la Roma clásica, y sus mejores exponentes son Séneca y Marco Aurelio. El cordobés preceptor de Nerón, Séneca (s. I d.C.), siguió una vida ascética y estoica, rodeado de gente rica. Hasta se hizo vegetariano, y llegó a sentir lo divino en todas las cosas. El estoicismo es una aceptación total de cuanto ocurre. Como decía Séneca: «Las circunstancias favorables no elevan al sabio, ni las adversas lo hunden». Su lema era ser feliz con poco, y sin depender de lo externo. Como Sócrates, también fue injustamente condenado a muerte.

Marco Aurelio (s. II) se hizo cínico con 11 años. Con 18 años fue adoptado por el emperador romano Antonino Pío, y lo nombró su sucesor. Como estoico no le debió gustar ser emperador, pero como estoico se resignó a lo que el destino le guardó. Marco Aurelio tuvo que renunciar a una vida sencilla, por la riqueza y el poder. En su libro de Meditaciones, condensa el estoicismo en una frase: «¿Te ha acontecido algo? Está bien». Para Marco Aurelio todo lo que ocurre es algo habitual y sólo el necio se alegra o se aflige por lo que le sucede.

Terminamos nuestro repaso con Porfirio (s. III) que, procedente de familia noble, escogió un ascetismo riguroso que incluía ser vegetariano. Como hiciera Empédocles, condenó los sacrificios de animales y el consumo de carne. En su libro De la abstinencia, se erige en defensor del vegetarianismo, por razones éticas y con un papel esencial en la búsqueda espiritual, y en la paz de espíritu. Pero está claro que el vegetarianismo por sí mismo no es suficiente, y por eso Porfirio llegó más lejos: «Impide que el cuerpo perturbe al alma con sus exigencias y placeres; disuelve el vínculo entre cuerpo y alma».

Por supuesto, a lo largo de la historia ha habido muchísimos más ascetas famosos, como los estilitas, que escogieron vivir años y años encima de columnas. De todos ellos nos podemos preguntar si fueron felices. Es evidente que la pobreza no da la felicidad, ni garantiza estar primero a los ojos de ningún Dios. No puede ser malo disfrutar con mesura de las cosas materiales de esta vida, pero acumular demasiadas cosas materiales, en un mundo donde muchos están muriendo de hambre, es evidentemente muy cuestionable, aunque los que mueren y sufren no estén delante nuestra.

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El Flus Flus (5)

Por: Radio Topo

Volvemos con la fórmula del buen rollo vía radiofónica! Curiosidades, ciencia, elecciones, a escuchetes, marianico, el chistako de pilipon, llamas con sombrero, el wassap de la semana, barrios, consumo, y mucho más, en dos horitas de show que te dejará con  ganas de seguir enganchado a nuestra emisora!

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Libro “Viaje al centro de la mente” de D.J. Siegel (resumen) – Cómo la empatía y conexión con los demás seres influyen en tu salud y felicidad

Por: Pepe Galindo

Investigaciones recientes sobre la mente del neuropsiquiatra Daniel J. Siegel, en su libro Viaje al centro de la mente (2017), revelan que la mente es un término abstracto que incluye muchas cosas, desde la sensación de estar vivos, hasta la conexión con todo lo externo, junto con la conciencia, la manera en que somos conscientes y el procesamiento de información. La mente es tan poderosa que, para Siegel, “si queremos cambiar el curso del estado global del planeta deberemos transformar la mente humana”.

En este libro explora todas las características de la mente y ese camino lleva a descubrimientos asombrosos sobre lo que significa ser humano y sobre cómo vivir una vida sana y plena.

Empatía y presencia para mejorar la mente humana

Para Siegel, la mente no es solo actividad cerebral sino que en la mente influye todo el cuerpo y todas nuestras relaciones. Son muchas las cosas que desconocemos de la mente, pero sabemos que en ella hay energía e información que fluyen dentro de nosotros y entre nosotros. Este “entre nosotros” debe entenderse de una forma amplia, no solo entre individuos de nuestra especie sino “entre nosotros, los demás y el mundo”. A este complejo sistema debe unirse la interpretación subjetiva personal. Todo este cóctel influye en la salud mental y en el bienestar humano. Una de sus conclusiones es que “nos sentimos mejor, pensamos con más claridad y nuestro cuerpo funciona mejor cuando atendemos y respetamos la subjetividad” de los demás, es decir, cuando somos empáticos (intentando “sentir la vida interior” de los demás). Además, cuando nos sentimos respetados, las mentes se conectan y se producen efectos de crecimiento y curación. “Ser amables con los demás, respetar las diferencias y cultivar conexiones compasivas es vivir una vida integrada”.

