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No son los ‘boomers’: es el capitalismo

Por: Alberto Jimenez

Por Alberto Garzón Espinosa. Publicado originalmente para ElDiario.es.

El exdirigente de extrema derecha Juan García-Gallardo, de 34 años, ha declarado que «la generación boomer está impidiendo la prosperidad de los jóvenes». Los boomers —los que hoy tienen entre 61 y 79 años— son, en su mayoría, jubilados. El ultraderechista no está solo: la periodista de El País Estefanía Molina, también de 34, asegura que «los pensionistas están devorando a sus hijos». Y Analía Plaza, de 36, acaba de publicar La vida cañón, un libro que apunta a los boomers como «el grupo por edad con mayor riqueza del país» y que describe su vida como más cómoda, más fácil, más segura que la de sus padres o la de sus hijos.

El mensaje cala: los mayores serían los culpables de la pobreza y precariedad juvenil. Pero esa lectura es una trampa, como la ha definido el periodista Carlos Sánchez, de 69 años y mucho más escéptico respecto a este relato. En realidad, los datos avalan que la desigualdad creciente no es fundamentalmente un problema entre generaciones, sino entre distintas posiciones en la estructura de clases. No son los jubilados los que devoran a los jóvenes, sino un sistema que permite que la riqueza se concentre arriba mientras el resto se pelea por las migajas.

El debate tiene dos niveles: uno de diagnóstico y otro propositivo. Respecto al segundo, la mayoría de los análisis culmina con una crítica devastadora al sistema de pensiones públicas, considerado como excesivamente generoso. Molina, por ejemplo, justifica que los jóvenes piensen, según ella, que «es un despropósito la indexación de todas las pensiones a un IPC desbocado» y sugiere que la necesidad de rentas de los nuevos jubilados «quizás no es tan elevada». El economista Gonzalo Bernardos, de 62 años y habitual en los medios de comunicación, ha subrayado que «lo de la generosidad de las actuales pensiones es imposible de mantener», mientras que Plaza concluye sobre las pensiones públicas que «ahora mismo el debate está en que no hay dinero suficiente para pagarlas».

Estas críticas parten de un diagnóstico cada vez más compartido: la existencia de una creciente brecha intergeneracional en España. En los últimos meses, dos trabajos sólidos y completos han apuntado en esa dirección: el informe de J. Ignacio Conde-Ruiz y Francisco García-Rodríguez para Fedea, centrado en la riqueza, y el informe de Javier Martínez Santos y Jorge Galindo para EsadeEcPol, que aborda tanto renta como riqueza. A partir de este diagnóstico emerge –por parte de otros actores, como los citados más arriba– la culpabilidad de las pensiones y de los pensionistas. Pero ¿y si ese diagnóstico no justifica realmente la crítica al sistema de pensiones? ¿Y si la brecha intergeneracional está en otro lugar —uno mucho más incómodo de mirar— y poco o nada tiene que ver con las pensiones? ¿Y si más que la edad lo que determina la desigualdad y nuestras posibilidades es la clase social?

La desigual evolución de la renta

El núcleo del diagnóstico tradicional suele resumirse en un mismo gráfico: la evolución de las rentas netas medias desde 2008. Este indicador, utilizado con ligeras variaciones por la mayoría de los analistas, sirve de base para argumentar la existencia de una creciente brecha generacional que se sostiene principalmente por el enriquecimiento muy superior de las generaciones mayores de 65 años.

Fuente: elaboración propia con datos de la Encuesta de Condiciones de Vida (INE)

Como se puede observar, el grupo de más de 65 años (línea en amarillo oscuro) era el tercero con mayor renta media en el año 2008, pero desde el año 2013 es el primero. Es decir, desde que empezaron a jubilarse los boomers, el grupo de más de 65 años pasó a ser el que disfrutaba de mayor renta en España. El estudio de EsadeEcPol usa estos mismos datos para llegar a la conclusión de que «los mayores de 65 experimentan ingresos medios sustancialmente más elevados en 2024 respecto a 2008, unos 2.500 € más, superando en promedio a todos los grupos de edad más jóvenes». También emplea esos datos el siempre atento Kiko Llaneras, en su artículo «¿Jóvenes contra boomers?», aunque en este caso usando la mediana (más adecuada que la media). El problema es que la elección respecto del indicador, al que recurren todos ellos, es incorrecta.

Ese famoso gráfico mide la renta media per cápita, lo que implica dividir el ingreso del hogar entre el número de miembros. Eso genera un sesgo por tamaño de hogar y heterogeneidad de las rentas dentro de cada grupo, al considerar la aportación de todos los miembros por igual. Por esa razón Eurostat considera por defecto otra forma de medirlo: la renta media por unidad de consumo, que asigna a cada miembro del hogar una ponderación establecida por la OCDE. Si recurrimos a este otro indicador, mucho más adecuado, las tendencias se mantienen, pero la fotografía cambia:

Fuente: elaboración propia con datos de la Encuesta de Condiciones de Vida (INE)

Ahora en ningún momento los mayores de 65 años son el grupo con más renta media. Sigue existiendo un crecimiento de las rentas de este grupo durante los años de crisis, mientras la del resto de los grupos descendía, pero el cambio es mucho más modesto que en la medición anterior. La recuperación tras 2015 se presenta similar y solamente en los últimos años el ritmo de crecimiento de la renta media de los mayores de 65 años es superior. Con todo, en esta nueva fotografía los boomers no parecen ni tan extraordinarios ni tan culpables.

De hecho, lo que observamos no es ninguna anomalía. Las rentas laborales de los trabajadores siempre se mueven al compás del ciclo económico: caen cuando el PIB se contrae y suben cuando la economía se recupera. Son, por naturaleza, endógenas a la actividad. Por el contrario, las transferencias públicas, como las pensiones, no siguen ese vaivén: dependen de decisiones políticas y, por tanto, se comportan de forma más estable. Esa diferencia permitió sostener la demanda agregada durante las recesiones, pero también modificó la distancia entre las rentas medias de unas generaciones y otras.

De este modo cabe argüir que el problema no está en el nivel de las pensiones —que han evolucionado de manera bastante regular y predecible—, sino en el golpe asimétrico que las crisis económicas propinaron a los jóvenes. La precariedad y la inestabilidad laboral hicieron que fueran los primeros expulsados del mercado de trabajo y los últimos en recuperar sus condiciones previas. Los trabajadores de más edad también sufrieron, pero menos, y esa desigualdad en la exposición a la crisis amplió las brechas de renta entre generaciones.

A la diferencia entre la renta de los jóvenes y la de otros grupos la llamamos “brecha intergeneracional”, y puede medirse mediante una ratio: cuando esta aumenta, también lo hace la distancia entre generaciones. Para hacerlo he utilizado distintas fuentes estadísticas, con metodologías algo diferentes, pero todas expresando la misma tendencia:

Fuente: elaboración propia con datos de INE, Eurostat y The Luxembourg Income Study. Cada una usa distintas metodologías de cálculo

La línea amarilla expresa la ratio entre la renta del grupo de personas de más de 65 años (al que he llamado ‘jubilados’) y la renta del grupo de los jóvenes, y como hemos visto ya antes, tanto en INE (renta media por unidad de consumo) como Eurostat (renta mediana) es positiva desde 2012. Ese es el momento en el que el grupo de jubilados supera en renta media a los jóvenes. Por otro lado, en INE (renta media per cápita) y LIS (renta media por unidad de consumo) las rentas medias del grupo de jubilados siempre han estado por encima de las de los jóvenes, pero desde 2010 lo han estado mucho más.

La novedad de este gráfico es la incorporación de una nueva ratio (línea azul), que compara las rentas del grupo de 50 a 64 años o trabajadores en su etapa laboral final —a los que denomino ‘seniors’— con las de los jóvenes. Los resultados son reveladores. Salvo en los datos del INE (renta per cápita), en todas las demás fuentes esta ratio es superior a la anterior. Dicho de otro modo: la verdadera brecha generacional no se da entre jóvenes y pensionistas, sino entre jóvenes y quienes están en la fase final de su carrera laboral. Si tienes 30 años, tu diferencial con un trabajador de 60 es mayor que con un jubilado de 70.

Los datos de The Luxemburg Income Study (cuadro inferior derecho) refuerzan esta idea. Su metodología está armonizada para permitir comparaciones a nivel internacional, y de ahí las ligeras diferencias con EU-SILC e INE. Usando los datos de LIS, Gabriele Guaitoli y Roberto Pancrazi analizaron la brecha intergeneracional en medio centenar de países y hallaron un patrón claro: la brecha crece en todas las economías ricas, y lo hace especialmente entre los jóvenes que se incorporan al mercado laboral y los trabajadores seniors. En otras palabras, la desigualdad creciente en las rentas medias no nace del sistema de pensiones, sino del propio funcionamiento del mercado laboral. Si es un fenómeno que se repite en todas las economías avanzadas, la acusación al sistema de pensiones español pierde fundamento.

En este sentido, gran parte del diagnóstico sobre la brecha generacional en rentas sigue siendo válido, pero el foco debe desplazarse: no se trata de un problema nacional ni de las pensiones, sino de un fenómeno internacional ligado a las dinámicas del mercado laboral. Por eso, muchos de los discursos anti-pensiones que escuchamos a diario parten de un diagnóstico equivocado. El problema no está en lo que se ha mantenido estable —la revalorización de las pensiones medias para que los pensionistas no pierdan poder adquisitivo—, sino en lo que ha dejado de funcionar: un mercado laboral capaz de garantizar condiciones de vida dignas y equitativas para todos los trabajadores.

Si queremos evaluar las causas profundas de la desigualdad, es mucho más apropiado mirar la posición de clase. El análisis de clase perdió fuerza en los años noventa, pero está recuperando protagonismo en las últimas décadas. Un reciente estudio para la Comisión Europea realizado por un equipo estupendo de investigadores españoles ha puesto de relieve la importancia de mirar a la clase como factor diferencial. Para destacar su importancia en este debate, he construido una clasificación de clases sociales utilizado los datos de la última Encuesta de Condiciones de Vida y he comparado la desigualdad de clase con la de edad. Este es el resultado:

Fuente: elaboración propia con datos de la Encuesta de Condiciones de Vida (INE). Ponderación para el conjunto de la población de más de 16 años y clasificación de clases sociales inspirada en Oesch

Como puede ver a simple vista, la desigualdad es mucho mayor cuando miramos por clase social que cuando lo hacemos por edad. Y, en realidad, es puro sentido común: un joven directivo o profesional cualificado gana bastante más que un trabajador manual no cualificado de sesenta años o ya jubilado (a estos últimos, jubilados o desempleados, les he asignado la clase correspondiente a su último empleo). Lo sorprendente es, por tanto, el peso mediático que recibe el conflicto entre generaciones —que existe, sí, pero refleja promedios de grupos muy heterogéneos— y el silencio mucho más doloroso sobre las diferencias entre clases sociales.

Ahora bien, como subrayan con acierto los informes de EsadeEcPol y, con particular brillantez, el de Fedea, hay otra brecha igual o más preocupante y aún más estructural: la de la riqueza.

Desigualdad de riqueza

En condiciones normales, la riqueza se hereda o es el producto de la acumulación de rentas, por lo que una gran desigualdad de estas últimas apunta a una creciente desigualdad de riqueza –en ausencia de políticas redistributivas eficaces. En España, además, se da la circunstancia de que el patrimonio principal de la mayoría de los hogares es la vivienda, cuyo acceso no sólo depende de las rentas y la riqueza sino también de la ‘suerte’: aquellas familias que pudieron acceder a una vivienda cuando el mercado inmobiliario era asequible disfrutan hoy de una riqueza que se presenta inalcanzable para las generaciones actuales.

Como explican Conde-Ruíz y García-Rodríguez, entre 2002 y 2008 todas las familias con propiedades inmobiliarias vieron cómo su riqueza se multiplicaba como efecto del boom inmobiliario. Por ejemplo, las personas entre 55 y 64 años llegaron a ver aumentada su riqueza un 67,4%. Ese es el componente de ‘suerte’, que favoreció particularmente a las personas que adquirieron viviendas en los noventa. Aunque la crisis de 2008-2014 desvalorizó esas viviendas –y, por lo tanto, su riqueza–, la recuperación económica posterior está siendo una carrera desigual entre grupos de edad: algunos comenzaron teniendo ya vivienda, adquirida cuando era asequible y en general ya sin deudas hipotecarias, y otros grupos –como los jóvenes– o bien no pueden adquirirlas o bien lo hacen a costa de un endeudamiento enorme. Actualmente tienen una propiedad inmobiliaria el 60% de los mayores de 65 años, frente a poco más del 20% de los menores de 35 años.

