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✇Rebelion

Un relato novelado de la llegada de las Misiones Pedagógicas a un pueblo del Bajo Aragón

Por: Bea Morales

«Debemos llevar el Museo del Prado a todos estos pueblos. También es patrimonio suyo, no sólo de los habitantes de la capital de España», Bartolomé Cossío.

Salieron a las ocho de la mañana de Madrid. Van en un viejo y destartalado camión Ford. Al conductor analfabeto igual le da ir hacia el norte que hacia el sur. Llevar mucha carga que poca le resulta indiferente. Cuando suben a la caja de su camión un conjunto de grandes envoltorios, no siente la más mínima curiosidad. Lo único que le interesa es el cobro del viaje. No sienten lo mismo Antonio (Sánchez Barbudo) y Ramón (Gaya), sus acompañantes. Ambos tienen 24 años y han estudiado Filosofía y Letras en la Universidad de Madrid. Los dos son plenamente conscientes de la trascendencia de su labor. Llevar la cultura a los pueblos más recónditos de la geografía española es algo que merece la pena. Así lo sienten, gracias a las palabras del gran maestro Bartolomé Cossío, que les había inculcado la imperiosa necesidad y sublime trascendencia de la tarea. La primera vez que se entrevistaron con él, salieron profundamente impresionados. De todo lo que les dijo, especialmente recordaban estas palabras:

  • Debemos llevar el Museo del Prado a todos estos pueblos. También es patrimonio suyo, no sólo de los habitantes de la capital de España. Tienen el mismo derecho a disfrutar las excelencias del arte de la pintura. Tampoco quiero que vayáis a darles grandes lecciones que los dejen impresionados. Tenéis que ser llanos y explicar todos los cuadros de la manera más asequible posible.

Estas palabras tan claras calaron en el espíritu de ambos jóvenes. Se sintieron obligados a contribuir en esta tarea. Ramón, gran dibujante y pintor, ha realizado unas extraordinarias reproducciones pictóricas de cuadros famosos de Pedro Berruguete,  Alonso Sánchez Coello, El Greco, José de Ribera, Francisco de Goya, Diego Velázquez y Bartolomé Esteban Murillo. De todas ellas la más lograda era la del Sueño de Jacob de Ribera. Antonio, por el contrario, está dotado con el don de la palabra. Pintar para él es algo inalcanzable. Lo había intentado en numerosas ocasiones. Fue inútil. Tuvo que centrarse para aquello que estaba dotado. Hablar o escribir no le suponía ningún esfuerzo. Sus conocimientos pictóricos son grandes. Igual conoce la pintura flamenca qua la italiana. Lo mismo habla de Rubens que de Rembrandt. En algunas ocasiones había puesto en dificultades a su profesor de Hª del Arte en la Facultad, y eso que era catedrático. Su facilidad en la palabra va pareja a sus conocimientos artísticos. Comenzar a hablar y todo el mundo queda subyugado. No rebusca el vocabulario; con las palabras más asequibles es capaz de explicar los conceptos más complejos. Forman un tándem perfectamente conjuntado, además de ser grandes amigos.

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Noticia de la llegada del Museo del pueblo y Ramón Gaya a Castro del Río en 1935.

En todas las Misiones Pedagógicas que habían participado lo habían hecho con gran ilusión. En ésta la ilusión es todavía mayor. En el Informe, previo a todas las Misiones, se reflejan múltiples y variados aspectos del lugar a visitar. Se hace una descripción geográfica-económica de la comarca, distribución de la población, comunicaciones, situación escolar y cultural, hospedajes, fluido eléctrico, ambiente social y político, etc. Conocidos todos estos detalles, ambos Ramón y Antonio, se percataron del carácter profundamente conservador de Híjar, merced a los caciques y al clero. Esto en lugar de amilanarles, les sirve de estímulo. Ya habían pasado por circunstancias parecidas. Ya habían visitado otros lugares, donde fueron recibidos a regañadientes, como si fueran unos advenedizos. Conocían también que unos meses antes habían llegado, como avanzadilla cultural, 2 bibliotecas: una escolar a instancias del Patronato de Misiones Pedagógicas y otra pública-municipal, a instancias de la Junta de Intercambio y Adquisición de Libros, gracias a un egregio turolense, ministro de Marina, Vicente Iranzo. En el acto de inauguración de la biblioteca escolar, presentes todas las autoridades, había leído un discurso el Director de las Escuelas Graduadas, don Leoncio, ensalzando la trascendencia de estas iniciativas culturales para el progreso de los pueblos. En cuanto al funcionamiento de la Biblioteca municipal a Ramón y Antonio les había llegado la noticia gracias a Luis Buñuel de que el Secretario del Ayuntamiento había establecido en el reglamento para su funcionamiento que los lectores habían de dejar en depósito 5 pesetas ante los posibles deterioros del libro.; y que por ende, la biblioteca era usada solamente por un pequeño grupo de “gente bien” ya que la idea de dar libros a los campesinos, pobres,  a la Junta le  parecía inadmisible. A Ramón y Antonio les parece inconcebible tal reticencia hacia la lectura, por lo cual debían redoblar sus esfuerzos en esta auténtica cruzada cultural.

Pensando los dos en estas cosas están, cuando alrededor de las ocho de la tarde de un caluroso día de mes de agosto, el camión cansado de tan largo viaje, tras recorrer una recta de varios kilómetros, divisa en un profundo valle un pueblo, arremolinado en torno a una esbelta y bella iglesia y un castillo de los Duques de Alba. El conductor, harto exclama:

  • ¡Hostias¡ Ya está bien, ya era hora. Este pueblo está donde San Pedro perdió el gorro. Parecía que no íbamos a llegar nunca.

Antonio y Ramón se alegran tanto o más. Las largas horas de viaje agotan hasta el cuerpo más fuerte y lozano. Pero sobre todo desean llegar para ver si se calla de una puñetera vez el conductor, que no ha hecho otra cosa, durante el viaje, que quejarse, blasfemar, lanzar improperios. En algunos momentos estuvieron a punto de perder la paciencia. Aguantarlo les resultó un auténtico suplicio. Se sienten por fin aliviados.

En la bajada de la cuesta se oye un fuerte chirrido de los frenos del camión. Al lado derecho de la carretera se ven abundantes campesinos; unos andando; algunos sentados encima de alguna caballería cubierta con un esportón; y otros, los menos, en el pescante de un carro. Todos, vestidos con ropas muy rústicas y pobres, y además con muchos remiendos. Denotan sus caras cansancio y sueño; no en vano, están metidos de lleno en la época de recogida de la cosecha de cereales. Faena agrícola pesada y que requiere muchas horas de trabajo; ya que muy de madrugada con sus carros han de transportar las mieses desde los campos de cultivo, a veces muy lejanos,  y tras depositarlas en las eras cercanas del pueblo, iniciar la  monótona trilla  y tras triturarlas, amontonarlas; esperando pacientemente que se levante una pizca de aire, para aventarlas  y separar de la paja el grano; y éste metido en las largas talegas, portearlo con carros o caballerías a los graneros, que suelen estar en el piso superior de la casa, para que se oreen convenientemente. Son faenas agrícolas muy pesadas por sí mismas, y por la época del año, en el verano sofocante. Contemplando a estos labriegos, Ramón y Antonio se sienten muy apesadumbrados. Piensan que su labor va a ser muy difícil. Habrán de esmerarse para interesarles en las delicias del arte, por muy bellas y sublimes que sean las reproducciones de algunos de los cuadros del Museo del Prado.

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Sello del Patronato de Misiones Pedagógicas.

Se detuvieron en el puente del río Martín. Antonio a una vieja esquelética, vestida toda de negro, con sayas y pañuelo sobre la cabeza, después de detenerla con dificultad, le pregunta por la sede del Ayuntamiento. Una vez lo sabe, junto con Ramón suben por una calle empinada y estrecha; recorren aprisa unos 200 metros, giran a la derecha y tras atravesar un arco y recorrer otra, no menos estrecha y angosta, llegan a la Plaza de la República, toda ella porticada, en uno de cuyos flancos sobresale poderosa la fachada del Ayuntamiento. Durante unos breves momentos disfrutan contemplando aquella plaza, llena de sabor tradicional, en la que parece haberse detenido el tiempo. Ninguno dice nada, tal era su sorpresa por encontrarse un rincón tan acogedor y tan bello. No se dan cuenta de que son observados por muchas miradas tras las cortinas de balcones y ventanas. Ensimismados están, cuando un hombre, de unos cincuenta años, gordo y de baja estatura, de aspecto agradable y simpático, con una sucia y ajada gorra de alguacil les interrumpe:

-¿Son ustedes los que vienen de Madrid?

Le contesta Antonio:

-Sí somos nosotros. Hemos venido con el camión que trae el Museo Circulante. ¿Puede decirnos dónde se va a instalar?

El alguacil les dice que pueden descargar todo en el edificio de las Escuelas Graduadas, a donde irán algunos empleados del Ayuntamiento para ayudarles. Retornan al puente y encuentran, como siempre, refunfuñando al conductor. Inician en el camión de nuevo el trayecto, y llegan en breves momentos frente a un edificio señorial, nuevo y de tres pisos, en cuya fachada aparece un cartel grandioso con el nombre de Escuelas Graduadas. Allí está ya preparada la brigada municipal, compuesta de 4 hombres. Ramón les comunica que todos los paquetes contienen reproducciones de cuadros del Museo del Prado y que deben descargarlos con mucho cuidado. Ninguno de ellos dice nada; lo único que desean era acabar lo más pronto posible, ya que estaban esperando desde el mediodía.  Tanto Ramón como Antonio vigilan concienzudamente la operación de descarga. No se fían en absoluto. Están ya escarmentados, ya que en un pueblo de la Alcarria dos reproducciones se resquebrajaron por la desidia de los operarios. Aquí todo se hace pronto y bien, aunque deben subir la artística carga hasta un primer piso por una estrecha escalera. Terminada la faena, la brigada se marcha presta. Sólo permanece el alguacil, que les indica una Fonda, Casa Asensio, donde el Ayuntamiento les había reservado tres habitaciones. Les dice que está a su entera disposición para lo que necesiten. Se despiden hasta el día siguiente a las diez de la mañana, para verificar el montaje de toda la exposición, además del cinematógrafo y la pantalla de proyección. Les extraña que ninguna autoridad municipal ni ningún maestro se presentara a recibirles.

Marchan sobre las diez de la noche a la fonda, ubicada en un monumental caserón viejo y destartalado. Tiene numerosas habitaciones, amplias y espaciosas, de techos muy altos, con pocos lujos; en verano eran frescas, en lo más crudo del invierno gélidas; para combatir el frío, además de las mantas pesadas de algodón, podía contratarse un brasero portátil para pasarlo por las sábanas, e incluso, una bolsa de agua caliente; la cama, un armario acristalado, dos sillas, un lavabo de madera era todo su mobiliario, además del inevitable crucifijo; un baño compartido por planta.  Todo forastero que necesitara alojarse en Híjar, debía hacerlo aquí. Es propiedad de Santos, de la familia de los Asensio, uno de cuyos antecesores la había podido levantar, gracias al haber hecho fortuna en las Américas. Sale a recibirles la casera, Dolores; una mujer madura, entrada en años, de facciones dulces y con una sonrisa en los labios, que es de agradecer, les pregunta:

-¿Cómo les ha ido el viaje?

Contesta Ramón:

  • Bien, pero se ha hecho muy largo. Son 400 kilómetros la distancia que hemos recorrido. Además en un viejo camión.

Nada más mentar esa palabra, el conductor hace un mal gesto, y con una mirada asesina, le replica:

  • Me cago en Dios. ¡Qué sensibles son estos señoritingos¡ Para lo que me paga el Ministerio ya vais bien servidos. Además si os parece mal, no haber venido.

Ramón está a punto de estallar. Se contiene. No es el momento adecuado. No hay mejor desprecio que no hacer aprecio.

La casera se siente profundamente molesta, por su religiosidad, al oír aquella blasfemia. No obstante, haciendo de tripas corazón, trata de mantener la calma y con palabras agradables, les dice a los nuevos huéspedes que sus habitaciones están en el primer piso. Éstos cogen su escaso equipaje y cada uno se precipita en la cama a reposar, después de tan largo y ajetreado viaje. No bajan a cenar al gran comedor que está en el piso inferior. Una muchacha joven les sube un tazón de café con leche y unas magdalenas. Les resulta suficiente. Los tres no desean otra cosa que descansar. Así lo hacen profundamente.

A la mañana siguiente, tras un sueño reparador y un suculento almuerzo, compuesto de 2 huevos fritos con chorizo y unos vasos del buen vino de la zona, Ramón y Antonio están prestos a realizar el trabajo para el que se habían ofrecido voluntariamente. Lo tienen todo perfectamente programado. Marchan sobre las nueve y media de la mañana al Ayuntamiento, esperando encontrar alguna autoridad municipal. Es en vano. Piensan ingenuamente que estarán ocupados. Por fin pueden hablar con el Secretario del Ayuntamiento, que les recibe cortésmente, aunque con cierta frialdad. Hablan con él sobre temas triviales. Inesperadamente llega el alguacil, al que saludan. Éste se pone a sus órdenes para cumplir todo aquello que necesitaran. Ramón le pregunta:

  • ¿Cuál es el medio que utilizan en este pueblo para dar a conocer las noticias?

El alguacil, contesta:

. Tenemos el pregonero. Éste va por las plazas principales y a golpe de trompeta, lanza a los cuatro vientos sus pregones. Así suele hacerlo, para los entierros, para la venta ambulante, para cuando entra el ador, o cualquier otro acontecimiento.

Antonio, con curiosidad, le pregunta:

  • ¿Qué es eso del ador?

El alguacil, sintiéndose importante, les contesta:

  • Entra el ador, cuando en Híjar se puede regar. No podemos hacerlo todos los días. Hay unos días que pueden hacerlo los de La Puebla, otros días los de Urrea; y otros, nosotros.

Replica, Antonio:

  • Es una palabra muy curiosa y que no la conocía.

Después de apuntar en su libreta la palabra, Antonio le dice:

  • Debes dar a conocer por los medios tradicionales que esta tarde, a partir de las cuatro, los vecinos que lo deseen podrán visitar una exposición de pintura en la sede de las Escuelas Graduadas, y a partir de las ocho a una conferencia sobre determinadas pinturas del Museo del Prado, por medio de unos representantes de las Misiones Pedagógicas.

Antonio tiene que escribirle en una hoja de su libreta el pregón, ya que de lo contrario, dado el nivel cultural del pregonero, se hubiera podido correr el riesgo de confundir a todo el vecindario. Con el alguacil y la brigada municipal marchan todos hacia las Escuelas Graduadas. El alguacil abre la puerta que da el patio de recreo. Entran y suben las pronunciadas escaleras, hasta llegar a la clase más espaciosa, donde la tarde anterior, habían depositado el cargamento de la Misión.

Cándido_Fernández_Mazas,_Misiones_Pedagógicas._Retablo_de_Fantoches,_1934._Litografía,_70_x_50_cm
Cartel de Retablo de fantoches, de la autoría de Cándido Fernández Mazas.

Antonio era siempre el que tomaba la iniciativa en estos momentos. Recomienda calma a todos los trabajadores de la brigada. Lo que ha de desenvolverse no son mercancías normales. Son reproducciones de cuadros, hechas con mucho esmero y cuidado. Habían sido dejadas en la pared más libre y espaciosa del aula. La primera afortunada en salir a la luz es la pintura de Murillo, titulada El Niño Dios Pastor. Todos quedan impresionados, al contemplar su contundente e incuestionable belleza Durante unos momentos nadie se atreve a decir nada, Todos están amansados. Ramón tiene que sacarles de aquel estado de éxtasis, indicándoles que deben continuar su labor. A continuación le toca el turno al Pelele del pintor aragonés Goya, que con su espectacular colorido y triunfante vitalismo les deja anonadados. Siguen la Resurrección del Greco con su explosión de color y exacerbado misticismo; el Sueño de Jacob del gran Ribera, con su realismo barroco; la Visión de San Pedro Nolasco de Zurbarán, con esos ropajes encolados que pueden tocarse; las dos obras, la Infanta Margarita y las Hilanderas, del más grande pintor barroco Velásquez. Continúan otras no menos famosas. Las dos últimas, como el buen vino, para el final, fueron de Goya, los Fusilamientos del 3 de mayo y la Maja vestida. Nadie habla. Todos están como adormecidos. Ramón y Antonio están satisfechos. La belleza por sí misma puede hacer milagros. Lo están contemplando de una manera fehaciente. Aquellos hombres toscos y primitivos, se sienten atraídos hacia el mundo de la belleza: algo que, a primera vista, parecía imposible.

Todos los cuadros son colgados en las cuatro paredes de la clase, siguiendo las órdenes estrictas tanto de Antonio como de Ramón. Todos ya expuestos, iluminados por los rayos de un sol radiante, que penetran a través de las amplias y espaciosas ventanas, crean un universo esplendoroso de belleza. Aquella pobre aula, con paredes desconchadas, acaba transformada milagrosamente en la más bella sala del Museo del Prado.

A continuación, sacan con especial cuidado de un cajón muy bien envuelto, una máquina cinematográfica, que colocan encima de un cajón que servía de pedestal, situado sobre la mesa de clase del maestro. Frente a él ponen un telón, que sirve de pantalla, después de haber estudiado a conciencia los juegos de luces y sombras. Hacen varias pruebas hasta que encuentran la situación más idónea, para que las proyecciones sean los más claras y nítidas posibles. Ordenan colocar estratégicamente una cincuentena de sillas, para que desde de ellas se puedan observar  sin dificultad tanto las reproducciones pictóricas, como las proyecciones complementarias. Antonio y Ramón preparan a conciencia todo; no quieren dejar nada a la improvisación. Cuando todo lo tienen dispuesto a su gusto, dan por finalizada su tarea. Ha llegado la una del mediodía. Los misioneros comunican a todos que están invitados a tomar unos vasos de vino en la taberna más próxima. Los miembros de la brigada, por primera vez, ríen y manifiestan algún rasgo de alegría. Hasta entonces, todo habían sido malas caras. Todo tiene un precio.

Salen prestos, a indicaciones del alguacil, hacia la taberna de la Viuda, conocida por todos los vecinos del pueblo. Está regentada por una mujer viuda, no escasa de carnes ni de belleza, de una cincuentena de años, muy campechana y simpática. La clientela era abundante, sobre todo, de las clases más humildes de la localidad. Al lado estaba el Club, frecuentado por las clases más pudientes; grandes terratenientes, potentados comerciantes, médicos, veterinarios, secretario del Ayuntamiento…

Cossio_por_Padró
Retrato de Manuel Bartolomé Cossío (hacia 1920).

Antonio y Ramón, solicitan unos porrones de vino y una bolsa de cacahuetes, que pagan de su propio bolsillo. Servidos con prontitud, todos hablan con cordialidad y familiaridad. El vino sirve para hacer milagros. En las otras mesas, varios ancianos, de piel curtida por una larga vida en el campo, vestidos de baturros con cachirulo a la cabeza, beben, comen, fuman y hablan sin parar. Los misioneros se sienten gratamente sorprendidos por el lugar y las gentes. Su labor, además de sus charlas y exposiciones, se debe complementar con el trato directo con las gentes de la calle. La taberna es un lugar adecuado. Simpáticos y con don de gentes, pronto entablan conversación con toda la clientela. Les preguntan por las cosechas, por el número de habitantes, por las fiestas. Se lían unos cigarros con el tabaco de la petaca del anciano de mayor edad. Invitan a todos a una ronda. Se crea un ambiente de gran familiaridad, rompiendo la prevención que siempre la gente del campo tiene hacia los habitantes de la ciudad. Se dan cuenta que allí estaba el pueblo auténtico, sin malear, sano, aunque un tanto precavido. Finalmente todos tienen que marchar a comer.

Antonio y Ramón llegan cansados a la Fonda. En el comedor de la planta baja ocupan una mesa, cubierta con un mantel de cuadros rojos sobre fondo blanco y los imprescindibles utensilios para la comida. Está ocupado la mitad. Los comensales son gente de paso; campesinos de pueblos vecinos que han venido a realizar alguna actividad comercial o administrativa a la cabeza del partido judicial; algún médico o funcionario del Juzgado que les resulta más cómodo comer allí; además de algunos que vienen con el prurito de enseñar cultura a los habitantes del lugar. Con prontitud la casera se les acerca y les comunica los platos del menú. No hay mucho a elegir. De primero, plato de judías verdes del tiempo o potaje de garbanzos; de segundo carne de cerdo guisada  con patatas; todo acompañado con una espléndida y variada ensalada de tomate y lechuga. El postre es más variado; melón, sandía, presquillas y tomasquinos de la huerta del lugar. Antonio se siente sorprendido por esas palabras, de las que toma buena nota, tras preguntar su significado a la casera.  La presquilla es el melocotón y los tomasquinos albaricoques.  No se complican la vida en la elección; comen judías verdes, cerdo y cuatro tajadas de un suculento melón; acompañado todo ello con unos tragos de vino tinto en un porrón. Por el cansancio, la comida y la bebida abundante, entran en un sopor, que hace inevitable una reparadora siesta. Así lo hacen, no sin antes comunicarle a la casera que los despertase a las tres y media.

Se abren las puertas de las Escuelas Graduadas de par en par a las cuatro menos cuarto de una tarde tórrida. Nadie parece tener mucho interés por visitar las espléndidas reproducciones, colgadas con tanto mimo hace unas horas. Muchos están enfrascados en las faenas agrícolas. Otros están echando la siesta. Los demás tienen inquietudes de otro tipo. Los misioneros comienzan  a preocuparse y a preguntarse por los motivos de esta triste y lamentable situación. Pecaban frecuentemente de ingenuidad. Esperaban siempre una gran afluencia de público. Más nunca escarmentaban.

Antonio, profundamente entristecido, pregunta a su compañero y amigo:

  • ¿Tan inculto puede ser este pueblo? ¿Qué podemos hacer? Con la ilusión que hemos puesto todos en este tarea. En algunos momentos tengo ganas de volverme a mi casa de Madrid, a leer y escribir, a pasear por el Paseo del Prado con alguna chica bonita.

Ramón le responde, igualmente apesadumbrado:

  • ¿Qué quieres que te diga? Sobre este tema ya hemos hablado largo y tendido. Siempre a las mismas preguntas, le suceden parecidas respuestas. No olvides las peculiaridades de este pueblo. En el Informe previo a la Misión, pudimos observar su profundo conservadurismo. Aquí la República se proclamó un mes más tarde que en el resto del país. Existen potentados cacicones y un potente sector eclesiástico, que no quieren bajo ningún concepto cambio alguno. Harán todo lo que esté en sus manos para evitar que llegue nada nuevo. Nosotros somos una bocanada de aire fresco, y, por eso les molestamos. Una manifestación cultural, como son las Misiones, iniciada e impulsada por el Gobierno de la República, está siendo boicoteada. Ninguna autoridad municipal ha salido a recibirnos para darnos la bienvenida. Nos han hecho el vacío más absoluto. Las gentes, salvo honrosas excepciones, nos miran como cuerpos extraños, que les fuéramos a contaminar. Esta es la realidad. No debemos dar más vueltas al asunto.

Mientras estaban hablando, llega el primer vecino. Es el clásico e inevitable persona con discapacidad del pueblo. Se sienten desolados. Todo suena a maquiavélica confabulación. Entre 4000 habitantes, sólo ha interesado a éste. Es para descolgar los cuadros, envolverlos y volver por donde habían venido. Se miran mutuamente; no se atreven a decir nada; así permanecen un largo espacio de tiempo. De repente, como movidos por un mismo resorte, al unísono comienzan a reírse estrepitosamente. El ser humano puede reír por muchos motivos. Ahora no es de alegría; es una mezcla desordenada de impotencia, rabia, desencanto y desilusión. En alguno de sus numerosos viajes por la geografía española, ya se iban acostumbrado a oír, que el intento de llevar y sembrar la cultura en amplios sectores de la población española era vano y superfluo. Pero ellos son jóvenes ilusionados en la tarea que se habían implicado. Su labor era un grano de arena dentro de un grandioso y magnífico proyecto colectivo, que las generaciones futuras valorarían en su justa medida.

