No, no ha terminado. Dos meses después del alto el fuego acordado con Hamás y la liberación de los rehenes israelíes, la realidad diaria de la población palestina en Gaza sigue siendo de muerte, hambre y desplazamiento. A ello se han sumado esta semana las fuertes lluvias, que han inundado las tiendas de campaña y embarrado sus alrededores en los campamentos de la ciudad. La tormenta, denominada Byron, ha causado el fallecimiento de una bebé de ocho meses por hipotermia en la tienda de campaña donde vivía con su familia, en Jan Younis.
“Esos niños están sufriendo mucho no solo por la lluvia, sino también por el frío. En la Franja hay 6°C o 7°C”, afirma desde Unicef Jonathan Crick. La organización ha llevado 250.000 prendas de invierno para niños, zapatos, unas 8.000 tiendas de campaña y 600.000 mantas, pero todo esto “está lejos de ser suficiente” porque hay más de 1,5 millones de personas que necesitan urgentemente ayuda humanitaria.
Además, el portavoz de Unicef dijo también que están “extremadamente preocupados” por la posibilidad de que el agua traiga más enfermedades. “En las últimas cuatro semanas, hemos observado un aumento de diarrea acuosa aguda entre niños menores de cinco años. Y tememos que esto vaya a expandirse. También tememos que puedan aparecer y propagarse otras enfermedades transmitidas por el agua”, añadió.
Continúan los ataques pese al alto el fuego
La destrucción del enclave por parte de Israel ha dejado también sin vehículos de rescate a la población, y los servicios de auxilio apenas disponen de medios. «Es otra capa de miseria«, ha resumido el máximo responsable de la UNRWA, Philippe Lazzarini.
Esta misma semana, el grupo de personalidades internacionales defensores de la paz y de los derechos humanos conocido como los Elders ha condenado los continuos ataques militares de Israel y la obstrucción a la entrada de ayuda en la franja. Según una información recogida por la ONU, más de 350 palestinos, incluidos numerosos niños, han sido asesinados por las fuerzas israelíes en Gaza desde que entró en vigor el alto el fuego el 10 de octubre pasado. Además, los 320.000 gazatíes menores de cinco años siguen en riesgo de desnutrición aguda.
“Si el presidente [Donald] Trump y otros líderes permiten que esto continúe sin control, pondrá en peligro las perspectivas de una paz justa y destruirá cualquier esperanza de superar el genocidio y la hambruna en Gaza”, alertaron. Los Elders señalaron que Estados Unidos, y las potencias árabes y europeas con influencia, se enfrentan a una prueba crucial, y subrayaron que cualquier presencia internacional en Gaza debe apoyar la revitalización de las estructuras de gobernanza palestinas que allanen el camino hacia la creación de un Estado, no reemplazarlas. “La propuesta de ‘Junta de Paz’ en su forma actual no presenta una vía creíble ni legítima”, argumentaron.
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