Este fenómeno explica que «los mayores de 75 años han incrementado de forma sostenida su participación en la riqueza total, pasando de aproximadamente un 8,3% en 2002 a un 18,3% en 2022», como recuerda el citado informe de Fedea. Al mismo tiempo, «los menores de 35 años han reducido de forma continua su peso en la riqueza neta total, pasando de 8,2% en 2002 a apenas 2,1% en 2022, lo que indica crecientes dificultades para acceder a la propiedad o construir patrimonio desde edades tempranas». Además, con mayor patrimonio y rentas es más fácil acumular nuevos activos (otras propiedades, productos financieros, etc.), lo que ayuda a explicar por qué los mayores de 65 años tienen de promedio más de 2 propiedades frente a menos de un 0,5 para el caso de los menores de 35 años.

Todas estas desigualdades entre generaciones son grandes y evidentes. Pero, como ocurría con el caso de la renta, ocultan otros fenómenos aún más importantes. Al fin y al cabo, las variables de edad no pueden explicar lo que el informe de Fedea pone negro sobre blanco: «el 1% más rico ha concentrado de forma sostenida una fracción significativa del patrimonio total –en torno al 21,1% en 2022– seguido de los percentiles 91-99, cuya participación también ha aumentado en los últimos años hasta el 32,6%». Esto es lo mismo que decir que el 10% de los hogares más ricos concentran más del 50% de la riqueza en España. La contracara es que la mitad más pobre de la población española solo tiene un 7,1% de la riqueza patrimonial total en España.

¿Qué está pasando aquí? Sencillamente que la desigualdad de riqueza está aumentando por mecanismos endógenos que, de nuevo, nada tienen que ver con las pensiones ni con las transferencias públicas. Al margen de la dinámica del mercado laboral (donde ya vimos que las clases altas reciben significativamente mejores rentas), los hogares más ricos –y las personas que viven en ellos– tienen muchas más oportunidades para enriquecerse aún más. Lo hacen a través de la adquisición de otras propiedades inmobiliarias (para obtener rentas por alquileres, especulación, etc.) y de productos financieros que ofrecen rendimientos fáciles.

Hace unas semanas, el nuevo dirigente británico del partido verde, Zack Polanski, atrajo gran atención mediática al denunciar en un vídeo –magnífico, por cierto– que había gente que se enriquecía mientras dormía, en oposición a quienes viven de las rentas laborales y apenas lograban conciliar el sueño. Lo que Polanski estaba señalando es lo que hace diez años Thomas Piketty denominó capitalismo patrimonial –y que en otros lugares se ha llamado “capitalismo rentista”–. Es decir, un sistema institucional en el que la desigualdad de renta y de riqueza se refuerzan mutuamente cuando el Estado no interviene para corregirlas. En la actualidad esta dinámica está alimentada por una economía profundamente financiarizada y en la que vivienda funciona como un activo especulativo más.

En España los datos más fidedignos a los que podemos recurrir para medir este fenómeno son también los de la Encuesta de Condiciones de Vida. Según su última publicación, un 16% de los hogares (unos tres millones) reciben ingresos por el alquiler de propiedades y un 32% (unos seis millones) reciben rentas del capital en forma de intereses, dividendos, etc. Estos componentes de la renta son los que he definido como “cuota rentista”, ya que se trata de ingresos que “caen del cielo” solo por el sencillo hecho de tener propiedades. Pero, claro, ahí se incluye al que alquila una vivienda en un pueblo rural para obtener unos pocos ingresos complementarios, y el multipropietario que se permite vivir a cuerpo de rey gracias únicamente a esa actividad. Así que la pregunta es: ¿cómo se distribuye en la sociedad esta cuota rentista?

Por no alargarme más, iré al grano: es captada en su mayoría por los más ricos. Prácticamente la mitad de los ingresos por alquiler del año 2024 fueron captados por el 20% de los hogares más ricos de España, quienes también se hicieron con el 65% de los ingresos derivados de intereses, dividendos y otros productos financieros. Por el contrario, el 60% más pobre de los hogares España no captura ni el 30% de los ingresos de alquiler y ni el 20% de las rentas del capital. Estos datos son coherentes con los de la Encuesta Financiera de las Familias analizados en el informe de Fedea, que demuestran una muchísimo mayor presencia de activos financieros entre las familias más ricas.

Fuente: elaboración propia con datos de la Encuesta de Condiciones de Vida (INE). Ponderación para el conjunto de hogares

Por otro lado, cuando pasamos a observar la distribución de los ingresos rentistas por edad o clase social tenemos que hacer el análisis a nivel individual y no de hogares. En este caso no tiene sentido medir la concentración, porque cada grupo está formado por un número distinto de personas (por ejemplo, hay muchos más jubilados y trabajadores no manuales). Sin embargo, podemos medir la prevalencia, es decir, el porcentaje de personas dentro de cada grupo que dispone de ingresos rentistas (por alquiler o por rentas del capital). El gráfico resultante es coherente con el análisis hasta ahora:

Fuente: elaboración propia con datos de la Encuesta de Condiciones de Vida (INE)

Como se puede observar, son las clases altas (profesionales y directivos) los que disponen en mayor medida de ingresos rentistas, mucho más que los trabajadores no cualificados o trabajadores manuales. Y desde luego, la desigualdad entre clases es mucho más pronunciada que entre grupos de edad, donde también esperábamos encontrar una mayor proporción de ingresos rentistas entre los grupos mayores (porque debido al ciclo vital son capaces de acumular más activos desde los que extraer ingresos rentistas).

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Libro “21 lecciones para el siglo XXI” de Y.N. Harari (resumen)

Por: Pepe Galindo

Resumen del libro "21 lecciones para el siglo XXI" de Harari. En nuestro blog también encontrarás el resumen de su libro "Sapiens"Sus dos anteriores libros fueron “Sapiens” y “Homo Deus” y en ellos se exploraba la historia del hombre y su futuro, respectivamente. Aquí, Yuval Noah Harari nos presenta un compendio de 21 temas esenciales para el presente. Mientras estamos atareados en nuestros problemas cotidianos, están pasando cosas a nivel global que nos deberían importar.

“A la filosofía, a la religión y a la ciencia se les está acabando el tiempo”. La inminente crisis ecológica, la creciente amenaza de las armas de destrucción masiva y el auge de las nuevas tecnologías disruptivas no permitirá prolongar mucho más el debate sobre el significado de la vida. Porque ese significado se ha de usar para tomar decisiones importantes (en ciencia, biotecnología, inteligencia artificial…). Los mercados son impacientes y no toman siempre las mejores decisiones para todos.

1. Decepción ante la ausencia de una ideología convincente

“Relatos Ecoanimalistas” —Colección de relatos ecologistas y animalistas.
“Relatos Ecoanimalistas” —Colección de relatos cortos, ideal para regalar a personas, sean o no ecologistas o animalistas. Aumentará la conciencia ambiental del planeta. Gracias.

Tras la caída del fascismo y del comunismo, el liberalismo se ha impuesto casi por todo el mundo de una u otra forma, defendiendo cosas tan bonitas como la libertad, los derechos humanos, la libertad de movimiento (más para el dinero que para las personas, ciertamente), o el libre mercado (que con tanto acierto criticó N. Klein). Pero desde la crisis global de 2008, los decepcionados por el liberalismo crecen y hay, además, dos retos que para Harari son muy inquietantes: la infotecnología (desarrollos tecnológicos, inteligencia artificial, robots…) y la biotecnología (modificar genes, transgénicos…). “Los humanos siempre han sido mucho más duchos en inventar herramientas que en usarlas sabiamente. Es más fácil reconducir un río mediante la construcción de una presa que predecir las complejas consecuencias que ello tendrá para el sistema ecológico de la región”.

El poder de “manipular el mundo” ha llevado a que “nos enfrentamos a un colapso ecológico”, porque las revoluciones en biotecnología y en infotecnología las lideran científicos o emprendedores “que apenas son conscientes de las implicaciones políticas de sus decisiones”. Así, “Donald Trump advirtió a los votantes que mexicanos y chinos les quitarían el trabajo y (…) nunca advirtió a los votantes que los algoritmos les quitarían el trabajo” (poniendo a las máquinas a trabajar). “Quizá en el siglo XXI las revueltas populistas se organicen no contra una élite económica que explota a la gente, sino contra una élite económica que no la necesita”. Cada vez se precisan menos trabajadores y ahora debemos ya empezar a buscar soluciones (como reducir la jornada laboral o la renta básica), antes de alcanzar el “desempleo masivo”.

Los que votaron a Trump en EE.UU. o a favor del Brexit en Reino Unido, no rechazaron el liberalismo totalmente pero sí quisieron encerrarse un poco en su casa y que se adoptaran “políticas intolerantes para con los extranjeros”. Pretender aislarse, como pide el nacionalismo, es una política inviable en la era de internet y del calentamiento global. China lo hace al revés: aplica el liberalismo más fuera de sus fronteras que dentro, mientras Rusia aplica un liberalismo atroz que genera la “mayor desigualdad del mundo” (el 87% de la riqueza está en manos del 10% de los más ricos) y el islamismo solo atrae a algunos de los que crecieron en su seno. A pesar de todo, la humanidad no puede abandonar el liberalismo, “porque no tiene ninguna alternativa”, aunque tampoco ofrece respuestas “a los mayores problemas a los que nos enfrentamos: el colapso ecológico y la disrupción tecnológica”. El liberalismo todo lo resuelve con el crecimiento económico pero esa solución no sirve porque ya sabemos que esa es precisamente la causa de la crisis ecológica y que gran parte de la tecnología tiene un fuerte impacto social y ambiental. Por eso, para Harari la primera medida es la perplejidad: reconocer que no sabemos lo que está ocurriendo.

2. Trabajo: en el futuro habrá mucho menos empleo

La robotización tiene ventajas e inconvenientesEs obvio que las máquinas y los robots están efectuando cada vez más trabajos: mejoran nuestra vida y, a la vez, nos quitan el trabajo. El poder de las máquinas, junto con la IA (Inteligencia Artificial) es inmenso y tienen dos capacidades muy importantes: la conectividad y la capacidad de actualización. Por ejemplo, en conducción automática de vehículos, dos coches podrían conectarse para acordar quien pasa primero y evitar colisionar. Además, cualquier nueva norma de tráfico o mejora del software podría actualizarse en todos los vehículos automáticos de forma inmediata.

También es cierto que se están creando nuevos empleos, pero en general exigen “un gran nivel de pericia y, por tanto, no resolverán los problemas de los trabajadores no cualificados”. Podría ocurrir que padezcamos “a la vez unas tasas de desempleo elevadas y escasez de mano de obra especializada”. Además, dado la vertiginosa velocidad de cambio, podrían ser profesiones que surgen y desaparecen en cuestión de una década, por lo que es muy complicado exigir derechos laborales o crear sindicatos en tales circunstancias. El autor sostiene que “hoy ya son pocos los empleados que esperan ocupar el mismo empleo toda la vida”. Además reconoce que “el cambio es siempre estresante” y podría ser complicado reeducar a miles de empleados.

Por otra parte, evitar la pérdida de puestos de trabajo no es una buena opción, porque supone abandonar las ventajas de la mecanización, pero tampoco podemos hacerlo sin dar alternativas a los empleados. Harari alaba lo que ocurre en Escandinavia, donde los gobiernos siguen el lema «proteger a los obreros, no los empleos». Una forma de hacer esto es lo que llamamos las dos erres urgentes: Reducir la jornada laboral y la RBU (Renta Básica Universal). Por supuesto, también se está aplicando en muchos países la subvención de servicios básicos universales: educación, sanidad, transporte… Pero en estas opciones el problema está en definir qué es «universal» y qué es «básico»:

  • Por universal se suele interpretar la población nacionalizada en un país, pero hay que tener en cuenta que las principales víctimas de la automatización quizá no vivan en donde se apruebe la RBU o esos servicios básicos universales. Automatizar en exceso podría generar la ruina en países en desarrollo que actualmente están dando mano de obra barata a los países ricos.
  • Por básico se puede interpretar la comida que un sapiens requiere (entre 1500 y 2500 calorías), pero también se pueden considerar básicos aspectos como la educación, la sanidad, el acceso a internet…

El problema es complejo, porque contentar a los sapiens no es tarea sencilla. La felicidad puede depender de las expectativas y éstas dependen de las circunstancias. Por tanto, aunque se mejoren las condiciones, no se garantiza que haya satisfacción. Como ejemplo exitoso cita el caso de Israel, país que obtiene buenos resultados en la satisfacción de la población, en parte gracias a un montón de personas pobres que no trabajan y que se dedican exclusivamente a cuestiones religiosas (el 50% de los hombres judíos ultraortodoxos). El gobierno da generosas subvenciones y se constata que debatir el Talmud es más satisfactorio que el trabajo de los obreros. Así pues, “la búsqueda de plenitud y de comunidad podría eclipsar la búsqueda de un puesto de trabajo”. El objetivo debería ser combinar una red de seguridad económica universal y básica, comunidades fuertes con servicios básicos universales y educar para una búsqueda de una vida plena. Esto podría compensar la pérdida de empleos y mejorar la calidad de vida de la gente.

