ABUJA – A principios de
mayo se congregaron en Abuja más de 40 grupos de la sociedad civil de
Nigeria para lanzar el Movimiento por la Justicia Climática, el primero
nacional de este tipo. El objetivo es aunar esfuerzos contra los efectos del
cambio climático en este país y otros del continente, comenzando por los que
provocan los contaminadores petroleros.
El Movimiento por la
Justicia Climática en Nigeria forma parte de una iniciativa más amplia de
Greenpeace África para crear nuevas alianzas y reforzar la acción colectiva en
todo el continente.
Iniciativas similares se
han puesto en marcha en la República Democrática del Congo, Camerún y Ghana y
el movimiento promueve la colaboración entre grupos de base que abotan por
soluciones sostenibles y la justicia medioambiental en África.
Al final del encuentro
de dos días, los grupos firmaron el Pacto de los Contaminadores, en el que se
pide a las empresas petroleras y gasísticas que asuman la responsabilidad por
el daño medioambiental que han causado y causan con su explotación de
hidrocarburos.
La explotación y
exportación de petróleo es la principal fuente de ingresos y de divisas en
Nigeria, el país más poblado de África, pero esa riqueza que ha determinado su
economía desde los años 60, no se ha trasladado a sus más de 223 millones de
habitantes y al menos 63 % vive en pobreza.
Al final del encuentro,
también se emitió una declaración conjunta en la que se reafirmaba el
compromiso de exigir responsabilidades a los contaminadores y garantizar que la
voz de África se escuche en las negociaciones mundiales sobre el clima.
«La contribución de
África a la crisis climática, en términos de contaminación, es tan mínima que
es casi insignificante. Sin embargo, nuestras comunidades se encuentran entre
las más afectadas», dijo Murtala Touray, director de programas de
Greenpeace África.
Añadió que «mientras los
países desarrollados se industrializaban, contaminaban el medioambiente y nos
dejaban atrás. Ahora, incluso se resisten a apoyar a otras comunidades que
trabajan para adaptarse y reducir el impacto del cambio climático en aras de
nuestro bienestar y nuestros medios de vida».
Hablando sobre la
importancia del movimiento en Nigeria, dijo que «la destrucción que estamos
presenciando hoy exige actuar. Debemos levantarnos para proteger nuestro
planeta, salvaguardar los medios de vida y la dignidad de nuestras comunidades
y dejar un mundo mejor para las generaciones futuras».
Touray aseguró que «el
lanzamiento del Movimiento por la Justicia Climática en Nigeria no es solo un
evento puntual, sino que marca el comienzo de un largo viaje».
La maldición del petróleo en Nigeria
Friday Nbani, residente
en el delta del Níger, una zona rica en petróleo, ha sido testigo de numerosos
vertidos de petróleo. Para él, el petróleo, que en su día se consideraba una
bendición, se ha convertido en una fuente de dolor y destrucción.
El delta del Níger está
considerado una de las regiones más contaminadas del mundo. Décadas de
extracción petrolera sin control han provocado vertidos de petróleo, quema de
gas y la liberación de sustancias químicas tóxicas.
Todo ello ha envenenado
la tierra y el agua, destruyendo los medios de vida y el medio ambiente. A
pesar de la enorme riqueza generada por el petróleo, la región sigue siendo
pobre, con ríos contaminados y la pérdida de importantes bosques de manglares.
Recientemente, el 5 de
mayo de esre año, se produjo un nuevo derrame de petróleo en la comunidad de
Ikata, en el estado de Rivers, en el delta del Níger.
Ocurrió a lo largo de un
oleoducto de 14 pulgadas operado por Renaissance Africa Energy Company Ltd.
(Raec). Esta empresa había comprado recientemente los activos de Shell en
Nigeria en una operación de 2400 millones de dólares.
Ahora, Raec se enfrenta
a una demanda. La comunidad de Bodo, en el área de gobierno local de Gokana, ha
llevado a la empresa a los tribunales. Recuerdan que la limpieza de dos
importantes derrames de petróleo ocurridos en 2008, causados por oleoductos
operados por Shell, aún no se ha realizado adecuadamente.
Según diferentes
informes, esos derrames vertieron más de 600 000 barriles de petróleo en sus
aguas y dañaron grandes extensiones de bosques de manglares.
Los expertos afirman que
fue uno de los peores derrames de petróleo del mundo, con unos 40 millones de
litros de petróleo vertidos cada año en todo el delta del Níger.
Shell, una empresa
petrolera antes neerlandesa y ahora británica que comenzó su extracción
petrolera en el delta del Níger en 1956, está considerada una de las empresas
más contaminantes de Nigeria.
Se le acusa de haber
dañado el delta del Níger durante muchos años. Ahora, sus detractores afirman
que está tratando de eludir su responsabilidad vendiendo sus activos.
Sherelee Odayar,
activista de Greenpeace África contra el petróleo y el gas, se ha pronunciado
en contra de esta medida.
«Durante décadas,
gigantes petroleros como Shell han obtenido miles de millones en beneficios del
suelo nigeriano, dejando atrás ecosistemas devastados y comunidades
destrozadas», dijo.
Añadió que «las
recientes investigaciones de los medios de comunicación que han sacado a la luz
la negligencia de Shell en el delta del Níger son un ejemplo de la toxicidad y
el egoísmo de las comunidades que han soportado durante generaciones».