Atienden cortésmente al recién llegado. Tratan de sonsacarle algunas palabras. Es en vano. Emite unas palabras indescifrables. Le dan una propina para que se comprara alguna golosina. Se marcha muy contento y feliz.

Permanecen los dos en la sala de exposiciones. No pierden el tiempo. Antonio se mete de lleno en la redacción de una novela, mezcla de amor y aventuras con una moraleja final, que tenía a punto de acabar. Ramón se dedica a escribir un tratado recién iniciado, sobre el artista, según su criterio, más importante de la pintura de todos los tiempos, Velázquez. Con la escritura llenan muchos ratos muertos entre charla y charla. Ramón también acostumbra a pintar paisajes de aquellos lugares que le resultaban agradables.

Sin apenas darse cuenta llegan las siete y media. Sin creerlo, oyen un murmullo de un grupo de personas que proviene del recreo. Dejan sus actividades. Avivan el oído. No pueden creerlo, pero allí están una docena de personas,  con mayoría de hombres. Paulatinamente van subiendo las escaleras. Llegan a la puerta del aula, donde está la exposición. Son todos personas maduras, el más joven tendría ya los cuarenta años. Los misioneros salen a recibirlos llenos de gozo. Su llegada les parece como un oasis, después de una larga travesía por el desierto más inhóspito. Uno de los recién llegados, el de mayor edad, que rondaba los 60 años, toma la palabra:

  • Soy el Tío Rullo, aquí todo el mundo me conoce. ¿Qué tal chavales? Supongo que habrán venido poca gente. No os debe extrañar, ha habido un auténtico boicot hacia esta iniciativa de la República, cual es traer la cultura a los pueblos, que buena falta hace. Todo lo que sea cultura a determinadas personas de este pueblo les sabe a cuerno quemao. Por las noticias que me han llegado ha habido una confabulación, a instancias del Sindicato Católico Agrícola, para que nadie viniera a ver esta iniciativa. Yo he leído en La Voz de Aragón, que las Misiones Pedagógicas están llevando una labor muy importante, a pesar de que el Gobierno actual de Lerroux, ha pretendido reducir sus presupuestos. Yo he ido a la escuela hasta los siete años. Tuve que abandonarla para acompañar a mi padre en las faenas del campo. Entonces no me importó, ahora es cuando me estoy dando cuenta de lo que perdí. ¡Cuántas cosas hubiera podido aprender, si hubiera permanecido hasta los catorce años¡ No obstante, he procurado ilustrarme y leer lo que he podido, cuando me lo han permitido las faenas del campo. Ahora, todos nosotros, todos pertenecemos al Centro de la UGT, queremos ayudaros en vuestra labor.

Estas palabras, dichas con tal sinceridad, les impresionan a Ramón y Antonio. Se quedan perplejos. No esperaban, no estaban preparados para palabras tan reconfortantes e ilusionantes, como las que acababan de oír. Había merecido la pena llegar a este pueblo tan recóndito  por escuchar estas palabras.

Se aposentan todos en las sillas. Aquel día Antonio y Ramón están más brillantes que nunca. Se esmeraron. Transmiten las excelencias de la pintura española de una manera espléndida. Bartolomé Cossío seguro que está muy contento.

Cándido Marquesán


Unas breves referencias biográficas de Ramón Gaya y Antonio Sánchez Barbudo. Ambos brillaron como gran pintor-Ramón tiene un museo con su nombre en Murcia y Antonio fue un gran escritor, crítico literario y profesor. Ambos tuvieron que exiliarse. Juan Marichal en su libro El secreto de España. Ensayos de historia intelectual y política y en el capítulo El pensamiento transterrado, califica a los años de  1886- 1936 un nuevo “medio siglo de oro” para nuestra cultura. José Carlos Mainer acuñó el término “la edad de plata” en su conocidísimo libro. Juicios ambos totalmente justificados. Ramón y Antonio fueron partícipes. de esta autentica explosión cultural, que contrasta con el páramo cultural del  periodo posterior de la dictadura. Otra ocasión perdida de nuestra Historia para entrar en la modernidad.

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Ramón Gaya.

Ramón Gaya fue un pintor y escritor español que vivió exiliado en México por muchos años. Nació en Murcia, en 1910, hijo de Salvador Gaya, litógrafo, y de Josefa Pomés, ambos de origen catalán. Sus padres se trasladaron a Murcia porque Salvador iba a participar en la instalación de una litografía.  Abandona la escuela siendo casi un niño para dedicarse a la pintura, completando su formación en la pequeña biblioteca de su padre, un obrero catalán culto, anarquizante y wagneriano. Tolstoi, Nietzsche, Galdós, estarán entre sus primeras lecturas, autores que le acompañarán a lo largo de su vida. Gracias a una beca de estudios que le concede el Ayuntamiento de Murcia a los diecisiete años, va a Madrid, visita el Museo del Prado y conoce a Juan Ramón Jiménez y a casi toda la Generación del 27; poco después se marcha a París junto a Pedro Flores y Luis Garay, con los que expone en la galería Aux Quatre Chemins. A pesar del éxito de la exposición y de lo atractivo de la vida de París, la pintura de vanguardia le decepciona y pasados unos meses decide regresar.

La proclamación de la Segunda República lo sorprende en Barcelona, donde ha ido para visitar a su padre. En junio de 1936, se casa en Madrid con Fe Sanz. Declarada la guerra, forma parte de la Alianza de Intelectuales Antifascistas. En Valencia, en 1937, nace su única hija. Participa en la fundación de la revista Hora de España, de la que es miembro de su consejo de redacción, y de la que será único viñetista. En 1939, en los últimos días de la guerra muere su mujer en el bombardeo de Figueras, al que sobrevive su hija. Con el ejército cruza los Pirineos y pasa dieciséis días en el campo de concentración de Saint-Cyprien.

En junio de 1939, embarca en el Sinaia camino de México, donde permanecerá exiliado hasta 1952. Son años de soledad y de intenso trabajo. Los Homenajes a los Grandes Pintores aparecen como tema de sus cuadros, así como hermosos y personalísimos paisajes de Chapultepec y Cuernavaca. Colabora con sus escritos en algunas revistas mexicanas como Taller y  El Hijo Pródigo. Genera una variedad de obras en tempera con el tema de los trajes regionales españoles en formato pequeño y gran variedad de dibujos, oleos y acuarelas. Se reencuentra con Octavio Paz, al que ha conocido en Valencia durante la guerra, frecuenta al poeta Xavier Villaurrutia, al músico Salvador Moreno, a Octavio Barreda, a Laurette Séjourné y al poeta Tomás Segovia.

En 1952 vuelve a Europa, donde permanecerá un año recorriendo París, Venecia, Florencia, Roma, París de nuevo y vuelta a México. (En 1984, la editorial Pre-Textos de Valencia publicara su libro: Diario de un pintor, 1952–1953, en el que se recogen las anotaciones de ese año). En 1956 se instala provisionalmente en Roma; se reencuentra con los Grandes Museos, con la gran pintura: Miguel Ángel, Tiziano, Rembrandt, Van Gogh, Cezanne.  El cuatro de marzo de 1960 regresa a España tras veintiún años de exilio. 

A lo largo de la década de los sesenta hará varios viajes a España: Barcelona, Madrid, Murcia, Andalucía, Valencia donde en 1966 conoce a Isabel Verdejo, con la que se casará más tarde. Sus viajes a España se harán más frecuentes. En 1969, en la editorial R.M. de Barcelona aparece su libro fundamental: Velázquez, pájaro solitario. Trabaja en Barcelona en su estudio frente a Santa Maria del Mar. En 1974 y 1975 expone su obra en Murcia y en Valencia, donde vivirá gran parte del año. Con Cuca (Isabel), su mujer, viaja a Italia, donde pasa varios meses pintando: Roma, Florencia, Venecia, París. En 1980 se publica el libro Homenaje a Ramón Gaya publicado por la Editora Regional. En 1984, la editorial Trieste que dirige Andrés Trapiello publica la segunda edición de su Velázquez, pájaro solitario. Su pintura se hace más esencial, más luminosa.

En 1985 el Ministerio de Cultura de España le concede la Medalla de Oro al Mérito en las Bellas Artes. En 1990, en Murcia, se inaugura un Museo dedicado a su obra, dirigido por Manuel Fernández-Delgado, en él se recogen más de 500 obras donadas a la ciudad por el pintor. En 1997, se le concede el Premio Nacional de Artes Plásticas. En 1999, doctor honoris causa por la Universidad de Murcia. En 2002, el Ministerio de Cultura le concede Premio Velázquez de Artes Plásticas, en su primera edición. Ramón Gaya murió en Valencia, España, el 15 de octubre de 2005. 

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Antonio Sánchez Barbudo.

Sánchez Barbudo, Antonio. Madrid, 18.IV.1910 – Palm Beach Garden, Florida (Estados Unidos), 19.VIII.1995. Escritor, profesor y crítico literario. Huérfano a los doce años, en 1926 ingresó en la Escuela Industrial para estudiar Técnico Químico. En 1929 se afilió al Partido Republicano Radical Socialista y en diciembre de 1930 fue detenido en el asalto al Cuartel de la Montaña y permaneció en la Cárcel Modelo de Madrid hasta marzo de 1931. Colaborador de La Gaceta Literaria y El Sol, desde 1932 participó en las Misiones Pedagógicas. Junto a Azcoaga y Serrano Plaja, fundó a finales de 1932 la revista Hoja Literaria. Desde el 18 de julio de 1936 militó en la Alianza de Intelectuales para la Defensa de la Cultura y colaboró en El Mono Azul. Trasladado a Valencia, fue redactor de El Buque Rojo, así como secretario de Hora de España. Firmante de la “Ponencia colectiva” de escritores y artistas españoles en el Segundo Congreso Internacional de Escritores para la Defensa de la Cultura, se integró en una de las Brigadas Internacionales, dirigida por Hans, y combatió en Guadalajara y en el frente de Aragón. A principios de 1938, contrajo matrimonio en Barcelona con Ángela Selke y en la primavera fue nombrado comisario de la Escuela Militar de la 45 División que dirigía Hans, instalada en Cambrils. Allí escribió algunos capítulos de su novela Sueños de grandeza y en junio apareció su libro de relatos Entre dos fuegos, por el que obtuvo el Premio Nacional de Literatura. Se incorporó después al Ejército del Este, en donde dirigió durante los últimos meses de la guerra su periódico. El 9 de febrero de 1939 atravesó la frontera francesa y fue internado en el campo de concentración de Saint-Cyprien. A finales de mayo, embarcó con su mujer e hija en el Sinaia rumbo a México. Redactor de las revistas Taller y Romance, colaboró en Letras de México y El Hijo Pródigo, así como en los periódicos El Nacional y Novedades. En 1945 publicó en México Una pregunta sobre España. En octubre de ese mismo año se trasladó con su familia a la Universidad de Austin, Texas, pero se trasladó al curso siguiente a la de Wisconsin, en Madison, en la que permaneció hasta su jubilación en 1980. En 1946 se editó en Buenos Aires su novela Sueños de grandeza. Dedicado por completo a la docencia e investigación, en 1958 fue nombrado full professor de Wisconsin adquiriendo la nacionalidad norteamericana, la cual le permitió viajar y regresar temporalmente a España. Su experiencia la relató en “España al volver. Impresiones de un refugiado”, que publicó en 1959 en la revista neoyorquina Ibérica. Editor de Dios deseado y deseante. Animal de fondo (1964) y Diario de un poeta recién casado (1970) de Juan Ramón Jiménez, así como de Miguel de Unamuno (1974), coordinó y colaboró en el Homenaje a Arturo Serrano Plaja (1984). En 1981 la Universidad de Wisconsin publicó un libro colectivo en Homenaje a Antonio Sánchez Barbudo. Ensayos de literatura española moderna y en 1987 asistió en Valencia al Congreso Internacional de Intelectuales y Artistas, en donde presentó una ponencia titulada “Algunos recuerdos y reflexiones” sobre el Congreso de 1937.

Fuente: https://www.nuevatribuna.es/articulo/cultura—ocio/relato-novelado-llegada-misiones-pedagogicas-pueblo-aragon/20250607113443239138.html

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Gaza, entre el hambre y el asedio

Por: Bea Morales

En Gaza el pan ya no es pan, ni la sal es sal; la comida se ha convertido en un arma y el hambre en un frente de batalla.

En este pequeño rincón de tierra sitiada, donde el cielo se cruza con el fuego y las casas se dispersan como fragmentos de un sueño roto, la comida –ese derecho básico que une a los seres humanos– se ha transformado en otro medio de guerra. No se emplean tanques ni aviones; se utiliza el asedio, el hambre. En Gaza, la comida no se consume: se retiene, se vigila, se restringe. La vida misma queda secuestrada por un horario y una cantidad que determina una mano que no ve en el ser humano más que una cifra dentro de una ecuación de seguridad.

Y como si el bienestar del pueblo palestino en Gaza se hubiera reducido a un número: las calorías permitidas por persona al día. Sin electricidad, sin agua potable, sin futuro, el único “problema” que parece importar a la mentalidad ocupante es que nadie muera de hambre –para que sigan sufriendo con vida. Es una política del “mínimo vital para sobrevivir”, no del mínimo de dignidad. Una política reconocida en documentos israelíes filtrados anteriormente, que especificaban con precisión cuántas calorías diarias podía recibir cada gazatí –no para preservar su vida, sino para dosificar su sufrimiento.

Ante esta ecuación inhumana, no sorprende ver a los habitantes de Gaza quemar libros escolares, periódicos viejos e incluso ropa desgastada para calentar agua o cocinar algo de arroz o lentejas. Una escena absurda en la que el olor del papel quemado se mezcla con la memoria de las palabras: el conocimiento se convierte en combustible, no para iluminar conciencias, sino para hervir agua. Las letras ya no se leen, se encienden.

Con el colapso de las cadenas de suministro, los precios se disparan de forma descontrolada y emergen los “mercaderes de guerra”. Aquellos que no dudan en acaparar productos de ayuda humanitaria y venderlos a precios exorbitantes o desviarlos a sus contactos, mientras barrios enteros mueren de hambre. Un saco de arroz se convierte en un lujo. Una lata de sardinas, en un privilegio.

En este clima asfixiante, informes de campo señalan intentos directos e indirectos de Israel para apoyar a ciertos grupos juveniles dirigidos por una figura conocida como “Abu Shabab”, con el objetivo de desestabilizar la situación interna en Gaza, desacreditar a la resistencia palestina y fomentar conflictos civiles latentes. Estas agrupaciones se presentan con un discurso juvenil y civil, pero trabajan en el fondo para desarticular el tejido social y construir narrativas útiles para los intereses del ocupante. No se trata de hechos aislados, sino de una estrategia de largo plazo para debilitar la unidad del pueblo palestino y crear alternativas artificiales a los movimientos de liberación.

Mientras tanto, la población gazatí sufre una inseguridad alimentaria extrema. Organismos internacionales señalan que muchas familias apenas consumen entre 1.000 y 1.200 calorías diarias –muy por debajo de las necesidades básicas de un adulto, que oscilan entre 2.100 y 2.500 calorías al día. Las comidas distribuidas en los paquetes de ayuda carecen de equilibrio nutricional: arroz, lentejas, conservas o galletas secas, sin frutas, verduras ni suficientes proteínas. El resultado: desnutrición crónica, debilidad física y graves consecuencias para la salud, especialmente entre niños y mujeres embarazadas.

Lo que ocurre en Gaza no es simplemente una “crisis humanitaria”, sino un ejemplo flagrante del uso sistemático de la comida como arma de guerra, lo cual, según el derecho internacional humanitario, constituye un crimen de guerra. El Cuarto Convenio de Ginebra (1949) prohíbe explícitamente el uso del hambre contra civiles como método de combate, y restringir deliberadamente la entrada de alimentos y medicinas es una violación directa del Protocolo Adicional I. Aun así, este castigo colectivo se lleva a cabo ante los ojos del mundo, con un silencio que roza la complicidad.

Hoy más que nunca, la situación en Gaza exige una acción jurídica real. No bastan los comunicados de condena: es necesario construir un expediente legal internacional documentado, con la colaboración de organizaciones de derechos humanos, expertos en nutrición, médicos y juristas especializados en derecho internacional humanitario, para demostrar que Israel utiliza el hambre como un arma de guerra contra civiles.

Hacer morir de hambre a todo un pueblo es una guerra contra su humanidad, y también contra la conciencia del mundo.

Gaza no pide solo pan, pide justicia.

No pide solo comida, pide dignidad.

No pide solo sobrevivir, pide vivir.

Loay Abu Alsaud es doctor en Historia por la Universidad de Salamanca y profesor de Arqueología de la Universidad Nacional An-Najah de Nablus, Palestina.

Fuente: https://ctxt.es/es/20250601/Firmas/49468/Loay-Abu-Alsaud-Israel-hambre-Gaza-Palestina-genocidio-terrorismo-de-estado.htm

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Niñas con top y labios pintados, niños con corbata: el machismo llena las fiestas de fin de curso

Por: Bea Morales

La temática de la fiesta de fin de curso que se celebrará dentro de unos días en una escuela infantil pública de Aluche, en Madrid, es “Los años 50”. Ofrecen tres modalidades de vestuario para su alumnado, que va de los cero a los tres años: se puede llevar minifalda y pañuelo al cuello; camiseta escotada y leotardos ajustados; o bien pantalón vaquero y camiseta blanca. En un colegio privado de Murcia, la fiesta para el nivel de 4 y 5 años tiene temática West Side Story. Las niñas llevarán maillot y tutú rojos y los niños deberán vestir pantalón vaquero, camiseta y pañuelo rojos al cuello.

Y en Sevilla, la fiesta de fin de curso de una escuela infantil es un festival de baile en el que las niñas de entre dos y cinco años se suben al escenario prácticamente desnudas: top tipo bikini anudado al cuello, espalda y barriga descubiertas, falda mínima, bailarinas y enormes lazos en el pelo.

A lo largo de las próximas semanas se celebrarán cientos de festivales de fin de curso en centros escolares de todo el país. Escuelas públicas, privadas y concertadas que despedirán a su alumnado con celebraciones que, en ocasiones, están marcadas por un sesgo de género muy claro, basado en estereotipos machistas. Las consignas para el vestuario están diferenciadas por género: vestidos, faldas, tutús, brillantina y purpurina para las niñas; trajes, camisas, corbatas, gomina o sombreros para los niños.

En algunos casos, los disfraces para las más pequeñas –algunas de 0 a 3 años– incluyen prendas sexualizadas: minifaldas, camisetas escotadas, tops cortos, tacones, labios pintados. Con todo lo que esto implica, además, en términos de sobreexposición de niños y niñas al colgar fotos y vídeos en redes sociales, páginas web o grupos de Whatsapp.

“Las fiestas escolares, además de un momento de celebración, deben servir también para seguir educando a niñas y niños, por lo que hay que diseñarlas con especial cuidado, especialmente en lo que a reproducción de roles y estereotipos se refiere. Si niñas y niños crecen viendo cómo se les segrega hasta en los eventos festivos, incurriendo ellas, además, en vestimentas más incómodas y sexualizadas, crecerán apreciando esa diferenciación y jerarquización como normal”, denuncia María Gijón, experta en género y coeducación, que lleva años analizando este tipo de situaciones y las conoce bien, ya que recibe a diario denuncias de familias y profesoras. Gijón ha compartido muchas de ellas con este diario, documentadas con fotografías y vídeos.

Sexualizar a las niñas

En la escuela madrileña que propone la fiesta de los años 50, cuyo cartel encabeza este reportaje, una de las madres se ha plantado. “Nos han mandado la foto explicando cómo tienen que ir vestidos los peques y estamos alucinando. Les mandamos a la escuela un correo superamable explicando por qué nos parecían mal las consignas: por los roles de género, por el enfoque adultocentrista del evento, por la sexualización… pero no parecen estar dispuestas a escuchar”, denuncia esta madre. “Una de las consignas que más resuena es que las niñas vayan con vestido o falda y que, para dar volumen, se pongan debajo un tutú. Y que, por otro lado, los niños vayan con pantalones y camiseta. Los disfraces reproducen también patrones de sexualización preocupantes”, alerta.

Y añade un elemento más a su denuncia: el adultocentrismo de la celebración. “Este tipo de eventos están pensados para los adultos, no para los niños y niñas, que ni siquiera conocen ese tipo de películas porque obviamente no han vivido en los años 50 del siglo pasado”, explica.

El curso pasado, otro colegio infantil público madrileño festejó la despedida de su alumnado de dos años con un baile al ritmo de Salta conmigo. En las imágenes se ve cómo las niñas llevan tutús rojos y lazos en el pelo del mismo color; los niños visten traje, camisa y corbata roja. Las profesoras bailan a su lado, parecen orgullosas de su creación. Las de la clase de al lado, una propuesta semejante pero con distinta canción: Summer nights, de Grease.

Una docente del sistema educativo público madrileño, que prefiere no dar su nombre, señala que es una práctica de lo más habitual: “Estamos muy solas las profesoras que tenemos perspectiva de género y que señalamos que este tipo de celebraciones no tienen sentido”, asegura. Reconoce que a ella misma le tocó organizar una fiesta de fin de curso con temática Grease, pese a estar totalmente en contra. “Lo que más me sorprende es que a muchísimas profesoras y profesores les encanta hacerlo, no lo ven problemático”, explica.

Un patrón

María Gijón recibe tantos casos parecidos que ya ha identificado algunos patrones: “La temática de Grease, por ejemplo, es muy común entre el alumnado de la etapa infantil; es una propuesta totalmente sexualizada y alejada del contexto”, asegura la experta. Y aporta más ejemplos semejantes; uno de los más impactantes, el de una escuela infantil sevillana en la que las niñas se suben al escenario sin apenas ropa: un top tipo bikini, una falda mínima, bailarinas y lazos en la cabeza. En función del aula, los modelos y colores varían, pero el patrón es el mismo: mientras que los niños van completamente vestidos, con pantalón largo y camisa, las niñas aparecen prácticamente desnudas.

A veces, el sesgo machista no está solo en la diferenciación de las propuestas para niños y niñas, sino en dar el estándar masculino por supuesto. En Galicia, una escuela infantil pública optó por inspirarse en la película Bebé jefazo para sus disfraces: traje de chaqueta, camisa, corbata, gafas de sol y maletín. Lo cuenta una madre implicada: “Cuando nos explicaron la temática, yo no daba crédito. Intenté hablar con la profesora para que al menos entrasen en razón, pero las vi tan orgullosas de su idea que no me atreví a ir mucho más allá y a escribir a la escuela, porque no lo iban a entender”.

Y eso no es todo: en otra de las aulas, niños y niñas se disfrazaron de “indios”, “con toda la carga racista que eso conlleva”, denuncia esta madre. “Una auténtica machistada y una racistada”, redunda. Andrea, que es profesora en Galicia, conoce de cerca el caso, aunque no es el colegio en el que ella trabaja. “Les dijeron a las familias que les vistan de bebé jefazo, con o mayúscula, dando por supuesto que los jefes son siempre ellos, incluso desde bebés. Como hemos avanzado un poco en los últimos años, ya pocos colegios se atreven a decir que los niños vayan de una forma y las niñas de otra. Pero el hecho es que si les vistes de traje y corbata es obvio que van de jefe hombre, no de jefa mujer, con todo lo que eso conlleva. La carga de género está ahí”, explica esta docente.