“Dado el inmenso poder destructor de nuestra civilización, no podemos permitirnos más modelos fallidos”, pues equivocarnos ahora podría acabar en una guerra nuclear, en desastres por manipulación genética o en un colapso completo de la biosfera.

3. Libertad: computadoras y big data contra los derechos humanos

Lee un resumen de este otro libro de Harari. En Nexus habla de la Inteligencia Artificial, de la democracia y del futuro.
Lee un resumen de este otro libro de Harari. En Nexus habla de la Inteligencia Artificial, de la democracia y del futuro.

Dice Harari que “los referéndums y las elecciones tienen siempre que ver con los sentimientos humanos, no con la racionalidad”. Aunque algunas personas están más informadas y otras son más racionales, al final cada voto cuenta lo mismo y los sentimientos son los que guían a la mayoría. El biólogo Richard Dawkins dijo a propósito de la votación del Brexit que someterlo a referéndum es como «dejar que los pasajeros de un avión votaran en qué pista debería aterrizar el piloto». Teniendo esto en cuenta, queda claro el alto interés en acceder al corazón humano, a sus entresijos y a cómo manipularlo. Si se consiguiera en grado suficiente, la política sería “un espectáculo de títeres emocional”.

Pensemos que, al final, los sentimientos están basados en el cálculo. Millones de neuronas calculan, por ejemplo, cuando tener miedo según la probabilidad de ser dañados. Los sentimientos “encarnan la racionalidad evolutiva”, pero “pronto los algoritmos informáticos podrán aconsejarnos mejor que los sentimientos humanos”. Seguramente cometerán errores, pero solo se necesita que sean, de media, mejor que nosotros, lo cual “no es muy difícil, porque la mayoría de las personas no se conocen muy bien a sí mismas, y (…) suelen cometer terribles equivocaciones en las decisiones más importantes de su vida”. Incluso en ética, las máquinas superarán a la mayoría de los humanos, porque las máquinas no tienen emociones. Se ha demostrado que las emociones humanas controlan las decisiones humanas, por encima de sus ideologías o de sus planteamientos filosóficos. La selección natural no ha seleccionado a los homínidos más éticos, sino a los que gracias a sus emociones (miedo, deseo…) han conseguido reproducirse con más éxito. Por otra parte, “los ordenadores no tienen subconsciente” y si fallaran, resultaría “mucho más fácil corregir el programa que librar a los humanos de sus prejuicios”. Esto abre mercado a los filósofos, pues hará falta la filosofía para hacer buenos programas.

Cuando las decisiones importantes las tomen los algoritmos, basados en el cómputo de millones de datos (macrodatos o big data), ¿dónde queda nuestra libertad? ¿Confiaremos en los algoritmos para que nos escojan pareja, qué estudiar o dónde trabajar? ¿Escogerán también a quien votar? ¿Qué sentido tienen entonces las elecciones y los mercados libres?

Ya hoy día la gente confía en Google para hallar respuestas mientras “la capacidad para buscar información por nosotros mismos disminuye”. Esto hace que la gente considere «verdad» lo que aparece en los primeros resultados de la respuesta de Google. Más aún, la capacidad para orientarse es como un músculo que o lo usas o lo pierdes, y mucha gente depende tanto de Google Maps que si falla se encuentra completamente perdida.

El que controle esos algoritmos de macrodatos, controlará buena parte del mundo. Un ejemplo está en Israel, país que controla el cielo, las ondas de radio, el ciberespacio y el mar y, gracias a ello, un puñado de soldados pueden controlar a 2.5 millones de palestinos en Cisjordania. Y lo hacen usando IA: en 2017 un palestino publicó una foto poniendo en árabe “¡Buenos días!”. Un algoritmo israelí confundió las letras árabes y lo tradujo como “¡Mátalos!” y el obrero fue detenido. Quedó en libertad cuando se aclaró el error, pero el incidente demuestra la importancia de la IA para controlar a la población. Llevado al extremo, en manos de gobiernos autoritarios las herramientas de IA podrían controlar a la población “más incluso que en la Alemania nazi”.

Usando las reglas de la selección natural, hemos criado vacas dóciles que producen más leche, pero que son inferiores en otros aspectos. Igualmente, “estamos creando humanos mansos” pero que “en absoluto maximizan el potencial humano”. De hecho, “sabemos poquísimo de la mente humana”, mientras la investigación se centra en mejorar los ordenadores y los algoritmos. “Si no somos prudentes, terminaremos con humanos degradados que usarán mal ordenadores mejorados”. Para Harari esto podría provocar el caos, “acabar con la libertad” y “crear las sociedades más desiguales que jamás hayan existido”. La inmensa mayoría de la gente podría sufrir algo peor que la explotación: la irrelevancia.

4.  Igualdad: El que tenga los datos dominará el mundo

Los primeros grupos de sapiens eran más igualitarios que cualquier sociedad posterior. La revolución agrícola multiplicó la propiedad (tierra, herramientas…) y con ella la desigualdad. En el siglo XX se ha reducido la desigualdad en muchos países, pero “hay indicios de una desigualdad creciente”: “El 1% más rico posee la mitad de las riquezas del mundo” (y es responsable de la mitad de la contaminación mundial) y las 100 personas más ricas tienen más que los 4.000 millones más pobres. En el futuro, la biotecnología podría dar ventajas a ciertos sapiens (mayor longevidad, mejores capacidades físicas…) y podrían generarse “castas biológicas”, lo cual ahondará en la desigualdad. También insiste en el poder de la infotecnología para eliminar la utilidad de los humanos para las élites.

Antiguamente la tierra era el bien más importante. Luego pasaron a ser las máquinas y la industria. Hoy, cada vez tienen más importancia los datos. Empresas como Google, Facebook, Baidu y Tencent lo saben bien. Por ejemplo, Google nos proporciona servicios gratuitos, pero gracias a eso consigue millones de datos de sus usuarios. Esos datos valen mucho. No solo para ponernos la publicidad en la que caeremos con mayor probabilidad. Creemos que Google nos ayuda mucho, pero nosotros ayudamos a Google mucho más, porque mientras Google solo nos hace la vida un poco más fácil, nosotros somos los que permitimos que Google pueda existir haciendo negocio con nuestros datos. Así, en el futuro habrá que responder a una pregunta clave en nuestra era: ¿quién es el propietario de los datos? (datos sobre nuestros hábitos, nuestro ADN, nuestros gustos…). Tenemos experiencia regulando la propiedad de la tierra y la propiedad de la industria, pero “no tenemos mucha experiencia en regular la propiedad de los datos”, los cuales tienen características especiales (fáciles de copiar y de transportar, están en muchos sitios y en muchos formatos…).

¿Qué prefieres? ¿Libertad o igualdad?

5. Comunidad: “La gente lleva vidas cada vez más solitarias en un planeta cada vez más conectado”

Las redes sociales están rompiendo aún más las comunidades íntimas, las cuales ya están bastante sustituidas por gobiernos y empresas. Facebook se propuso conectar a los humanos, pero el escándalo de Cambridge Analytica reveló que se recogían datos “para manipular las elecciones en todo el mundo”. En teoría, las redes sociales pueden contribuir a fortalecer el tejido social y a hacer que el mundo esté más unido (ingeniería social), pero es complicado porque eso choca con intereses empresariales. Mientras la gente esté más interesada en el ciberespacio que en lo que pasa en su calle hay mayores posibilidades de manipularlo y de sacarle el dinero online. No olvidemos que los gigantes tecnológicos han sido acusados repetidas veces de evasión fiscal. ¿Es creíble que empresas que no pagan sus impuestos nos vayan a ayudar realmente a crear comunidades fuera del mundo virtual?

6. Civilización: Solo existe ya una civilización

Harari desmonta la teoría de que hay un choque de civilizaciones, pues en realidad la globalización tiende a unir cada vez más a la gente y no es posible, ni deseable, dar marcha atrás. “Hace diez mil años la humanidad estaba dividida en incontables tribus aisladas. Con cada milenio que pasaba, estas tribus se fusionaron en grupos cada vez mayores”. El proceso de unificación de la humanidad se ve claro si uno piensa los vínculos que hay entre los distintos grupos y las prácticas comunes entre ellos. Con sus diferencias, todos los países aceptan una serie de protocolos diplomáticos, leyes internacionales… y participan en los Juegos Olímpicos bajo las mismas reglas, lo cual es “un asombroso acuerdo global” y debemos “sentir orgullo porque la humanidad sea capaz de organizar un acontecimiento de este tipo”. Más aún, todos comparten similares reglas económicas, confianza en el dinero, los médicos comparten conocimientos y tienen similares protocolos… “La gente tiene todavía diferentes religiones e identidades nacionales. Pero cuando se trata de asuntos prácticos (…) casi todos pertenecemos a la misma civilización“. Nuestras diversas opiniones traerán debates y conflictos, pero eso nos hará aún más conectados, más interdependientes.

7. Nacionalismo: La historia tiende a unirnos, no a separarnos

El Brexit o el nacionalismo en Cataluña… ¿a qué se deben? ¿pueden dar respuestas a los problemas más importantes? Las formas moderadas de patriotismo pueden ser benignas. “El problema empieza cuando el patriotismo benigno se metamorfosea en ultranacionalismo patriotero”, lo cual es “terreno fértil para los conflictos violentos”. En el pasado era razonable buscar seguridad y sentido en el regazo de la nación, pero hoy, sin negar eso, tenemos al menos tres retos que nos obligan a trabajar más conjuntamente. La guerra nuclear es el primero y ciertamente en este campo lo estamos haciendo bien: a pesar de las guerras, hoy mueren menos personas por violencia humana que por obesidad, accidentes de tráfico o suicidio. El miedo a la guerra nuclear hace que los estados poderosos piensen bien antes de meterse en una guerra que sería desastrosa para el planeta.Resumen del libro "Sapiens", muy recomendable. Haz click para leerlo.

El segundo reto es el cambio climático y el desastre ambiental  (contaminación de la agricultura, pérdida de biodiversidad…). “Un agricultor que cultive maíz en Iowa podría, sin saberlo, estar matando peces en el golfo de México”. Homo sapiens ha pasado de ser un asesino ecológico en serie (como explica Harari en su libro Sapiens) a ser un asesino ecológico en masa. “Los científicos están de acuerdo en que las actividades humanas (…) hacen que el clima de la Tierra cambie a un ritmo alarmante. (…) Es fundamental que realmente hagamos algo al respecto ahora”. Harari tiene claro que el nacionalismo no puede sino empeorar la respuesta a este problema, porque las actuaciones “para ser efectivas, tienen que emprenderse a un nivel global”. Harari subraya que la industria de la carne, además del enorme sufrimiento que infringe, “es una de las principales causas del calentamiento global, una de las principales consumidoras de antibióticos y venenos, y una de las mayores contaminadoras de aire, tierra y agua” (producir 1 kilo de carne puede consumir 15.000 litros de agua).

El tercer reto es la disrupción tecnológica (biotecnología e infotecnología). A muchos nacionalistas les gustaría volver a tiempos pasados, pero eso es algo imposible. Estos tres retos pueden servir para “forjar una identidad común” que permita afrontar los riesgos. Por supuesto, queda espacio para “ese patriotismo que celebra la singularidad de mi nación y destaca mis obligaciones especiales hacia ella”. Harari ve claro que debemos “globalizar nuestra política”, lo cual no implica necesariamente un gobierno global, sino que todos los gobiernos (nacionales o de ciudades) “den mucha más relevancia a los problemas y los intereses globales”. Por ejemplo, recientemente muchas ciudades se han propuesto muchos retos en el llamado Pacto de Milán, como por ejemplo reducir el consumo de carne.

8. Religión: ¿Una ayuda para la unión del mundo o un inconveniente?

¿Pueden las religiones ayudar a resolver los problemas? Para Harari hay tres tipos de problemas —técnicos, políticos y de identidad— y las religiones solo pueden ayudar en el último tipo. Precisamente porque no ofrecen soluciones interesantes a los dos primeros tipos de problemas, “la autoridad religiosa ha estado reduciéndose”. Por ejemplo, cada vez menos gente acude a la religión ante problemas de salud, y si acude, lo hace después de acudir a la ciencia. A nivel político tampoco la religión ofrece alternativas globales a los retos actuales. De hecho, en muchos casos se desoye la religión cuando están en juego intereses políticos. Harari dice que “aunque algunas de las cosas que dijo Jesús suenan a comunismo total, (…) buenos capitalistas norteamericanos seguían leyendo el Sermón de la Montaña sin apenas darse cuenta”. Otras veces es la religión la que intenta meterse en política, con escaso éxito. Tal es el caso de la encíclica “ecológica” del Papa Francisco, “Laudato Si” (véase aquí un resumen sobre ella).

