Cuando caminamos por la ciudad podemos ver todas las calles llenas de autos a uno y otro lado, si queda algún hueco es porque hay algún vado de garaje. Y en las horas punta los atascos son habituales en todas las entradas y salidas, aunque haya varios carriles.
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Y es que antes cada familia tenía un coche o menos y ahora tienen dos o más, y como cada coche necesita 4 metros y pico para aparcar y las casas tienen una fachada de unos 5 m pues ya no caben. Si todavía los podemos colocar es porque hay parques, plazas, escuelas, etc. con aparcamientos perimetrales extra y edificios de pisos con numerosos aparcamientos subterráneos, incluso hay edificios enteros para los coches…
Estamos chocando también con el espacio físico de nuestras urbes, que obviamente es limitado, y no caben más coches, que ya ocupan el 70% del espacio público. Por eso resulta cada vez más complicado encontrar un aparcamiento libre y en el centro urbano es misión imposible. La congestión es tal que la velocidad media en ciudad es de la orden de los 20 km/h, casi como la de una bicicleta.
Y esto no se arregla con más carriles, cosa que ya han intentado en muchos lugares y han fracasado porque acaban llenándose de nuevo, básicamente porque continúa existiendo el cuello de botella en las entradas y porque a más facilidades aumentan los coches. Ni tampoco se puede resolver con los autos eléctricos, que ocupan el mismo espacio y siguen atascando la ciudad.
Por tanto ya no son sólo la infinidad de accidentes que provocan con muertos y heridos graves, la contaminación y más muertos añadidos, el calentamiento del clima y el aumento de los fenómenos climáticos extremos, el espacio que destruyen y roban, las guerras por el petróleo que originan, etc. Ahora es que ya resulta físicamente imposible introducir más coches en el espacio urbano.
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Soluciones? Pues ya lo sabemos, reducir todo lo posible el uso del coche, reservarlo solo para lo imprescindible, como el trabajo y las urgencias, acoplarse para viajar juntos cuando sea posible, no comprar tantos coches, fomentar el pie, la bici y el transporte público, viajar menos, consumir productos locales y de proximidad, etc. etc.
En última instancia tenemos que pensar (qué cosa más difícil esto de reflexionar y pensar, sobre todo cuando estamos saturados de información y publicidad sesgadas o directamente falsas!) qué futuro queremos para nuestros hijos y nietos: una ciudad atiborrada de coches, gris, sucia, contaminada y angustiosa, donde casi no cabemos las personas, u otra con aceras anchas, llena de árboles, saludable, limpia y hermosa?
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