Una reflexión y propuestas alternativas

Más allá de este caso concreto, Andrea propone una reflexión en torno a los disfraces en las aulas: “Muchas profesoras estamos hartas de ver a niños y niñas con disfraces de indios con una pluma en la cabeza, de chinos con kimono y todo tipo de connotaciones racistas. También de ver bailes de fin de curso de niñas muy pequeñas hipersexualizadas, y estamos denunciando todo esto. Porque desde la escuela no podemos seguir perpetuando estereotipos machistas y racistas, y además tenemos que darle una vuelta al adultocentrismo. Porque, ¿para quién se hacen las fiestas? ¿Para los niños y niñas o para profes y familias? A veces los y las peques lo pasan fatal en este tipo de actuaciones, que se hacen fundamentalmente para las personas adultas”, asegura.

A ella le molestan mucho las reacciones del entorno cuando señala lo que no le parece correcto: “Cuando dije que las niñas de sexto no deberían hacer un baile súper sexualizado, me respondieron que era yo muy puritana, que había que modernizarse un poco”, protesta. “Y cuando denuncié el racismo en los disfraces que perpetúan los estereotipos de cada país, me respondieron con el típico ‘ahora ya no se puede decir nada’”, prosigue.

Un criterio con el que coincide plenamente Ana, profesora en una escuela de la red municipal madrileña que apuesta por un modelo completamente opuesto al descrito: ellas no celebran ningún tipo de graduación, ni siquiera fiesta de carnaval, bajo la idea educativa de que muchos niños y niñas de esa edad no disfrutan de los disfraces. Su opinión es muy crítica con respecto a este tipo de celebraciones: “En vez de generar una fiesta familiar, adaptada a todas las edades, se convierte el final del curso en una fiesta que para los niños y las niñas es un horror”, denuncia. Por eso en esta red de escuelas han decidido directamente no celebrar este tipo de eventos.

Pero si se quiere hacer, existen alternativas más respetuosas, adaptadas a la edad de niños y niñas y no sesgadas. María Gijón aporta algunas ideas: “¿Cómo hacerlo entonces? Es muy fácil: no diferenciando disfraces o vestimenta por el sexo, teniendo especial cuidado en la selección de la temática y fomentando estilismos sin sexualizar, que sean cómodos y propios del público infantil. Existen multitud de temáticas como para tener que centrarse en las más estereotipadas”, explica. La madre que denunció la vestimenta de su escuela en Madrid aporta también algunas ideas: “Unos disfraces de animales, peces, estrellas, o colores del arcoíris serían más adecuados”, explica.

Y la profesora que tuvo que organizar la fiesta de Grease contra su criterio, intenta ahora hacer las cosas de otra manera: “Este año nos toca temática medieval, y tengo algunas compañeras que ya están vistiendo a las niñas de princesas y a los niños de caballeros. Yo estoy preparando materiales que no diferencian por género, como castillos, escudos, cascos o caballos de juguete”, expone.

Fuente: https://www.eldiario.es/blog/micromachismos/ninas-top-tutu-labios-pintados-ninos-camisa-corbata-machismo-llena-fiestas-curso_132_12363019.html

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El papel de las universidades israelíes en el asesinato y tortura de los palestinos

Por: Bea Morales

En medio del alboroto de las noticias que llegan sobre el genocidio en Gaza, la noticia del martirio de Shaima y su familia en la zona de Nuseirat, en la Franja de Gaza, pasa como si nada hubiera sucedido, como si ella fuera solo un número más en una lista de números.

Shaima Akram Saidam obtuvo una media del 99,6 % en el examen general de secundaria de 2023, lo que le valió el título de mejor estudiante en la rama de letras a nivel de Palestina. Después se matriculó en la Universidad Islámica, donde se especializó en inglés.

¿Quién la mató? ¿Con qué arma? ¿Dónde se forjó la identidad y la ideología sionistas del asesino? ¿Y con qué justificación? Quizás estas son preguntas que nos llevan a un lugar que muchos pasan por alto: las universidades israelíes, donde se forjan las mentes del ejército de ocupación. Es el lugar donde se desarrollan muchos aparatos de seguridad y militares que vigilan, matan y torturan a los palestinos. También es el lugar donde se fabrican las armas, la propaganda y la justificación de la destrucción.

De hecho, las universidades y los centros de investigación israelíes son uno de los pilares más importantes del movimiento sionista y del Estado judío.

Estas instituciones académicas construyen la identidad y la propaganda sionistas, contribuyen a la fabricación de armas y trabajan para institucionalizar las políticas israelíes, afianzando el apartheid, la agresión israelí y las violaciones de los derechos palestinos a través de marcos académicos, trabajos de investigación y debates entre expertos para encontrar los medios más eficaces para consolidar la ocupación, afianzar los asentamientos, marginar y refutar la identidad palestina y entrenar a unidades del ejército y de inteligencia en diversas especialidades.

Estas instituciones israelíes no solo practican la discriminación, la opresión y la represión contra los palestinos, sino también contra cualquier persona, incluso judía, que defienda los derechos y libertades palestinos.

A la luz de estos y otros hechos, en 2004 se creó la Campaña Palestina para el Boicot Académico y Cultural a Israel (PACBI, por sus siglas en inglés), con el objetivo de pedir el boicot a las instituciones académicas y culturales israelíes debido a su papel central en la opresión y la violación de los derechos y libertades palestinos.

El libro recientemente publicado «Towers of Ivory and Steel: How Israeli Universities Deny Palestinian Freedom» (Torres de marfil y acero: cómo las universidades israelíes niegan la libertad palestina), de Maya Wind, es una contribución destacada e importante en este contexto, cuyo objetivo es demostrar la implicación de las universidades israelíes como base y principal motor de las violaciones de los derechos y libertades palestinos, e incluso considerar las políticas de las universidades israelíes como parte de un sistema que afianza las políticas racistas y colonizadoras de Israel.

El libro se centra en la pregunta: «¿Son las universidades israelíes cómplices de la violación de los derechos palestinos?» (página 16). La autora busca responder a esta pregunta revelando cómo las universidades israelíes están profundamente entrelazadas con los sistemas de opresión israelíes.

La investigadora se distingue en este contexto, como ella misma afirma, por ser una ciudadana israelí judía blanca, lo que le permitió acceder fácilmente a los archivos y bibliotecas militares del Gobierno israelí. De esa forma, pudo leer documentos oficiales, memorandos e informes políticos, así como estudios inéditos, como tesis de máster y tesis doctorales aprobadas por universidades israelíes. Además, realizó entrevistas a estudiantes y académicos palestinos y judíos que trabajan en universidades israelíes.

El libro consta de dos partes, cada una con tres capítulos, además de una introducción, una conclusión y una observación final del profesor Robin D. G. Kelley.

Nadia Abu El-Haj, de la Universidad de Columbia, presenta el libro y recuerda al lector que Israel es un Estado-nación colonialista fundado sobre la expulsión de casi 750 000 palestinos de sus tierras. Es un Estado construido sobre una limpieza étnica organizada. Por lo tanto, Israel no debe describirse como un Estado democrático (página 6).

Más bien, la estructura sobre la que se construyó y se sigue construyendo el Estado de Israel es una estructura racista basada en la negación y la exclusión de los no judíos. Por esta razón, Human Rights Watch y Amnistía Internacional, además de las organizaciones israelíes de derechos humanos B’Tselem y Yesh Din, declararon en 2021 y 2022 que Israel es un Estado de apartheid.

En la introducción del libro, Nadia Abu El-Haj destaca que no existe un «Israel democrático» que pueda separarse de la cuestión palestina. Israel es un Estado colonialista. Sus compromisos y acciones fundacionales, su arraigada visión política sionista y el funcionamiento de sus instituciones, e incluso de sus partidos políticos liberales y no liberales, son racistas y antidemocráticos hasta la médula.

Esta estructura racista y excluyente fundamental de Israel explica el silencio de la gran mayoría de los académicos israelíes, e incluso de las administraciones y rectores universitarios, donde no existe una defensa institucional de la libertad académica en lo que respecta a Palestina.

La autora Maya Wind reitera estas ideas en la introducción del libro, señalando que los campus universitarios de los territorios bajo dominio israelí no son lugares seguros para los estudiantes palestinos. Estas universidades no son independientes, sino una extensión de la violencia del Estado israelí y sus instituciones represivas. La autora destaca que el régimen de apartheid israelí no puede desmantelarse por completo sin reconocerlo como sistema colonialista.

Por lo tanto, el boicot académico se considera el paso fundamental para poner fin a este colonialismo. Como ilustra este libro, las ocho universidades israelíes operan directamente al servicio del Estado y desempeñan funciones vitales en el apoyo a sus políticas, constituyendo así pilares fundamentales del colonialismo israelí.

La universidad al servicio del Gobierno israelí

Por ejemplo, las universidades israelíes colaboran con empresas armamentísticas israelíes para investigar y desarrollar tecnología utilizada por el ejército y los servicios de seguridad israelíes en los territorios palestinos ocupados. Esta tecnología se vende posteriormente en el extranjero como «probada en el campo de batalla».

La autora comienza la primera parte del libro, «Complicidad», analizando la «experiencia en la subyugación», cómo se desarrollaron las disciplinas académicas israelíes para servir al Gobierno israelí y al Estado de seguridad, y cómo siguen proporcionando apoyo material a los proyectos estatales. La autora afirma que los departamentos y profesores más destacados de las universidades israelíes, en diversas disciplinas, están intelectual y teóricamente sujetos a los requisitos del Estado israelí, como lo demuestra el enfoque en tres disciplinas.

La primera disciplina: La arqueología. Todas las universidades israelíes realizan excavaciones en yacimientos arqueológicos gestionados por organizaciones de colonos judíos o consejos regionales de colonos. Esta disciplina académica se centra en borrar la historia árabe e islámica y se dedica a expandir los asentamientos judíos y confiscar tierras palestinas.

Por ejemplo, las universidades israelíes realizan excavaciones en Susya, en el sur de Cisjordania, apoderándose así directamente de estas zonas palestinas.

La arqueología israelí también surgió ostensiblemente como disciplina académica para afirmar la presencia judía antigua y continua en Palestina. Al mismo tiempo, la investigación arqueológica se utilizó para borrar cualquier reivindicación o evidencia palestina y árabe de presencia en esta misma tierra.

La autora menciona asimismo que estas excavaciones constituyen una violación directa de las leyes y convenciones internacionales. A pesar de ello, los arqueólogos y las universidades israelíes siguen participando en trabajos de excavación en todos los territorios palestinos bajo la protección del ejército israelí. Así, la arqueología facilita estructuralmente el robo de antigüedades y tierras palestinas por parte de Israel y facilita su continua apropiación ilegal.

La segunda disciplina: Estudios jurídicos. La autora aclara que Israel considera el territorio palestino ocupado como su laboratorio. Debido a su dominio ilegal sobre el pueblo palestino a través de la ocupación militar durante décadas, ha desarrollado un conjunto de leyes e interpretaciones jurídicas para justificar su régimen militar permanente.

Israel ha establecido la infraestructura jurídica para justificar las ejecuciones extrajudiciales, la tortura y el despliegue de lo que se considera una fuerza desproporcionada contra la población civil, lo que equivale a crímenes de guerra. Maya Wind afirma que los estudios jurídicos y la filosofía ética en la que se basan se crearon para justificar las violaciones de los derechos y libertades de los palestinos.

La tercera disciplina: Estudios sobre Oriente Medio. La investigadora muestra que, con el establecimiento del gobierno militar de Israel en los territorios palestinos ocupados en 1967, se renovaron las oportunidades de cooperación académica con el Estado. Por ejemplo, los profesores de la Universidad Hebrea Menachem Milson, Amnon Cohen, Moshe Sharon y Moshe Maoz ejercieron como asesores en asuntos árabes del ejército y el gobierno israelíes (página 48).

Milson también ocupó el cargo de primer jefe de la Administración Civil, la administración militar israelí en los territorios palestinos ocupados, y supervisó el cierre forzoso de la Universidad de Birzeit a partir de 1981. Cohen, Sharon y Maoz sirvieron con el rango de coronel y trabajaron con el ejército a lo largo de sus carreras académicas.

Del mismo modo, los departamentos de Estudios sobre Oriente Medio ofrecen programas académicos de especialización regional para soldados en servicio activo en unidades militares de élite y cursos diseñados específicamente para agencias de seguridad. La Universidad Hebrea ofrecía un programa de licenciatura en Estudios sobre Oriente Medio para el Servicio de Seguridad General (Shin Bet) como parte de la formación de su personal.

Por tanto, las disciplinas israelíes en humanidades y ciencias sociales se movilizaron para apoyar el colonialismo israelí. La arqueología, los estudios jurídicos y los estudios sobre Oriente Medio se desarrollaron simultáneamente con la ocupación militar israelí y a través de ella.

A continuación, la autora pasó a estudiar varias universidades israelíes, considerando que las «universidades: puestos avanzados de los asentamientos» se fundaron y diseñaron para servir como puestos avanzados estratégicos para el proyecto estatal israelí. La Universidad Hebrea en la Jerusalén Oriental ocupada; la Universidad de Haifa en Galilea; la Universidad Ben-Gurión en el Negev; la Universidad Ariel en Cisjordania: todas estas instituciones constituyen motores fundamentales para los proyectos de «judaización» en sus respectivas zonas.

La autora afirma, por ejemplo, que en el período previo y durante la guerra de 1948, los estudiantes, el profesorado y los administradores de la Universidad Hebrea de Jerusalén apoyaron activamente a la organización militar Haganah y utilizaron el campus como base, llevando a cabo entrenamientos militares e incluso almacenando armas en los edificios de la universidad.

La autora sostiene también que, durante más de un siglo, las universidades israelíes han trabajado de forma constante para ampliar y afianzar las fronteras del Estado judío, la «soberanía judía» sobre toda la Palestina histórica.

Estas universidades siguen desempeñando de forma activa e intensa un papel central en la expansión de los asentamientos en tierras palestinas, y sus bibliotecas son depósitos de los libros palestinos saqueados, como es el caso de la biblioteca de la Universidad Hebrea, que contiene muchos libros árabes robados a los palestinos.

La investigadora pasó al concepto de «el estado de seguridad académica», mostrando cómo el desarrollo de las universidades israelíes estaba vinculado al auge de las industrias militares israelíes. Estas universidades fueron diseñadas como instituciones para la construcción del Estado y, poco después de su creación, se movilizaron para apoyar los aparatos de violencia de Israel.

Tras la creación de la Universidad Hebrea de Jerusalén en 1918, el movimiento sionista fundó otras dos instituciones de educación superior en Palestina: el Instituto Technion en Haifa en 1925 y el Instituto Weizmann de Ciencias en Rehovot en 1934.

La Universidad Hebrea fue la primera universidad integral del movimiento sionista dedicada a la investigación y la enseñanza en todas las disciplinas; el Technion fue diseñado para ser un centro de ingeniería; mientras que el Instituto Weizmann se dedicó a la investigación científica para la construcción del Estado (página 88).

La investigadora muestra cómo las universidades y los centros de investigación israelíes sirven como brazo académico del Estado de seguridad israelí. Los institutos y las universidades sirven al Estado mediante investigaciones y recomendaciones políticas que tienen como objetivo no sólo mantener el dominio militar israelí, sino también socavar el movimiento por los derechos palestinos en la escena internacional.

Por ejemplo, el trabajo diario de los soldados de la Inteligencia Militar israelí viola los derechos humanos palestinos, tal y como se estipula en el derecho internacional y los Convenios de Ginebra. Muchos soldados que se graduaron en programas de posgrado especialmente diseñados en la Universidad Hebrea sirven en la Unidad 8200, la unidad más grande y central de la Inteligencia Militar.

La Unidad 8.200 es la unidad central de recopilación del ejército, responsable de recopilar todas las comunicaciones de inteligencia, incluidas las llamadas telefónicas, los mensajes de texto y los correos electrónicos. La autora concluye el capítulo subrayando que, lejos de esforzarse por convertirse en instituciones civiles, las universidades israelíes siguen ampliando sus operaciones no sólo como bases de entrenamiento militar, sino también como laboratorios de armas para el Estado.

La segunda parte del libro, titulada «Represión», comienza con la autora abordando la idea de la «ocupación epistémica» y explicando cómo las universidades israelíes impiden sistemáticamente la investigación académica crítica, la enseñanza y el debate sobre el colonialismo israelí, la ocupación militar y el apartheid.

La autora menciona la creciente lista de temas prohibidos en las universidades israelíes con el aumento de la influencia y el poder político de la extrema derecha en las últimas dos décadas. Recientemente, cualquier crítica al ejército o a los soldados israelíes se ha convertido en tabú en las universidades israelíes.

Por ejemplo, Maya Wind explica que la Universidad de Haifa tiene dos tradiciones profundamente arraigadas en el mundo académico israelí: borrar la producción de conocimiento académico palestino y socavar la investigación basada en pruebas que revela los crímenes del Estado israelí (página 119).

Las universidades israelíes se han aliado con grupos de extrema derecha y con el Gobierno israelí para restringir y controlar la investigación y el discurso relacionados con la Nakba, por ejemplo. Por extensión, el estudio crítico de la ocupación israelí, el apartheid y el colonialismo de asentamiento se describe como prohibido.

En consecuencia, los debates críticos fundamentales han sido excluidos del mundo académico israelí, ya que las universidades israelíes definen como «ilegítimas» la investigación y el debate sobre la violencia histórica y actual del Estado israelí. De este modo, privan al profesorado y al alumnado no sólo de la libertad académica, sino también de la oportunidad de debatir e intervenir en las injusticias actuales y futuras.

A continuación, la autora pasa al tema del asedio impuesto a los estudiantes palestinos y revela las restricciones impuestas a los derechos de los estudiantes palestinos a estudiar, expresarse y protestar en las universidades israelíes.

Revela cómo las administraciones universitarias restringen constantemente la presencia de estudiantes palestinos en sus campus y cómo cooperan con el Gobierno israelí para privar a los estudiantes palestinos, especialmente a los más activos, de las libertades académicas básicas. La autora afirma que, desde que se matricularon en la educación superior israelí, los estudiantes palestinos han sido objeto de criminalización, vigilancia y persecución por parte de sus universidades, en connivencia con el Estado.

La libertad académica en la educación superior israelí no se aplica a los estudiantes palestinos. Las administraciones universitarias han demostrado desde hace tiempo su subordinación al Estado, cooperando con él para protegerlo de las críticas y la rendición de cuentas por su ocupación militar y su régimen de apartheid. El Gobierno impone una censura cada vez mayor sobre cualquier debate en relación a la Nakba y la injusticia radical practicada por el Estado de Israel, ya sea contra los palestinos sometidos al régimen militar en los territorios palestinos ocupados o contra aquellos a los que considera sus ciudadanos.

Al final, la autora aclara la complicidad académica con el Estado contra los palestinos, y que actualmente no existe ningún movimiento en las universidades israelíes que pida romper los lazos con el ejército israelí y el Estado de seguridad israelí debido a sus repetidas violaciones del derecho inalienable de los palestinos a la educación y otros derechos humanos.

Incluso las organizaciones progresistas que trabajan en las universidades israelíes, como «Iniciativa Democrática Conjunta» o «Academia para la Igualdad», que incluye a profesores y estudiantes judíos israelíes y palestinos (ciudadanos), no satisfacen en gran medida las demandas de las universidades palestinas. Estos grupos activistas se han negado hasta ahora a respaldar los llamamientos palestinos para que las universidades israelíes rindan cuentas por su complicidad en las violaciones del derecho internacional por parte de Israel.

Israel considera una amenaza a los palestinos que se arman con la educación para desafiar sin vacilar el régimen de apartheid. Por lo tanto, los estudiantes palestinos son sometidos a audiencias disciplinarias, interrogatorios y detenciones en las universidades israelíes, además de secuestros, torturas, detenciones militares e incluso asesinatos en las universidades palestinas. Las universidades israelíes son pilares fundamentales de este sistema.

No sólo realizan investigaciones, forman y colaboran con las fuerzas de seguridad israelíes que mantienen la ocupación militar, sino que también trabajan junto al Gobierno israelí para reprimir a los estudiantes palestinos en sus universidades.

En última instancia, las universidades israelíes han desempeñado un papel directo en la represión por parte del Estado israelí de los movimientos estudiantiles palestinos por la liberación, y en la privación de la libertad académica de los palestinos, durante más de setenta y cinco años.

En la conclusión del libro, la autora destaca que Israel estableció y construyó instituciones de educación superior israelíes en territorio palestino y diseñó estas instituciones para que fueran herramientas para la expansión de los asentamientos judíos y el desplazamiento de los palestinos, basándose en el enfoque de las universidades que se apropian de tierras.

Las universidades israelíes no sólo participan activamente en la violencia del Estado israelí contra los palestinos, sino que también contribuyen con sus recursos, investigaciones y becas para mantener, defender y justificar esta opresión. Al final, la autora hace un llamamiento al boicot de las universidades israelíes e insiste en que no habrá libertad académica hasta que esta se aplique a todos.

En sus observaciones finales, el profesor Robin D.G. Kelley, de la Universidad de California, afirma que el objetivo del boicot es poner fin a la ocupación, desmantelar el régimen de apartheid, respetar los derechos de los refugiados palestinos estipulados por las Naciones Unidas, ampliar los derechos civiles para incluir a todos, poner fin a las detenciones militares, las incursiones repetidas, la vigilancia de las instituciones palestinas y la interrupción deliberada del proceso educativo.

El régimen de apartheid israelí no habría durado sin el enorme apoyo financiero, la legitimidad política y la protección jurídica proporcionados por Estados Unidos. La financiación militar anual de 3.800 millones de dólares (Israel es el mayor receptor de ayuda militar estadounidense de la historia) contribuye a financiar la violencia estatal, la represión y la desigualdad sin la más mínima rendición de cuentas (página 189).

Así, el profesor Kelley menciona que el régimen de apartheid israelí no habría podido persistir sin el silencio liberal en Estados Unidos. Afirma con acierto que «La verdad es que nunca habrá una verdadera libertad académica en la región sin una Palestina libre, y no puede haber una Palestina libre mientras las universidades estén bajo ocupación o sigan siendo bastiones del sionismo y el colonialismo de asentamiento. Y mientras la mayoría de los intelectuales israelíes permanezcan en silencio o no comprendan que su propia libertad está ligada a la libertad de Palestina, continuaremos boicoteando las instituciones israelíes. Silencio = Complicidad» (página 192).

Este libro es magnífico, muy informativo y bien argumentado, una documentación histórica detallada de la complicidad de todas las universidades y centros de investigación israelíes, sin excepción, en el sistema de apartheid israelí. De hecho, son uno de los brazos más importantes del Estado para justificar sus políticas que violan las normas y leyes internacionales.

Fadi Zatari es profesor adjunto de Ciencias Políticas y Relaciones Internacionales en la Universidad Sabahattin Zaim de Estambul.

Texto en inglés: The Palestine Chronicle, traducido por Sinfo Fernández.

Fuente: https://vocesdelmundoes.com/2025/06/06/el-papel-de-las-universidades-israelies-en-el-asesinato-y-tortura-de-los-palestinos/

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Las víctimas de las «cárceles» franquistas para mujeres jóvenes rechazan el perdón de las congregaciones religiosas

Por: Bea Morales

Por primera vez las congregaciones religiosas que regentaron los centros del Patronato de Protección de la Mujer han pedido perdón a sus víctimas. Lo ha hecho la Conferencia Española de Religiosos (Confer) en un acto celebrado este lunes en Madrid en el que, 40 años después de la disolución de la institución, ha reconocido el papel de las religiosas, que regentaron estas ‘cárceles’ para adolescentes en las que miles de jóvenes fueron encerradas sin haber cometido ningún delito. “Pedimos perdón a todas aquellas mujeres que no fueron reconocidas en su dignidad y sus derechos”, ha leído Antonia López, superiora provincial de las Adoratrices del Santísimo Sacramento y de la Caridad.

El perdón público, sin embargo, no ha servido a las víctimas del Patronato, que junto a una parte importante de las asistentes al acto han encabezado una protesta al final del mismo. Portando carteles que rezaban ‘No’ y coreando “verdad, justicia y reparación” durante unos diez minutos, las supervivientes de estos reformatorios han querido mostrar que las disculpas no son suficientes. Y es que lo que en un principio era visto como un símbolo de reparación ha acabado tiñéndose de decepción con el paso de los días.