Las religiones determinan quiénes somos y quiénes son los demás. Es aquí donde la religión puede jugar un papel importante. Las religiones continuarán siendo importantes y pueden contribuir a la unión del mundo pero, como el nacionalismo, en demasiados casos lo que hacen es dividir y generar hostilidades.

9. Inmigración: La discriminación por la cultura genera injusticias

“Aunque la globalización ha reducido muchísimo las diferencias culturales en todo el planeta, a la vez ha hecho que sea más fácil toparse con extranjeros y que nos sintamos molestos por sus rarezas”. Pero las migraciones son naturales en el hombre a lo largo de toda su historia, y hoy el problema más grave está en Europa. La Unión Europea ha conseguido convivir con las diferencias entre los distintos países pero tiene problemas para convivir con todos los inmigrantes y refugiados que llegan.

Para Harari, “mientras no sepamos si la integración es un deber o un favor, qué nivel de integración se exige a los inmigrantes y con qué rapidez los países anfitriones deben tratarlos como ciudadanos de pleno derecho, no podremos juzgar si las dos partes cumplen sus obligaciones”. Pero si esa evaluación se hace de forma colectiva pueden generarse injusticias. Por otra parte, cada cultura tiene distinto nivel de aceptación a otros. Harari resalta que “Alemania ha acogido a más refugiados sirios de los que han sido aceptados en Arabia Saudí”.

Harari dice que la gente “lucha contra el racismo tradicional sin darse cuenta de que el frente de batalla ha cambiado”, porque ahora hay discriminación por la cultura (que este autor llama «culturismo»). Así, muchas veces se culpa a los inmigrantes de tener una cultura y valores no adecuados, pero por otra parte, “en muchos casos, hay pocas razones para adoptar la cultura dominante y en muchos otros se trata de una misión casi imposible”, pues podría, por ejemplo, requerir un nivel económico o educativo imposible de alcanzar por las clases inferiores (sean o no inmigrantes). Los dos grandes problemas de la discriminación por la cultura son:

  1. Usan afirmaciones generales, poco objetivas, que evalúan una cultura como superior a otra, sin hacer una valoración completa y objetiva.
  2. Discriminan a individuos concretos en base a esas afirmaciones generales.

“Si 500 millones de europeos ricos no son capaces de acoger a unos pocos millones de refugiados pobres, ¿qué probabilidades tiene la humanidad de superar los conflictos de mucha más enjundia que acosan a nuestra civilización global?”. “La humanidad puede dar la talla si mantenemos nuestros temores bajo control y somos un poco más humildes respecto a nuestras opiniones”.

10. Terrorismo: los terroristas son débiles y su arma es el miedo

Los terroristas “matan a muy pocas personas, pero aún así consiguen aterrorizar a miles de millones”. Desde el 11-S los terroristas han matado anualmente a unas 50 personas en la UE, 10 en EE.UU…. y hasta 25.000 en el mundo (principalmente en Irak, Afganistán, Pakistán, Nigeria y Siria). “En comparación, los accidentes de tráfico matan anualmente a unos 80.000 europeos, 40.000 norteamericanos (…) y 1,25 millones de personas en todo el mundo”. Por su parte, la contaminación atmosférica mata a unos 7 millones y nuevas formas de contaminación nos invaden con efectos desconocidos.

“Existe una desproporción asombrosa entre la fuerza real de los terroristas y el miedo que consiguen inspirar”, pero ellos son débiles. Si tomamos conciencia de su debilidad, ellos serán aún más débiles, porque su mayor poder radica en el miedo que generan. Por supuesto, los gobiernos y los medios de comunicación deben luchar contra el terrorismo e informar, pero evitando la histeria. “El dinero, el tiempo y el capital político invertido en luchar contra el terrorismo no se han invertido en luchar contra el calentamiento global, el sida y la pobreza; en aportar paz y prosperidad al África subsahariana, o en forjar mejores vínculos” entre las naciones del mundo.

11. Guerra: hoy se pierde más con las guerras de lo que se gana

El militar japonés Tojo fue el culpable de que Japón se metiera en la Segunda Guerra Mundial. Sus malas decisiones generaron millones de muertos. Fue juzgado por un tribunal internacional y condenado a muerte en la horca.“Las últimas décadas han sido las más pacíficas de la historia de la humanidad” (ver datos). Antiguamente, ganar una guerra era un símbolo de prosperidad pero las cosas han cambiado. Hoy las guerras no traen prosperidad, sino miseria, porque “los principales activos económicos consisten en el conocimiento técnico e institucional más que en los trigales, las minas de oro o incluso los campos petrolíferos, y el conocimiento no se conquista mediante la guerra“. De hecho, tras la Segunda Guerra Mundial, las potencias derrotadas prosperaron como nunca antes (Alemania, Japón…). La guerra fue producto de un “error de cálculo”. Pensaron que sin nuevas conquistas estaban condenados al estancamiento económico, pero se equivocaron. Por todo esto, las nuevas guerras merecen menos la pena, pero Harari nos advierte de que no podemos confiarnos, pues “los humanos son propensos a dedicarse a actividades autodestructivas”. Y dado que un detonante de la guerra es el sentimiento de superioridad, Harari recomienda “una dosis de humildad”.

12. Humildad: ¿Y si aprendemos más de las demás culturas?

“La mayoría de la gente suele creer que es el centro del mundo y su cultura, el eje de la historia”. Pero no es así. La historia de la humanidad empezó mucho antes que las culturas actuales y continuará, tal vez, tras ellas. Harari dice que su pueblo, los judíos, “piensan también que son lo más importante del mundo”, para luego pasar a desmontar punto por punto esa “desfachatez”, desde el origen de la ética hasta las importantes contribuciones científicas de los judíos. Con respecto a lo primero, “todos los animales sociales, como lobos, delfines y monos, poseen códigos éticos, adaptados por la evolución”, así como sentimientos que muchos atribuyen solo a humanos. Además, Buda, Mahavira o Confucio crearon sistemas morales anteriores al judaísmo. Por tanto, “humanos de todas las creencias harían bien en tomarse más en serio la humildad”.

13. Dios: ¿Quién dice lo que es correcto?

Dios puede verse como un enigma del que “no sabemos absolutamente nada”, o bien, como un “legislador severo y mundano, acerca del cual sabemos demasiado”, pues se han escrito bibliotecas enteras, y se ha usado el nombre de Dios para justificar intereses de todo tipo. Aunque las religiones pueden generar amor y paz, también han generado odio y violencia y por eso, para Harari no son estrictamente necesarias, pues la moral se puede justificar sin acudir a Dios. “Hacer daño a los demás siempre me hace daño también a mí”, porque antes de hacer algo mal hay un sentimiento interno que hace daño: “antes de que matemos a alguien, nuestra ira ya ha matado nuestra paz de espíritu”.

14. Laicismo: Ser responsables sin que lo mande Dios

El laicismo no es rechazar todo lo espiritual, sino no confundir verdad con fe, no santificar ningún libro, persona o grupo como poseedores de la verdad absoluta. Y también es el compromiso con la compasión y la comprensión del sufrimiento. Por ejemplo, “la gente secular se abstiene del homicidio no porque algún libro antiguo lo prohíba, sino porque matar inflige un sufrimiento inmenso a seres conscientes”. Es mejor encontrar la motivación en la compasión que en la obediencia divina. Pero el laicismo también se encuentra con dilemas complejos y, en tal caso, “sopesan con cuidado los sentimientos de todas las partes”. El laicismo también valora la responsabilidad: “En lugar de rezar para que ocurran milagros, necesitamos preguntar qué podemos hacer nosotros para ayudar”.

15. Ignorancia: A la gente no le gustan los hechos reales

Sócrates, el defensor de la necesidad de reconocer nuestra ignoranciaLos humanos nos movemos en la ignorancia y en la irracionalidad. “La mayoría de las decisiones humanas se basan en reacciones emocionales y atajos heurísticos más que en análisis racionales. (…) No solo la racionalidad es un mito: también lo es la individualidad. Los humanos rara vez piensan por sí mismos. Más bien piensan en grupos. (…) Es probable que bombardear a la gente con hechos y mostrar su ignorancia individual resulte contraproducente. A la mayoría de las personas no les gustan demasiado los hechos y tampoco parecer estúpidas”. Más aún, los poderosos en vez de aprovechar su poder para obtener una mejor visión de la realidad, suelen emplearlo en distorsionar la verdad. Así, los que buscan la verdad deben alejarse del poder y permitirse “la pérdida de mucho tiempo vagando por aquí y por allá en la periferia” y como hizo Sócrates, “reconocer nuestra propia ignorancia individual”.

16. Justicia: ¿Somos responsables de las injusticias de las empresas?

“Nuestro sentido de la justicia podría estar anticuado”. Dependemos de una red alucinante de lazos económicos y políticos, hasta el punto de costarnos responder preguntas sencillas como de dónde viene mi almuerzo. ¿Podemos ser inocentes de las injusticias que generan las multinacionales? Harari afirma que es erróneo tener en cuenta solo las intenciones sin hacer un esfuerzo sincero por saber lo que se esconde. Pero también sostiene que “el planeta se ha vuelto demasiado complicado para nuestro cerebro de cazadores-recolectores“. “Padecemos problemas globales, sin tener una comunidad global” y por tanto, entender bien tales problemas es misión imposible. Por eso, mientras unos simplifican la realidad para hacerla abarcable, otros se centran en alguna historia conmovedora olvidando los demás datos, otros inventan teorías conspiratorias, y otros depositan su confianza en algún líder o teoría, porque “la complejidad de la realidad se vuelve tan irritante que nos vemos impelidos a imaginar una doctrina que no pueda cuestionarse” y que nos dé tranquilidad, aunque difícilmente proporcione justicia.

17. Posverdad: Los poderosos siempre mienten

Estamos rodeados de mentiras y ficciones, pero la desinformación no es nada nuevo. El autor comenta varios casos de mentiras históricas, como los relatos falsos de asesinatos rituales por parte de judíos en la Edad Media, lo cual costó la vida a muchos judíos inocentes.

Si el ser humano es capaz de matar por una causa, ¿cómo no va a ser capaz de mentir? De hecho, como explica Harari en su libro anterior, el ser humano conquistó el planeta gracias a su capacidad de crear ficciones. Cuando un grupo cree en las mismas ficciones, son capaces de cooperar de manera eficaz. “Cuando mil personas creen durante un mes algún cuento inventado, esto es una noticia falsa. Cuando mil millones de personas lo creen durante mil años, es una religión, y se nos advierte que no lo llamemos «noticia falsa» para no herir los sentimientos de los fieles”. Pero Harari aclara que no niega “la efectividad ni la benevolencia potencial de la religión”. Las religiones inspiran buenas y malas acciones.

Una de las mentiras más aceptadas en la actualidad procede de los anuncios de las marcas comerciales. Nos cuentan repetidamente un relato hasta que la gente se convence de que es la verdad. Por ejemplo: ¿con qué se asocia la Coca-Cola? ¿Con jóvenes divirtiéndose o con pacientes con diabetes y sobrepeso en un hospital? Beber Coca-Cola aumenta la probabilidad de padecer obesidad y diabetes, y no nos va a hacer jóvenes . ¿Ha funcionado el relato falso que nos cuenta Coca-Cola en su publicidad?

Harari asegura que “si queremos poder, en algún momento tendremos que difundir ficciones”, pues la verdad no siempre gusta a todos. “Como especie, los humanos prefieren el poder a la verdad. Invertimos mucho más tiempo y esfuerzo en intentar controlar el mundo que en intentar entenderlo”. Por eso, “es responsabilidad de todos dedicar tiempo y esfuerzo a descubrir nuestros prejuicios y a verificar nuestras fuentes de información”. Harari ofrece dos reglas para evitar el lavado de cerebro: a) “Si el lector consigue las noticias gratis, podría muy bien ser él el producto”. b) “Haga el esfuerzo para leer la literatura científica relevante”, pues la ciencia suele ser objetiva. Y por eso hace un llamamiento a los científicos a hacer oír su voz cuando el debate caiga dentro de su campo.

18. Ciencia ficción: No te puedes librar de la manipulación, pero tú puedes hacerte feliz a ti mismo

La ciencia ficción es un género artístico que ha de tomar importancia, porque modela lo que la gente piensa sobre cuestiones tecnológicas, sociales y económicas de nuestra época, dado que poca gente lee los artículos científicos. Muchas películas de este género, como Matrix, reflejan el miedo a estar atrapado y manipulado y el deseo de liberarse. Sin embargo, “la mente nunca está libre de manipulación”. Por ejemplo, las películas de Hollywood socavan el subconsciente creando paradigmas de lo bueno y lo correcto. Pero cuanto experimentamos en la vida se halla dentro de nuestra mente y nosotros mismos podemos manipularlo también. O sea, no podemos librarnos de la manipulación, pero tampoco necesitamos ir a Fiyi para sentir la alegría.