Con la declaración del
Movimiento de Justicia Climática, «enviamos un mensaje claro: la era de la
contaminación descontrolada y la impunidad de las empresas ha terminado. Es
hora de que los contaminadores paguen».
Shell atribuyó la mayor
parte de los derrames a la interferencia ilegal de terceros, como el sabotaje y
el robo de oleoductos. Dos comunidades han llevado a la empresa a los
tribunales por los daños medioambientales.
Un portavoz de Shell
afirmó que el litigio «no contribuye en nada a resolver el verdadero problema
del delta del Níger: los derrames de petróleo debidos al robo, el refinado
ilegal y el sabotaje, que son los que causan los mayores daños
medioambientales».
Nbani, que dirige la
Lekeh Development Foundation, una organización de base que defiende los
derechos de la población, y apoya el Pacto Polluters Pay, cree que el
Movimiento por la Justicia Climática puede ayudar a las comunidades a obtener
justicia.
«Los derrames han
afectado a nuestra salud, a la agricultura y a la pesca. Ni siquiera nuestras
casas son seguras», dijo a IPS.
Añadió que «la gente
está alzando la voz porque está sufriendo. Solo los que vivimos aquí lo
entendemos de verdad. Pero el gobierno sigue hablando de producir más petróleo.
Nos sentimos olvidados. ¿Cuánto tiempo más podemos vivir así?».
Un movimiento
impulsado por la población
«Creo que la solución es
el poder del pueblo. La gente tiene que darse cuenta del poder que tiene.
Movimientos como el Movimiento por la Justicia Climática son importantes porque
ayudan a la gente a entender su derecho a controlar sus recursos. Si algo es tuyo,
debes tener control sobre ello», consideró Nbani.
Le entusiasma que el
movimiento esté liderado por comunidades de base, activistas y grupos de la
sociedad civil directamente afectados por la crisis climática. Añadió que esto
permite a los más afectados organizarse, impulsar la justicia medioambiental y
exigir responsabilidades a los contaminadores.
Cynthia Moyo,
responsable de la campaña sobre clima y energía de Greenpeace África, afirmó
que es esencial poner en marcha un movimiento popular por la justicia climática
en Nigeria, dado el importante papel que desempeña el país en la crisis
climática.
«El futuro climático y
energético de Nigeria depende en gran medida de la voluntad política, la
cooperación regional y una inversión significativa en energías limpias!, dijo a
IPS.
A su juicio, «las
decisiones que tomemos en esta década determinarán si nos convertimos en un
continente resistente al clima con una economía estable o si seguimos atrapados
en los riesgos y la inestabilidad de la dependencia de los combustibles
fósiles».
«Es esencial que
iniciemos una transición justa de los combustibles fósiles a las energías
renovables», subrayó.
Si bien el Movimiento
por la Justicia Climática está impulsado por la población, Tolulope Gbenro,
consultora de impacto social, destacó la importancia de la participación de los
jóvenes.
«El cambio climático nos
afecta a todos, y el movimiento por la justicia lucha tanto por el presente
como por el futuro. Los jóvenes no son solo los líderes del mañana, sino
también del hoy. Si no participan en las decisiones que afectan al clima, su
futuro y el del planeta estarán en peligro», afirmó.
Esperanza en la
oscuridad
Harry Dandyson, defensor
de los derechos humanos y residente en el delta del Níger, quiere que el
gobierno imponga impuestos a los contaminadores petroleros para que rindan
cuentas por los daños que han causado.
Aboga por dejar el
petróleo en el suelo y centrarse en soluciones sostenibles, como las energías
renovables.
Para este activista, el
Movimiento por la Justicia Climática representa una esperanza en la oscuridad,
ya que tiene como objetivo empoderar a las comunidades para detener la
producción de petróleo y promover alternativas energéticas respetuosas con el
medio ambiente.
«Presionar a los
contaminadores del petróleo para que asuman la responsabilidad financiera por
el daño medioambiental será eficaz».
Subrayó que «una de las
principales preocupaciones que tenemos aquí en Nigeria es la actitud
indiferente del gobierno hacia la aplicación de las políticas y los tratados
que firma. Cuando los gobiernos no toman medidas, seguimos enfrentándonos a
estos problemas».
Sin embargo, consideró,
«con el Movimiento por la Justicia Climática, a medida que empezamos a
presionar y avergonzar a los contaminadores, especialmente a las empresas
petroleras internacionales, los ministerios gubernamentales y las entidades
paraestatales cómplices de estas prácticas, creo que las cosas cambiarán».
«Nombrar y avergonzar a
estas entidades ayudará a llamar la atención necesaria sobre estos delitos
medioambientales», señaló Dandyson.
Al final del encuentro
en Abuja, los participantes presentaron su próxima línea de acción, que
emprenderán de inmediato en sus comunidades.
Entre ellas figuran una
intensa campaña para la limpieza del delta del Níger, la celebración de
reuniones municipales para ayudar a los miembros de la comunidad a comprender
sus derechos y una campaña de rendición de cuentas sobre la utilización de los
fondos destinados a combatir la desertificación, la erosión de los barrancos y
las mareas oceánicas.
T: MF / ED: EG
Fuente: https://ipsnoticias.net/2025/06/movimiento-de-justicia-climatica-hace-frente-a-contaminadores-petroleros-en-nigeria/