A ello contribuyeron las palabras del presidente de la Confer, Jesús Díaz Sariego, que el pasado viernes aseguró que la “experiencia” por la que pasaron las víctimas“ hay que situarla ”en un contexto de la época“ y afirmó que tras escuchar a las mujeres había constatado que ”a muchas les sirvió como promoción personal y profesional“. Las palabras enfadaron a las víctimas, que ven en el acto ”un lavado de cara“ de las congregaciones religiosas, en palabras de Consuelo García del Cid, que pasó por varios centros del Patronato y que lleva años investigando y buscando a supervivientes del mismo.

“El mal es atemporal, que no se achaque a un contexto histórico porque no tiene justificación”, ha querido responder al presidente en su turno de intervención en el acto. “No nos hagan comulgar con ruedas de molino”, ha proseguido antes de añadir que “lo que necesitamos es justicia, no condescendencia. Ningún perdón puede estar condicionado”. Al acto han acudido la ministra de Igualdad, Ana Redondo, el secretario de Estado de Memoria Democrática, Fernando Martínez, y la eurodiputada de Podemos, Irene Montero, que ha participado en la protesta final.

Representantes de tres de las congregaciones religiosas que gestionaron los centros leen el perdón público.

García del Cid, impulsora de la asociación Las desterradas hijas de Eva, en la que están varias de esta mujeres, asegura, además, que otro de los motivos para no aceptar el perdón de la Confer es que esta le habría impedido hablar de bebés robados durante el acto a pesar de que es algo que está presente en los relatos de algunas de las víctimas. “Sí, robo de bebés”, ha dicho sin embargo la portavoz del resto de mujeres desde el escenario haciéndose eco de lo que clamaban también algunas de las asistentes como público. “A nosotras la democracia nos debe diez años de vida”, ha recordado Consuelo haciendo referencia a la duración del Patronato, que arrancó en 1942 pero siguió funcionando hasta 1985, diez años después de la muerte del dictador.

“Con humildad y profundo dolor”

Las heridas y los recuerdos de quienes pasaron por este tipo de reformatorios, cuyo objetivo era “reeducar” a chicas jóvenes que transgredían las normas morales que imponía la dictadura, siguen estando muy presentes. Todas narran haber sufrido durísimas condiciones de vida en los centros y recuerdan los castigos, las habitaciones de aislamiento, el adoctrinamiento religioso, las jornadas de trabajo en los talleres o la mano de hierro de las religiosas que dirigían los centros. Para ingresar bastaba la denuncia de la policía o de las autoridades, pero la mayoría acabaron allí entregadas por su propio entorno.

Entre las congregaciones que los dirigían figuraban las Adoratrices del Santísimo Sacramento y de la Caridad, que actualmente tiene varios programas de ayuda a mujeres vulnerables y ha recibido 18 millones de euros de subvenciones en fondos públicos. A ellas se sumaban las Oblatas del Santísimo Redentor, las Cruzadas Evangélicas, las del Buen Pastor o las Capuchinas.

Tres representantes de tres de ellas han sido las encargadas de leer el perdón público durante el acto en un escenario en el que la palabra “Perdón” se proyectaba con letras grandes. “Nos dirigimos hoy con humildad y profundo dolor a todas ustedes, y con ustedes a todas las mujeres, fallecidas, vivas y a sus familias, que pasaron por estas instituciones y sufrieron bajo nuestra tutela”, ha comenzado reconociendo Carmen Ortega, superiora provincial de las Oblatas del Santísimo Redentor.

Supervivientes del Patronato de Protección a la Mujer son ovacionadas por el público en un momento del acto.

La religiosa ha reconocido que “el sufrimiento causado no puede ser reparado con palabras”, a lo que ha añadido: “Pero asumimos como un deber moral reconocer nuestra responsabilidad y contribuir en la medida de lo posible a sanar esta pagina de la historia haciendo memoria de lo acontecido y pidiendo perdón por justicia hacia todas aquellas mujeres que padecieron en estos centros”. Por su parte, Mar Mena, terciaria de la congregación de las Capuchinas se ha comprometido a “escuchar y acompañar” a las mujeres que pasaron por ellos y a impulsar “formación” y “protocolos concretos” focalizados en “la prevención, el buen trato y la equidad de género”.

Antes de las palabras de las monjas, se ha proyectado un vídeo con fotografías de varias de las mujeres que fueron encerradas al tiempo que se escuchaban audios en los que algunas de ellas relataban el horror que vivieron. Dependiente del Ministerio de Justicia y presidido por Carmen Polo, el Patronato fue el organismo encargado de vigilar y controlar la conducta social de las adolescentes. “La dignificación moral de la mujer, especialmente de las jóvenes, para impedir su explotación, apartarlas del vicio y educarlas con arreglo a la religión católica” era la finalidad que, según decreto franquista, tenía la institución incluso bien entrada la democracia.

El presidente de la Confer, que agrupa a más de 400 congregaciones religiosas presentes en España, también ha intervenido en el acto y ha calificado de “ejercicio de responsabilidad histórica y moral” el “reconocimiento de aquello que en el pasado no hicimos bien”. “Nos encontramos aquí para hacer lo que consideramos necesario y justo: pedir perdón”. “Nos dirigimos a todas aquellas mujeres que pasaron por estos centros y sufrieron las consecuencias de un sistema injusto, reconocemos nuestra participación en lo que han vivido y queremos decirles que las escuchamos, creemos en su testimonio y nos duele profundamente el sufrimiento que padecieron. Reconocemos esta página de nuestra historia”, ha añadido.

Con todo, los primeros compases del acto han estado cargados de emoción y reconocimiento a las mujeres que pasaron por los centros, que han sido ovacionadas en repetidas ocasiones. Las lágrimas y los largos abrazos entre ellas dejaban atisbar que, a pesar de las decepciones y las asignaturas pendientes, era un día importante para quienes fueron silenciadas durante décadas. “Cuando empecé a investigar hacae 15 años nadie me creía. Ahora eso ya ha cambiado”, ha dicho Consuelo García del Cid.

Fuente: https://www.eldiario.es/sociedad/congregaciones-religiosas-piden-perdon-victimas-carceles-franquistas-adolescentes-reconocemos_1_12367824.html

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Asilo en Colombia al expresidente panameño: humanismo internacional u obstaculización a la justicia

Por: Bea Morales

El sorpresivo arribo del expresidente panameño Ricardo Martinelli a Bogotá el pasado 15 de mayo desató un torbellino de pronunciamientos encontrados. Los medios criticaron la concesión de asilo a un millonario mencionado en los Panamá Papers, mientras el gobierno colombiano, por boca de su presidente, de visita en Beijing, lo justificó incondicionalmente. El beneficiario de la medida, por su parte, puso en circulación videos de la pachanguera celebración que organizó entonando ‘pero sigo siendo el rey y mi palabra es la ley’. 

El asilo diplomático

Para dilucidar el significado de esta actuación internacional en provecho de tan controvertido personaje es necesario un mínimo de contexto de la institución del asilo diplomático y territorial. El asilo es una medida de protección otorgada por un Estado (Estado asilante) a quien se encuentra en situación de riesgo por persecución políticamente motivada adelantada por el gobierno de otro Estado en su territorio (Estado territorial). Si el asilo se concede en una embajada se denomina asilo diplomático; si se hace en el territorio del Estado asilante, se llama asilo territorial. En ambos casos el elemento político es fundamental, por lo que en ocasiones se bautizan ambas modalidades como asilo político.  

A diferencia de otros mecanismos internacionales -extradición, refugio- surgidos en Europa, puede afirmarse que el suelo natal del asilo fue el cono sur. En 1820 el líder de la independencia de Uruguay, Artigas, perseguido por sus propios compatriotas, recibió acogida en Paraguay; el caudillo militar José María Obando, quien fue expresidente designado de Colombia, luego de su derrota en la Guerra Civil de los Supremos, huyó a Perú para ponerse a salvo y recibió asilo en 1842; el presidente chileno Balmaceda, derrotado en la guerra civil de 1890, pudo asilarse en la embajada argentina de Santiago.

La frecuencia de la práctica del asilo conllevó el surgimiento de una temprana normativa continental en el llamado Tratado de Derecho Penal Internacional de 1889, que consagró de modo inaugural la institución del asilo; en 1928 la Convención de La Habana definió sus rasgos básicos: otorgamiento en embajadas, legaciones o navíos bajo la expresa prohibición de otorgar asilo por delitos comunes y el deber del Estado territorial de respetarlo acompañado de la prohibición para el asilado de atentar contra el orden público. Cinco años más tarde, en 1933, se suscribió la Convención de Montevideo, que calificó su carácter humanitario y afirmó un elemento de particular importancia: la relevancia de la calificación de delito por el Estado que concede el asilo, así como la reiteración de su validez solo para delitos políticos.  

En 1949 Colombia fue protagonista del caso más famoso en la literatura mundial sobre asilo diplomático. El gobierno conservador de Ospina Pérez, a través de su canciller Eduardo Zuleta Ángel, dispuso conceder asilo diplomático en la embajada de Lima al célebre dirigente e intelectual de izquierda Víctor Raúl Haya de la Torre, perseguido por la recién instalada dictadura del general Odría bajo la acusación de ‘rebelión militar’. El gobierno peruano objetó la legalidad del asilo mientras Colombia, segura de la legalidad de su actuación, convino en someter a un tercero la resolución del diferendo. Las respectivas delegaciones presentaron sus alegatos ante la Corte Internacional de Justicia, que profirió su sentencia al año siguiente y clarificó dos puntos en disputa de la mayor relevancia: la calificación del delito por el Estado asilante no prevalecía a la dada por el Estado territorial, con lo que desechó el argumento sostenido por Colombia, y que si bien Colombia no había probado el peligro en que se encontrara el asilado, su otorgamiento no era contrario a derecho; así mismo, no reconoció la obligación de proveer un salvoconducto a cargo del Estado peruano. Si bien desde el punto de vista estrictamente jurídico no puede hablarse de un triunfo de la postura colombiana, su determinación de mantener el asilo durante cinco años constituyó una crucial afirmación de la trascendencia de tal institución.  

Las incertidumbres del caso Haya de la Torre condujeron a la expedición de la Convención de Caracas de 1954 sobre Asilo, en la que se reafirmó la órbita de su aplicación a los delitos políticos.  

En el plano mundial la concesión del asilo diplomático dio lugar a dramáticas situaciones reveladoras de su relevancia y su profundo sentido humanitario. México recibió como asilado en 1937 al bolchevique León Trotsky, perseguido a muerte por el régimen de Stalin luego de que sucesivamente se lo expulsó de Turquía, Suecia y Francia; Estados Unidos acogió durante quince años en su embajada de Budapest al cardenal católico Mindsentsky, acérrimo opositor del comunismo, tras el levantamiento húngaro de 1956. En el marco de la Guerra fría gobernantes depuestos en golpes de Estado pudieron obtener asilo en embajadas. Ecuador recibió como asilado político a Julian Assange en 2012, quien permaneció siete años sin recibir salvoconducto del gobierno británico. 

En el caso de nuestro vecino país, los asilos reconocidos por Panamá han sido polémicos. Expresidentes como el ecuatoriano Abdalá Bucarán y el haitiano Raúl Cedrars, cuya condición de perseguidos políticos era por lo menos discutible, recibieron asilo territorial. El caso más controversial se produjo en el caso de María del Pilar Hurtado, exjefe de inteligencia, quien con la anuencia del entonces presidente Uribe interceptó ilegalmente teléfonos de magistrados, líderes y opositores políticos. La Corte Suprema de Justicia panameña declaró la inconstitucionalidad de tal medida en 2014 por juzgarla violatoria tanto del orden interno como de la normativa internacional.   

Foto: Wikimedia Commons En 1949 Colombia fue protagonista del caso más famoso en la literatura mundial sobre asilo diplomático. Víctor Raúl Haya de la Torre, fue refugiado en la embajada de Colombia en Perú.

El caso Martinelli 

Ricardo Martinelli fue presidente electo para el quinquenio 2003-2009 durante el que concedió el ya referido asilo a la funcionaria colombiana. Los Panama Papers lo mencionan como titular de varias cuentas y fondos en paraísos fiscales en violación de regulaciones fiscales y tributarias. Dos familiares cercanos fueron condenados en Estados Unidos acusados de narcotráfico, proceso en el que declararon actuar por órdenes suyas. Fue capturado en Miami y finalmente extraditado a su país, tras lo cual se prohibió su ingreso a territorio estadounidense.

La justicia de su país inició investigaciones que condujeron a una sentencia condenatoria por ‘blanqueo de capitales’ o lavado de activos con pena de prisión de diez años y ocho meses, al igual que la imposición de una multa superior a US$15 millones. La sentencia, proferida por la jueza Baloiza Marquines el 28 de junio de 2023, consta de 306 páginas. Se comprobó además la utilización de dineros públicos para la compra de medios de comunicación. La mencionada sentencia cobija una docena de personajes del círculo de socios del expresidente. 

Diversos sectores de la opinión pública calificaron esta actuación como una reivindicación largamente esperada de la justicia y un hito que demostraba los límites a los que la impunidad podía ser sometida. Para ese entonces, Martinelli estaba en plena campaña electoral por un segundo período -la Constitución autoriza la reelección no inmediata por una sola vez- con el movimiento Realizando Metas, en asocio de Raúl Mulino como fórmula vicepresidencial. El tribunal electoral ordenó su retiro de la contienda, por lo que Mulino resultó presidente en 2024 como delfín de aquel. 

Fue entonces, una vez en firme la sentencia condenatoria en su contra, cuando el gobierno de Daniel Ortega, el 24 de febrero de 2024, otorgó asilo en su embajada al expresidente, quien la convirtió de inmediato en un centro de actividad proselitista y propaganda de su presunta persecución judicial. Pese a la expedición de una circular roja de Interpol solicitada por la justicia panameña, la Policía se negó a hacerla efectiva por supuestamente violar su estatuto de asilado. Una vez cerrada toda posible revisión judicial se presentó una iniciativa en el Congreso para expedir una amnistía en su provecho, que a pesar del apoyo del Ejecutivo no obtuvo el necesario respaldo. Fue entonces cuando la injerencia de su anterior compañero de campaña electoral, convertido gracias a él en presidente, entró una vez más en ejercicio, al expedir un salvoconducto para Martinelli que le permitiera salir del país. Sorpresivamente, Nicaragua, a través de la esposa del presidente Ortega, negó el traslado aduciendo la existencia de dicha circular roja de Interpol. 

Tras catorce meses en la embajada nicaragüense y frustrada su salida del país, irrumpió como un deus ex machina la decisión del gobierno colombiano de otorgar asilo territorial. Su mentor y compañero electoral pronta y solícitamente otorgó un nuevo salvoconducto para su traslado a Colombia.  

La justificación de Colombia

El presidente Petro justificó el asilo a Martinelli bajo el argumento humanitario, la tradición humanista del país y la indiferencia de afiliación ideológica para sus beneficiarios, dando por descontada su condición de perseguido político. La canciller Laura Sarabia, interrogada al respecto, declaró su respeto por la decisión del presidente, en una suerte de ‘obediencia debida’ a la voluntad de su jefe. El laconismo de la Cancillería mostraría pues la ausencia de criterio diplomático por parte de la autoridad responsable.  

En realidad, la decisión gubernamental hace trizas no solo la tradición diplomática colombiana en la materia sino la normativa internacional tan laboriosamente construida sobre la base de la exclusión radical del otorgamiento de asilo por delitos comunes. Colocar en la misma balanza al líder peruano perseguido por la dictadura militar hace tres cuartos de siglo con un condenado por lavado de activos constituye poco menos que una degradación del dispositivo internacional, y su extrema tergiversación jurídica.  Que el primer presidente de izquierda en Colombia y antiguo rebelde confunda el delito político con el delito de lavado de activos solo puede dar pábulo a las más siniestras sospechas. Justo en un momento en que el país requiere, más que nunca, la máxima transparencia en los asuntos públicos.    

Victor Guerrero Apraez es abogado, magister Derecho Internacional Público (Alemania), profesor universitario, asesor y consultor de entidades nacionales y extranjeras, ONG, ONU, especialista en DIH y DDII Autor de siete libros sobre filosofía política, guerras civiles y mecanismos de regulación y clemencia -beligerancia, amnistías- investigaciones en curso sobre golpes de Estado, mito político y modernizaciones autoritarias.

Fuente: https://razonpublica.com/asilo-colombia-expresidente-panameno-humanismo-internacional-u-obstaculizacion-la-justicia/

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«Temas gruesos» de cara al 2026

Por: Bea Morales

Algunos “temas gruesos” están sobre el escenario de la lucha que se adelanta en Colombia por parte de los movimientos sociales y políticos de carácter popular. Son asuntos y problemas que compartimos con los demás pueblos y sociedades de países de América Latina que se han atrevido a desafiar el poder del Gran Capital intentando usar la institucionalidad existente.

En esos países se accedió a los gobiernos por la vía electoral y se quiso utilizar el Estado “heredado” para impulsar procesos de transformación social, política, económica y cultural. Se quiso enfrentar el neoliberalismo más no el capitalismo. De antemano sabíamos que los latinoamericanos heredamos Estados coloniales y patriarcales, capitalistas y neoliberales, burocráticos y corruptos, y que no iba a ser fácil realizar esa tarea “desde adentro”.

Y también sabíamos, o supongo que los principales dirigentes eran conscientes de ello, que el gobierno, o mejor, la “cúpula” del Ejecutivo (presidente, ministros y otros altos funcionarios), sólo son una parte del aparato del Estado, que está conformado por otras ramas del “poder público” como el Congreso o asamblea nacional, las Cortes Judiciales, los órganos de control, las Fuerzas Armadas y otras instituciones como la Fiscalía, defensoría del pueblo, el poder electoral, y otras.

Y lo que es más importante de entender, de ser absolutamente conscientes, es que el conjunto de ese Estado “heredado” responde a los intereses de las clases dominantes, que en Colombia están compuestas por una oligarquía financiera que se alimentó desde los años 80s del siglo XX de los recursos del narcotráfico, se apoderó de las empresas estatales y de los caficultores, y logró conformar una alianza estrecha con el imperio estadounidense y con los grandes terratenientes que han sido la clase social que ha mantenido su hegemonía desde tiempos coloniales.

Lo que hemos aprendido desde el ascenso del presidente Chávez al gobierno de Venezuela en 1999, pasando por las experiencias de Lula en Brasil, Kirchner en Argentina, Correa en Ecuador, Tabaré y Mujica en Uruguay, Evo en Bolivia y otros intentos en curso, es que las castas oligárquicas de cada país, sus aliados subordinados (burguesía burocrática y grandes terratenientes) y el mismo imperio, no van a entregar sus privilegios sin luchar y resistir, y por ello, también han asimilado esas experiencias y han adaptado sus políticas y estrategias a las nuevas realidades.

Antes de avanzar, es importante contar con una mirada de contexto y, además, reiterar que sin una efectiva y consistente fuerza “desde abajo” es imposible que nuestra acción “desde adentro” o “por arriba”, logre realizar y consolidar cambios estructurales o sustanciales en nuestras sociedades.

Sin embargo, si estamos de acuerdo con lo anterior, es posible diseñar una estrategia para avanzar con paciencia y consistencia en la acumulación de esa fuerza “desde abajo”, sin ilusionarnos o afanarnos con “golpes de mano” u otras acciones que hacen parte de nuestras “herencias insurreccionales” que, como se ha comprobado en estos países vecinos, siempre fracasarán ante la enorme fuerza del enemigo que actúa como “clase capitalista global” y que recurre a bloqueos, saboteos y demás actos de fuerza para impedir que esos intentos logren su objetivo.

En el caso de Colombia, debemos ser conscientes que se llegó al gobierno con un escaso margen de ventaja frente al candidato de las “derechas” (Rodolfo Hernández) y en alianza con algunas expresiones políticas de la oligarquía financiera, burguesía burocrática y burguesías emergentes (de origen legal e ilegal) que se articularon alrededor del “proceso de paz” (Santos), y que buscaban desplazar del poder a sectores monopólicos de las clases dominantes y participar de las enormes ganancias que la oligarquía financiera y los grandes terratenientes han acumulado a lo largo del tiempo.

Desde el principio era claro, que esas clases y sectores de clase aliadas, no sólo no eran confiables sino que su naturaleza económica y social de carácter parasitario, no les permite ser protagonistas de un proyecto “progresista” y “revolucionario”. Podíamos prever que cuando llegara el momento de la confrontación con la oligarquía financiera, esos sectores no sólo vacilarían sino que mostrarían su absoluta incapacidad para avanzar por nuevos caminos.

El momento llegó cuando el gobierno presentó ante el Congreso las denominadas “reformas sociales” (de la salud, laboral y pensional) y cuando hizo amagues de intervenir en el campo de la generación y distribución de la energía eléctrica. De inmediato, la “alianza interclasista” y el “frente interpartidista” se empezó a resquebrajar y, ello se reflejaba tanto en la composición del gobierno (cambios de ministros y altos cargos) como en los debates y nuevas alianzas que iban surgiendo al interior del poder legislativo (y también en las otras ramas del poder como ha ocurrido con la fiscalía, contraloría, procuraduría, etc.).

Las preguntas que surgen de este sintético recuento tienen que ver con la estrategia. Si éramos conscientes de que la fuerza acumulada no era suficiente y que los aliados eran vacilantes y no confiables para confrontar a la oligarquía financiera en esas áreas que comprometen el manejo de las EPS y de los Fondos privados de pensiones… ¿por qué se priorizaron y se presentaron tan pronto esas reformas ante el Congreso? ¿Hubo exceso de confianza en esos aliados o se pensó que con el manejo y la transacción de burocracia y contratos (“mermelada”) iban a aprobar fácilmente esas iniciativas?

¿Se exploraron otras posibilidades para acumular fuerza social y política? ¿Se visualizaron otras clases y sectores de clase con quienes se hubiera podido avanzar en otras materias y temas como la industrialización de los procesos productivos y el cambio gradual y sistemático de la matriz energética? ¿Se evaluó la posibilidad de construir otras alianzas con sectores de las burguesías emergentes como los pequeños y medianos productores agrarios y los pequeños y medianos emprendedores citadinos (muchos de ellos son “profesionales precariados”)?

Ahora que estamos en la etapa final del gobierno progresista, se hace necesario que la dirigencia del Pacto Histórico y de los movimientos sociales reflexione sobre esos “temas gruesos”, que de alguna manera se han manifestado en estos tres (3) años de gobierno progresista y que se han enfrentado de diversas maneras, principalmente por parte del presidente Petro, pero que no han sido abordados en conjunto por las llamadas “fuerzas del cambio”.

Esos “temas gruesos” y su tratamiento al interior del Pacto Histórico van a determinar, de alguna manera, los debates internos de cara a la consulta para escoger candidat@s presidenciales en octubre de 2025. ¿Seguimos priorizando la alianza con las expresiones políticas de la burguesía burocrática corriendo los riesgos de ser arrasados por toda clase de politiquerías y corrupciones? ¿Con qué sectores sociales vamos de verdad a impulsar un decidido y efectivo proceso de industrialización del aparato productivo? ¿Estamos de acuerdo que ese proceso de industrialización es la única forma de “progresar”, de crear empleo digno y formal y de fortalecer los ingresos del Estado para poder financiar programas sociales de gran impacto?

¿Cómo vamos a romper y derrotar el “bloqueo institucional” que ha sufrido el gobierno progresista durante estos tres (3) años? ¿De qué manera asimilamos tanto la experiencia de la Constituyente de 1991 en Colombia como parecidas experiencias vividas en Ecuador y Bolivia, en donde se aprobaron nuevas Constituciones Políticas pero el poder de la oligarquía financiera y del imperio estadounidense siguen allí, medrando y explotando nuestros recursos humanos y naturales?