En la novela Un mundo feliz, Aldous Huxley describe una sociedad idílica, sin sufrimiento ni tristeza. Todo el mundo es virtuoso gracias a soma, una droga que consigue volver a la gente paciente y sin problemas. La gente sabe lo que tiene que hacer y lo hace sin esfuerzo. Es una sociedad libre de mosquitos. Pero hay un personaje, El Salvaje, que se queja alegando que la sociedad se libra de todo lo desagradable en vez de aprender a soportarlo. El Salvaje, reclama su derecho a ser libre con todas las consecuencias y el líder le dice que lo que está reclamando es el derecho a ser desgraciado, a enfermar, a vivir con incertidumbre, a sufrir hambre, miedo… El Salvaje asiente y entonces le permiten salirse de la sociedad para vivir como un ermitaño, un bicho raro en una sociedad que no le entiende y que le lleva a un triste final.

19. Educación: Conócete a ti mismo mejor que los algoritmos

Lo único que podemos asegurar del futuro es que habrá grandes cambios en poco tiempo. ¿Qué debemos enseñar a los jóvenes? Gracias a Internet y a los medios de comunicación, estamos inundados de información, contradictoria casi siempre. En educación, proporcionar más información no es lo más necesario, sino que debemos enseñar a dar sentido a la información y a discriminar lo que es o no importante. Expertos pedagogos recalcan que se deben enseñar «las cuatros CES»: pensamiento crítico, comunicación, colaboración y creatividad.

Esta necesidad de aprender constantemente y de reinventarnos choca con el hecho de que con cincuenta años “no queremos cambios”. Pero además, enseñar resiliencia, enseñar a aceptar los cambios con equilibrio mental es mucho más difícil que enseñar una fórmula de física. Para Harari, el mejor consejo que dar a los jóvenes es que no confíen demasiado en los adultos, pues aunque tengan buenas intenciones no acaban de entender el mundo.

La invención de la agricultura sirvió para enriquecer a una élite minúscula, al tiempo que esclavizaba a la mayoría de la población. Algo similar podría ocurrir con la tecnología. “Si sabes lo que quieres hacer en la vida, tal vez te ayude a obtenerlo. Pero si no lo sabes, a la tecnología le será facilísimo moldear tus objetivos por ti y tomar el control de tu vida“. Por eso, hoy es más importante que nunca algo que han repetido filósofos desde antiguo: Conócete a ti mismo, “saber qué eres y qué quieres en la vida”. Y hoy eso es más importante que nunca porque ahora hay una competencia seria: multinacionales sin conciencia ética (y partidos políticos) están trabajando duro para usar los algoritmos y el big data para conocerte mejor que tú mismo (cada vez que usas tu teléfono o tu tarjeta estás regalando valiosos datos sobre ti mismo). “Vivimos en la época de hackear a humanos” y “si los algoritmos entienden de verdad lo que ocurre dentro de ti mejor que tú mismo, la autoridad pasará a ellos”. Pero si quieres conservar cierto control de tu existencia, tendrás que conocerte bien y saber cómo liberarte porque… “¿Has visto esos zombis que vagan por las calles con la cara pegada a sus teléfonos inteligentes? ¿Crees que controlan la tecnología, o que esta los controla a ellos?”

20. Significado: ¿Para qué dar sentido a nuestras vidas?

¿Cuál es el sentido de la vida? Eterna pregunta para la que “cada generación necesita una respuesta nueva”. El libro sagrado hindú Bhagavad Gita sostiene que cada ser debe seguir su camino concreto (dharma) y si no se sigue, no se hallará paz ni alegría. Ideologías de todo tipo (religiones, política, nacionalismos…) cuentan un relato para hacer que los suyos se sientan importantes, un relato que da trascendencia a sus vidas pero que siempre tiene contradicciones que evitan aclarar. Los nacionalistas, por ejemplo, suelen centrarse solo en el valor de su nación pero no suelen aclarar el porqué de esa superioridad. Para Harari, los relatos que cuentan esas corrientes de pensamiento son invenciones humanas y siempre tienen errores. Sin embargo, esas invenciones humanas nos han permitido colaborar entre nosotros y montar sociedades complejas que podrían desmoronarse si todos nos damos cuenta de que esos relatos son falsos: “La mayoría de los relatos se mantienen cohesionados por el peso de su techo más que por la solidez de sus cimientos” (y el peso del techo representa el peligro que hay al mostrar que los cimientos son débiles).

“Si queremos conocer la verdad última de la vida, ritos y rituales son un obstáculo enorme”. Los ritos solo sirven para ayudar a mantener relatos falsos, pero también cierta armonía y estabilidad social. “Una vez que sufrimos por un relato, eso suele bastar para convencernos de que el relato es real”, porque el sufrimiento es de las cosas más reales que existen. Dado que a la gente no le gusta admitir que es tonta, cuanto más se sacrifica por una causa, más se fortalece su fe en ella. También se usa el sufrimiento hacia los demás, y dado que a la gente no le gusta admitir que es cruel, también fortalece la fe en una causa el hacer sufrir a los demás por ella. Ese “sufrimiento” (o esfuerzo) puede ser de muchos tipos: corporal, dedicación de dinero o tiempo… Harari pregunta: “¿Por qué cree el lector que las mujeres piden a sus amantes que les regalen anillos de diamantes?”. Creen que cuanto mayor es el sacrificio mayor es el compromiso. Por todo esto, los embaucadores adoran las palabras sacrificio, eternidad, pureza, redención…

Para dar sentido trascendente a la vida, algunos se centran en dejar tras la muerte algo tangible (un poema, genes…), pero puede ser complicado y, al fin y al cabo, ni siquiera el planeta es eterno (dentro de 7.700 millones de años el Sol absorberá la Tierra y el fin del universo llegará, aunque tarde al menos 13.000 millones de años). Con ese panorama, Harari se pregunta: “¿No será suficiente con que hagamos que el mundo sea un poco mejor? Podemos ayudar a alguien, y ese alguien ayudará a continuación a alguna otra persona, y así contribuiremos a la mejora general del mundo y seremos un pequeño eslabón en la gran cadena de la bondad“. En el fondo, el amor es más seguro que los demás relatos.

La gente corriente suele creer en varios relatos a la vez, sentir distintas identidades, y muchas veces hay contradicciones importantes, porque en el fondo no están convencidos de su propias creencias. La historia está llena de estas “disonancias cognitivas”. Un ejemplo son los que han ido a la guerra para defender el cristianismo, religión del amor. Pero aún hoy día hay muchos cristianos que se oponen a las políticas de bienestar social, que se oponen a ayudar a los inmigrantes o que apoyan las armas, por ejemplo. También es fácil encontrar gente que se lamenta de la injusta distribución de la riqueza pero tienen inversiones en bolsa, cuando es bien sabido que invertir en bolsa genera injusticias y desigualdad (y si tu banco no es ético también estás colaborando con sucios negocios).

Nuestros deseos nos llevan a actuar y Harari sostiene que somos libres para elegir nuestras acciones, pero no nuestros deseos. Muy poca gente es la que controla sus pensamientos. Para la mayoría, los pensamientos vienen y van de forma caótica y descontrolada. Algunas religiones enseñan a controlar la mente. Buda enseño que hay tres realidades básicas del universo: que todo cambia sin cesar, que no hay nada eterno y que nada es completamente satisfactorio. Aceptando esto, el sufrimiento cesa: “según Buda la vida no tiene sentido, y la gente no necesita crear ningún sentido”. El consejo de Buda es: «No hagas nada. Absolutamente nada». “Todo problema radica en que no paramos de hacer cosas” (física o mentalmente). No hacer nada es conseguir que la mente tampoco haga nada.

21. Meditación, para conocernos mejor

Haz click para aprender la bases teóricas e históricas del hinduísmo, la meditación, el tantra, el yoga...En el último capítulo, el autor nos cuenta su experiencia personal aclarando que no tiene porqué funcionar bien a todo el mundo. Casi por casualidad, descubrió la meditación Vipassana (introspección) que, simplificando, consiste en centrar la atención en algo concreto, como el aire que entra y sale por la nariz. La gente corriente es incapaz de mantener esta atención de forma prolongada y Harari confiesa que al instante perdía la concentración. El objetivo de esta meditación es observar las sensaciones personales. Cuando uno se enfada se centra en pensar en el objeto que supuestamente provoca el enfado y no la realidad sensorial. Harari dice que aprendió más cosas sobre sí mismo y los humanos observando sus sensaciones en diez días que durante el resto de su vida hasta ese momento y, además, sin tener que aceptar cuentos o mitologías. Basta solo con observar la realidad como es.

El origen del sufrimiento está en la propia mente. Cuando deseamos que ocurra algo y no ocurre, generamos sufrimiento. Es una reacción de la mente. Es la mente la que provoca el sufrimiento. “Aprender esto es el primer paso para dejar de generar más sufrimiento”. La meditación es cualquier método de observación directa de nuestra propia mente y, aunque la han usado muchas religiones, la meditación no es necesariamente religiosa. La meditación Vipassana advierte que no se debe practicar solo como búsqueda de experiencias especiales, sino para comprender la realidad de nuestra propia mente, aprovechando todo tipo de sensaciones por simples que sean (calor, picor…).

Meditar te ahorrará tus sufrimientosHarari dice que medita dos horas diarias y que le ayuda al resto de tareas del día. Además, recomienda meditar para conocernos a nosotros mismos, antes de que los algoritmos decidan por nosotros quiénes somos realmente.

♥ Información relacionada:

  1. Lee otros libros resumidos, para captar su esencia en poco tiempo.
  2. De Yuval Noah Harari:
  3. Dos Erres URGENTES: Renta básica y Reducción de la jornada laboral.
  4. Máquinas y robots nos quitan el empleo pero mejoran nuestra vida.
  5. Crisis ecológica, conocimiento y finitud: Fracaso del ser humano como ser racional.
  6. HINDUISMO: Upanishad, Bhagavad Gîtâ, yoga y tantra, meditación, iluminación y mucho más.
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Para cambiar las cosas, un (necesario) giro a la izquierda

Por: Fernando Luengo

Cuando la evidencia empírica –en parte, al menos– apunta en la siguiente dirección…

1. La creación de puestos de trabajo es compatible, incluso en fases de crecimiento económico, con el mantenimiento de elevadas tasas de desempleo, lo que supone que una proporción significativa de las personas en edad de trabajar que buscan un empleo no lo encuentran.

2. Conseguir relativamente altos niveles de ocupación no se traduce en alcanzar salarios más elevados, y en paralelo, al contrario de lo sostenido por la economía convencional, una parte de los trabajadores que han conseguido un empleo se mantienen por debajo de los niveles de pobreza.

3. Los aumentos mayores o menores de la productividad del trabajo, esto es del valor añadido por persona ocupada, tienden a repartirse de manera desigual, privilegiando los beneficios de las empresas y penalizando las retribuciones de los asalariados.

4. El aumento de los márgenes empresariales y el acceso a recursos monetarios por parte de las empresas no se han convertido en inversiones productivas, sino que han servido para mejorar las retribuciones de los ejecutivos y grandes accionistas o se han colocado en operaciones financieras.

5. La desigualdad y la concentración de la renta y la riqueza ha alcanzado cotas históricas y el aumento de la inequidad se da tanto entre las rentas del capital y del trabajo como también entre los asalariados.

6. La concentración empresarial, la configuración de mercados oligopólicos, y las ganancias extraordinarias derivadas de esa privilegiada posición lejos de atenuarse se acentúan, reforzando un rasgo estructural del capitalismo.

7. Las políticas y las regulaciones públicas se encuentran cada vez más capturadas por los intereses corporativos, que ocupan parcelas crecientes y estratégicas del sector público, convirtiéndolas en negocio en su propio beneficio.

8. La fiscalidad sobre las rentas del capital es baja en comparación con las del trabajo, la presión fiscal soportada por las grandes corporaciones es mínima y los paraísos fiscales continúan operando sin apenas restricciones.

9. La inflación constituye un importante factor de redistribución regresiva de la renta que penaliza sobre todo a las clases populares y, particularmente, a los segmentos de población más vulnerables.

10. Los grupos de presión corporativos imponen a través de una tupida, difusa y compleja red de vínculos formales e informales la agenda de las instituciones comunitarias.

11. La pobreza en los países subdesarrollados, atrapados en una deuda externa insostenible e impagable, no solo se mantiene en cotas muy elevadas sino que está aumentando.

12. El cambio climático y la degradación de los ecosistemas avanza de manera imparable, sin que las tibias medidas adoptadas por gobiernos e instituciones los hayan revertido, penalizando en mayor medida a los pobres del norte y del sur.