Otra característica de una mente equilibrada es vivir plenamente en el presente, aceptar la realidad sin dejarse llevar por cómo nos gustaría que fueran las cosas y “aceptar que el ahora es todo lo que hay” (el pasado y el futuro no existen). Esto “exige que nos desprendamos de la necesidad de controlar” y que aceptemos las incertidumbres que siempre hay en la vida. Cuando no aceptamos algo, surge el conflicto o la enfermedad. Cuando sentimos que las cosas van mal es porque hay algo que no nos gusta. Siegel nos advierte de que “este conflicto entre lo que es y lo que esperamos que sea puede hacer que estar plenamente presentes nos resulte muy difícil”.

Einstein recomendó sentirnos conectados al Universo

En una carta publicada en un periódico en 1972, Einstein hablaba de que vivimos nuestras vidas como si estuviéramos separados del resto de seres, pero esto es una “alucinación óptica de la conciencia”, una prisión donde nos encerramos a nosotros mismos y de la que solo salimos, en palabras del propio Einstein, “ampliando nuestro círculo de compasión hasta abarcar a todos los seres vivos y a la totalidad de la naturaleza en su belleza”.

Lee también un resumen de este apasionante libro de Nazareth Castellanos: El puente donde habitan las mariposas.
Lee también un resumen de este apasionante libro de Nazareth Castellanos.

Para Siegel, este estado ilusorio de “separación” conlleva problemas tales como tratar la naturaleza como si fuera un vertedero. “Cuando abrimos nuestra mente con presencia experimentamos la naturaleza profundamente interconectada de nuestra vida. Sentimos que la Tierra forma parte de nosotros, que es un cuerpo mental extendido que forma parte de lo que somos tanto como el cuerpo físico en el que vivimos”. De esta forma, llegamos a donde han llegado muchas sabias tradiciones ancestrales (ascetas, filosofías orientales como el budismo, etc.): “cuando descendemos a la presencia experimentamos la profunda interdependencia e interconexión que hay entre todos en este mundo” (ver cita completa).

¿Implica lo anterior que las teorías de Darwin sobre la competencia son falsas? No, pero eso es solo una mínima parte de la verdad. La teoría de la evolución de Darwin dice que los seres vivos compiten entre sí provocando la supervivencia del más apto (que no del más fuerte). Sin embargo, la científica Margulis puso el foco en los procesos de cooperación que encontramos en la naturaleza y que son mucho más decisivos y más numerosos. En la naturaleza encontramos cooperación entre miembros de la misma especie y entre miembros de distintas especies (en simbiosis, por ejemplo), pero también a nivel celular. Millones y millones de células de distinto tipo están cooperando constantemente para que los organismos prosperen. Sin cooperación hubiera sido imposible la existencia de seres tan complejos como algunos primates que estudian hasta la mente.

Los estudios de Siegel, Darwin, Margulis e incluso de Félix Rodríguez de la Fuente sirven para entender que todos los seres humanos estamos conectados entre nosotros y con lo demás. Es posible que la cooperación produzca más armonía y la competencia más dolor, pero ambos son parte de la evolución.

Además de la empatía, de la conexión y de vivir el presente, Siegel propone “cultivar el asombro por el simple hecho de estar vivos”, teniendo en mente que “nuestra manera de vivir y de actuar puede inspirar a personas que nunca hemos conocido”.

♥ Nota: Sobre este libro recomendamos el relato Cómo superé la pérdida de un ser querido, en el que se explica la teoría de Siegel para la integración entre rigidez y caos, lo cual da lugar a una mente sana y tranquila.

♥ Si te ha gustado lo anterior, no dejes de leer lo siguiente:

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El final del camino

Por: Pepe Galindo

Cuando sabes a dónde lleva un camino y lo recorres con conciencia y voluntad, no puedes quejarte del lugar al que llegas.

Esta afirmación viene a cuento porque la humanidad sabe —científicamente— el desastre ecoclimático al que nos enfrentamos. Y aun así, seguimos transitando por el camino equivocado, con bastante conciencia y con unánime voluntad colectiva. Les contaré una historia real por si pudiera servir para aprender de nuestros errores y evitar nuestra condena.

En 1923, el genocida Adolf Hitler fue encarcelado por intentar derrocar al gobierno alemán. Su intento de golpe de Estado le otorgó fama y seguidores. Fue condenado a cinco años de prisión, de los que solo cumplió nueve meses. Lo más aterrador es que aprovechó ese tiempo para escribir sus ideas políticas en un libro, en el que contaba todo lo que quería conseguir. En resumen: pretendía conquistar nuevos territorios, acabar con la democracia y exterminar a los judíos. Tenía envidia de la grandeza física de Rusia. Con esa ideología abiertamente publicada por escrito, diez años más tarde ganó las elecciones y puso en marcha su plan. Es bien sabido que el plan acabó bastante mal para casi todo el mundo, incluyendo a él mismo.