Estos y otros “temas gruesos” deben hacer parte de las reflexiones y debates del Pacto Histórico y del movimiento social. Solo así valoraremos a fondo los esfuerzos y avances liderados por el presidente Gustavo Petro pero, también, estaremos a la altura de emular y superar esa experiencia y legado.

E-mail: luisdorado@gmail.com    

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Paz, democracia y socialismo

Por: Bea Morales

Con esta contundente consigna, “Por la paz, la democracia y el socialismo”, el movimiento estudiantil colombiano fraguado en la lucha antimperialista y de solidaridad con la reciente revolución cubana y en la anterior lucha sangrienta contra la dictadura anticomunista Rojas Pinillista, irrumpió a gritos y a marchas, solidarizándose con la revolución mundial que había estallado en París aquel memorable mayo de 1968. Tenían también otras razones quizás más profundas.    

La guerra civil bipartidista entre conservadores (falangistas) y liberales y nueveabrileños iniciada desde el poder central aquel fatídico 9 de abril de 1948 había sido detenida parcialmente con el pacto de Sitges 1957 entre los dos jefes, el falangista Laureano y el panamericanista Lleras Camargo y, el Estado plebiscitario allí pactado que al año de haberse montado (1959) recibía la primera visita “secreta” del  US Army general Yarborough, con el fin de convertirlo lenta y gradualmente en un Estado contrainsurgente, que comenzara la guerra de agresión contra las comunidades campesinas y populares calificadas como “enemigos internos”. Era la guerra fría del imperialismo una vez acabada la guerra caliente contra el comunismo o el socialismo.   

Sin embargo y sin saberlo, los estudiantes marchantes habían iniciado la crítica de la realidad socio-económica y política que surgía, y que 70 años después de haber sido conceptualizada por el poder y sus ruiseñores como “conflicto interno colombiano”; por inercia y sin más esfuerzos analíticos o de abstracción así se siguió llamando, incluso dotado de pasaporte para viajar al exterior, donde fue muy bien aceptado y promovido.

Pero las palabras como las monedas se gastan de tanto usarlas. Esto es sabido desde la época de los arcaicos mercaderes fenicios. La guerra civil bipartidista que (también a más no poder) y para efectos de la impunidad de sus promotores se llamó con la simpleza vacía de “Violencia del medio siglo”,continuó transformándose y complicándose (complejizándose, dicen los violentólogos adictos) al ritmo de las rápidas y profundas transformaciones económico sociales y superestructurales que míster Capital, en su desarrollo autónomo realizaba, no solo en el campo colombiano sino en toda la sociedad para conformar, violentamente o mejor, por medio de la guerra, el mercado nacional integrado, vinculado al mercado universal y a la economía Mundial, descrito por los autores más destacados del pensamiento crítico Marxista actual.  

La guerra capitalista entre colombianos, cuya cultura de matarse en montoneras unos con otros provenía de las nueve guerras civiles y miles de asonadas pueblerinas del siglo anterior con las que se desarrollaba el campo y la sociedad colombiana, según el concepto extraído de la ciencia básica biológica, había “mutado” y habría de seguir mutando indefinidamente empujada por la ley tendencial de la necesidad y el azar, hasta convertirse en lo que hoy conocemos con el concepto critico que he propuesto de Guerra Civil Mutante, esbozado en el siguiente artículo de opinión : https://rebelion.org/

La rígida y limitante dicotomía Paz/ Guerra, basada en la profunda cultura escolástica de los analistas adictos y violentólogos creados por el desarrollo de la división social e intelectual del trabajo, tan funcionales a mister Capital, al construir una jaula de hierro para contener la contradictoria realidad creciente y cambiante y, perseguir a los jóvenes cerebros críticos pensantes que trataban de interpretarla, acabaron por vaciar los conceptos.

La paz, como la antigua concepción de la salud que significaba ausencia de enfermedad, pasó a significar ausencia de guerra y la guerra, ausencia de la paz. ¿Fácil, no?

Cuando la otra moneda, la de la democracia, se hubo gastado de tanto usarla sin valor y fue reemplazada por la de “elecciones cada cuatro años” para elegir los representantes del pueblo o a los mejores como lo recomendaba el obispado, perdiendo su contenido profundo dado por los griegos antiguos, y convertida en otro ritual ceremonioso y superficial. Rápidamente fue asociada al construido simplismo intelectual de la paz, para ser tomados en bloque e implementados por los jefes naturales más avisados y astutos de las sectas políticas, quienes en medio de la crisis generada empezaban a brotar como champiñones después de las lluvias, convirtiéndolo en el relato en hegemónica dominante.

Cuando ganaron las elecciones presidenciales, resolver la desbordante realidad del llamado conflicto interno, solo era una elemental cuestión de eliminar uno de los términos de la dicotomía: Eliminar la guerra promoviendo la paz para salvar la democracia. Claro, sin ninguna transformación estructural de las causas profundas generadoras de tal guerra y mucho menos, sin reparar o sanar las enormes heridas y daños que esta ocasiona, no solo a las personas sino a la sociedad en general y a la verdadera democracia popular.

 Así, con el aval de ONG, organismos internacionales, cada gobierno liberal o conservador o sus herederos empezaron a promover en cada una de sus administraciones cuatrienales procesos de paz, como una ceremonia o ritual abstracto, no para RESOLVER O SOLUCIONAR el conflicto como las comunidades y la sociedad lo clamaban o suplicaban, eliminando las causas estructurales que incluso siempre detallaron en sus solicitudes, sino para alcanzar (en abstracto) una paz cada vez más lejana, con una guerra verdadera cada vez más cercana, mediante acuerdos de paz simulados e hipócritas, que una vez firmados se convertían en papel higiénico mojado. En un maldito papel. Mientras el régimen con su estrategia contrainsurgente y mister Capital continuaban su curso ineludible caminando airosos como la flor de la canela. Y así, durante 70 años, hasta llegar al actual reformismo contrainsurgente de la promesa electoral hueca o vacía de la “paz total” que, con su frustración, desilusión y promesas incumplidas, ha venido a reforzar la perpetua estrategia contrainsurgente del régimen, y más reciente la del Uribato.

Reconocer la septuagenaria guerra civil mutante que se desarrolla en Colombia hasta el día de hoy implica un giro semántico de la ciencia política pleno de contenido ético que cuestione la superficialidad o el vaciamiento de los conceptos de democracia y de la paz, tal como han sido utilizados, para llenarlos de contenido real, reconociendo la existencia de esa guerra civil (histórica de largo alcance) mutante, persistente y antidemocrática, muy distinta al cuento  superficial novelesco, fullero y novel(esco), de que esta guerra o conflicto se ha terminado y se está en un paradisíaco postconflicto.Cuando la realidad es que se está en una guerra civil actual y presente.

No basta con darles nombres de siglas a los grupos armados en guerra civil cambiante de todos contra todos, vinculados activamente a economías de guerra nacional e internacional y quienes ejercen un control territorial de facto. Y su solución implica, transformaciones materiales y de alta política: Reformas agrarias reales. Justicia redistributiva. Fin del paramilitarismo y desmonte de su entramado contrainsurgente legal. Reconstrucción democrática de lo público y del Estado desde abajo, desde los territorios. Dándole un contenido real y popular al concepto de democracia directa como la insinuó Marx en su famoso análisis del 18 de Brumario.

Solucionar la guerra también es desmantelar las condiciones estructurales y objetivas que la reproducen a lo largo de todo el territorio colombiano: exclusión y desigualdad, impunidad, racismo básico, violencia de clase, despojo ambiental, extractivismo, deforestación y Ecocidio. Y democracia genocida.

No se trata solo de cesar hostilidades militares o sociales, sino de construir una sociedad democrática participativa con otras reglas del juego, verdaderas, donde la vida digna sea posible.

En este sentido, «solucionar la guerra civil mutante en Colombia» exige reconocer y abordar las desigualdades orgánicas, la exclusión social y la falta de participación política que han sido su combustible. Se requiere una transformación integral y profunda que vaya más allá de los acuerdos de paz falsarios, que busque una justicia social y económica real para todos los colombianos.

En resumen, es momento de dejar de hablar únicamente de paz y comenzar a trabajar en la verdadera «solución de la guerra» en Colombia, que la democracia y el socialismo vendrán con ella.

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Solidaridad con el compañero Iñaki Gil de San Vicente

Por: Bea Morales

Quien tenga dudas sobre qué tipo de gobierno impera en Argentina, con Milei y su séquito, allí va una nueva prueba del accionar represivo. Esta vez se ensañaron con el luchador internacionalista vasco, escritor y analista de política internacional en varios medios de comunicación, Iñaki Gil de San Vicente. Apenas llegara, en la mañana del miércoles, al aeropuerto argentino de Ezeiza, la policía de migraciones lo retuvo, separándolo de su acompañante, la intelectual andaluza Concepción Rojo, y en no más de una hora, lo volvieron a embarcar en otro avión rumbo a Madrid.

Gil de San Vicente llegaba a la Argentina para dictar varias conferencias sobre el rol del imperialismo y la violación de Derechos Humanos. Esto último, es moneda corriente en un país donde el FMI hace y deshace, con la anuencia del gobierno fascistoide actual. Les molesta que se diga y enseñe la verdad.

Pero desde adentro y desde afuera quienes sentimos todas las injusticias como propias, como dijera el Che, seguiremos adelante con la fuerza de la verdad de los pueblos.

Pronto podremos recibirte como mereces Iñaki en una Argentina mejor.

Red de Intelectuales y Artistas en Defensa de la Humanidad, Capítulo Argentina

Fuente: https://redhargentina.wordpress.com/2025/06/05/solidaridad-con-el-companero-inaki-gil-de-san-vicente/

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La convocatoria de la consulta popular rompe bloqueo institucional

Por: Bea Morales

 “Todo el cielo está en completo caos, la situación es excelente”, diría el presidente Mao.

En una intervención por todos los medios de comunicación, el presidente Gustavo Petro ha hecho un anuncio trascendental al convocar la Consulta popular sobre un nuevo régimen laboral para recuperar y otorgar nuevos derechos a los trabajadores colombianos, afectados gravemente por el modelo neoliberal implantado en Colombia desde los años 90 por el ex presidente Cesar Gaviria y blindado a lo largo de 3 décadas con un sistema de gobierno violento que incorporó ejércitos paramilitares anticomunistas, ejecutores de una demencial campaña de asesinatos, masacres, despojo y desplazamiento de más de 10 millones de campesinos; escenario en que sobresalen el exterminio de la Unión Patriótica y la liquidación de miles de líderes sindicales, sociales y de los derechos humanos. Todo bajo el amparo de los gobiernos de Uribe Vélez, Pastrana, Santos e Ivan Duque que contaron siempre con el apoyo del gobierno de los Estados Unidos.

La Consulta popular será citada mediante un decreto que se dará a conocer antes del 12 de junio en un acto público con la ciudadanía en Medellin o en Cali. Las votaciones de la misma podrán ocurrir a finales de julio o a mediados del mes de agosto.

Está previsto que la Corte Constitucional examine, una vez se haga la Consulta, la legalidad de la convocatoria para afianzar su pertinencia y legitimidad en la amplia jurisprudencia garantista, acumulada por tal institución desde su creación por la Asamblea Constituyente en 1991, con un desempeño ajustado a los principios del Estado social de derecho, con algunas excepciones por la infiltración de facciones de la ultraderecha y de las mafias jurídicas en su seno en años recientes provocando grandes escándalos y denuncias de corrientes democráticas radicales con fuerte incidencia en la esfera pública.

La audaz decisión del presidente Petro se da en una coyuntura compleja, de aguda confrontación de clases; en unas circunstancias en que, los adversarios de la ultraderecha fascista, promueven planes de asesinato y magnicidio del presidente, por ser hoy la persona más representativa del proceso de transformación profunda de la sociedad colombiana.

Las mafias fascistas están profundizando la confrontación, que se ha expresado en el bloqueo institucional, y que se propone saltar a la destrucción física del presidente Petro, involucrando segmentos militares y policiales degradados, presentes en eventos demenciales como el asesinato del presidente de Haití, las masacres de civiles pagadas por los Carteles mexicanos en Michoacán y en la guerra de Ucrania como mercenarios contratados por la Otan.

Así, el presidente ha dado un paso audaz que llevará la confrontación sociopolítica a nuevos niveles en el entendido de que solo la lucha permite conquistar los derechos de los trabajadores colombianos.

El presidente del Senado, Efraín Cepeda, con la compañía de otros voceros de la ultraderecha, han desatado una narrativa para insinuar golpes de estado y rupturas institucionales en la determinación del presidente, como lo hace el alcalde de Bogotá.

Lo cierto es que, como lo señala Montealegre: “Existen tres situaciones que viciaron el “procedimiento legislativo” (que hundió el tramite senatorial de la Consulta): (i) El hecho de que el presidente del Senado cerró abruptamente la votación, cuando una de las senadoras tenía la expectativa legítima de participar en la misma. Esta actuación le impidió a una parlamentaria -pro-consulta- ejercer el derecho a intervenir en la deliberación: se violaron los principios pro-democracia o pro-participación. (ii) El secretario general cambió el sentido de un voto por el sí, para volverlo no, cuando estaba cerrada la votación. La actuación del secretario fue un abierto desconocimiento del principio de preclusión que rige las etapas de un proceso legislativo. Violó la seguridad jurídica, valor con protección constitucional. Un acto arbitrario. Si bien el reglamento del Congreso permite sanear actos del trámite legislativo, él no era el competente para hacerlo. En este caso, el órgano era la plenaria. (iii) No se dio paso a la apelación que se hizo en forma inmediata ante estos vicios. Sin tramitar la impugnación, no se podía dar por finalizada la sesión. Quien debía decidir sobre la apelación, era la plenaria del Senado, no el presidente, quien, ni siquiera la tramitó” (Ver

https://revistaraya.com/ ).

Desde hoy, la victoria popular y progresista se dará en las calles en donde deberá construirse una nueva hegemonía en los Cabildos populares y las Asambleas comunitarias. La situación que atraviesa Colombia no admite vacilaciones, ni dudas, exige un cambio desde una política emancipadora radical; por lo que hay que redefinir al movimiento popular-indígena-campesino y afro como una fuerza social determinante.

Lo cierto es que la salida ya no está en la negociación paciente ni en los Acuerdos nacionales, con quien no lo quiere y lo sabotea con bloqueos de todo orden y en todas las instituciones, en una forma liberal democrática, en momentos en que la democracia colapsa y está cuestionada a nivel global por la emergencia de los populismos ultraderechistas que promueven el odio de clases.

Pero, al interior de la turbulencia política en auge por la convocatoria directa de la Consulta popular, desde la institución presidencial, lo que debemos asumir es que la lucha de clases va a implicar una lucha como crítica de la economía política, o sea la disputa por el reparto de los excedentes que producen millones de trabajadores de las ciudades y el campo.

Hay que plantear esta nueva lucha como una crítica a la economía política: no se pueden permitir el drenaje de descomunales partidas para subsidiar a los más ricos, a las vigencias futuras, a entregar millonarias partidas a las mafias de la corrupción (Regalias), a los poderosos dueños del transporte de carga, a las empresas de los servicios de luz y del gas. Hay que poner mano dura a esos privilegios y la demanda del presupuesto actual como lo ha exigido el presidente Petro va en la línea correcta.

Así, se pueden superar las brechas salariales, pensionales, en educación y en la salud; ejecutar una amplia política de vivienda que favorezca a los sectores más vulnerables; una reforma agraria con más inversión, tecnología, ampliación de mercados y de la frontera agrícola que beneficie a millones de campesinos. Solo por esta ruta, el campo popular dará rápidamente un nuevo impulso a las luchas sociales y aperturar el camino a un cambio político más profundo sobre la base de la unidad y la convergencia de los distintos sectores del bloque democrático popular.

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La guerra que Franco ganó en los despachos de medio mundo

Por: Bea Morales

El 31 de agosto de 1936, poco más de un mes después del inicio de la Guerra Civil, Julio López Oliván prestó su último servicio como embajador español en Londres. El diplomático renunciaba así al cargo que había ostentado durante la República para unirse a los franquistas con un aviso final: “Es una personalidad destacada y sincera con bastante tendencia al comunismo teórico”, advirtió al Ministerio de Asuntos Exteriores británico sobre Pablo de Azcárate, la persona que el Gobierno republicano de Madrid había elegido para sustituirle en un intento casi imposible de lograr que Gran Bretaña le prestara apoyo frente al fascismo.

El caso evidencia bien lo que ocurrió con la diplomacia tras el golpe de Estado del 18 de julio: como López Oliván, una inmensa mayoría de diplomáticos desertaron y se pasaron al bando sublevado mientras que solo unos pocos permanecieron leales a la República. Se calcula que fueron apenas medio centenar de un total de 275. El Gobierno tuvo entonces que “levantar una nueva carrera diplomática de la nada” de la que pasarían a formar parte esa minoría de fieles y un nutrido grupo de recién designados, explica el historiador Ángel Viñas, que ha estudiado a fondo el tema.

Los nombres de los leales serán rescatados del olvido el próximo lunes en un acto en la sede del Ministerio de Exteriores, en Madrid, en el que el ministro José Manuel Albares desvelará una placa en su honor. El objetivo es “poner en valor” el trabajo de los integrantes de la red de embajadas y cancillerías comprometidos con la democracia, sostienen fuentes del ministerio. En mayor o menor medida, todos durante el tiempo que duró la contienda buscaron influir en los países a favor de la legitimidad republicana y para intentar conseguir armas y suministros.

Uno de ellos fue Fernando Careaga Echeverria, al que el golpe de Estado pilló en República Dominicana y que después pasaría a ser secretario de la embajada española en Helsinki. Una vez Franco tomó el poder, Careaga abandonó su puesto y se exilió, primero a Francia y posteriormente a Venezuela, donde murió. Su nieta, Ainoa Careaga, acudirá al acto. “Mi abuelo tuvo que tomar una decisión muy difícil, lo abandonó todo: su carrera, su país y su vida para exiliarse en el extranjero. Fue despojado de todo menos de sus principios morales. Decidió ser fiel a ellos”, afirma la también diplomática destinada actualmente en Marruecos.

La soledad de la República

En aquellos momentos la situación exterior de la República no era nada fácil y los diplomáticos fieles desarrollaron una intensa actividad para intentar contrarrestar su soledad internacional mientras los desafectos siguieron trabajando desde el exterior para inclinar la balanza hacia los rebeldes. “Estos últimos tuvieron una influencia bastante decisiva. Por un lado, entorpecieron la labor de sus compañeros y excompañeros fieles y, por otro lado, contribuyeron a frenar en las cancillerías extranjeras una corriente a favor de Franco”, explica Viñas, que ha recopilado los nombres para la placa y ya en 2010 coordinó el libro Al servicio de la República. Diplomáticos y Guerra Civil (Marcial Pons).

En él, voces expertas en la materia ponen el foco en algunas de las embajadas clave del momento, entre ellas Londres o París, que lideraron de forma decisiva el pacto de “no intervención” en la Guerra Civil española. Este acuerdo “acabó aislando a la República” –que a partir de octubre de 1936 sí comenzó a recibir la ayuda de la Unión Soviética y México– mientras que era incumplido sistemáticamente por la Alemania nazi y la Italia de Mussolini, que apoyaron desde el principio de la guerra al Ejército franquista con envío de armamento. “La guerra se ganó o se perdió en los campos de batalla, pero detrás había mucho más. En este sentido, el sostén a Franco que consiguieron intensificar muchos de los diplomáticos sublevados fue significativo”, añade Viñas.

Fernando Careaga, uno de los diplomáticos que permaneció fiel a la República. Foto cedida

Caso paradigmático es el de Gran Bretaña, donde Pablo de Azcárate intentó reforzar la imagen democrática de la República. Según recoge el catedrático de Historia Contemporánea Enrique Moradiellos, el nuevo embajador logró en buena medida la simpatía de la opinión pública, pero no de las autoridades británicas, que rechazaron modificar su política de no intervención por dos razones: el recelo que el gobierno republicano despertaba en ellas y la política de “apaciguamiento” tras la Primera Guerra Mundial que fracasó años después, en 1939, con el inicio de la segunda.

La perseverante negativa del gobierno de Londres a contribuir a la defensa de la democracia en España la dejó clara en septiembre de 1936 Lord Cranbore, secretario parlamentario del Ministerio de Asuntos Exteriores británico, en una comunicación que rezaba así: “El señor Azcárate pronto se dará cuenta de que no hay ninguna esperanza de que pueda inducir al Gobierno [británico] a revocar su política de no intervención para tomar partido por el Gobierno español”. El país, de hecho, reconoció formalmente al Gobierno de Franco en febrero de 1939.

La suspensión de pagos

Viñas recuerda además que el banco británico British Overseas Bank (BOB), que aseguraba desde hacía años la tesorería exterior española, decidió en el primer semestre de 1938 asestarle “una puñalada” al Gobierno republicano con la suspensión de los pagos que enviaba el Banco de España desde Barcelona a consulados y embajadas. Una operación que buscó “la asfixia económica” de la actividad diplomática en el exterior de la República, cree el experto, que nombra como efecto “un impacto político negativo inmenso”.

Entre los afectados estuvo precisamente Fernando Careaga, que en marzo de 1938 envió una queja desde Helsinki debido a que el banco local le había comunicado “que siguiendo instrucciones recibidas de Londres suspendía el pago de mis haberes”, reproduce el historiador en el libro. Los diplomáticos leales desempeñaron su trabajo en un ambiente “hostil” teniéndose que enfrentar en ocasiones a la “crispación y la obstaculización” que protagonizaron a veces los desertores de sus puestos, simpatizantes de la causa franquista. Algo “habitual” fue llevarse archivos y documentación “importante” de los despachos, algo que también “sufrió” Careaga.

Lo que ocurrió en Washington fue también significativo: el embajador Luis Calderón, que dimitió por afinidad a Franco, fue sustituido por el destacado socialista Fernando de los Ríos, que también intentó que Estados Unidos abandonara su neutralidad y vendiera armas a los republicanos. Una “misión imposible”, la define la catedrática en el Williams College (Massachusetts) Soledad Fox, que explica cómo el diplomático hizo numerosos esfuerzos propagandísticos para “ganarse” a la opinión pública estadounidense.

Sin embargo, de los Ríos dejó la embajada sin lograr un cambio de rumbo en un contexto “particularmente difícil”, en el que el papel de los votantes católicos influiría en el Partido Demócrata, así como los negocios que multinacionales como Texaco, Ford y General Motors hacían con los franquistas, a quienes vendían petróleo y ruedas, camiones y otros materiales, cuenta Fox. A pesar de que el embajador “siempre mantuvo la esperanza de volver a una España libre”, murió en su casa de Nueva York en 1949.

Exilio y heridas

La inmensa mayoría del nuevo personal de servicio exterior nombrado por la República y de aquellos que le fueron leales siguieron sus vidas en el exilio, fuera de la carrera diplomática, y casi todos pudieron volver a su país una vez muerto el dictador. Pero el acto que el Ministerio de Asuntos Exteriores celebrará el próximo lunes, heredero de la iniciativa que ya en 2009 comenzó el exministro Miguel Ángel Moratinos, pretende también homenajear a aquellos miembros de la red de embajadas y consulados que fueron expulsados de la misma durante la dictadura.

Es el caso de Vicente Girbau, que ingresó en la carrera diplomática en 1953. Pronto Girbau destacó por sus actividades clandestinas contra el régimen franquista y entró a formar parte de la Agrupación Socialista Universitaria de Madrid. El diplomático fue detenido en marzo de 1956 por la difusión de un manifiesto y pasaría nueve meses encerrado en la cárcel de Carabanchel hasta que en 1958 sería expulsado de la carrera diplomática y exiliado a Francia. Fallecido Franco regresó a España, donde se reincorporó: su último destino fue como embajador español en Malta, donde estuvo hasta 1988.