13. El complejo militar/industrial, el formidable negocio de las empresas vinculadas al mismo y el generalizado aumento del gasto en armamento desempeñan un papel creciente en las estrategias económicas y políticas de los gobiernos.

14. La globalización de los mercados no ha cerrado la brecha entre los países ricos y pobres, sino que, en aspectos fundamentales, la ha ampliado.

…cuando todo esto sucede, con desigual intensidad dependiendo de los países, es obligado cuestionar, si se quiere hacer una política de izquierdas, tanto los pilares básicos del pensamiento económico dominante como las estrategias que se derivan del mismo. No es de recibo, en consecuencia, instalarse en la complacencia, en el mantra «las cosas van bien» o «con el tiempo mejorarán» o, lo peor de todo, «no hay alternativa».

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La casa encantada 01072019

Por: Radio Topo

Esta noche en «La Casa Encantada» de Radio Topo (FM 101,8) tenemos una charradica con José María de AHPLIA la Asociación de Hombres por la Igualdad en Aragón. ¿otro modelo de masculinidad es posible?.

La entrada La casa encantada 01072019 se publicó primero en Radio Topo.

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Buenas noticias ambientales y animalistas en 2021 (semestre 2)

Por: Pepe Galindo
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Estas buenas noticias no son tantas, ni tan buenas, como nos gustaría. Son mejor que nada, por supuesto. Sin embargo, ante una gran hemorragia, poner una tirita no sirve para salvar la vida del paciente. ¿Queremos salvarle?

  1. El ministro Alberto Garzón enfurece al sector ganadero al incitar a comer menos carne, por salud y para proteger al planeta: Ha sido muy criticado, incluso por miembros de su gobierno, pero es un tema ineludible. Curiosamente, el propio gobierno había aprobado en su Estrategia España 2050 que España debe —literalmente— reducir “su ingesta de alimentos de origen animal” (o sea, no solo carne, sino también pescado, lácteos y huevos). La ciencia ha hablado, la OMS también y cada vez más políticos están dejando de esconder un tema conflictivo. Además, la ganadería extensiva o la carne ecológica no son la solución al problema. Alabamos la valentía de un político que no teme las críticas.La pirotecnia contamina y molesta a personas, a mascotas y a fauna salvaje. Haz clic para informarte mejor.
  1. El lobo ya es una especie protegida en España: Esta es una noticia muy esperada. Matar lobos ya no será subastado por dinero. Cazar lobos pasa a ser un delito tipificado en el art. 334 del Código Penal, con pena de prisión de seis meses a dos años y, en todo caso, inhabilitación especial para el ejercicio del derecho de cazar o pescar. Se debe propiciar la coexistencia con la ganadería y multar a los ganaderos que no cuiden bien de su ganado. Lo que algunos decían que era imposible, se consigue cuando hay presión ciudadana y voluntad política. Es de agradecer el interés de la ministra Teresa Ribera y de todos los colectivos que se han movilizado para conseguirlo. Para los que aún no sepan las ventajas de tener depredadores como el lobo, que lean esto. Algunos inconscientes han intentado derribar esta ley, pero la propia Audiencia Nacional ha dicho que la caza produce daños irreparables.
  1. El Congreso aprueba que los animales dejen de ser considerados cosas: El bienestar de ellos se antepone a los intereses humanos. Como ya ocurre con los hijos, los animales no podrán formar parte de herencias, embargos o divorcios. Sin embargo, algunos seguirán esclavizados, como los caballos, o las vacas lecheras. Y los perros seguirán atados a sus correas. Y las perras de raza seguirán siendo obligadas a parir una y otra vez. En pocos casos —tal vez en ninguno— las mascotas están justificadas.
  1. Una mujer está comprando tierras de cultivo británicas para devolverlas a la naturaleza: Este proceso se llama rewilding (resilvestrar) y se está haciendo en otras regiones. También se benefician los humedales de la zona, que dejan de recibir fertilizantes de la agricultura (evitando así la eutroficación, que es lo que pasó en el Mar Menor). Así se demuestra también, que no es un problema que los pueblos se vacíen. El problema es que se llenen sin control de macrogranjas o de centrales de energía renovable.
  1. Buenas noticias para los animales (y para todos): El trato que damos a los animales refleja nuestro amor a la naturaleza. En materia de animalismo avanzamos más que en ecologismo.
  1. El gobierno de España descarta totalmente la mina y la planta de fabricación de concentrado de uranio: El municipio salmantino de Retortillo se libra de ese foco de contaminación y destrucción de su paisaje. El Consejo de Seguridad Nuclear ya vetó el proyecto y su opinión era vinculante. Solo votó a favor el miembro propuesto por el PP (¿casualidad?). La mina también tenía el visto bueno del gobierno local (también del PP). Hay indicios para sospechar que el interés en la mina es meramente especulativo. Es decir, el objetivo principal sería estafar a inversores. Esta buena noticia llega tarde para aquellos árboles centenarios que fueron ya talados.
  1. En la temporada 2021 se ha prohibido la caza de tórtolas en España: Cientos de miles de tórtolas se han salvado en España. Tras cuatro años de avisos y tras el ultimátum de la Comisión Europea, la mayoría de comunidades pararon la caza de estas aves. Veamos la magnitud escandalosa de la masacre: desde 2015 se abaten unos 800.000 ejemplares cada año. El ser humano destroza el planeta con su ganadería y con su caza. Somos muchos humanos y nos jugamos nuestro futuro. La solución sensata es prohibir la caza deportiva, en todos los territorios y para todas las especies.
  1. La Audiencia Nacional tumba la prórroga que Rajoy le dio a Ence para seguir contaminando la Ría de Pontevedra hasta 2073: Recurrieron la decisión Greenpeace y el Ayuntamiento de Pontevedra. Por este motivo, Rajoy fue declarado persona non grata en su Pontevedra natal. Es un caso más de cómo el PP se pone siempre del lado de los que maltratan el medioambiente.
  1. Hay millones (144) para la restauración ambiental de las minas de carbón cerradas: Llevábamos años pidiendo el cierre de las minas de Asturias y León. Ahora toca reducir urgentemente los demás combustibles fósiles.
  1. Se acabó la gasolina con plomo: Es un combustible muy tóxico, prohibido en los países ricos, pero que seguía usándose en los pobres, especialmente en África. Esta es una noticia muy positiva cuyo alcance es difícil de evaluar.
  1. El Gobierno suspende la ampliación del aeropuerto de El Prat: Los 364 millones previstos se dedicarán a otra cosa, porque el Gobierno autonómico se ha quejado por los daños ambientales. Es una pena que la ministra de Transportes no haya tomado por sí misma esa decisión. Por ella, la obra se hubiera hecho a pesar del fortísimo daño ecológico que hubiera causado la ampliación, además de los daños inherentes a todos los aeropuertos. El aeropuerto de Madrid se ampliará, si nadie lo evita.
  1. China anuncia que no va a financiar más plantas de carbón en otros países: El país más contaminante del planeta no dice nada de sus propias centrales de carbón. Es una buena noticia, pero necesitamos algo más contundente para evitar lo peor del colapso.
  1. La venta de frutas y verduras en envases de plástico estará prohibida en España en 2023 (solo en algunos casos): Todos los grupos ecologistas sostienen que el Ejecutivo no va lo suficientemente deprisa en esta materia y proponen un SDDR. Curiosamente, los ecologistas no hablan de un SDDR para reutilizar, sino para reciclar, lo cual es un error importante que se alinea con el gobierno, cuyo
    objetivo es el reciclaje, más que la reutilización. Esta es una buena noticia a medias, porque es también una oportunidad perdida para hacer las cosas bien del todo.
  1. Ley para eliminar la deforestación de las cadenas de suministro de la UE: Es un buen paso de la Comisión Europea, pero tiene lagunas importantes: solo afectaría a un número limitado de materias primas y productos, y tampoco garantiza los derechos de pueblos indígenas y comunidades locales afectadas.
  1. Cádiz, primer municipio contra el Tratado de la Carta de la Energía: Instan al gobierno a abandonar ese tratado. Es un acuerdo que beneficia a las multinacionales perjudicando la soberanía de los países firmantes. Por ejemplo, Países Bajos fue demandado por activar su descarbonización. España debe abandonar ese tratado de forma urgente, para que las multinacionales no tengan más derechos que los Estados.
  1. La Comisión Europea denuncia a España por su incapacidad de proteger el agua frente a la contaminación por nitratos de la agricultura y la ganadería: El Tribunal de Justicia de la UE tendrá que dictar sentencia. La contaminación media del agua por nitratos ha aumentado un 51,5% en los últimos cuatro años. El Gobierno español ha permitido que la ganadería industrial crezca exageradamente y que los agricultores abusen sin control. Lo del Mar Menor es solo un caso grave. Nos tememos que España tendrá que pagar una buena multa, lo cual será una buena noticia solo si se aprende la lección.
  1. España tendrá opción de menú 100% vegetal en comedores escolares e instituciones públicas: Los partidos verdes están forzando políticas verdes. Esta es una noticia buena para los animales y mejor para el planeta. Y la salud también mejorará.
  1. Los países del Mediterráneo acuerdan proteger el 30% del Mediterráneo en esta década. También se ha decidido controlar el azufre pero no el nitrógeno de la contaminación de los buques. Se evitarían 4.100 muertes prematuras anuales si se redujeran ambos gases. En todo caso proteger un 30% es insignificante en la situación actual. Necesitamos proteger urgentemente un mínimo del 50% de todo el globo y un mínimo del 50% del territorio de cada país.
  1. Bruselas pide a los países una ofensiva de impuestos verdes en luz, gas, diésel, vuelos, automóviles y navieras. La Comisión Europea quiere reforzar al máximo el principio de “el que contamina paga”. Debemos acabar con las exenciones y las subvenciones. Será una negociación complicada, porque las multinacionales mandan más que los votantes.
  1. Desactivada definitivamente la central de carbón de Carboneras: Era una de las centrales térmicas más contaminantes del país que vomitaba más 6 millones de toneladas de CO2 al año. Buenas noticias, sin duda, pero más que potenciar la transición a las renovables hay que pensar cómo reducir nuestro apetito energético.
  1. Argentina prohíbe los petardos: La prohibición fue motivada por una recogida de firmas en Change por una persona particular debido a las molestias que ocasionan a los autistas. Sin embargo, las molestias no son solo a las personas con este trastorno, sino que los problemas de la pirotecnia van mucho más lejos. Molestan a un amplio rango de personas, perturba a las mascotas (especialmente a los perros) y a la fauna silvestre (especialmente a las aves). Algunos animales llegan a morir por infarto. También hay que tener en cuenta la contaminación química de esos artefactos.

No está mal esta lista, aunque podría ser mejor… Gracias por difundir nuestros artículos.

♦ Te gustará también:

  1. Buenas noticias ambientales: semestre 1 de 2021, 2020 (semestres 1 y 2), 2019 (1 y 2), 2018 (1 y 2) y la colección completa.
  2. El lanzamiento editorial del año: Libro Relatos Ecoanimalistas, de J. Galindo (reseña).
  3. Blog de relatos del mismo autor: Historias Incontables.
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Personas o cosas

Por: Pepe Galindo

En Ébano, Ryszard Kapuściński relata sus viajes por África con una mirada lúcida y empática. La historia de Madame Diuf en un tren arranca sonrisas, pero pronto el tono cambia cuando el convoy atraviesa el barrio pobre de una ciudad, con grandes similitudes respecto a cualquier otra urbe del mundo, africana o no.

La guerra, la sequía, la pobreza o la verde esperanza en una vida mejor hacen que la gente emigre: del campo a la ciudad, de un país a otro… Lo ha hecho el ser humano desde que existe y no va a dejar de hacerlo. Y ahora se añade un factor que lo cambia todo. Podría ser la desbocada desigualdad, pero nos referimos a la crisis climática y sus inquietantes efectos.

Kapuściński se deja sorprender por los barrios apretados con personas desamparadas que dependen del azar y de la solidaridad, que solo tienen lo puesto y, a veces, es prestado. Estas personas no se quejan porque no tienen dónde hacerlo. Su única posesión de valor es su cuerpo. Entonces, este periodista y escritor reflexiona:

«Se vuelve cada vez más importante para el mundo la pregunta no de cómo alimentar a la humanidad —hay comida suficiente, a menudo solo se trata de organización y transporte—, sino de qué hacer con la gente. Qué hacer con la presencia en la Tierra de millones y millones de personas. Con su energía sin emplear. Con el potencial que llevan dentro y que nadie parece necesitar. ¿Qué lugar ocupa esa gente en la familia humana? ¿El de miembros de pleno derecho? ¿El de prójimos maltratados? ¿El de intrusos molestos?»