La personalidad de este dictador —tal vez demasiado similar en todos los sátrapas y en los que desearían serlo— se resume en: egolatría, complejo de Mesías, sentimiento de inferioridad (por ejemplo, Hitler carecía de las características que alababa de la raza aria), desprecio hacia los débiles, poca o nula empatía, carisma, capacidad de manipulación y obsesión por el poder. Con esto, Hitler consiguió manipular a la sociedad alemana, implicando a buena parte de sus intelectuales. Nadie puede alegar que mintió sobre sus objetivos básicos. Por extraño que parezca, convenció a suficientes personas.

Theodor Adorno en 1964, un filósofo alemán que escribió sobre sociología, comunicología, psicología y musicología.Los que se atrevieron a oponerse al nazismo, tuvieron que exiliarse. Es el caso de Walter Benjamin y de Theodor Adorno. Tras el fin de la guerra, Adorno volvió de su exilio y escribió: «Lo que nos habíamos propuesto era nada menos que comprender por qué la humanidad, en lugar de entrar en un estado verdaderamente humano, se hunde en un nuevo género de barbarie» (Dialéctica de la Ilustración, 1947).

A pesar de todos los avances de la humanidad, aún no hemos aprendido lo más básico: a vivir en armonía. Seguimos permitiendo genocidios y se siguen escogiendo a gobernantes que no superarían ni el más burdo test de empatía, honestidad o ética.

Miren a Netanyahu y su odio hacia Palestina; y no se pierdan el detalle de que Alemania sea uno de los países que más armas vende a Israel (junto con EEUU e Italia). Sorpréndanse por la megalomanía de Trump, un delincuente en la Casa Blanca. Y no se pierdan al presidente argentino Milei que ganó las elecciones a pesar de asegurar que habla con su perro muerto.

Estos políticos son tres ejemplos extremos, pero atención: los más moderados tampoco nos están llevando hacia un futuro en armonía y sostenible. Ahora que lo sabemos: ¿Seguiremos permitiéndolo?

♦ Sobre ideologías:

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Theodor Adorno en 1964, un filósofo alemán que escribió sobre sociología, comunicología, psicología y musicología.

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BlogSOStenible cumple QUINCE AÑOS

Por: Pepe Galindo

No ponemos quince velas, porque no son ecológicas ni aunque fueran veganas. Tampoco queremos globos de plástico con forma de 15. Podríamos cantar la famosa canción de amor del Dúo Dinámico, pero nos pega más la de Resistiré.

Celebramos que está en la calle el libro Deja que te susurre algo verde y te sugerimos que dejes que te sorprenda. Crece así nuestra lista de libros subversivos.

Veamos los artículos más relevantes de este último año, algunas estadísticas y no te pierdas la biopoesía (este año con olor a biznaga malagueña).

♥ Datos sobre BlogSOStenible en este cumpleaños

♥ Poesía: La laguna de Soliva (2025)

Un hoyo convertido en laguna.
Una herida sanada con bellezas.
Alondras, jilgueros y golondrinas.
Gallinetas, culebreras y lavanderas.

En Málaga nacen maravillas.
Cuando el ayuntamiento no mira.
Patos, sapos y tarabillas.
Diez mil bichitos y alguna grajilla.

Cigüeñas, mosquiteros y colirrojos.
Ruiseñores, currucas y mil pinzones.
Urracas, milanos y petirrojos.
Alcaudones y porrones con gorriones.

Cientos de olivos también amenazados.
Centenarios o no, poco parece importar.
El agua y la laguna serán asfaltados.
Y los árboles se van a talar.

El molino de Soliva solo se queda.
Y pasa de la jubilación a la UCI.
El arroyo de las Cañas tiembla.
Quiere ser río vivo, no canal gris.

Insectos y arácnidos sin miedo van.
No conocen al famoso señor alcalde.
Ni la tristísima historia de Arraijanal.
Anfibios, reptiles… desean que los respalde.

Hay otros lugares para especular.
Hay otros terrenos para viviendas.
Todo esto se debe renaturalizar.
Un lugar para que se aprenda.

Si no te mueves de verdad por tu ciudad.
Para defender algo de tanto valor.
No te quejes, por favor.
Cuando venga el terral.

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El fracaso, las fans y los impostores | Sororitrap Podcast Antisystem 3×04

Por: Radio Topo

Berta 2 nos habla del libro Fuck feminist fans de Leyre Marinas y, sin hacer ningún spoiler (tenéis que comprarlo, ¡os va a encantar!), nos viene a contar algunos chismes de grupis y música. Berta 1 nos trae algunas historias increíbles sobre impostores e impostoras. Sí, es verdad que nosotras mismas somos las primeras impostoras […]

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