“En este contexto internacional que estamos viviendo, recordar a personas que no miraron para otro lado ante la barbarie es muy necesario”, sostiene Ainoa Careaga sobre su abuelo y el resto de opositores a Franco. Las familias, dice, están “muy agradecidas” por el acto, que consideran “de justicia y de memoria histórica”: “No es fácil seguir con la vida hacia adelante cuando en el pasado hay heridas que no han cerrado bien”, añade. Es por eso, por la historia de su abuelo, que ella piensa que decidió dedicarse a lo mismo que él. Por una herida, la del olvido, que ha perseguido siempre a su familia pero que ha comenzado a sanar.

Fuente: https://www.eldiario.es/sociedad/guerra-franco-gano-despachos_1_12362755.html

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Avanzar en medio de la crisis y sobre el péndulo del viejo poder

Por: Bea Morales

Puede que luego de los dos días de paro nacional y la algarabía con la cual los sectores del viejo poder agitaron alegremente el lánguido resultado de las jornadas sucedidas este 28 y 29 de mayo, exista gran perplejidad por la forma en que los acontecimientos se han dado y mucho sinsabor al intentar hacer balances sobre la situación.

Pero sin embargo, estos son necesarios y se requieren para seguir avanzando en medio de la crisis del país y de la intensidad con la que se mueve la lucha de clases y se proyecta la praxis de las fuerzas sociales y políticas que actúan en ellas. Es ineludible la valoración respecto a los hechos reales de estos dos días -y sobre lo que todos y todas estábamos expectantes de que sucediera-, sin importar el sector político o el grado de indiferencia y compromiso con el cual individual y colectivamente asumimos la situación en proceso. Desde todos los lugares se esperaba que algo ocurriera y efectivamente ocurrió. Pero el desenlace debe remitir su análisis no sólo al punto de despegue de la coyuntura, sino al balance de la forma en que operaron las fuerzas que la desencadenaron, pues estas misma operaron como anclas de impulso, freno y redireccionamiento.

Lo que parece terrible, desde una perspectiva de izquierda proletaria, es que después de la actual coyuntura política los sectores conservadores puedan quedar en una posición más favorable, incluso llegando a posar de absolutos ganadores del pulso de clases.

Esto, pese a que la acción negacionista del bloque conservador de vehiculizar mínimos ajustes a su máquina de poder y explotación, los condujo a un callejón sin salida. Pero de ese callejón lograron parcialmente escapar al neutralizar, por un lado, la ofensiva de las fuerzas progresistas expresada en el intento de lograr a través de la Consulta Popular un marco de presión política frente a esta actitud anti reformista y sacar una posición de ventaja para la puja electoral del 2026. Por otro lado, el bloque conservador logró acaparar la bandera de la reforma laboral y la racionalidad institucional, frente al supuesto aventurerismo caudillista y populista del progresismo.

En ambos movimientos, desde las fuerzas del centro y la derecha, el conservadurismo libró una lucha articulada, calculada y consciente de lo que podría perder y ganar. En ello articuló cada uno de los mecanismos de poder que detenta: los partidos políticos con sus intelectuales orgánicos, los medios de comunicación, las instituciones de seguridad y sus modelos de seguridad ciudadana, el poder judicial de las cortes y el concurso de sus gremios económicos. Todos juntos en una sola voz asumieron la gestión de la crisis, a costa de irradiar su burdo pragmatismo como la forma de persuadir la conducta nacional. El “todos ponen, nadie pierde” conduce a olvidar que en la sociedad del capital siempre pierde el proletariado.

Por eso esa facción del bloque de poder no vaciló en ceder aspectos mínimos que iban en contra de intereses básicos de sus diferentes sectores, pero que aseguraban una mejor posición hegemónica para la gestión de la coyuntura e incluso para reacomodar sus beneficios, como lo evidencian varios aspectos de la reforma laboral de la 4ª Comisión.

Así, desarmaron el mecanismo de respuesta de las fuerzas progresista y abatieron, uno a uno, los diferentes esfuerzos de su reajuste. Primero negaron la reforma laboral, pero una vez se puso al frente la amenaza de la consulta popular y el riesgo de un nuevo estallido social, se enfilaron contra la consulta y revivieron la reforma laboral -aunque ahora aún más ajustada a sus intereses-, evidenciando la faceta instrumentalista del progresismo hacia lo electoral y colocando en crisis la estrategia de gestión política del gobierno. Al tiempo colocaron la eficiencia del proceso democrático, siempre rebajado a su antojo, como el proceso más racional para distensionar el conflicto social, en detrimento de la movilización popular.

El segundo aspecto a considerar se remite a la confirmación del quiebre crítico progresismo. Pues las fuerzas progresistas, por un lado, han sido sometidas al desgaste de los mecanismos institucionales entre uno y otro recurso; y por otro, al desmarcarse de los ejercicios sociales y populares que llamaron al paro y a la huelga nacional, mostraron su disciplina burocrática frente a las formas institucionales y con los pesos y contrapesos de sus poderes. No sin antes ir contra la movilización, higienizar sus conductas y lavarse las manos de los costes de una puesta en escena fallida que pudiera minar su vigencia como fuerza política, tratando de endosar dichos costes al movimiento popular. Para ello recurrieron nuevamente al reencuadre de su limitada estrategia de gestión institucional, pero con mayores grados de debilidad y con el sol a la espalda: como todo como un cuerpo senil sobre el cual “se regodean los buitres”. Estos en línea del escenario electoral del 2026 del cual con seguridad dictaminan el ocaso del poder presidencial del progresismo.

Entre reencauche de las fuerzas conservadoras y la profundización del quiebre de las fuerzas progresistas del régimen de poder colombiano, fue propicio la toma e iniciativa de los sectores proletario populares que, en contra de las fuerzas hegemónicas de izquierda y de derecha, debieron desentumir sus fibras musculares y despuntar esfuerzos en aras de ganar campo político en medio del péndulo del viejo poder.

Sin que esto implique los resultados más óptimos, es relevante que estos sectores sí admitieron el reto de mantener la bandera de la movilización, la crítica hacia el tipo de democracia tramposa y antipopular que reproduce las condiciones de hegemonía del bloque de poder, y la necesidad de apropiar y construir un margen programático. Pero estos potenciales esfuerzos deben reforzarse y enfocarse en gestionar su fuerza social, su capacidad de articulación y de interconexión con los amplios sectores populares y proletarios, en clave de responder a los retos venideros y al escenario del día D después del 7 de agosto del 2026.

Giovanny Bermúdez Mendoza, Centro de Pensamiento y Teoría Crítica Praxis

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Israel tiene en Gaza su escaparate militar y en Europa, su mejor cliente

Por: Bea Morales

Israel alcanzó en 2024 un récord en sus exportaciones militares, llegando a los 13.000 millones de euros, y mantuvo a Europa como principal cliente, que compró el 54% del montante total, un cliente que asistió impasible al genocidio que lleva a cabo en Gaza, más allá de críticas tibias y reacciones tardías.

El Ministerio de Defensa israelí destacó que se trata del cuarto récord consecutivo, fruto de una subida interanual del 13%, pero que eleva el volumen de exportaciones a más del doble que hace cinco años.

Las revisiones de contratos pendientes no acaban de concretarse ni siquiera después de 20 meses de masacres diarias.

De hecho, el Ministerio israelí se jactó de que cerca del 57% de los acuerdos son «megacontratos» superiores a los 100 millones de dólares. En cuanto al tipo de producto exportado destaca, con un 48%, la categoría de misiles, cohetes y sistemas de defensa aérea. Las ventas sobre tecnología espacial, por su parte, se dispararon del 2 al 8%.

De hecho, Europa no solo no ha reducido sus compras, sino que en el terrible año 2024 pasó del 35% de las exportaciones al 54%, si bien el informe no diferencia las ventas por países. Le sigue a gran distancia la región de Asia-Pacífico, con un 23%, y los países árabes que firmaron los Acuerdos de Abraham –Emiratos Árabes Unidos, Bahréin y Marruecos–  para normalizar relaciones con Israel, que no solo no han cortado relaciones sino que suman un 12%, frente al 3% anterior.

El infierno de los palestinos en Gaza ha sido el escaparate de Israel para vender sus misiles. El ministro de Defensa israelí, Israel Katz, presumió de un «tremendo logro» que considera «resultado directo de los éxitos» logrados en el campo de batalla de Gaza, Líbano, Yemen, Irán y en cualquier otro escenario donde ve «enemigos». «El mundo ha visto la fuerza de Israel y busca ser un aliado –insistió Katz–.  Los resultados operativos de la guerra y el rendimiento demostrado de los sistemas israelíes en el campo de batalla han generado una fuerte demanda internacional de tecnología de defensa israelí».

Añadió que Israel está dispuesto a seguir consolidando la industria militar para «garantizar la clara superioridad frente a cualquier amenaza, en cualquier lugar y en cualquier momento».

Alemania y Noruega seguirán vendiendo armas

Israel tiene también en Europa algunos de sus principales proveedores de armas, que ni contemplan la posibilidad de cortar esta relación. Precisamente, el ministro de Exteriores de Alemania, Johann Wadephul, reiteró ayer que su Gobierno seguirá suministrando armas a Israel, porque este Estado las necesita para «defenderse». Wadephul reiteró que «la seguridad y existencia» de Israel son «razón de Estado» para Alemania. En  la misma sesión parlamentaria, una diputada de La Izquierda, Cansin Köktürk, fue expulsada por llevar una camiseta con la palabra Palestine.

El Parlamento de Noruega, rechazó varias propuestas para limitar las inversiones del fondo soberano en empresas israelíes o vinculadas a Israel que le vendan armas o contribuyan a la situación actual de los territorios palestinos ocupados.

También rechazó cambiar los criterios para la venta de armamento militar para excluir a empresas que utilicen las armas «de una manera que constituyan graves violaciones de los Derechos Humanos y del Derecho Humanitario».

En el Estado español, donde el Misterio de Defensa afirma haber suspendido la licencia de una empresa israelí para fabricar 168 sistemas de misiles contra carro Spike LR2, un informe del Centro Delás de Estudios por la Paz reveló que las importaciones de armas, tanques y otros materiales de guerra de Israel sumaron el valor de 36,7 millones de euros desde el inicio de la agresión contra en Gaza.

Protesta ante el Parlamento británico para exigir el embargo y sanciones contra Israel. (Adrian DENNIS/ AFP)

Por su parte, el primer ministro británico, Keir Starmer, otro de los aliados de Israel, afirmó ayer en el Parlamento que la Franja de Gaza atraviesa por «días oscuros»  debido a la intervención militar israelí, que calificó de «intolerable» y «contraproducente». Mientras hablaba, fuera del Parlamento, centenares de personas en una cadena humana exigían a Starmer que imponga un embargo y sanciones contra Israel.

El Trinity de Dublín corta relaciones

A pesar de la lentitud de las respuestas, algunas instituciones van dando pasos en ese sentido, bajo la presión de movimientos sociales como los estudiantiles.

La universidad Trinity College Dublin (TCD) votó a favor de eliminar todos sus vínculos con otras instituciones académicas y compañías radicadas en Israel. El TCD pondrá fin a las inversiones, relaciones comerciales y colaboraciones académicas y de investigación, lo que afectará también al programa de intercambio Erasmus+ con universidades israelíes. Una investigación del “The Irish Times” constató que el Trinity tenía inversiones en 13 compañías israelíes, tres de la cuales figuran en una lista del Consejo de Derechos Humanos de la ONU de empresas involucradas en colonias israelíes en Palestina.

También la Universidad de Ginebra, tras la movilización de los estudiantes, ha puesto fin a un acuerdo estratégico con la Universidad Hebrea de Jerusalén y no renovará el convenio con la Universidad de Tel Aviv, que finaliza en febrero próximo, aunque pidió que no se interprete la decisión como un boicot académico.
En el Estado francés, un grupo de asociaciones pidió ante un tribunal que impida que el Salón Aeronáutico de París, que se celebra del 16 al 22 de junio, reciba a empresas israelíes, argumentando que los proveedores de material de guerra participan en la «comisión masiva de crímenes internacionales» en Gaza.

Casi cien muertos en un día

Mientras tanto, el Ejército israelí mató el martes al menos a 95 personas e hirió a otras 440. Muchas de las víctimas eran padres que suelen ser los que van buscar comida con la que alimentar a sus hijos, después de que Israel forzara la creación del nuevo sistema militarizado de reparto de alimentos que ayer cerró todos sus puntos.

El jefe de asuntos humanitarios de la ONU, Tom Fletcher, denunció que estas muertes son «resultado deliberado de la elección de Israel de privar sistemáticamente a dos millones de personas de bienes esenciales para sobrevivir».

Ayer mató a 41 personas más desde medianoche. Siete de ellas, incluidos tres niños, en ataques con drones en Yabalia y en Jan Yunis. El Ejército de Israel bombardeó además por undécima vez el hospital de los Mártires de Al Aqsa, en el centro de la Franja. También atacó zonas residenciales de Deir el-Balah y las tiendas de desplazados de Mawasi. 

Venta francesa

La eurodiputada Rima Hassan, a bordo de la Flotilla de la Libertad que se dirige a Gaza, pidió a Emmanuel Macron que el Estado francés detenga el envío de equipo militar a Israel. Una investigación de Disclose y The Ditch reveló ayer que París se prepara para entregar material de ametralladora al Estado israelí.

Flotilla

El Ejército israelí amenazó al barco Madleen, que se dirige a Gaza como parte de la Flotilla de la Libertad, afirmando que está «preparado para actuar en consecuencia» y evitar que lleguen a Palestina. Después de que el martes drones sobrevolaran el barco de forma repetida, los activistas a bordo han pedido que se envíe un correo electrónico a los diferentes Ministerios de Exteriores para pedir protección.

Fuente: https://www.naiz.eus/es/info/noticia/20250605/israel-tiene-en-gaza-su-escaparate-militar-y-en-europa-su-mejor-cliente-1

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«Cuando ya no tenemos testigos directos, los objetos son el testimonio que nos queda»

Por: Bea Morales

El arqueólogo Josu Santamarina ha publicado con la editorial Sans Soleil un libro que recorre el desarrollo de la Guerra del 36 a través de vestigios arqueológicos. Después de esta investigación doctoral, destaca que los cambios de paisaje «muy radicales» han destruido parte de los restos, como el Cinturón de Hierro.

“Euzkadi en ruinas. Arqueología de la Guerra Civil en el País Vasco (1936-1948)” es el título del libro que ha publicado el arqueólogo Josu Santamarina Otaola. Tal y como ha explicado en conversación con 7K, cada vez hay menos personas vivas que vivieron la Guerra del 36 y «los objetos son el testimonio que nos queda».

Así, en este libro, que deriva de una investigación doctoral que comenzó en el año 2016, se narra la denominada Guerra Civil desde julio de 1936 hasta 1948, el año en el que se derogó el Estado de Guerra, y porque en el 39 no comenzó la paz, sino «la ocupación del territorio, la fase de represión, de los símbolos, los monumentos, la propaganda y la reconstrucción».

Este trabajo otorga «una visión diferente e inédita», a través de los objetos, de este periodo histórico. De esta manera, explica Santamarina, «lo interesante ha sido ver que nos da la visión de que hubo varias guerras -de columnas, de trincheras-, una especie de secuencia, estratigrafía, de los tipos de guerra y que cada una tenía su objeto característico».

A esos objetos que definen una época se les llama «fósil director» en la arqueología. La primera fase de la guerra, la “Guerra de Columnas”, fue «muy precaria» y en ella se utilizó «una munición muy rudimentaria que venía de los cuarteles». También se reutilizaron espacios y son «muy características» las fosas de cuneta, «una cosa muy cruda».

Restos de una trinchera en San Pedro-Askuren. (Biblioteca Nacional)

En la “Guerra de Trincheras” el fósil director son las fortificaciones, como los búnkeres, «que aparecen en esa época». En la primavera del 37, sin embargo, «cuando empiezan los bombardeos masivos sobre el territorio vasco», como el de Durango y el de Gernika, «el fósil guía más característico es el cráter, el impacto, y también los cuerpos mal enterrados o tirados en el monte». Más tarde, en la década de los años 40 son «los centros represivos, los monumentos o las fosas en cementerios de prisioneros muertos por hambre y frío».

La investigación arqueológica también ha arrojado luz sobre la cuestión de la participación extranjera en la guerra. En el yacimiento de San Pedro-Askuren, en Urduña, el principal que han excavado en estos años y que «ha dado una información tremenda», solo el 9% de la munición hallada es de fabricación española. «El resto vino de México, Alemania, Francia, Estados Unidos o Rusia», explica Josu Santamarina.

Imagen capturada en Legutio en 1937. (Biblioteca Nacional)

Por lo tanto, «es una guerra internacional» y la del 36 «fue parte de una guerra civil europea, antecedente de la Segunda Guerra Mundial, si se quiere». Es por eso que el concepto de “Guerra Civil” para referirse a la que empezó con el golpe de Estado contra la Segunda República española, es «muy cuestionable, también a nivel arqueológico». «Yo mismo me debato con él, porque la definición clásica es la de una nación, en la cual vecinos y hermanos se pelean y es un relato que la propia dictadura usó de propaganda», detalla.

Uno de los protagonistas del libro es Legutio, donde pasó su niñez Josu Santamarina. Se habla de la Batalla de Villarreal, la única ofensiva de Euzko Gudarostea que el bando sublevado «acabó usando a su favor» con motes como “Villarruinas”, “Villaescombros” o “El Verdún alavés”, «reclamando así esa característica de lugar sagrado, santo, de lugar de sus mártires, de sus caídos».

Trabajos de excavación en San Pedro-Askuren. (Josu Santamarina)

En el contexto arqueológico, el caso de Legutio es significativo por la manera en la que se desarrolló la construcción franquista del embalse de Urrunaga, que «alteró mucho el paisaje de la guerra» y ha hecho que muchos de los restos queden inundados para siempre. También ha quedado constancia de la guerra en los cráteres del monte Aiaogana, «que fue bombardeado en dos minutos por la Legión Cóndor alemana», en los que «la hierba y los helechos crecen de forma extraña y el ganado no come».

De esta manera, según apunta el arqueólogo, la reconstrucción de lo que destruyó la guerra trajo consigo «la imposición de un paisaje monumental, de los símbolos», es decir, el «paisaje de la victoria». «El franquismo creó una institución específica que se llamaba Regiones Devastadas, que era para crear escenografías favorables al régimen y, además, implantar todo un sistema propagandístico».

LOS RESTOS DESPUÉS DE CASI UN SIGLO

Otra parte de los restos tampoco se conserva por las transformaciones de paisaje «más radicales» en los últimos años. «En estos 90 años han pasado cosas que no habían pasado en los miles de años antes», explica Josu Santamarina. «En este sentido, donde se conservan más restos es en Araba, que es donde hay más monte comunal, donde por lo general se conservan mejor los paisajes naturales y los agrícolas y rurales».

En el caso de Bizkaia, por ejemplo, esas transformaciones han dañado el Cinturón de Hierro que «se hizo en previsión del ataque franquista, pero realmente casi no tuvo utilidad» y quedó casi intacto. Por ello, «lo que el franquismo no le hizo al Cinturón de Hierro, se lo ha hecho el capitalismo en estos años porque se lo ha ido cargando, lo ha ido destruyendo».

Aun así, añade Santamarina, desde 2019 un decreto protege estos restos arqueológicos y establece protocolos de protección, pero no cubre la mayoría de los restos que investiga en este trabajo. De hecho, hay elementos que aparecen en el libro que ya han sido «destruidos o bastante dañados en muy pocos años».

NOMBRES PROPIOS

Aunque, según Santamarina, «la arqueología es el mundo del anónimo», el hallazgo de una chapa de un miliciano que no estaba asociada a ningún cuerpo en San Pedro-Askuren llevó a trazar toda la historia de este hombre. Se trata de Manuel Mogrovejo, nacido en Zornotza, se enroló en el batallón comunista Leandro Carro con 17 años y combatió en San Pedro, donde se entiende que perdió su identificación, porque lo habitual es que aparezcan al lado de un cuerpo.

Tenedor, cuchara y filo de cuchillo hallados en San Pedro-Askuren. (Jagoba Manterola | FOKU)

Después, pasó por el Campo de Gurs y fue enviado a la línea Maginot. «Una de las cosas más fuertes» para Santamarina es que fue uno de los deportados vascos en campos de concentración nazis y estuvo en Mauthausen desde 1941 hasta 1945, cuando las tropas americanas entraron a liberar el campo. «Un caso muy único», destaca, porque era un nombre que había quedado en el olvido en las bases de datos. Además, lamenta que «hemos olvidado la historia de los deportados vascos en campos de concentración».

Otra historia personal no tan clara es la de Catalina, el nombre que alguien dejó grabado en un búnker en el norte de Araba. «La inercia nos lleva siempre a pensar que será ‘la mujer de’, ‘la hermana de’ o ‘la madre de’, pero también puede caber la posibilidad de que sea un nombre escrito por una mujer en primera persona allí, en el frente de Ketura», aclara Josu Santamarina. Sin embargo, este caso «es casi como si fuese una investigación prehistórica», porque ese nombre no consta en ninguna nómina.

Aun así, «no hemos descubierto nada», advierte el arqueólogo refiriéndose al equipo que ha trabajado en esta investigación. «En Euskal Herria tenemos un tejido asociativo y vecinal super potente, que ya buscaba conocer esto antes, incluso, de que nos acercáramos a la universidad».

El autor con su libro. (Jagoba Manterola | FOKU)

Destaca así que en este trabajo han intentado «profundizar en ello, sistematizarlo y ofrecer las herramientas que da la arqueología y también la historia». Celebra que en Euskal Herria, en el caso de la memoria histórica sobre esta guerra, hay «cierto consenso» sobre la necesidad de investigar, «una rareza» en el Estado español. Lo compara con Murcia, donde todavía no se ha excavado ninguna fosa y con Madrid, donde las primeras las excavó Aranzadi hace unos tres años, por ejemplo.

Así, para Josu Santamarina, «la arqueología es interesante porque nos invita a pensar que, una vez de que ya no tenemos prácticamente testimonios directos, los objetos son el testimonio que nos queda». «Es una pena, pero creo que también se trata como una oportunidad», concluye.

Fuente: https://www.naiz.eus/es/hemeroteca/7k/editions/2025-06-01/hemeroteca_articles/cuando-ya-no-tenemos-testigos-directos-los-objetos-son-el-testimonio-que-nos-queda

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Aragón, la meca porcina insaciable

Por: Bea Morales

Cuando el año pasado la sentencia del Tribunal de Justicia de la Unión Europea que condenó a España por no adoptar medidas suficientes para evitar el exceso de nitratos en el agua nombró al pueblo de La Sotonera (Huesca) como ejemplo del impacto ambiental y social que tiene esta contaminación, su alcaldesa, Isabel Bailo, respiró aliviada. “Esperemos que esta sentencia sirva para solucionar este grave problema“, celebró. Sus 900 habitantes, quienes conviven con 14 macrogranjas porcinas (45 mil cerdos), llevan años sin poder beber agua del grifo. 

Pero Bailo subestimó el poder de presión de una industria insaciable, que tiene a Aragón como meca productiva de España y Europa. Los planes del poderoso tejido empresarial del sector, gigantes de la exportación, son de un mayor crecimiento, más instalaciones, más animales, más producción y más rentabilidad, ya en niveles récord. Este lobby lleva desde el año pasado rondando los despachos políticos para eliminar las (pocas) restricciones ambientales a las macrogranjas, aprobadas en la Ley de Agricultura Familiar de 2023.

Como era de esperar, la presión surtió efecto. El 15 de mayo, las Cortes de Aragón, con los votos del PP y Vox, la abstención del PSOE y el rechazo de IU y Podemos, modificó esta normativa, dejando sin efectos los límites —artículo 8— que tenían las granjas en régimen intensivo. Ya no habrá un tope en la cantidad de cabezas de ganado. Tampoco una distancia mínima entre instalaciones. Y quedará a voluntad de los empresarios comprobar la capacidad de los suelos cercanos para absorber purines.