Estas preguntas resuenan con fuerza en un mundo marcado aún hoy por la exclusión. Hubo un tiempo en el que defendíamos limitar la población mundial. Ahora comprendemos que es mejor actuar de forma indirecta. Centrémonos en proteger los derechos de las personas más pobres, con especial atención a niñas y mujeres. Es esencial mejorar la educación, eliminar la discriminación y reducir la desigualdad.

Uno de los problemas más graves de la humanidad —la desigualdad explosiva— tiene, a la vez, mecanismos fáciles de solución. Se trata de limitar los enormes beneficios de unas élites económicas que son las principales responsables de los mayores desastres ambientales, amén de otras injusticias. No se trata solo de subir los impuestos a los mega-ricos y de eliminar sus paraísos fiscales. También hay que prohibir ciertas actividades de altísimo impacto ambiental que simbolizan el despilfarro extremo, tales como los jets privados, los megayates, las motos de agua, el turismo espacial y el antártico, los trofeos de caza exóticos, usar helicópteros para comprar el pan, o practicar deportes que deberían estar prohibidos.

Además, debemos asegurar que los beneficios del avance humano lo sean para la humanidad en general, y no solo —como ocurre a menudo— para quienes menos los necesitan. Algunos ejemplos de lo que deberíamos ir haciendo antes de que sea demasiado tarde son:

  • Reducir la jornada laboral y evitar las horas extras.
  • Aprobar una Renta Básica para mayores de edad
  • Aplicar una fiscalidad justa y verde con impuestos a robots y ordenadores industriales.
  • Valorar tareas ahora no remuneradas (como voluntariado, cuidado de niños o de mayores, etc.).
  • Controlar la deslocalización y el abuso de las multinacionales exigiendo el mismo comportamiento en todos los países en los que operen.
  • Adoptar prácticas agrícolas basadas en la agroecología
  • Reducir el consumo de carne y pescado, así como el presupuesto militar.

En todos estos asuntos, o bien avanzamos poco, o bien retrocedemos. Y mientras tanto, debemos recordar que emigrar es un derecho humano fundamental que debe ser respetado. Tener miedo a perder lo que tenemos es algo natural, pero no debemos permitir que ese temor derrote a nuestra empatía y solidaridad. Sin duda, todos podemos imaginar una situación en la que nosotros mismos querríamos hacer uso de ese derecho a emigrar para buscar un futuro mejor.

No hay soluciones simples, pero sí caminos adecuados. Actuemos con responsabilidad y coherencia, aunque el resultado no sea inmediato ni perfecto. Lo imperfecto siempre será mejor que lo inhumano.

♦ Sobre solidaridad y emigración:

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Personas o cosas

Por: Pepe Galindo

En Ébano, Ryszard Kapuściński relata sus viajes por África con una mirada lúcida y empática. La historia de Madame Diuf en un tren arranca sonrisas, pero pronto el tono cambia cuando el convoy atraviesa el barrio pobre de una ciudad, con grandes similitudes respecto a cualquier otra urbe del mundo, africana o no.

La guerra, la sequía, la pobreza o la verde esperanza en una vida mejor hacen que la gente emigre: del campo a la ciudad, de un país a otro… Lo ha hecho el ser humano desde que existe y no va a dejar de hacerlo. Y ahora se añade un factor que lo cambia todo. Podría ser la desbocada desigualdad, pero nos referimos a la crisis climática y sus inquietantes efectos.

Kapuściński se deja sorprender por los barrios apretados con personas desamparadas que dependen del azar y de la solidaridad, que solo tienen lo puesto y, a veces, es prestado. Estas personas no se quejan porque no tienen dónde hacerlo. Su única posesión de valor es su cuerpo. Entonces, este periodista y escritor reflexiona:

«Se vuelve cada vez más importante para el mundo la pregunta no de cómo alimentar a la humanidad —hay comida suficiente, a menudo solo se trata de organización y transporte—, sino de qué hacer con la gente. Qué hacer con la presencia en la Tierra de millones y millones de personas. Con su energía sin emplear. Con el potencial que llevan dentro y que nadie parece necesitar. ¿Qué lugar ocupa esa gente en la familia humana? ¿El de miembros de pleno derecho? ¿El de prójimos maltratados? ¿El de intrusos molestos?»

Estas preguntas resuenan con fuerza en un mundo marcado aún hoy por la exclusión. Hubo un tiempo en el que defendíamos limitar la población mundial. Ahora comprendemos que es mejor actuar de forma indirecta. Centrémonos en proteger los derechos de las personas más pobres, con especial atención a niñas y mujeres. Es esencial mejorar la educación, eliminar la discriminación y reducir la desigualdad.

Uno de los problemas más graves de la humanidad —la desigualdad explosiva— tiene, a la vez, mecanismos fáciles de solución. Se trata de limitar los enormes beneficios de unas élites económicas que son las principales responsables de los mayores desastres ambientales, amén de otras injusticias. No se trata solo de subir los impuestos a los mega-ricos y de eliminar sus paraísos fiscales. También hay que prohibir ciertas actividades de altísimo impacto ambiental que simbolizan el despilfarro extremo, tales como los jets privados, los megayates, las motos de agua, el turismo espacial y el antártico, los trofeos de caza exóticos, usar helicópteros para comprar el pan, o practicar deportes que deberían estar prohibidos.

Además, debemos asegurar que los beneficios del avance humano lo sean para la humanidad en general, y no solo —como ocurre a menudo— para quienes menos los necesitan. Algunos ejemplos de lo que deberíamos ir haciendo antes de que sea demasiado tarde son:

  • Reducir la jornada laboral y evitar las horas extras.
  • Aprobar una Renta Básica para mayores de edad
  • Aplicar una fiscalidad justa y verde con impuestos a robots y ordenadores industriales.
  • Valorar tareas ahora no remuneradas (como voluntariado, cuidado de niños o de mayores, etc.).
  • Controlar la deslocalización y el abuso de las multinacionales exigiendo el mismo comportamiento en todos los países en los que operen.
  • Adoptar prácticas agrícolas basadas en la agroecología
  • Reducir el consumo de carne y pescado, así como el presupuesto militar.

En todos estos asuntos, o bien avanzamos poco, o bien retrocedemos. Y mientras tanto, debemos recordar que emigrar es un derecho humano fundamental que debe ser respetado. Tener miedo a perder lo que tenemos es algo natural, pero no debemos permitir que ese temor derrote a nuestra empatía y solidaridad. Sin duda, todos podemos imaginar una situación en la que nosotros mismos querríamos hacer uso de ese derecho a emigrar para buscar un futuro mejor.

No hay soluciones simples, pero sí caminos adecuados. Actuemos con responsabilidad y coherencia, aunque el resultado no sea inmediato ni perfecto. Lo imperfecto siempre será mejor que lo inhumano.

♦ Sobre solidaridad y emigración:

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De Matrix a TikTok: así difunde la manosfera el discurso antifeminista en redes

Por: Paula Gonzalo

La celebración del 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer, vuelve a abrir el debate sobre la igualdad de género, solo que ahora el escenario se ha trasladado a un campo de batalla cada vez más influyente: las redes sociales. El auge de discursos antifeministas entre los jóvenes está encendiendo las alarmas, especialmente en espacios digitales donde el machismo se reinventa y prolifera bajo una nueva identidad: la manosfera.

El término manosfera proviene del inglés manosphere, compuesto por las palabras man (hombre) y sphere (esfera), y apareció por primera vez en 2009. En el libro (Re)configurando el imaginario sobre la violencia sexual desde el antifeminismo, se define como el “conjunto de comunidades y grupos comunicativos digitales, que están masculinizados en su público y ocupan una heterogeneidad de interacciones y procesos comunicativos misóginos y antifeministas en la red».


La manosfera es un conjunto de comunidades digitales que difunden mensajes misóginos y antifeministas, promoviendo una supuesta «restauración de la masculinidad». A través de plataformas como TikTok, YouTube y foros anónimos, estos espacios propagan la idea de que los hombres deben ser fuertes, dominantes y evitar mostrar debilidad, mientras perpetúan una visión de la mujer como débil, sumisa y responsable de los problemas personales y sociales de los hombres. Ideas que también se recogen en el estudio: «Jóvenes en la Manosfera. Influencia de la misoginia digital en la percepción que tienen los hombres jóvenes de la violencia sexual».


El impacto de estos discursos en la juventud es innegable. Según el Barómetro Juventud y Género 2023, elaborado por el Centro Reina Sofía de Fad Juventud, el 51% de los chicos de entre 16 y 24 años cree que la promoción de la igualdad ha ido «demasiado lejos», hasta el punto de discriminar a los hombres. Además, el 23,1% de los jóvenes de entre 15 y 29 años considera que «la violencia de género no existe y es un invento ideológico», una cifra que ha duplicado el porcentaje registrado en 2019.


Estos datos reflejan una preocupante desconexión con la lucha feminista y una normalización de discursos de odio en las redes sociales, donde los adolescentes pasan gran parte de su tiempo. Elisa García, profesora e investigadora en la Facultad de Sociología de la Universidad Complutense de Madrid (UCM) y experta en violencias sexuales en red, en entrevista con la Cadena SER, señala que “estos discursos no llegan desde el entorno familiar o escolar, sino desde el espacio digital. Estos comportamientos se han intensificado con los nuevos formatos y han encontrado en TikTok un canal perfecto para viralizarse con mensajes breves y directos”.

Como advierte García, experta también en manosfera, estos «se han intensificado con los nuevos formatos y han encontrado en TikTok un canal perfecto para viralizarse con mensajes breves y directos”.


Para contrarrestar la difusión de estos mensajes, RTVE ha lanzado el proyecto interactivo ‘La manosfera al descubierto’, una iniciativa que analiza y desmonta las narrativas antifeministas que proliferan en el entorno digital. César Peña, coordinador del proyecto, ha explicado en La Ventana de la Tele que el objetivo es sumergirse en la manosfera con una mirada crítica, evidenciando los estereotipos de género y los discursos de odio que se presentan como una “revolución masculina”.

El reportaje interactivo, titulado «Manosfera y estereotipos: la nueva cárcel de la masculinidad«, invita a los usuarios a explorar cinco categorías clave dentro de estos discursos: antifeminismo, estereotipos, sexualidad, violencia de género y éxito. Con una estética inspirada en la película Matrix, el proyecto explica cómo estas ideas se entrelazan para crear un modelo de masculinidad tóxica que limita tanto a hombres como a mujeres


Según Stribor Kuric, quien ha analizado los modelos de estereotipos dentro de la manosfera, estos espacios ofrecen una narrativa cerrada sobre lo que significa ser hombre y cómo debe comportarse en distintos contextos, perpetuando relaciones de poder desiguales. En estos círculos, la autoridad en la pareja siempre recae en el hombre, reforzando ideas machistas que muchas sociedades han intentado erradicar.

Uno de los aspectos más preocupantes del auge de la manosfera es la idolatría que despiertan ciertos ‘gurús’ antifeministas en los jóvenes. Estos influencers, que combinan discursos de odio con consejos sobre éxito personal y sexualidad, han convertido la misoginia en un negocio rentable, generando miles de seguidores y monetizando sus contenidos.


Como advierte Elisa García, “cada vez hay más creadores de contenido que sacan rédito de estos mensajes. Parecen nichos de internet, pero pueden llegar a cualquier lugar, influenciando tanto a chicos como a chicas”. El problema se agrava cuando los algoritmos de plataformas como TikTok e Instagram detectan el interés del usuario y potencian la difusión de estos discursos, normalizando el machismo entre las nuevas generaciones.

El proyecto de RTVE no solo busca denunciar este fenómeno, sino también educar y ofrecer herramientas para combatirlo. Expertos como Lionel Delgado y Silvia Fernández trabajan en la plataforma para desglosar las estrategias de manipulación que utilizan estos grupos y ayudar a los usuarios a desarrollar un pensamiento crítico frente a los discursos de la manosfera.


Sin embargo, la responsabilidad no solo recae en la educación. Como señala García, “mientras el odio sea rentable, todos nuestros esfuerzos serán en vano”. La solución debe pasar por una mayor regulación de las redes sociales y una revisión profunda de las políticas de moderación del contenido. Pero este desafío no es sencillo, ya que las plataformas digitales tienen un modelo de negocio basado en la viralización, sin importar el impacto social de sus contenidos.

La proximidad del Día Internacional de la Mujer nos recuerda que la lucha feminista sigue siendo más necesaria que nunca. La manosfera representa una amenaza real para la igualdad de género, pero también una oportunidad para reflexionar sobre el impacto de las redes sociales en la juventud y la importancia de construir espacios digitales libres de violencia y desinformación. Ahora, la pregunta que queda en el aire es: ¿cómo podemos recuperar el relato feminista en un espacio donde el odio se ha convertido en tendencia?