“La verdad que nos ha sorprendido esta decisión política. La desregulación ocurre con una sentencia condenatoria de fondo del Tribunal de Justicia de la Unión Europea, en la que, precisamente, se pone a Aragón como ejemplo de todo lo que hay que corregir. Mientras Catalunya, la otra comunidad autónoma líder en macrogranjas, empieza a pisar un poco el freno por impactos que ya no se pueden ocultar, Aragón pisa el acelerador”, lamenta Luis Ferreirim, responsable de Agricultura de Greenpeace España, uno de los activistas que más conoce sobre este nocivo e insostenible modelo de negocio.

La pregunta del millón, agrega Ferreirim, es saber qué más tiene que ocurrir para que los poderes políticos y económicos de Aragón dejen de “tensar una cuerda”, que tarde o temprano, se acepte o se siga negando, se va a cortar. “La comunidad científica es clara: se necesitan medidas contundentes y ambiciosas para frenar una inercia que nos lleva al desastre. Estamos yendo en el camino opuesto, profundizando el modelo. Es de no creer”, se queja.

Regulación fallida

La Ley 6/2023 de protección y modernización de la agricultura social y familiar se aprobó meses antes de las elecciones autonómicas que llevaron al PP y Vox al poder. En la repartija de departamentos, el presidente autonómico, Jorge Azcón, cedió Agricultura a la ultraderecha. “La Ley de Agricultura Familiar se va a derogar. Conlleva un impacto económico negativo en las explotaciones ganaderas”, repetía por aquel entonces Ángel Samper, el consejero del partido de Santiago Abascal.

Sin embargo, en julio de 2024, Vox salió del Gobierno de Aragón y la Consejería pasó a manos de Javier Rincón, del PP. La derogación de la ley quedó descartada. “Vamos a modificarla para corregir límites innecesarios”, adelantaron los populares. En octubre, Rincón firmó una orden para avanzar con los cambios. El texto decía: “Se pone de manifiesto la necesidad de acometer otras modificaciones demandadas por el sector que vengan a depurar distorsiones provocadas por la limitación de la capacidad máxima de las explotaciones ganaderas intensivas y el régimen de distancias mínimas entre ellas”.

En febrero, Vox recogió el guante y registró una proposición de ley para reformar con urgencia y de “una maldita vez” la normativa. “Estamos puteando a los ganaderos y agricultores. No se entiende por qué se hacen estas leyes”, se quejó el portavoz Alejandro Nolasco.

Hasta hace algunos días, las granjas aragonesas tenían 720 unidades de ganado mayor (UGM) como capacidad máxima (864 antes de la ley) y al menos un kilómetro de distancia entre explotaciones. Existía, además, un tope de 20% a las ampliaciones de las macrogranjas. Todas las restricciones han quedado suprimidas. Al cabo, la reforma legislativa va a facilitar la instalación de plantas intensivas más grandes —hasta 8.600 cerdos de cebo por explotación y ciclo—, más próximas entre sí y sin control previo sobre la saturación de los suelos cercanos.

“La sensación es que en Aragón no se puede adoptar ni la más mínima medida regulatoria, porque lo que se ha derogado está lejos de lo que realmente se necesita, como no conceder más autorizaciones de instalaciones o reducir la cabaña ganadera en intensivo. La realidad es que hemos llegado a un límite. El territorio español no puede soportar más cerdos, empezando por Aragón”, subraya Ferreirim.

Siete cerdos por habitante y 20 millones de metros cúbicos de purines al año

No hay una definición oficial de macrogranja, pero según la normativa española se consideran aquellas explotaciones industriales que disponen de más de 40.000 plazas para aves de corral, 2.000 plazas para cerdos de cría (de más de 30 kg) y que superan la emisión de 100 toneladas de metano al año.

Greenpeace lo explica así: “Las macrogranjas son el exponente máximo de la ganadería industrial. Son instalaciones muy mecanizadas con una gran capacidad de producción en un espacio reducido para el número de animales que alberga. Es una ganadería sin tierra, altamente dependiente de insumos externos (agua y piensos) y que genera muchas emisiones y residuos. En estas instalaciones industriales, los animales no salen al campo y pasan su vida encerrados y hacinados. Son auténticas fábricas de carne, leche y huevos, pero también de cambio climático, contaminación y sufrimiento”.

El objetivo, resume Ferreirim, es claro: obtener la mayor producción de carne, leche y huevos al más bajo coste y en el menor tiempo posible. En Aragón, según los últimos datos publicados por el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, hay 190 de estos establecimientos. El número crece a 4.500 si a esta lista se le agregan las naves que tienen entre 1.000 y 2.000 cerdos de cebo. En total, las granjas de porcino aragonesas suman 9,6 millones de cabezas (es decir, siete cerdos por habitante), según el último censo nacional, que generan más de 20 millones de metros cúbicos de purines al año.

Este punto es clave: los purines son un residuo orgánico que incluye heces, orina, restos de comida, paja y agua de limpieza. Históricamente, se los ha usado para fertilizar el suelo. Pero usados de forma incorrecta pueden contaminar el agua superficial y subterránea con nitratos (NO3-). Si los nitratos superan 50 mg/L, el agua deja de ser potable porque puede producir problemas sanitarios.

Como explica el experto de Greenpeace, en España, las empresas y fondos de inversión —principales actores— dejan el manejo de los purines en manos de los agricultores. “En España funciona un modelo de negocio que se llama “integradoras”, donde esas grandes empresas contratan a pequeños emprendedores. Las corporaciones ponen los cerdos, los piensos y los medicamentos. El agente local cría y engorda. Y también gestionan los purines, lo más complicado de esta producción”, detalla.

Como la maximización económica es la primera premisa, estos desechos se “descartan sin control alguno”. “La primera lupa hay que ponerla en las cantidades ingentes de excremento que estamos generando. En España estamos sacrificando más de 50 millones de cerdos cada año. Es una barbaridad”.

En Aragón, estos purines ya son un grave problema de salud pública. Según las últimas mediciones de la Red Ciudadana de Vigilancia de Nitratos, el 72% de las aguas subterráneas analizadas en Aragón están contaminadas. El porcentaje es del 42% en el caso de las aguas superficiales. La situación es tan grave que el 20% de las muestras en el agua de consumo dio positivo. En los últimos años, 22 poblaciones aragonesas han experimentado episodios de contaminación por nitratos en sus redes de abastecimiento de agua potable. A nivel nacional, la cifra supera los 300 municipios, según las estadísticas de Greenpeace.

“Si esto estuviese afectando a una gran ciudad, otro gallo cantaría. Pero como afecta a pequeños pueblos y personas que a veces no tienen capacidad de movilización, no solo es que no se toman medidas, sino que se decide profundizar el modelo”, denuncia Ferreirim.

Cómo decrecer

Como detalla Datadista, proyecto periodístico que más ha investigado las macrogranjas en Aragón, las exportaciones de carne de cerdo de esta comunidad autónoma alcanzaron en 2023 las 734.000 toneladas, un 20% más que en 2022. En 2024, las ventas al exterior crecieron un 10,5%, con 811.414 toneladas exportadas por un valor de 2.252,9 millones de euros, lo que representa el 13% de todas las exportaciones de la comunidad. El sector supone el 3,55% del PIB regional y genera 5.000 empleos directos y 11.000 indirectos. “Nada puede con la pujanza del cerdo”, sentenciaron en diciembre los periódicos locales al difundir estas cifras.

La dependencia al cerdo de muchos pueblos y ciudades divide opiniones dentro de las organizaciones sociales que luchan por frenar a esta industria. María José Pueyo, portavoz de la Plataforma Loporzano Sin Ganadería Intensiva, uno de los pocos colectivos de protesta que existe en las comarcas afectadas (Loporzano tiene 557 habitantes), repite en sus contactos con la prensa que “no hay manera de cerrar todas las granjas de un día para otro”. “Sería un desastre social”, dice.

Desde los territorios afectados, la propuesta pasa por una “moratoria, reconversión y decrecimiento”. Ferreirim, en cambio, considera que la situación es tan grave que amerita “medidas radicales”. “El modelo industrial del porcino ha crecido de una forma que no tenemos capacidad para aguantar un sistema productivo como el que tenemos. Me gusta comparar el sistema del porcino con las centrales térmicas de carbón. En el pasado eran necesarias y apostamos por ellas, pero vimos alternativas. Ahí están las renovables pisando fuerte y fuimos capaces. En el pasado también parecía que era impensable abandonar el carbón y lo estamos haciendo por los impactos que tiene. Hay que animarse a la misma transición con el cerdo”, insiste.

Porque además, agrega, cuanta más explotaciones se abran, “más difícil va a ser que el sector acepte hacer una transición”. “Cuando se habla del cerdo como el motor económico de Aragón, se omite que estamos empujando a un ganadero hacia el suicidio económico: más tarde o más temprano van a tener que transformarse”.

Fuente: https://rebelion.org/wp-admin/post-new.php

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«La masacre de los hambrientos»: fueron a por ayuda humanitaria al punto que les dijeron en Gaza y acabaron tiroteados

Por: Bea Morales

Más de 30 palestinos murieron el domingo por disparos israelíes cuando se dirigían a recibir alimentos en un punto de distribución de ayuda establecido por una fundación respaldada por Israel en Gaza, según testigos. Un hospital gestionado por la Cruz Roja confirmó que atendió a muchos heridos.

Los testigos dijeron que las fuerzas israelíes habían abierto fuego cuando los palestinos se dirigían al punto de distribución de ayuda en Rafah gestionado por la Fundación Humanitaria de Gaza (GHF).

“Mi hermano fue a recibir ayuda a los puntos de distribución estadounidenses de Rafah cuando empezaron a lloverles las balas”, declaró Yarin Abu al Naja, de 44 años. “Los soldados israelíes habían empezado a disparar contra la gente de allí. Mi hermano fue con dos de sus amigos. Uno de ellos resultó gravemente herido en la cabeza, el otro murió y a mi hermano le dispararon por la espalda”.

“Lo trasladaron al hospital en un carro tirado por un burro; ninguna ambulancia puede llegar a la zona y había docenas de heridos y muertos”, añadió Naja. “Le vimos colocado en el suelo. No había camas disponibles debido al gran número de heridos y muertos que llegaban desde el mismo lugar. Las escenas eran horribles: personas a las que les faltaban miembros, manos o piernas, otras decapitadas o con el abdomen abierto.”

Los medios de comunicación informaron de que decenas de personas estaban siendo atendidas en el hospital tras el último incidente en el controvertido emplazamiento de Rafah. Los funcionarios del hospital de campaña no precisaron quién abrió fuego, pero añadieron que otras 175 personas habían resultado heridas.

El Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) dijo que su hospital de campaña en Rafah recibió una “afluencia masiva de víctimas” de 179 personas, 21 de las cuales fueron declaradas muertas a su llegada. “Todos los pacientes dijeron que habían intentado llegar a un lugar de distribución de ayuda”, añadió el CICR, que lo describió como “el mayor número de heridos por arma en un solo incidente desde la creación del hospital de campaña hace más de un año”.

Según las autoridades sanitarias locales, al menos 31 de los muertos fueron trasladados al hospital Nasser. La Media Luna Roja también informó de que otros 14 palestinos habían resultado heridos cerca de otro punto de distribución de ayuda en el centro de Gaza.

Las fuerzas israelíes negaron haber “disparado contra civiles”. Sin embargo, un oficial de las Fuerzas de Defensa de Israel admitió que los soldados efectuaron “disparos de advertencia contra varios sospechosos que avanzaron hacia las tropas el sábado”, cerca del lugar de distribución de la ayuda, sin especificar quiénes eran los sospechosos.

La fundación de ayuda, respaldada por Israel, afirmó que había distribuido la ayuda “sin incidentes” a primera hora del domingo y ha negado anteriores informes sobre disparos en torno a sus instalaciones, que se encuentran en zonas militares israelíes donde el acceso independiente está limitado.

Las fuerzas israelíes habían dado órdenes de que nadie se acercara al centro antes de las 6 de la mañana, hora local. Múltiples testigos afirmaron que la gente había empezado a hacer cola desde las 5 de la mañana, y se dice que decenas de personas avanzaron y empezaron a correr hacia él. Cuando la multitud llegó a la rotonda de la Bandera, a 1 km de distancia, las fuerzas israelíes empezaron a disparar contra la multitud, según los testigos.

“Fui con mi hermano Shuhada a por comida para nuestros hijos”, declara Hani Baraka, de 43 años. La zona estaba muy concurrida. Al principio, llegó un dron cuadricóptero y dio órdenes, diciendo que aún era demasiado pronto para abrir las puertas y que las abrirían a las 6 de la mañana. Al parecer, la gente avanzó antes de la hora fijada por el ejército. Los soldados entraron en pánico y empezaron a disparar a la multitud. A mi hermano le dispararon en la cabeza y murió en el acto“.

“Al regresar, el dron chocó contra un cable colgante y cayó al suelo”, añade Baraka. “La gente corrió hacia él y entonces los soldados israelíes abrieron fuego contra nosotros. Francotiradores del ejército rodearon la zona y empezaron a disparar a la multitud”.

La GHF ha contratado empresas de seguridad privadas, pero según los testigos, los contratistas privados no abrieron fuego contra la multitud.

“Dentro de la puerta había soldados estadounidenses armados, pero no dispararon contra nosotros”, dice Baraka. “Sólo lanzaron granadas aturdidoras de plástico en la plaza para asustar a la gente y despejar la zona una vez que se agotó la ayuda”.

Las imágenes de Reuters muestran ambulancias llevando heridos al hospital Nasser. Otras imágenes muestran a gente corriendo y agachándose, con disparos aparentemente audibles de fondo. Una de las imágenes parece haber sido filmada en la carretera de Salah al-Din, justo al sur de un lugar de distribución de ayuda en el corredor de Netzarim.

Los médicos del hospital de Nasser informaron de escenas caóticas, con docenas de cadáveres ingresados.

“La situación en el hospital es catastrófica, debido a la masacre de hambrientos en la ciudad de Rafah, cerca del centro de distribución de ayuda”, declaró el Dr. Marwan al-Hams, de 53 años, médico del servicio de urgencias del hospital Nasser. “La mayoría de los heridos recibieron disparos en las partes superiores del cuerpo —cabeza, pecho y abdomen—, ya que, al parecer, el ejército israelí disparaba desde gran altura con aviones o cuadricópteros. Un testigo en el lugar de los hechos dijo que también se disparó desde una grúa y desde tanques.”

El centro forma parte de un nuevo y controvertido sistema de ayuda.

El 28 de mayo, Hamás acusó a Israel de matar al menos a tres palestinos y herir a 46 cerca de uno de los centros de distribución de la GHF, acusación que el ejército negó, alegando que sus tropas habían efectuado disparos de advertencia en la zona exterior del complejo para restablecer el control mientras miles de palestinos corrían hacia un lugar de distribución de ayuda.

Israel impuso un bloqueo de todos los suministros en marzo alegando que Hamás se apoderaba de las entregas para sus combatientes, lo que el grupo niega. El mes pasado, un observatorio mundial del hambre afirmó que medio millón de personas de la franja se enfrentan a la inanición. El IPC calculó que cerca de 71.000 niños menores de cinco años padecerían “desnutrición aguda” y que 14.100 casos serían graves en los próximos 11 meses.

La ONU y otras organizaciones humanitarias han rechazado el nuevo sistema de distribución de alimentos, alegando que no podría satisfacer las necesidades de los 2,3 millones de habitantes de Gaza y permitiría a Israel utilizar los alimentos como arma para controlar a la población.

El secretario general de la ONU, António Guterres, ha señalado este lunes que está “horrorizado” por los palestinos muertos y heridos “mientras buscaban ayuda en Gaza”. “Israel tiene obligaciones claras bajo la legislación internacional para facilitar la ayuda humanitaria”, ha señalado.

El último incidente se produjo mientras Hamás e Israel intercambiaban reproches por los vacilantes esfuerzos para garantizar un alto el fuego.

Hamás dijo el sábado que estaba tratando de introducir enmiendas a una propuesta de alto el fuego respaldada por Estados Unidos, pero el enviado de Donald Trump, Steve Witkoff, rechazó la respuesta del grupo por considerarla “totalmente inaceptable”.

Israel mata al menos a 27 personas tras abrir fuego en un punto de reparto de comida en el sur de Gaza

El Comité Internacional de la Cruz Roja (ICRC, por sus siglas en inglés) ha confirmado que al menos 27 gazatíes han muerto la madrugada de este martes y otros 157 resultaron heridos, después de que fuerzas israelíes abrieran fuego contra palestinos que aguardaban la entrega de comida en Rafah, sur de Gaza.

“Esta mañana temprano, recibimos otro incidente con un gran número de víctimas en el Hospital de Campaña de la Cruz Roja, con 184 casos. Diecinueve de ellos fueron declarados muertos al llegar, y ocho más fallecieron a causa de sus heridas poco después. Más de 35 pacientes requirieron intervención inmediata”, detalla un comunicado de la ICRC.

Los cadáveres, entre ellos un menor de 17 años, han sido trasladados del Hospital de Campaña de la Cruz Roja, en Rafah, al Hospital Naser en Jan Yunis, confirman a EFE sanitarios locales. Está previsto que el número de víctimas mortales siga aumentando en las próximas horas.

Por su parte, en un comunicado, el Ejército israelí reconoce haber abierto fuego, a alrededor de medio kilómetro del punto de distribución, “contra varios sospechosos que avanzaban hacia las tropas de forma que representaban una amenaza”, pero no ha aportado pruebas. “Hoy (martes), durante el desplazamiento de la multitud por las rutas designadas hacia el punto de distribución de ayuda, ubicado a medio kilómetro, las tropas identificaron a varios sospechosos que se dirigían hacia ellos, desviándose de las rutas de acceso designadas”, dice el Ejército. “Las tropas realizaron disparos de advertencia y, al no lograr que se retiraran, hubo disparos más de cerca contra algunos sospechosos que avanzaban hacia las tropas”, añade, diciendo que se estaba investigando los detalles del suceso y las posibles víctimas.

La Fundación de Ayuda para Gaza (GHF, por sus siglas en inglés), respaldada por EEUU y que abre desde hace ocho días un punto donde entrega cajas con comida solo en el sur –insuficientes para una población de 2,1 millones de gazatíes– ha dicho que no se hacen responsables “del área fuera” de sus centros “que sigue siendo una zona de guerra activa”, declara la GHF en su comunicado.

“Esta área se encontraba muy alejada de nuestro centro de distribución seguro y nuestra zona de operaciones. Reconocemos la difícil situación y recomendamos a todos los civiles que permanezcan en el corredor seguro al desplazarse a nuestros centros de distribución”, añade la organización, pese a que los disparos se produjeron a medio kilómetro del punto al que fuerzan a los gazatíes a desplazarse si quieren intentar comer.

Fuente: https://www.eldiario.es/internacional/masacre-hambrientos-supervivientes-acusan-israel-disparar-civiles-iban-comida-puntos-distribucion_1_12348652.html

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Ángela Ruiz Robles: la maestra que inventó el libro del futuro

Por: Bea Morales

En plena posguerra española, cuando las aulas estaban llenas de frío, silencio y repeticiones mecánicas, una mujer en Galicia imaginó otra escuela posible. Una escuela con luz, movimiento, sonidos, conocimiento interactivo y aprendizaje autónomo. Se llamaba Ángela Ruiz Robles y, en 1949, patentó lo que hoy llamaríamos el primer libro electrónico del mundo.

Nacida en 1895 en Villamanín (León), Ángela estudió Magisterio en León y comenzó dando clases de taquigrafía, mecanografía y contabilidad mercantil. En 1928 se trasladó a Ferrol, donde desarrollaría casi toda su carrera. En 1934 fue nombrada directora de la Escuela Nacional de Niñas en el Hospicio de Ferrol, un centro que buscaba la integración social de menores abandonadas mediante la instrucción, la música y la formación profesional. Ese mismo año, la Comisión Depuradora del Magisterio la investigó por contribuir con una pequeña ayuda económica a las familias de maestros presos tras la Revolución de Asturias. Era una mujer profundamente religiosa, pero también libre, generosa y con principios propios.

Ángela Ruiz Robles

Ángela no solo enseñaba, también creaba. Entre 1938 y 1970 publicó dieciséis libros de texto de diversas materias: ortografía, historia, geografía, gramática, mecanografía, taquigrafía. En algunos de ellos propuso sistemas de escritura taquigráfica innovadores, más rápidos y eficientes. Pero su invención más revolucionaria llegaría en 1949: el libro mecánico.

Registrado con la patente nº 190.968 como “procedimiento mecánico, eléctrico y a presión de aire para lectura de libros”, este dispositivo buscaba renovar la enseñanza con un sistema interactivo y adaptable. Consistía en un aparato con placas intercambiables, que mediante botones se elevaban y mostraban los contenidos en una pantalla de plexiglás con aumento. Incorporaba además elementos de luz, sonido y ampliación de texto. Su objetivo era facilitar el aprendizaje con menos esfuerzo, adaptar la lectura al progreso tecnológico y reducir el peso de las mochilas escolares.

Ruiz Robles construyó el prototipo con sus propias manos, lo presentó en ferias, escribió artículos, buscó apoyo institucional y empresarial. Pero no encontró aliados. No era hombre. No era ingeniera. No era extranjera. Y sobre todo, no se le concedía a una mujer, maestra y gallega, el papel de visionaria tecnológica. Su invento fue ignorado, tachado de fantasioso o innecesario, y archivado en silencio como tantas otras aportaciones femeninas a la ciencia y la tecnología.

Ella misma lo explicó con claridad: “Los libros mecánicos proporcionan muchísimas ventajas. El mío ha sido ideado para todos los idiomas y facilita grandemente el trabajo a profesores y alumnos. Responde al progreso del vivir actual y cumple las leyes de enseñanza general. (…) Es atractiva y práctica. Se trata de una pedagogía ultramoderna. Auxilia a la ciencia de la Enseñanza y creo que cumple los fines que me he puesto al idearlo.”

El caso de Ángela Ruiz Robles ilustra con claridad el efecto Matilda: cuando las mujeres producen conocimiento innovador y valioso, la historia tiende a ocultarlo, atribuirlo a otros o considerarlo menor. Mientras Silicon Valley celebraba décadas después la llegada del libro electrónico, en una escuela de Ferrol una mujer lo había anticipado con un ingenio brillante y funcional.

Lejos de rendirse, siguió trabajando. Escribía, daba clases, proponía reformas. Era una educadora vocacional que creía que enseñar también era imaginar. Su capacidad creativa y su compromiso con los alumnos no bastaron para romper el muro institucional y cultural que impedía reconocerla como inventora. Murió en 1975, el año en que empezaba la transición política en España. Otra transición, la tecnológica, ya estaba en marcha. Pero sin ella.

Décadas más tarde, su legado comienza a recibir el reconocimiento que merece. Su prototipo se conserva en el Museo Pedagóxico de Galicia (MUPEGA). En Ferrol se le ha dedicado una calle y una estatua. Su figura ha sido objeto de documentales, libros y exposiciones sobre mujeres pioneras. En 2016 fue finalista en la votación popular para dar nombre al aeropuerto de Madrid-Barajas. También ha sido incorporada a enciclopedias, manuales escolares y estudios sobre innovación educativa. Pero el reconocimiento llega tarde, como casi siempre en estos casos.

Ángela Ruiz Robles demuestra que la innovación no solo nace en laboratorios de élite, sino también en aulas modestas, entre tizas, cuadernos y sueños. Que muchas veces quienes anticipan el futuro no tienen acceso al poder para realizarlo. Y que la historia, cuando ignora a estas figuras, no solo es injusta, sino que pierde valiosas oportunidades de transformación.

Por eso, hoy la reivindicamos no solo como inventora del libro electrónico, sino como símbolo de tantas mujeres silenciadas por el sistema científico y educativo. Como referente para las generaciones futuras que sueñan, crean e insisten, aunque nadie les dé permiso. Porque el efecto Matilda no es una anécdota, sino una injusticia sistémica que aún estamos a tiempo de corregir.

Fuente: https://www.nuevatribuna.es/articulo/cultura—ocio/angela-ruiz-robles-maestra-que-invento-libro-futuro/20250524214352238606.html

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Vuelve Aznalcóllar 27 años después del desastre

Por: Bea Morales

La Junta de Andalucía ha autorizado la reapertura de la mina de Aznalcóllar 27 años después de uno de los mayores desastres medioambientales de Europa. Era el último trámite de la Administración autonómica para dar vía libre al inicio de los trabajos de construcción de esta nueva mina en la misma zona donde se produjo el vertido de lodos tóxicos al río Guadiamar tras la rotura de la balsa, a las puertas de Doñana. 

El proyecto, según ha informado la Junta, supondrá una inversión cercana a los 500 millones de euros y generará en torno al millar de empleos directos, indirectos e inducidos durante la fase de construcción y unos 2.000 durante la fase de operación. La explotación cuenta con una vida estimada de al menos 20 años, incluyendo las labores preparatorias del proyecto minero, según ha detallado el consejero de Industria, Energía y Minas, Jorge Paradela, que se reunió el pasado 30 de mayo con el alcalde de Aznalcóllar, Juan José Fernández (IU).

«Hoy es un día muy grande para la minería en España. La minería del siglo XXI empieza hoy«, dijo el alcalde, que dio las gracias a la Junta, a los sindicatos, patronal, empresarios «y a todos los que han creído en esta lucha y en que el pueblo de Aznalcóllar podía salir de las colas del paro». «Hoy la mina de Aznalcóllar es una realidad, Aznalcóllar tiene su mina, la comarca tiene su mina y los 8.000 mineros que estaban esperando que este proyecto saliera adelante porque el futuro de la minería en Andalucía pasaba por las minas de Aznalcóllar», añadió.

La futura explotación minera cuenta con reservas de unos 45 millones de toneladas de sulfuros polimetálicos (zinc, plomo y cobre), con una producción media estimada de 2,7 millones de toneladas por año.

Los ecologistas denuncian la decisión «temeraria»

Los grupos ecologistas ya han anunciado que llevarán a los tribunales este nuevo permiso por considerarlo “temerario y contrario al interés general de la ciudadanía”. Para Ecologistas en Acción, ha habido tiempo más que suficiente para buscar alternativas económicas viables que no dependan de la minería. «Sin embargo, alertamos de una especie de enganche colectivo a esta industria, que impide visualizar otras opciones. La minería, ofrece rentabilidad a corto plazo, pero genera un impacto irreversible en los ecosistemas y en la salud de las personas».

Para la organización no existe una minería sostenible: «Los residuos generados permanecerán activos indefinidamente, con potenciales riesgos continuos«.

La plataforma Salvemos Doñana tampoco ve compatible con Doñana el proyecto minero. «La corta de Aznalcóllar fue utilizada durante años como vertedero de diversos materiales como restos de escombreras y fangos de la planta depuradora de agua, que se mezclan allí con aguas mineras de diversa naturaleza como escorrentías y relaves. En esta corta, además, se han vertido a lo largo de los años otros lodos, vertidos y residuos contaminados de diversa procedencia, entre ellos, los 7 hm3 de lodos y aguas tóxicas recogidos tras la rotura de la presa de la corta y el consiguiente vertido al río Guadiamar en 1998». 

Ecologistas en Acción también cuestiona la idoneidad de la empresa adjudicataria del nuevo proyecto, Minorbis-Grupo México: «Esta multinacional tiene un largo historial de desastres ambientales, entre ellos el del río Sonora en 2014, y aún arrastra responsabilidades por el derrumbe en Pasta de Conchos, en el que quedaron atrapadas 65 personas trabajadoras».

Desde los colectivos ecologistas insisten en que la comarca tiene futuro más allá del modelo extractivo: «Apuntamos a la riqueza forestal y ganadera de la zona, con montes públicos que abarcan miles de hectáreas, y que podrían ser la base para una economía sostenible que genere empleo, respete el entorno y garantice el bienestar de la población».

Un informe reciente elaborado por investigadores de la Universidad de Sevilla y de Huelva intenta hacer ver a la ciudadanía y también a las administraciones la necesidad de otorgar una moratoria a los nuevos proyectos mineros previstos en la zona para poner sobre la mesa los impactos que ya están generando: en las aguas, la agricultura, la pesca, el medio ambiente e incluso la salud humana.

Una de las principales advertencias es la disponibilidad de agua potable: “El actual proceso de reactivación minera tan atroz, independientemente de los desastres que pueda originar, puede comprometer a medio plazo la disponibilidad de agua potable”. 

Fuente: https://www.lamarea.com/2025/06/03/vuelve-aznalcollar-27-anos-despues-del-desastre/

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Lee Miller, Francesca Albanese y la bañera de Netanyahu

Por: Bea Morales

La imagen de Lee Miller, la célebre fotógrafa de guerra injustamente olvidada, en la impoluta bañera de Adolf Hitler, en su casa de Múnich, justo después de retratar el exterminio judío en Dachau, es una de las más icónicas del siglo XX. No solo simbolizaba la caída del nazismo. También representaba el acceso sin precedentes del periodismo de guerra al horror del holocausto judio. Miller, aun siendo mujer, pudo entrar en Dachau y otros campos de concentración para mostrar al mundo las evidencias del genocidio. Sin censura, su trabajo contribuyó a que la historia no pudiera ser negada, en un momento en que documentar los hechos dependía exclusivamente, o de la propaganda o del periodismo. 

Es curioso que la figura de Lee Miller haya sido redescubierta gracias a la película Lee –protagonizada y producida por Kate Winslet–, justo cuando asistimos en vivo a la ejecución de otro genocidio, esta vez, perpetrado por las y los descendientes de las víctimas del exterminio que retrató la fotógrafa. Esa legitimidad que otorgan las pruebas periodísticas en la documentación de la barbarie está siéndole negada al pueblo palestino. Primero, el Estado genocida de Israel quiere evitar la divulgación legítima de las monstruosidades que sigue cometiendo, tras 500 días de masacres, hambre y sed en la franja de Gaza y también en Cisjordania, en la prensa mundial, imponiendo una censura informativa internacional total. Y con ella, obstaculizar la toma de conciencia de la opinión pública mundial en el tratamiento que se le da a lo que muchos medios siguen denominando “guerra”, porque asumen la narrativa oficial israelí. Segundo, los corresponsales locales son aniquilados intencionadamente por el ejército israelí mediante el uso del asesinato, para no dejar testigos. Es la manera definitiva de censura informativa y alcanza, por ahora, una cifra que duplica la centena con creces. 

Mientras el ejército israelí bombardea hospitales, bibliotecas, escuelas y universidades, destruye barrios enteros y mata a miles de civiles, la información que se obtiene proviene de corresponsales palestinas que, literalmente, se juegan la vida [según la Oficina de Medios del Gobierno gazatí, hasta el 28 de mayo, han sido asesinados 221 periodistas]. Sus identificaciones sirven para atraer las balas en vez de evitarlas. Su lucha contra la muerte y a favor de la información resuena muy poco en la prensa occidental: sus testimonios son silenciados y deslegitimados sistemáticamente por los grandes medios. La censura informativa es tal que, a diferencia de lo que ocurrió con los campos de exterminio nazis, hoy no hay imágenes directas de los crímenes de guerra en tiempo real, desde una mirada externa. 

El gobierno de Netanyahu ha convertido el territorio en una zona de exclusión informativa y los y las periodistas son asesinados impunemente. Esto ocurría antes del genocidio, como sucedió con Shireen Abu Akleh, en 2022, la prestigiosa reportera palestino-estadounidense de Al Jazeera asesinada por un soldado israelí, cuando cubría una redada en el campo de Jenin, sin más consecuencias. Y acaba de tener un broche macabro con el asesinato de la fotoperiodista palestina Fatima Hassouna, por un bombardeo del ejército israelí en el norte de Gaza el pasado 16 de abril, junto con las diez personas que quedaban de su familia. Justo un día después de que la directora iraní, Sepideh Farsi, le comunicara que el documental que estaba haciendo sobre ella, Put Your Soul on Your Hand and Walk, había sido seleccionado en el Festival de Cannes. 

La necrocensura es el santo y seña de la estrategia israelí para sellar las fronteras informativas. Ya no nos sorprende el ritual de la periodista y activista palestina Bisan Owda desde Instagram: ¡Soy Bisan desde Gaza. Y todavía estoy viva! Saluda, antes de comenzar su crónica casi diaria sobre el avance del genocidio y la dignidad con la que lo encara el pueblo palestino. Ojalá los múltiples reconocimientos internacionales, que han merecido su valentía y compromiso durante 2024 –Premio Peabody, Premio Emmy de Noticias y Documentales, el Edward R. Murrow de periodismo como parte del equipo de Al Jazeera Digital y mujer más influyente por el Financial Times, le sirvan de escudo protector, en un contexto en el que el periodismo tradicional es incapaz de cubrir la realidad. 

Mientras en Gaza se registran testimonios desgarradores de muerte y destrucción, en redes sociales circulan vídeos de soldados y soldadas israelíes jactándose y mofándose de las masacres que cometen. En algunos de estos registros, se les ve bailando, cantando y celebrando los ataques contra civiles, evidenciando el desprecio absoluto por las vidas palestinas. Estas imágenes, lejos de generar indignación en los medios occidentales, son ampliamente ignoradas, reforzando la narrativa de impunidad que rodea al genocidio. Imágenes-trofeo similares, no tan vejatorias, sirvieron como evidencias acusatorias contra el ejército alemán, tras la Segunda Guerra Mundial. En el caso de las y los soldados israelíes, esperamos puedan ser también pruebas incriminatorias. 

La paradoja es incuestionable: en 1945 los países aliados permitieron y alentaron que la prensa documentara el genocidio judío, hoy las democracias occidentales se inhiben, tergiversan y directamente obvian el genocidio palestino en Gaza y Cisjordania. La censura llega también a los y las periodistas occidentales. El caso de la BBC es uno de los más notorios. Acaba de ser acusada de ejercer “supresión política” al retrasar la emisión de un documental sobre el personal sanitario en Gaza, Gaza: Medics Under Fire, por figuras de prestigio, como el director de cine británico Mike Leigh o la actriz norteamericana, Susan Sarandon. En la CNN las normas de censura prohíben hablar de crimen de guerra y genocidio y los bombardeos son explosiones. Es la “escolta mediática” del genocidio. 

In extremis, después de más de 70 días de hambre inducida en la Franja de Gaza, imágenes de bebés con ojos desorbitados y cuerpos famélicos se cuelan en los informativos de las cadenas mayoritarias. Mientras, gobiernos europeos y la propia UE empiezan a cambiar de registro, hablando de embargo de armas o revisión del Acuerdo de Asociación con Israel. ¿Hay una intención genuina que llevará a la ejecución de medidas específicas tal y como llevan pidiendo las Naciones Unidas y la Corte Internacional de Justicia desde hace meses? O, ¿serán declaraciones para lavar conciencias, sin más recorrido? Ya es tarde, los tiempos del hambre son inmediatos y las secuelas en el desarrollo de las y los bebés irreversibles. Lo sabían y lo saben nuestras abuelas y madres, supervivientes de la hambruna de la Guerra Civil y de las restricciones de la posguerra ¡Con la comida no se juega! Repetían incansables. Israel juega en Gaza con la comida y con las vidas inocentes de seres indefensos cuyas posibilidades de existencia, de sobrevivir, se verán muy mermadas. Mientras, Europa observa sus juegos letales, bailando su “danza macabra”, en palabras de Olga Rodríguez. Y esperando ¿a qué? 

El mandato censor de Netanyahu no sólo está siendo replicado en Occidente en las calles y los medios, las universidades obedecen también a este deseo de bloqueo a la información y al conocimiento. 

En Europa y Estados Unidos, la persecución de voces críticas con Israel se ha intensificado. Recientemente, Francesca Albanese, relatora especial de la ONU para los territorios ocupados y autora del informe “Anatomía de un Genocidio”, fue censurada en dos universidades alemanas. En la Universidad Libre (FU) de Berlín iba a hablar, el 19 de febrero junto con Eyal Weizman, director británico-israelí de la agencia de investigación Forensic Architecture que ha realizado una investigación sobre los efectos de la acción militar en el territorio de la Franja de Gaza. Las autoridades universitarias cancelaron el acto público después de recibir críticas masivas desde diferentes sectores. El hecho de que una universidad niegue la posibilidad de hablar de una funcionaria de la ONU, experta independiente, es muy grave, y no tiene precedente, según afirmó la propia Albanese. Afortunadamente su valentía y rigor han sido premiadas con la renovaciónde su puesto en abril de 2025 y hasta 2028, a pesar de las presiones, amenazas personales y las campañas de descrédito por parte de Israel. 

Uno de los ejemplos más significativos de censura académica en EEUU se ha producido por la cancelación fulminante de un monográfico del Journal of Architectural Education (JAE) dedicado a Palestina, previsto para el otoño de 2025. La suspensión se produjo cuando ya estaba muy avanzado el proceso de revisión por pares de 80 artículos y sin que la Association of Collegiate Schools of Architecture (ACSA), que publica la JAE, hubiera leído el contenido. La decisión se tomó después de una campaña de acoso contra los integrantes del consejo editorial, por la presión de grupos políticos externos y ante la amenaza de aplicar legislación basada en definiciones restrictivas y sesgadas de antisemitismo. Lejos de acatar esta medida, la suspensión ha sido activamente respondida tanto por el editor ejecutivo interino, McLain Clutter, que fue despedido, como por todo el consejo editorial, que renunció en bloque, en protesta por la violación de la libertad académica y la autonomía editorial. En un ejemplo digno de seguir, el consejo editorial y los editores temáticos se constituyeron en “JAE Board (in exile)” para continuar impulsando la difusión del contenido y la defensa de la libertad académica. De tal modo que, durante la conferencia anual de la ACSA (marzo 2025), contraprogramaron un evento alternativo para debatir los temas censurados y reivindicar el derecho a la investigación crítica sobre Palestina. 

Esta táctica de silenciar la crítica a Israel y, especialmente, la procedente de estudios científicos, tachándola de antisemita, se apoya en la declaración de la Alianza Internacional para el Recuerdo del Holocausto, como reconoce el anuncio de suspensión del monográfico por la propia ACSA. Cuando se equipara la reprobación de las tropelías israelíes y su estudio sistemático con el odio hacia lo judío se encienden todas las alarmas. 

Con el rector de la Universidad de Glasgow, el doctor Ghassan Abu-Sittah, un cirujano británico-palestino que ha trabajado en Gaza y en otras zonas de masacre, y ha estudiado y denunciado las atrocidades cometidas por Israel, la censura subió de nivel. En la primavera de 2024 fue prohibida su entrada, primero en Alemania, y luego en Francia, para bloquear su intervención en eventos políticos y académicos bajo presión de grupos proisraelíes. La negativa a entrar en Alemania en abril se acompañó de la prohibición de visado durante un año, lo que significa, según la policía francesa, que tiene vedado el acceso a cualquier país del espacio Schengen. Esto confirma que la censura no solo busca ocultar las imágenes del genocidio, sino también impedir la difusión de conocimiento riguroso sobre las tácticas totalizadoras de exterminio masivo que usa Israel en lo que Abu-Sittah caracteriza como la “Ecología de la Guerra”. Y, por supuesto, impedir el debate sobre sus implicaciones políticas, legales y éticas. En marzo de este año se le comunicó que forma parte de una lista de la BBC de personas non gratas, lo que explica que hasta siete entrevistas programadas con esa cadena, hayan sido canceladas en el último momento. 

En 2024, la Universidad de Colonia canceló el acuerdo con la filósofa feminista Nancy Fraser para ocupar la cátedra Albertus Magnus de esa universidad durante el mes de mayo. Al enterarse el rector de que había firmado la declaración “Filosofía para Palestina” le pidió que aclarara su postura. Su respuesta fue contundente: “¡Qué descaro!”. “Es decir, ¿qué le importa a él mi opinión sobre Oriente Medio? Soy libre, puedo firmar lo que quiera”. La filósofa iba a presentar sus estudios sobre las tres caras del trabajo en la sociedad capitalista, sin conexión directa con Israel ni Palestina y ya tenía comprado el billete de avión. 

En el Reino Unido, David Miller, profesor de Sociología en la Universidad de Bristol (Inglaterra), fue despedido en 2021 tras una investigación interna sobre sus comentarios públicos sobre Israel y el sionismo. En 2024, un tribunal de Reino Unido dictaminó que hubo discriminación en la rescisión de su contrato. 

El caso más lamentable de censura en una universidad española es posiblemente el de la UNED. Porque no sólo atañe a cuestiones académicas sino también de solidaridad con el pueblo palestino. Por un lado, y posiblemente ante las presiones del nodo de la Red Universitaria por Palestina (RUxP) en esta universidad, el Vicerrectorado de Estudiantes contactó con la UNRWA para una campaña de recogida de fondos que no han alcanzado ni la mísera cifra de 3.000 euros de recaudación, pues la universidad, ante la indignación de todo el personal vinculado a esta organización, afirma no poder difundirla entre la comunidad universitaria. Por otro lado, el documental Palestina, una tierra negada lleva más de un año en un cajón, sin que pueda ser emitido en la televisión pública, por razones poco claras, aducidas por el departamento de Medios e incluso el Rectorado. Por primera vez en la historia de las producciones de la UNED para RTVE, el Rectorado se ha arrogado la potestad de controlar el reportaje concebido por un docente de la universidad. Si bien, niega categóricamente que esta injerencia se pueda calificar de “censura”. 

No menos revelador resulta el episodio desencadenado en el marco de las charlas LASER –encuentros internacionales de arte y ciencia cuya sede española alberga la Universitat Politècnica de València (UPV)–. Tras la sesión “Panorama cuántico. Arte, Ciencia y Tecnología en estado de superposición”, celebrada en Las Naves el 21 de septiembre de 2023, el comité local quiso dedicar la siguiente convocatoria a una reflexión interdisciplinar sobre el vacío físico, artístico y a la vez político, tomando como hilo conductor el genocidio del pueblo palestino y el silencio cómplice de gran parte de Occidente. Sin embargo, el equipo de gobierno de la UPV, que inicialmente había aprobado la propuesta, la vetó en cuanto supo que se emplearía ese genocidio como caso paradigmático de “creación de vacío”. La sesión nunca llegó a celebrarse y quedó oficialmente cancelada; varias integrantes dimitieron en protesta por lo que denunciaron como un claro acto de censura y doble rasero, dado que pocos meses antes la misma institución había auspiciado sin reparos una charla sobre la invasión rusa de Ucrania. Fruto de la natural indignación se publicaron tres artículos: “Gaza, cuando caen las bombas”, “Vacío y borrado. La universidad ante el genocidio” y “Vacío y censura en el colonialismo del interior”

En el campo de la cultura, se puede consultar una lista de actos de censura que documenta Publishers for Palestine, un colectivo global de editores y otras personas en todo el mundo creado para defender la justicia, la libertad de expresión y el poder de la palabra escrita en solidaridad con Palestina. 

Las imágenes más espantosas producidas por Lee Miller, entre ellas, otra tan emblemática como la mencionada al comienzo de este artículo, la que capta el montón de cadáveres esqueléticos de judíos apilados como si fueran desechos, fueron publicadas en las ediciones británica y americana de Vogue, junto a fotos de moda y anuncios de maquillaje. “CRÉELO” fue el titular de su crónica sobre los campos de concentración –aparecido en el especial “Victoria” en junio de 1945–. Al parecer, los nazis pensaban que el horror estimularía la incredulidad de la gente. Ainara Miguel Sáez de Urabain, autora del artículo del que procede esta información, considera que estas fotos son el “testimonio incuestionable del espanto y su valor reside en representar lo irrepresentable”. 

¿Representar lo irrepresentable? Sustituyamos la pila de cuerpos famélicos de adultos, por cuerpos famélicos de bebés, de niños y de niñas, añadamos imágenes de los 8.000 niños y niñas con amputaciones de por lo menos un miembro, de las personas quemadas vivas bajo los plásticos de sus tiendas, mayoritariamente mujeres e infancia, de los cuerpos aplastados por los escombros tras los bombardeos, de los restos humanos de familiares que caben en una pequeña bolsa de plástico tras haber sido despedazados, esparcidos y volatilizados por bombas pensadas para destruir objetivos bélicos (no seres humanos), de los padres y madres despidiéndose del cráneo amputado de sus hijas e hijos. Podemos añadir las imágenes de las amputaciones sin anestesia, de los hospitales arrasados, de las escuelas y universidades reducidas a escombros, de las caras y cuerpos de los y las presas palestinas, deformados por torturas impensables. ¿Podría representarse el daño psicológico inconmensurable? 

¿Qué pensaría Lee Miller si supiera que ninguna fotógrafa extranjera va a poder plasmarlas? ¿Cómo se sentiría sabiendo que la bañera de Netanyahu nunca será captada por una cámara como símbolo de rendición? ¿Quién y cómo podría registrar esta vesania constante? Y, ¿la soledad, el abandono total de la población palestina a este destino injusto, espantoso y evitable? Finalmente, ¿se atrevería Vogue a publicar un reportaje sobre el genocidio en Gaza con imágenes, que como las de Lee Miller, sirvieran para transmitir este espanto exponencial con la misma autenticidad y sentimiento que lo hizo ella?

Dos imágenes del espanto genocida en Gaza realizadas por corresponsales locales han sido premiadas en las dos últimas ediciones del World Press Photo. En 2025, el premio fue otorgado al retrato de Mahmoud Ajjour, un niño de 9 años con ambos brazos amputados por bombardeos israelíes en 2024, realizado por la fotógrafa palestina Samar Abu Elouf en Doha (Catar). Ella y el niño son de las pocas personas palestinas que han sido evacuadas para recibir tratamiento por las heridas recibidas. En la edición de 2024, Inas Abu Maamar, de 36 años, acuna en sus brazos a su sobrina Saly, de cinco años, asesinada junto a su madre y su hermana en su casa por el impacto de un misil. La fotografía fue tomada el 17 de octubre de 2023 en la morgue del hospital Nasser de Jan Yunis, en el sur de Gaza – arrasado desde febrero de 2024 debido a los ataques del Ejército israelí– por el fotógrafo gazatí Mohammed Salem. Este mismo fotógrafo había ganado la edición de 2010, con una imagen que captaba la explosión de bombas de fósforo blanco sobre la ciudad de Gaza el 8 de enero de 2009, durante el ataque de Israel. Un compuesto prohibido que se pega a la piel y horada la carne hasta el hueso y sigue utilizándose en el genocidio en marcha. 

A diferencia de 1945, en 2025, 80 años después, no hace falta que rueguen que lo CREAMOS, simplemente no lo vemos

Saber que periodistas locales se exponen a morir para dejarnos esas imágenes, dolorosas y terribles es un estímulo. Saber que la educación en escuelas y universidades continúa en circunstancias tan adversas, buscando sus espacios y tiempos donde sea y como sea, es una inspiración. Desde fuera de este horror atroz, pero tocadas por él, sólo podemos honrar sus sacrificios y su entereza difundiendo e investigando el genocidio palestino por todos nuestros medios. También las lecciones de dignidad que día a día aprendemos del pueblo palestino. Desde la Red Universitaria por Palestina, sabedoras del punto de inflexión que, para la humanidad y la civilización occidental, implica contravenir el derecho a la libertad de expresión en que se fundamentan también las libertades académicas de aprender, enseñar, investigar y de expresarse con autonomía ideológica en nuestras propias universidades, no vamos a cejar en este empeño.

Mar Rodríguez Romero (Univeridade de Coruña),  Irina Fernández Lozano (UNED) y Safaa Elidrissi Moubtassim (Universitat de València). 

Fuente: https://ctxt.es/es/20250501/Firmas/49345/Safaa-Elidrissi-Moubtassim-Irina-fernandez-lozano-mar-rodriguez-romero.htm

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