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✇Periodismo Ciudadano

Geochicas: mapeadoras trabajando en favor del empoderamiento femenino

Por: Paula Gonzalo

Geochicas, (@GeochicasOSM) es un colectivo de mujeres mapeadoras en al menos 3 continentes, que trabajan en favor del empoderamiento femenino y  la reducción de la brecha de género en las comunidades hispanohablantes de #OpenStreetMap y en otras asociadas al mundo del software libre y los datos abiertos.

En entrevista con PC, Celine Jacquin, (@mapeadora) y Selene Yang, (@la_geofeminista), dos de las tres coordinadoras de este proyecto, nos hablan de Geochicas y de la importancia de incluir la perpectiva de género y el acceso de la mujer a carreras vinculadas a los datos, entre otros aspectos.

PG -Uno de los ejes temáticos de vuestro trabajo se centra en «la comprensión de los mecanismos de liderazgo y sus frenos en la dimensión colectiva», contadanos qué proyectos tenéis actualmente en marcha en este 8 de marzo, en los que puedan también participar las personas interesadas.

CJ/SY –Geochicas es antes que todo un espacio libre para discusión de las mujeres que se sienten menos a gusto y libres de tomar liderazgo en grupos mixtos, y desean de forma paralela o exclusiva, estar en un espacio seguro. Para nosotras es importante crear espacios donde la seguridad y el cuidado colectivo sean los ejes de nuestro grupo. Geochicas es esto antes que un espacio para generar proyectos.
Sin embargo, ahora mismo estamos trabajando en la segunda versión de nuestra encuesta sobre diversidad de género en OpenStreetMap. La primera fue llevada a cabo por nosotras en 2018 cómo una acción que fue colectivamente identificada como necesaria en el State of the Map de Sao Paulo. Los resultados indicaban (desde una muestra que no era representativa, pues el carácter anónimo de la comunidad OpenStreetMap no lo permitiría) que un 56,8% de las personas se autodefine como hombre, 39,83% com mujer, 0,41% como persona transgénero en la comunidad. Planteamos está encuesta como periódica para entender evoluciones, por lo que es tiempo de lanzar la nueva edición en los próximos meses.

Estas encuestas también aportan datos sobre las relaciones y las dinámicas de liderazgo que se dan en la comunidad, y no únicamente sobre la construcción demográfica de OSM. También queremos analizar cuáles son las acciones que pueden tomarse para crear una comunidad más saludable para las personas que desean sumarse.  
Tenemos otros proyectos permanentes o semipermanentes que han correspondido con necesidades del sector y el involucramiento de ciertas geochicas en activismos, por ejemplo mapas de documentación de los movimientos sociales. El de cómo se ha extendido y reapropiado la performance “Un violador en tu camino”, que ha tenido un enorme alcance en redes y medios, lo que era nuestro objetivo, el de concienciación.

Y otro que ya tiene valor de atlas por cierta historicidad que se le está dando (y lo estamos repitiendo este año de cara a este 8 de marzo): la localización de actividades y manifestaciones feministas en torno al Día Internacional de la mujer. Con este mapa, que idealmente continuará cada año, queremos demostrar la amplitud y las evoluciones del movimiento (en el espacio, los temas tratados, el público, etc.). Lo estamos continuando este año

Actualización del mapa global del #8M
Update of the 8M global map: https://t.co/y06r4oibco

Envíen cualquier actividad y la ubicación exacta (url).
Please send us any activity or actions being held +url of location.@GeochicasOSM @openstreemap @NosotrasParamos pic.twitter.com/Sqw1GWdLbA

— Geochicas OSM (@GeochicasOSM) March 6, 2023

Para este mes de la mujer y el Día Naranja (25 de noviembre) estamos impulsando la recopilación por parte de tod@s l@s que quieran participar, de listas de servicios dedicados a la mujer (en particular servicios para víctimas de violencia de género contra la mujer y niña) con su ubicación exacta y la descripción de sus servicios y contactos; para posteriormente integrarlos a OpenStreetMap (ver abajo el trabajo del grupo UAMaps de la Ciudad de México que han iniciado mapeando lugares seguros para las mujeres). Va a ser una actividad lanzada el 8 de marzo, y continuará hasta el 25 de noviembre (ver Twitter de @geochicasosm), donde se mostrarán los resultados. Quien quiera participar se puede poner en contacto por redes sociales, (@GeochicasOSM).

PG -¿En qué momento os dais cuenta de la brecha de género existente, tanto en las comunidades de OpenStreetMap, como en las vinculadas al mundo del software libre y los datos abiertos?

CJ/SY -Pues si uno observa atentamente, la brecha de género en el mundo de las comunidades y tecnologías del software libre se  hace evidente en todo momento, e incluso desde que una se une a cualquier grupo o movimiento la proporción parece ser siempre menor del 10%. Por ejemplo, sólo el 18.3% del contenido de los proyectos de Wikimedia es sobre mujeres. Para el 2017, sólo 11.0% de las personas mantenedoras de paquetes en R se identificaban como mujeres o personas no binarias. Según datos de 2016, únicamente el 2% de las personas contribuidoras en los repositorios de Python se identificaban como mujeres. 

Y es tan normal que en general dejamos de notar este tipo de disparidades. Creemos que el acceso de las mujeres a carreras enfocadas a datos -y no meramente a carreras enfocadas a lo social- es un problema sistémico en las estructuras educativas formales. Algo que también evidencia las diferentes barreras tanto materiales como simbólicas que las mujeres enfrentan en estos espacios. Por ejemplo, los hombres tienen mayor posibilidad de tener el poder adquisitivo para comprar celulares o computadoras que las mujeres. Aquí es cuando el acceso a la educación puede pensarse desde un enfoque de género. 

A nosotras nos empezó a hacer ruido siendo parte de la organización de un evento regional de OSM llamado State of the Map Latam, con sede en Sao Paulo. Cuando nos dimos cuenta que éramos tres mujeres opinando ante más de 50 hombres -y que esto nos causaba un real problema de coordinación por los estilos de las personas- el tema surgió dentro del grupo de organizadores junto con el deseo claro de dar un enfoque de diversidad al evento, dando lugar a un foro abierto de reflexión antes y durante el State of the Map, y a la formación de la red Geochicas durante la conferencia, que empezó -como todo- con un chat, y una activación de reflexión en redes con el hashtag #OSMintegra.

Pero la iniciativa de formar espacios seguros en el sector de datos y tecnologías surge en todos lados, todo el tiempo, lo que demuestra su pertinencia para muchas mujeres. Mientras nacía un capítulo de Youthmappers en la UAM en Ciudad de México, se formaba en paralelo un grupo de mujeres, las Morras Socioterritoriales, quienes sintieron la necesidad de reunirse más entre mujeres y tratar temas territoriales que le afectan a las mujeres. A manera de respuesta a una clásica crítica de hombres detractores sobre el porqué generar brechas entre los géneros con este tipo de espacios, responderíamos entonces que lo que se crea con esfuerzo y prospera es porque las personas así lo necesitan. Y lo que hemos visto es que al contrario, estos espacios seguros son espacios donde se cultiva el liderazgo, el cual, una vez fortalecido, se aplica en espacios mixtos. 

PG -¿En qué aspectos consideráis que esta brecha de género nos afecta?

CJ/SY -Nos afecta en todo momento y en todos los aspectos: si las mujeres no son parte del desarrollo de las ciencias pues el sistema sigue siendo hecho desde una visión limitada, en este caso la de los hombres: impacta el sistema mismo, las agendas que se desarrollan, el entendimiento de los contextos y de las soluciones, etcétera, así que ninguna solución será completamente satisfactoria para la otra mitad de la población. Es una simple cuestión de perspectiva, la cual es incompleta si no integramos a todxs.

Creemos que también es importante entender estas brechas y la disciminación en los espacios tecnológicos desde una mirada interseccional. ¿A qué nos referimos con eso? A entender la disparidad del acceso desde la racialidad de las personas, las discapacidades motoras o cognitivas, las edades, y muy importante, también desde el lenguaje, ya que la mayoría de las conversaciones, la producción de código, se da en inglés como lenguaje por defecto. 

PG -¿Contemplar este tipo de cuestiones puede ayudar a combatir la violencia de género? ¿Cómo?

CJ/SY -Esto lo podríamos decir de forma muy general en todo tema de la sociedad: si procuramos la diversidad entre los grupos de población, los que sean (desde la perspectiva interseccional), y también procuramos una representación equitativa de estos grupos en la toma de decisiones de cualquier tipo, entonces permitimos que los grupos entre sí dialoguen, se conozcan, se entiendan mejor, y aprendan a consensuar. Esto claramente limita el lugar de la violencia, pues si hay consenso no hay necesidad ni tampoco hay aceptación de comportamientos que se imponen sobre otros y limitan.

Por otro lado, hacer que grupos minimizados -que generalmente no tienen voz- participen en espacios, en la reflexión, en la toma de decisiones, hará que los temas de violencia de los que generalmente las minorías sufren por ser discriminadas, lleguen a la mesa. Así ha sucedido en el foro de la conferencia de Sao Paulo. El tema estuvo ahí entre otros.

La violencia de género puede verse también en microagresiones y en acciones que puedan poner en detrimento la salud mental o física de una mujer o género disidente. Para nosotras, la imposibilidad de la toma de decisiones por falta de representatividad dentro de las comunidades de práctica de las que somos parte, también es una violencia. Los chistes sobre cómo las mujeres o géneros disidentes somos “muy emocionales”, es también una violencia. Consideramos que desde la creación de un dato, hasta las disputas por el lenguaje con el que construimos nuestras comunidades deben ser pensadas como prácticas libres de violencia hacia cualquier comunidad marginalizada que participe. 

Que existan grupos como Geochicas, PyLadies, RLadies, entre otras, apoya no sólo a las mujeres y géneros disidentes dentro de la comunidad, sino que también le abre la puerta a nuevas personas a que participen de espacios más seguros y justos para elles. 

PG -En 2018 pusisteis en marcha la creación de un mapa online para visibilizar la falta de representación de nombres de mujeres en las calles de ciudades de América Latina y España. ¿Qué resultados o conclusiones sacasteis de este proyecto? ¿Sigue en marcha?

CJ/SY -El proyecto Las Calles de las Mujeres inició como una respuesta a también tomarnos las calles -desde nuestras diferentes latitudes- en un esfuerzo colectivo de Geochicas. El proyecto, a mayo de 2022, contaba con 32 ciudades analizadas en total (unas 5 más están en proceso de integración, ¡no nos damos abasto!), de las cuales 17 se distribuyen entre 8 países en Latinoamérica y 15 ciudades se distribuyen en dos países en Europa. 

La conclusión más obvia es que hay una fuerte disparidad de representación de las mujeres en los espacios públicos urbanos en muchos países. Así como también una amplia brecha en relación a la producción de conocimiento colaborativo sobre la vida y logros de estas mujeres. A esto nos referimos con los porcentajes de las biografías de estas mujeres escritas en Wikipedia.

Parte de los resultados encontrados de forma general con este proyecto, es que la mayoría de las calles nombradas en honor a una mujer, son nombres de personajes religiosos, ejemplo: Calle Santa Sofía, Calle Virgen María, y muy pocas son realmente seculares, o cuentan con algún tipo de carga histórica-social más allá de la representación religiosa.

PG-¿Cómo pueden participar en vuestros proyectos las personas interesadas?
CJ/SY -Las mujeres o personas que se identifican como mujeres y que desean formar parte de este grupo y espacio seguro, pueden escribir a cualquier Geochica en las redes para pedir una invitación. Lamentablemente ya no es un grupo abierto desde que hace algunos años sufrimos una invasión engañosa del grupo por parte de un hombre que quería descalificar nuestra iniciativa. Este incidente nos regresa nuevamente a justificar nuestra razón de ser como espacio seguro, entre constantes y diversas muestras de discriminación.

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✇Asociación Artística y Cultural

TRANQUI, La LGTBIfobia tiene cura

Por: thakhiruna
TRANQUI, La LGTBIfobia tiene cura es una campaña educativa con la que Thakhi-runa busca estimular el reconocimiento y la valoración de la multiplicidad de sujetos que integran la diversidad sexual y afectiva en nuestra sociedad. Planteamos un rechazo a todas las prácticas y manifestaciones que originan agresión, exclusión y persecución a las personas con identidades LGTBI. Para nosotros la educación juega un papel fundamental en la erradicación de las diferentes formas de discriminación que vayan en contra de la aceptación y el respeto de todas las presencias y manifestaciones que reclaman un espacio digno en nuestro entorno social. TRANQUI, busca alcanzar un consenso social en el que los internautas de las redes sociales se aúnen a la propuesta de crecimiento social donde el reconocimiento y bienestar de esa diversidad enriquezca en términos humanistas a nuestra sociedad. Apostémosle a la EQUIDAD
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